3.9
Después que Jimin, abandonará la casa de Baek, con sus sentimientos a flor de piel conduciendo de noche por las frías carreteras de Seúl para poder llegar hasta el destino en el que se encuentran sus mejores amigos y donde estarán sus hijos.
Pisa el acelerador de manera brusca provocando que el auto rechine, su corazón palpita tan rápido, su pecho siente una opresión horrible. Retira su pie del acelerador y pisa el freno, provocando que su rostro casi se estrelle contra el volante. Abre la puerta y sale del auto, alza su rostro al cielo oscuro observando el sinfín de estrellas formando hermosas constelaciones, lleva sus manos a su cabello y tira un poco de este.
Deja salir un enorme suspiro como si eso le aliviara un poco la opresión que su pecho le hace sentir, deja caer sus manos y las coloca en sus rodillas, suspira una y otra vez tratando de contenerse para no volverse loco. Sonríe de manera anormal, una risa con llanto agobiando cada vez más el dolor que siente en su pecho.
—Esto es una mierda —susurra, mientras los autos pasan en la carretera.
Comienza a reír como loco, pero se detiene en el momento que se percata que pequeñas lágrimas recorren por su rostro. Presiona sus rodillas de manera fuerte, se recompone de nuevo, alza su rostro por segunda vez y deja salir un enorme grito, el cual se escucha en toda la carretera.
Su celular suena una y otra vez, pero prefiere ignorarlo, solo quiere estar solo. Quiere pensar las cosas, solo quiere ser feliz, pero el pasado lo atormenta, no quiere que el pasado de Jungkook, los atormente a ambos, lo único que quiere es ser feliz con el hombre que ama y sus hijos, pero al parecer siempre hay algo que se interpone en su felicidad.
Entra al auto y toma su celular, ve las llamadas de JB, Namjoon y Yoongi, decide esperar un momento mientras alguno de ellos le llama de nuevo, enciende el auto y deja que el motor caliente.
Unos minutos pasan cuando el celular suena, lo atiende al instante cuando observa el nombre de Namjoon, en la pantalla.
—¿Dónde mierda estas? —le habla el mayor con tono molesto y preocupado.
—En casa de Yoongi —contesta Jimin, para luego tragar grueso.
—No mientas, Jimin. Llamé a Yoongi y dice que no te encuentras allí —al fondo se escucha como el mayor se pone de pie.
—Necesito estar solo —dice Park, con su voz quebrada.
—Sé que te afecta, créeme que intento ponerme en tu lugar, pero sabes que Jungkook, perderá el control si no estas a su lado —le recuerda.
—No tengo ningún problema con el bebé, pero... —el rubio guarda silencio.
Jimin no puede más y se quiebra, sorbe su nariz, aclara su garganta y habla de nuevo.
—Voy en camino a casa de Yoongi —cambia de tema.
—Dime donde te encuentras, iré por ti —le pide Namjoon, sonando las llaves.
—Estoy bien, Nam. Prometo ir a casa de Yoongi en estos momentos.
Con un poco de dificultad, Jimin, se coloca el cinturón y arranca el auto.
—Esta bien, llamare a Yoongi en unas cuantas horas —le informa Nam.
El menor hace un sonido con su boca en aprobación.
—Una cosa más, Jimin. No dejes que lo que está sucediendo te haga dudar del gran amor que Jungkook y tú han construido — concluye el mayor.
Jimin sonríe ladinamente y luego cancela la llamada.
Mientras el menor conduce hacia la casa de Yoongi, en la prisión se encuentra el carcelero tratando de que Jeon se comunique con Nam.
—Estos son radios que no utilizamos espero le sea de utilidad —dice el carcelero entre susurros, de pie frente a la celda de Jeon.
—Gracias —dice Jungkook, seriamente.
Cuando el carcelero se marcha, Jeon, alza la manga de su camisa y ve el número de la frecuencia que Kenji, ha anotado en su antebrazo, la busca en el radio que le han entregado hace unos segundos esperando respuesta de Nam o de alguno de sus hombres.
Cuando Jungkook escucha que alguien trata de comunicarse decide hablar.
—Jimin —es lo primero que recitan sus labios.
—¿Jungkook? —dice Nam, al reconocer la voz de su jefe y amigo.
—Sí, soy yo —responde Jeon.
—Es bueno poder escuchar tu voz de nuevo —habla emocionado, Nam.
—Digo lo mismo. En los tantos cargamentos que enviaste, ¿vienen granadas? —pregunta Jeon, dejando de lado por un momento el tema de Jimin.
—Claro —responde Nam, mientras muerde el emparedado que Jin, ha preparado para él.
—Los rusos y taiwaneses hicieron que mi celda explotara con Sehun dentro —le hace saber, Jungkook, haciendo que Nam casi se asfixie al escuchar lo que su jefe le dice.
—Mierda —se escucha la voz quebrada de Nam.
—Tranquilo, voy a encargarme de ellos mañana antes de salir de esta mierda —agrega con seguridad, Jeon.
—Como tú digas —musita Namjoon, dejando que su jefe se encargue a su manera de esos hijos de puta.
—Ahora comunícame con Jimin. Necesito hablar con mi ángel —ordena Jungkook.
En ese momento, Namjoon, observa a D.O y luego a su pareja, esperando que estos le ayuden.
—Jin, ira a buscarlo —habla nervioso, Nam.
D.O, de manera rápida marca el número de Yoongi, esperando que el menor este a salvo en la casa de este.
—Diga —contesta un molesto, Yoongi.
—Dime que Jimin está contigo —habla de manera rápida.
—Aun no llega —responde Min.
Al recibir esa respuesta por parte de Agust. D.O, mueve su cabeza de un lado hacia otro, mientras Nam lo observa.
—Maldita sea —susurra Namjoon.
—¿Sucede algo? —indaga Jeon.
Nam suspira y escucha lo que Jin, le susurra en el oído, observa a D.O y decide decirle toda la verdad a Jeon.
—Jungkook, escucha. Jimin, descubrió quién se encontraba viviendo junto al fiscal —comienza hablar, Namjoon.
—Ese es mi chico —pronuncia Jeon, orgulloso del logro de su prometido y padre de sus hijos.
—Hay un problema. La pareja de Wonho es Baekhyun, el cual tiene un hijo que te pertenece —agrega.
La sonrisa que Jeon tenía en su rostro se borra por completo al escuchar lo que, Nam, le comunica a través del radio.
—Estas jodiéndome, ¿verdad? —espeta Jeon, molesto.
—Es todo cierto, Jungkook. Jimin, me lo informó y yo lo corroboré. JB, se encuentra en la casa de Wonho, le pedí que me enviara una fotografía del pequeño y es como Daewan, pero más diminuto —comenta Namjoon.
Lo único en lo que, Jeon, piensa es en su ángel.
—Quiero que maten a Baek, dile a Jin que cuide del pequeño, del oficial me encargo yo. Ahora comunícame con mi ángel de una puta vez, antes de que pierda el control —le ordena, caminando de un lado hacia otro en el interior de la oscura celda.
—Jimin viajó a la casa de Yoongi, pero aún no llega, hable con él y me aseguro que estaba de camino —le informa
Nam sabe que eso no tranquilizara a Jeon, pero no piensa mentirle, no cuando esta a punto de salir.
—Dile a Yoongi que cuando Jimin ponga sus lindos pies en su casa se comunique contigo y tú me comuniques con él. Ahora explícame ¿cómo mierda es que Baek, ocultó a mi hijo? —replica Jungkook.
Jeon trata de controlarse, ya que sabe que no está en posición de perder el control, no cuando las cosas no pintan bien.
—Bobby se encargó de eso, no voy a meterme, ya que es algo entre tú y él —dice Nam.
—Me encargare de eso cuando este libre, voy a cortar la comunicación, hay una ronda de vigilancia en menos de un minuto. Comunícate conmigo cuando sepas algo de Jimin —corta la comunicación y todos se observan.
El celular de Nam suena, un número desconocido aparece en la pantalla. D.O, activa el rastreador, oculta su ubicación y activa el detector de voz, por si la persona que llama ha distorsionado su voz.
—¿Qué mierda significan estas flores? —escuchan.
Sin necesidad del detector de voz, todos se percatan que es el oficial.
—Buenas noches, tengo pareja, no tengo porque enviarle flores, oficial —contesta Nam, socarronamente.
—Sé que fueron ustedes —dice agitado.
—Tal vez si, tal vez no. No tiene prueba de nada, ¿ya le llamó a su pareja, señor? Baekhyun, escuché que está muy bien acompañado —habla Namjoon.
Desde ese momento el oficial sabe que todo se le ha ido de las manos.
—Si lo llegan a tocar voy a matarlos a todos, enviare patrullas a mi casa —dice asustado de lo que le pueda pasar a su pareja y al bebé.
—Mala idea, si me informan que una luz de sirena se observa fuera de su casa, primero el lindo, Baek, morirá y segundo, ordenare que quemen esa puta casa —el oficial bufa, ya que sus opciones casi han sido agotadas.
—No se preocupen por rastrear mi número, no lo lograra. Le aconsejo que se despida de su pareja —Nam, cancela la llamada y sonríe al saber que su plan va en ordena.
Por su parte, D.O, le ordena a Bobby que le entregue los explosivos que han enviado a Jungkook, el infiltrado de manera rápida toma los explosivos y entra al área de máxima seguridad donde.
Jeon se encuentra, con mucho cuidado se adentra actuando como si de una simple ronda se tratase pasando por la celda quemada donde su compañero y amigo ha perdido la vida horas atrás.
Se detiene hasta que llego a la celda en la que Jeon se encuentra, saca las llaves de su bolsillo las cuales se las ha pedido al carcelero que está de turno por unos simples cien dólares, el infiltrado hace un pequeño ruido poniendo alerta a Jungkook, el cual al instante oculta el radio.
La puerta se abre de golpe, Jeon, se pone de pie, lo único que se observa es una sombra que se adentra a la pequeña celda, este se pone de pie y listo para defenderse por si se tratase de alguna trampa en la cual los carceleros han colaborado, cuando la sombra se hace más notoria puede distinguir de quien se trata, suspira aliviado y deja caer sus brazos al costado de su cuerpo.
—Soy Bobby —dice, al percatarse de la posición en la que Jeon se encuentra.
—Lo sé —habla serio.
—D.O, me pidió que te trajera los explosivos —le extiende una pequeña bolsa con lo antes mencionado.
Jeon sin dudarlo lo toma y lo acorrala en una esquina de la celda, coloca sus manos en su cintura en forma de jarra, observa a Bobby y luego deja salir un enorme suspiro.
—Vas a decirme ya mismo cuando te ordene que permitieras que Baek ocultara su embarazo y el paradero de mi hijo —lo confronta.
Jeon rechina sus dientes, no quiere perder el control, no con Bobby, quien es uno de sus hombres más leales.
—Jungkook, no lo mal interpretes, mi intención nunca fue desobedecerte. Lo hice por él bebé, no por Baek —se explica el infiltrado sin ninguna pisca de nerviosismo ante las palabras que le dice a su jefe.
—Sabes los problemas que puedo tener con Jimin por eso. Todo por hacer lo que tú quisiste —refuta Jeon, el cual de forma rápida lleva a Bobby, contra otra de las paredes de la celda.
—Jeon, debes calmarte. Mi único error fue el no comunicarte eso, pero el que ese bebé exista es porque tú así lo quisiste, no trates de culparme e involucrarme en tus mierdas —replica Bobby, alzando sus manos, no piensa pelear con Jungkook, lo único que quiere es que este reconozca su error.
—Tengo miedo de lo que decida, Jimin —susurra Jungkook, alejándose poco a poco de Bobby.
—Jeon, creo que han superado cosas más grandes. Su amor es grande, si piensas que el intenta huir solo hazle entender que su amor puede con todo, y que el pasado se deja atrás —Bobby acomoda su ropa y camina hacia la puerta de la celda.—Por mi parte, lo siento, pero según lo que Baek me comentó es que cuando estuvo con Han Bin, no dejó que se corriera dentro de él, lo contrario contigo. Mañana es el gran día, nos vemos pronto —alza una de sus manos y luego se despide dejando a Jeon, completamente agobiado, lo único que quiere es saber que es lo que Jimin, piensa al respecto.
Mientras Yoongi y Taehyung, se encuentran en la sala de su casa a la espera de Jimin.
El menor hace su aparición, los observa y luego con la mirada busca las habitaciones sin cruzar ni una sola palabra con sus amigos, revisa cada una de las habitaciones hasta dar con sus mellizos.
Entra a la habitación y se queda de pie observando lo tranquilos y acogidos que se encuentran en la cama abrazándose el uno al otro. Una sonrisa se plasma en el triste rostro de Jimin.
Yoongi y Taehyung, solo observan a su amigo el cual se pierde y se encuentra al ver a sus hijos frente a él.
—¿Estas bien? —se atreve a preguntar, Taehyung.
—Por qué no lo estaría —responde Jimin, girándose para quedar frente a la pareja.
—Todos en esta casa sabemos que no estás bien. No te engañes —ataca Tae a su amigo.
—Tú no sabes nada —dice molesto, el rubio, saliendo de la habitación ignorando a su amigo.
—Déjalo, hablare con él —frena Agust a Tae.
Antes de entrar a la habitación en la que Jimin, ha accedido, Yoongi, le informa a Nam que el menor ha llegado a salvo a casa, luego de haber dado su informe entra a la habitación.
Jimin se encuentra de pie frente a la ventana observando las estrellas, Yoongi, toma una silla que está en la habitación, la coloca en el centro y toma asiento.
—¿A qué le temes, Jimin? —cuestiona Yoongi, para romper el silencio incomodo de la habitación, y poder obtener la atención del menor.
—A no ser feliz nunca —contesta con voz suave.
—¿Qué planeas hacer? huir de nuevo del amor de tu vida. Huir del padre de tus mellizos, ¿es eso lo que harás? —lo ataca Min.
Yoongi, es duro y Tae lo sabe, pero también sabe que su amigo necesita reaccionar de una puta vez.
Debe comprender que para ser feliz debe sufrir, que para ganar antes tiene que perder, y antes de aprender debe equivocarse.
—Es fácil hablar cuando no estás en mis zapatos —habla Jimin, observando a Yoongi.
—Madura, Jimin. Eres padre de dos hijos, no eres más un niño, piensas que todo en esta puta vida es fácil. ¿Quieres ser feliz? lucha por serlo —le sugiere Agust.
Taehyung con un fuerte dolor en su corazón escucha la manera en la que su pareja le habla a su mejor amigo.
—Sí. Jeon, te fue infiel. Sí, Jeon, tiene un hijo con alguien más que no eres tú. Sí, Jeon, falla, pero más allá de toda la mierda que Jungkook haga y sea, tú lo amas y ese pequeño y todos lo que vengan no cambiaran el amor que sientes por él. Tú y yo lo sabemos —comenta el mayor, furioso por la actitud inmadura que, Jimin, toma.
—Juro que había olvidado las imagines de ese video —dice el menor, mientras sorbe su nariz.
—Jimin, si no sueltas el pasado nunca podrás ser feliz con Jungkook —musita, llega hasta el menor, toma una de sus manos y le coloca el radio en las palmas.—Jeon, sabe todo —susurra Yoongi, en la comisura de la oreja de Jimin, para luego salir de habitación y encontrarse a Tae, con lágrimas en sus ojos.
—Jimin, mi amor —el menor al escuchar la voz de su amado, siente que algo dentro de él duele, pero a la vez lo sana.
—Mi amor, por favor. Jimin...
El mayor comienza a desesperarse, lo único que quiere es poder escuchar la voz de su ángel.
—Te escucho —articula el rubio, con voz temblorosa, aliviando y alterando el corazón del mayor.
—Lo sé todo y te juro que lo siento, mi ángel. Todo es y fue mi error, quisiera poder borrar todo y no dejar que eso sucediera, pero no puedo, eso no está en mis manos —dice Jeon.
El cual, desea estar frente a Jimin para poder arreglar las cosas de frente.
—Jimin, sabes que te amo con locura, no necesito a alguien más si cada vez que te veo me doy cuenta que no necesito a nadie más, solo necesito que confíes en mí. Déjame hacerte feliz, déjame ser feliz a tu lado, déjanos ser felices a ambos, mi amor. Nadie dijo que esto sería fácil.
Jungkook, está desesperado, lo único que quiere escuchar por parte de su ángel, es que todo estará bien y que el día de mañana este se encontrará esperando por él.
—Sé que no se te hará fácil, Jimin, pero por todo lo que hemos soportado, por todo lo que nos hemos jurado, por todo lo que hemos peleado. Por todo el amor que hemos construido y por el inmenso amor que nos tenemos, te pido que no mandes todo a la mierda —le suplica el mayor, tratando de hacer reaccionar al amor de su vida.
—Jungkook, yo...
Un enorme suspiro es lo que escucha, Jimin, por parte del mayor.
Jeon, sabe lo que se viene.
—No quiero que me digas que me amas, Jimin —interrumpe el mayor. —No quiero escucharte decir que me amas, que lo sientes y que como siempre huyas y yo te busque como un maldito loco. Lo único que necesito escuchar es que estas dispuesto a intentarlo una vez más, no quiero escuchar un te amo de despedida, Jimin. Prefiero que no digas nada y te quedes en silencio a escuchar esas palabras que me arman y me desarman cuando salen de tus lindos labios.
Jimin, al verse interrumpido por Jungkook, solo escucha atentamente cada palabra que dice.
—Mañana saldré de esta mierda, y la única razón por la que he peleado por estar libre es por ti y nuestros hijos. Espero que lo que dije y lo que sientes por mí sea más fuerte que las sombras de mi pasado. La primera persona a la que espero ver al poner mis pies fuera de prisión es a ti, espero y así sea —luego de esas palabras, Jimin, no escucha más la voz de Jungkook.
El menor lanza el radio a una de las paredes de la habitación y se deja caer a la cama, mientras, Taehyung y Yoongi, observan como el cuerpo del menor asciende y desciende debido al llanto.
—¿Crees que vaya? —pregunta Yoongi a su pareja.
—Jimin lo ama, pero tiene miedo a no ser feliz y siempre vivir en esta situación —le explica Tae a su pareja, mientras se dirigen a su habitación. —Jimin, estará allí para ese maldito —agrega Taehyung, acomodándose en la enorme cama junto a su pareja.
—Eso espero —responde Yoongi abrazando a Taehyung.
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