3.6
Jimin
Hora: 3:30 am.
Dormir junto a mis hijos hace que el vacío que sienta por Jungkook, se alivie solo un poco.
Conseguir que mi mente se silencie es una maldita odisea, cuando logro que mi mente se tranquilice puedo dormir un poco, mezclando las respiraciones de mis hijos con las mías, mientras me pierdo en el sonido de los pequeños ronquidos de Daewan.
Un sonido profundo, fuerte, inunda con sus ondas sonoras cada rincón de la enorme casa blanca, trato de abrir mis ojos, pero no puedo mi cansancio es notorio y ver el rostro de Jungkook, en mi sueño lo hace todo más difícil para mí.
—Jimin —escucho una voz a lo lejos, mientras las manos de Jungkook, acarician mi rostro suavemente—. Jimin, despierta. D.O tiene la ubicación de Jungkook.
Eso basta para que mande a la mierda el hermoso sueño que tengo.
—No los despiertes —me pide Jin, en un susurro.
Con cautela me pongo de pie de la cama, tomo los primeros zapatos que encuentro, me despido de mis hijos con un beso en su sien y antes de irme abrazo fuertemente a Jin, el cual luego de despedirse de mí y de Nam, se coloca en el espacio que he dejado en la enorme cama junto a mis hijos simulando ser yo, sonrío y salgo de la habitación.
Mientras Namjoon enciende el auto busco en la chaqueta de Jungkook, mi celular y marco el número de Rain
Nam se comunica con Sehun y Kenji, ya que la siguiente movida será introducirlos en la presión.
—Habla Rain —atiende con voz adormilada.
—Soy Jimin, tenemos la ubicación de Jungkook. Necesito que le pidas al juez que introduzca a Sehun y a Kenji a prisión —es lo primero que ordeno.
—Como pidas —responde, luego de eso cancelo la llamada.
—No matarán al juez ¿o sí? —pregunta a Namjoon, mientras estaciona su auto en una esquina oscura.
—No por ahora —contesta con una sonrisa, mientras se retira el cinturón y luego sale del auto.
—Bien —susurro.
Me retiro el cinturón y salgo del auto.
—Jimin —escucho la voz de Bobby.
—Bobby —saludo, cuando llego frente a él.
Nam, abre el baúl saca un bolso negro mediano y se lo extiende a Bobby, el cual lo toma rápidamente.
—Cinco millones, si no accede con lo que le ofreces, mátalo y consigue a un juez que si quiera colaborar por lo que se le ofrece.
Mientras Bobby lo escucha abre el cierre del bolso dejando ver el dinero.
—Con eso quiero que le envíes dinero a Jungkook con el abogado, sabemos que es listo y que seguramente tiene a un custodio de su lado. Si necesitas más dinero házmelo saber a mi.
Ambos se dan la mano y sonríen.
Sigo a Nam al auto de nuevo para continuar el camino hacia la casa, cuando llegamos. D.O, se encuentra junto a Kenji y Sehun, observando un enorme plano que se está desplegado sobre la mesa.
—Muéstrame su ubicación —le ordeno a D.O.
—Ven conmigo —me pide, guiándome hasta donde tiene sus enormes pantallas y computadoras. —¿Ves eso que esta estático y parpadea? —me pregunta D.O, asiento no una sino muchas veces, mientras mi corazón palpita rápidamente.—Allí se encuentra, Jungkook —recita—. Ahora necesito que veas esto.
Regresamos hasta donde se encuentra Kenji y Sehun, observando el plano junto a Nam.
—Revisé en los archivos de la policía de Corea y encontré los planos de la cárcel, con cada una de las celdas —toma una de sus laptops y nos muestra el plano en digital. —Jugué con ambos planos —señala el de la laptop y el enorme papel que está en la mesa.—Esta es la celda en la que se encuentra, Jeon —anuncia.
Coloca su dedo índice en un pequeño recuadro.
—¿Número de celda? —indaga Kenji.
—Ocho —responde.
—Ocho —repiten Kenji y Sehun.
—Es la celda ocho de máxima seguridad —agrega D.O.
—Mierda —bufa Nam, lanzando un golpe al aire.
Una celda de máxima seguridad, es casi imposible que podamos sacarlo de esa maldita prisión por nuestros medios. Namjoon, lo sabe y yo también lo sé, pero no me detendré sé que Jungkook, ha prometido no dejarme y él lo cumplira.
—Namjoon, solo cálmate —llamo su atención.
—¡Que me calme! —alza su voz. —¡Acaso no escuchaste lo que acaba de decir! —exclama, alzando sus manos.
—No me pienso rendir, ¡¿me escuchas?! —alzo mi voz al igual que él lo ha hecho. —No me rendiré y espero que tú tampoco lo hagas —llego hasta él y lo tomo de sus hombros.
—No hay nada que podamos hacer —susurra con pequeñas lágrimas en sus ojos.
—Nosotros no, pero él sí —musito.
Coloco mis manos en sus mejillas y retiro las pequeñas lágrimas de sus pómulos.
—De una u otra forma él nos contactará y nos acomodaremos a lo que él diga —pronuncio.
Todos asienten.
—El plan continúa —digo seguro, alejándome de Nam. —Ustedes entraran a prisión, se reunirán con Jungkook y harán lo que él les pida —prosigo, pero el sonido de mi celular se hace presente, lo saco del bolsillo de mi chaqueta y lo coloco en silencio.—D.O, dime lo que has planeado —le ordeno al chico de inteligencia.
—Bien, no podemos colocar a los chicos junto a Jeon, así que la única forma en la que podrán verse es en los tiempos que estén fuera de las celdas. Si los pueden colocar en esta celda —señala con su dedo índice un pequeño cuadro que se encuentra en la esquina, en la planta baja de la prisión.
Namjoon ve el plano de la mesa y luego la laptop, me mira y sonríe.
—Deben encerrarlos en esa celda —dice Namjoon, observándome.
—Claro.
Marco de nuevo a Rain.
—Todo está listo, hablé con el juez, quiere diez mil —me informa.
—Bobby tiene el dinero, él sabrá cuando pagarle —digo, mientras tanto me acerco al plano de la mesa. —Necesito que consigas que los encierren en una celda específica, ¿crees poder conseguirlo? —interrogo.
—Envíame una fotografía para que el juez haga una orden específica —me dice Rain.
—Bien. Ahora escúchame, quiero que me informes todo lo que Jungkook te diga, sabes que cuando digo todo, es todo —hago énfasis en lo último y luego cancelo la llamada.
—Al parecer todo va bien —habla Kenji.
—Deben alistarse señores. Bobby, viene por ustedes —les ordena Nam a los chicos.
—Ok, hagamos esto —verbaliza Sehun, se retira el cinturón de su pantalón y lo arroja a uno de los sillones.
Por su parte, Kenji, toma una pequeña caja negra y la introduce a uno de los bolsillos de su pantalón, cuando se da cuenta que lo veo simplemente sonríe y me guiña uno de sus ojos.
—Tienes suerte de que Jeon esté en prisión —lo señala Sehun, golpeando su brazo, haciéndome sonreír.
—Debo volver con los mellizos y Jin —le digo a Nam.
—Llévate mi auto, no hay nada ilegal dentro, te mantendré al tanto si se dé algo, sabes que soy arquitecto al igual que Mark. Todo estará bien, buscare una alternativa de escape con D.O, ve a casa —me atrae hacia él y me abraza.
—Claro, si Rain me informa algo también te lo haré saber. Gracias por continuar a mi lado y al de Jungkook —me alejo de él solo un poco y luego tomo las llaves del auto de su mano.
Son aproximadamente las cinco de la mañana, conduzco solo y con el recuerdo de Jungkook en mi mente, por las frías y solas calles de Seúl esperando que cada plan que ejecutaremos resulte de la forma en la que todos lo esperamos.
Prisión de Seodaemun
Jungkook
Después que las puertas de mi celda se abrieran a las seis de la mañana, salí a conocer el lugar donde permanecere.
Muchos tipos altos y pequeños, extranjeros colocados en distintos pabellones, en el recorrido de mi celda hacía el patio de la prisión veo el grupo chino, un grupo de personas de color y un grupo de taiwaneses. El cual veo muy detenidamente, soy observado por todos, y los que no saben de mi existencia, ahora lo saben.
—Nochu —me saludan algunos, a los cuales solo observo seriamente y asiento.
Cuando llego al patio de la prisión diviso el sector de coreanos levantando pesas y monitoreando cada movimiento de los prisioneros, sin dejar de observarlos alzo mis manos y las estiro, muevo mis piernas, doy unos cuantos saltos y luego comienzo a correr alrededor de una cancha mirando a los mismos tipos que levantan pesas burlarse y forzar a los demás prisioneros.
Es lo que he observado que hacen durante las cinco vueltas completas que he dado alrededor de la cancha, dejo de correr y ahora camino para tratar de regular mi respiración, me detengo frente a ellos, me retiro la camisa color naranja y me acomodo en el suelo para hacer push up, sin dejar de mirarlos.
—¿Qué es lo que ves? —dice uno de ellos.
Sin necesidad de hacer algo me estan diciendo quienes son los que serán un estorbo.
Continúo con mi rutina, esta vez haciendo plancha, contando en mi mente y mi mirada fija en ellos.
—¿A caso te gusto? ¿es eso? ¿Quieres que te folle? —continúa parloteando.
Descanso un momento mientras me contengo por no ir y partirle el puto rostro con una de las mancuernas con las que se ejercita.
—Voy a enseñarte a que me veas bien —dice el mismo tipo.
Hago puño mis manos y tensiono mi mandíbula.
Estoy a punto de perder el control, estoy por ponerme de pie y hacer realidad lo que he pensado, me pongo de pie con mis manos hechas puño ejerciendo fuerza en ellas, dejo salir un fuerte suspiro y cuando estoy a punto de dar el primer paso la voz de alguien pronunciando mi nombre, interrumpe.
—Jeon.
Giro mi rostro y observo al carcelero.
—A limpiar —me ordena.
Regreso mi mirada al tipo, recojo mi camisa y la coloco en uno de mis hombros para luego caminar hacia donde se encuentra el carcelero.
—Limpieza ¿en serio? —digo sarcásticamente.
—No quiere armar pelea en el patio, si quiere la atención de todos los prisioneros debe hacerlo en el comedor —me aconseja el carcelero, encaminándome hacia el baño. —Tengo noticias. Su abogado llamó y notificó que vendrá a visitarlo, así mismo nuestro Charlie nos informó que dos prisioneros nuevos vendrán en horas de la mañana —me informa el custodio, mientras me desvisto para tomar un baño.
—Gracias por la información —hablo, para luego encender la ducha.
—Debe hacer limpieza, Jeon —me recuerda el custodio.
—Como diga —respondo, mientras dejo que el agua recorra mi cuerpo.
Cinco horas después
Luego de haber hecho lo que el custodio me ha pedido, recibo una visita de otro custodio para llevarme a la sala de visita, donde deduzco que veré al abogado.
—Date la vuelta —ordena el custodio, para luego quitar los grilletes de mis manos y pies.—Compórtate, Jeon —me exige.
Sin decir nada solo lo observo, saco mi lengua y luego alzo mi mano derecha formando una tijera. La mirada del custodio es una mezcla de preocupación y enojo, la puerta se cierra y me giro con una sonrisa socarrona en mi rostro, veo al abogado junto a Bobby.
—Jeon —recita Bobby, acercándose a mí.
—¿Qué haces aquí? —lo cuestiono molesto. —Sabes que pueden descubrirte —estrecho nuestras manos y luego tomo asiento frente al abogado.
—Lo sé, solo estoy aquí porque trasladé a los chicos y decidí verte —responde a mi pregunta.
—Solo ten cuidado de no ser descubierto —ordeno desganado.
—Antes de irme. D.O, descubrió que el fiscal de tú caso vive con alguien al cual desconocemos, pero que pronto tú chico descubrirá —habla Bobby.
—Cuiden de Jimin —le ordeno mientras lo miro fijamente.
—No debes preocuparte. Namjoon y Mino, están junto a él, aunque él sabe cuidarse muy bien, tiene agentes policiales cuidando su casa —menciona.
Una sonrisa orgullosa se forma en mi rostro.
—Es un buen chico, Jeon —palmea mi hombro izquierdo. —Regalo por parte de Nam —lanza una pequeña bolsa a la mesa y luego camina hacia la salida.
—¡13109598-9 es mis ojos y mi ayuda! —alzo mi voz.
—Le daré una pequeña recompensa —dice Bobby, para luego salir por completo del lugar.
—¿Algo que deba saber? —pregunto al abogado.
—El juez esta de nuestro lado, por lo tanto, colaboró para poder hacer que dos de tus hombres entren a prisión. Puedes tener el control del juez, pero sabes que el problema es el fiscal —dice el abogado con voz relajada.
—Lo sé —susurro.
—El brazalete que llevas contigo —señala mi muñeca. —Colócalo en tu tobillo, por precaución —me recomienda con un poco de cautela.
—Namjoon y Jimin, saben tu ubicación —me informa, mientras saca un pequeño papel de su portafolio—. Jimin, me pidió que colocarán a tus dos hombres en esta celda en específico.
Señala la celda.
—Tú estás arriba, máxima seguridad. Ellos estarán abajo, celdas normales —me explica el abogado.
—Con esto estas diciéndome que la probabilidad de que Jimin y mis hombres me saquen de esta mierda es nula —replico.
Sacudo mi nariz con uno de mis dedos, y luego sonrío burlonamente, mientras el asiente.
Me recargo en el respaldar de la silla y me cruzo de brazos observando el techo del edificio.
—¿Qué harás, Jeon? —me cuestiona el abogado.
No digo nada al instante, solo cierro mis ojos, pienso en mis hombres y en lo más importante de mi vida, mis hijos y mi hermoso ángel.
Pienso en sus sonrisas, en sus manos, en los gestos de esas tres personas por las cuales soy malditamente feliz.
Aun con mis ojos cerrados imaginando a Jimin junto a mis hijos sonriendo para mí, está más que claro lo que haré, saldré de esta mierda en la cual me encuentro de una u otra manera. Haré que el mismo fiscal retiré todos los cargos y me deje libre.
Una sonrisa se instala en mis labios, bajo mi rostro y observo al abogado el cual aún espera respuesta a la pregunta que me ha hecho unos cuantos segundos atrás.
—Controlar esta mierda —suelto de la nada, haciendo que el abogado se tense en la silla.—Controlare esta mierda, haré que todos hagan lo que yo diga. Si saben mi ubicación sabrán donde me encontraré todo el tiempo, si Jimin te pidió que colocaras a mis hombres en esa celda es porque el que me rastrea a planeado o planeara algo junto a Nam —comento.
Estoy seguro que mi ángel no se rendirá, me lo ha dejado claro y si él no se rinde, mis hombres menos.
—Dile a Namjoon lo que te dije, y dile a mi ángel que lo amo a él y a mis hijos, y que pronto estaremos juntos de nuevo —le pido.
El abogado introduce el papel a su portafolio y luego toca la pantalla de su celular.
—No habrá necesidad que se los diga, ellos escucharan todo. Espero no te moleste, pero grabé toda la conversación para evitar malos entendidos —dice el abogado.
—Da igual, solo hazles saber que dominare esta puta prisión —espeto, me pongo de pie, me retiro el brazalete y me lo coloco en el tobillo tal y como me lo ha sugerido el abogado—. Ahora si me permites debo empezar a controlar esto.
Tomo el pequeño bolso que Bobby me ha dado, introduciéndolo entre mi pantalón y mi cuerpo, camino hacia la puerta, la toco tres veces y luego se abre dejándome ver al custodio que es mis ojos.
—Jeon —saluda, para luego colocarme los grilletes.
—Recibiste incentivo —susurro, mientras me saca de los cuartos de visita
Asiente.
Cuando estamos en el área de las celdas me retira los grilletes, y me observa.
—No tenía por qué darme tanto dinero —dice en voz suave.
—Claro que sí, estas colaborando es lo menos que puedo hacer —hago una reverencia ya que unos cuantos prisioneros nos observan, y luego me dirijo hasta el comedor de la prisión observando a todos los prisioneros con el doble de maldad en mis ojos.
Tomo una bandeja y recibo la comida, me quedo de pie mirando donde se encuentran los que dirigen esta mierda, cuando los localizo me abro paso entre los demás prisioneros para poder llegar hasta donde estos estan ubicados.
Tomo asiento en una de las mesas frente a ellos dándoles la espalda, pero asegurándome que estos me observen antes de tomar asiento.
—Mi nuevo admirador ha venido a que me lo folle —habla el tipo.
Los prisioneros que se encuentran en la misma mesa que yo, solo se observan y luego me miran a mí, bebo un poco de agua que he recibido junto a la comida.
—No me ignores, sé que te mueres por chupar mi polla. Serás mi putita —continúa alardeando el tipo.
—Continúa comiendo —articulo, haciendo que todos dirijan su atención a mi persona.
—No quiero mi comida, quiero la tuya.
Escucho como poco a poco se dirige hacia mí.
Con una de sus manos toma un poco de arroz y lo lleva a su boca, lo mastica y luego lo arroja en mi rostro, sacudo mi cabeza, luego tomo con mi mano derecha la orilla de la bandeja mientras los demás prisioneros nos observan.
—¿Dónde está tú brazalete? lo traías por lo mañana —señala mi mano izquierda.
—Debió caerse —contesto, mirándolo a los ojos.
—¿Dónde lo escondiste, amor?
Presiono mi mandíbula tan fuerte que mis dientes duelen, una acción más y él sabrá a quién trata de humillar y someter a sus reglas de mierda.
—Dime —me exige, toma mi antebrazo izquierdo y eso, simplemente eso basta para mandar todo a la mierda.
—Regla uno: no debes tocarme y ordenarme —digo entre dientes, alzando la bandeja con comida para luego estrellarla en su rostro.
Me pongo de pie, golpeo su estómago y con una de mis piernas golpeo a uno de sus hombres para evitar ser golpeado.
—Dijiste que no querías tu comida —tomo una bandeja con comida de la mesa, la acerco a mí, tomo el rostro del tipo y luego lo estrello contra la bandeja. —Come —presiono su rostro en la bandeja, mientras el trata de soltarse agitando sus manos en el aire.
Siento como alguien golpea mi espalda, giro mi rostro y observo a uno de los hombres del grupo de inútiles del tipo.
—Descansa —suelto el rostro del tipo y me giro para defenderme del que me ha golpeado.
Estoy a punto de ser atacado no por uno, si no por cinco hombres más mientras el resto de prisioneros solo miran.
Tres de ellos se acercan a mí, pero dos de ellos caen al suelo ya que han sido atacados por la espalda, uno por posible asfixia y otro por una notable herida en el cuello.
—Jeon —saludan Kenji y Sehun, acercándose a dos de los hombres que se acercan a mí.
Uno contra uno. Así es, como en nuestras misiones, luego que inmovilizo al que me ha atacado camino de nuevo hasta donde el tipo que ha alardeado y humillado momentos atrás.
—¿Aun tienes hambre? —tomo su cabello y lo pongo de pie. —¿Sabes quién soy? —lo interrogo amenazadoramente, mientras Sehun y Kenji, me cubren.
—Eres el nuevo prisionero —solloza, haciendo que los demás prisioneros se burlen de él.
—Soy el nuevo prisionero, sí —palmeo su rostro. —¿Has escuchado de Nochu? —le realizó otra pregunta.
Acomodo de nuevo la bandeja, mientras el asiente.
—¿Quién es Nochu? —indago.
—Un poderoso Narcotraficante —responde.
—Así es, muy bien —palmeo de nuevo su rostro.—Dime tú nombre —le ordeno seriamente.
—Han —susurra.
—Bien, Han. Déjame presentarme ante tú horroroso rostro y todos los prisioneros —lo acerco más a la mesa—. Mi nombre es Jeon. Jeon Jungkook, mejor conocido como Nochu, pero para ti seré tú peor pesadilla. No soy la puta de nadie, y mucho menos dejo que mierdas como tú me falten el respeto y me den órdenes, ¿entendiste?
Asiente.
—Lo siento —solloza de nuevo.
—¿Qué dices? no te escucho —lo termino de acercar a la mesa.
—¡Lo siento! —alza su voz, haciendo que todos lo escuchen.
—Yo no —musito.
Llevo su rostro de nuevo hacia la bandeja estrellándolo un sinfín de veces, la sangre comienza a salir de su rostro, manchando la bandeja y parte de la mesa.
—Jeon, está muerto —escucho la voz de Kenji.
—No te metas —replico mientras continúo desfigurando el rostro del tipo contra la bandeja y la mesa.
—Los custodios —me alerta Sehun.
—Aléjense de mí —les ordeno ambos.
Cada vez que hago que el rostro del tipo se estrelle contra la bandeja descargo toda la rabia que hay dentro de mí, no paro de destrozar su rostro hasta que dos custodios me detienen, me derriban y luego uno de ellos, el cual identifico como el Charlie. El superior, ya que su gorra tiene más franjas, me da una descarga eléctrica haciendo que quede inmóvil en el suelo. No puedo mover ni una sola parte de mi cuerpo.
—¡Al foso! —escucho la orden del Charlie.
Luego observo como dos custodios me alzan y me sacan de prisión, mientras comienzo a escuchar como los prisioneros corean mi nombre.
He logrado mi objetivo, pero pasaré castigado, cuando llegamos a un lugar oscuro los custodios me dejan caer al suelo.
Trato de canalizar todo el dolor que mi cuerpo empieza a sentir, busco en mi mente esos hermosos ojos que traen paz a mi corazón junto a esa sonrisa que me hace saber que todo estará bien porque nos tenemos el uno al otro.
Cuando encuentro esa hermosa imagen de mi ángel, dejo que no sólo mi mente viaje con él, sino que también mi cuerpo, haciéndome olvidar el dolor que comienza a inundar mi cuerpo. Perdiéndome en ese bello sueño con el amor de mi vida, llevándose el dolor y la soledad que me agobia.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top