3.19
—No me gusta, será mi boda no mi entierro —comenta el rubio, lanzando la fotografía que muestra los manteles que Taehyung ha elegido.
—Se lo dije —habla Jin, para luego mostrarle unas cuantas fotografías de trajes para que él y Jungkook, vistan el día de su boda.
—Jungkook, elige uno —le ordena.
Jimin le arrebata las fotografías a Jin, y se las lleva al mayor que se encuentra alimentando a Sang.
—No soy bueno para esto, porque no lo decides tú —se excusa Jeon, tratando de evitar enfurecer más a Jimin, si hace una mala elección.
—Solo elije uno, Jungkook —pronuncia de mala gana el menor, regresando a donde se encuentra Tae, listo para mostrarle algunos arcos de flores para el lugar donde estará la persona que los casará y lo más importante, él y Jeon.
—Elegí estos, pero si no son de tu agrado, puedes buscar unos tú y luego intentaré conseguirlo —dice Taehyung, dejando en las manos de Jimin unas cuantas fotografías de los marcos que él ha elegido.
—Detente —le pide el menor a su amigo, cuando observa un hermoso arco de madera de cedro en techado por un sinfín de medianas ramas de la misma madera. Rosas blancas en la parte de arriba, con cortinas blancas sobre los pilares que sostienen el marco.—Quiero este —alza la fotografía y la muestra para que Jungkook, pueda mirarla.
—Si a ti te gusta está bien, cariño.
Sabes que diré que si a todo lo que me muestres —el mayor se pone de pie, con el pequeño plato vacío de Sang, para luego dirigirse al lavado.
—Sera este, Tae. No te compliques con los manteles y cortinas quiero que todo sea blanco —le indica el menor, con una pequeña sonrisa en su rostro y sus ojos brillosos.
—Jeon, se mi testigo sobre lo que Jimin acaba de decidir —suplica Taehyung, mientras anota en su libreta las cosas que su amigo ha elegido.
—Eso no cambiara nada, pero soy tu testigo sobre la decisión que Jimin acaba de decidir —verbaliza Jungkook, mientras toma al pequeño Sang de su sillita y lo carga entre sus brazos.—Jin, puedes acompañarme un momento —le pide con un poco de pena, mientras Tae y Jimin lo observan.
—No le ayudes a elegir el traje, Jin —le ordena Jimin, mientras ambos se dirigen a la habitación de los mellizos.
—No necesito su ayuda —comenta Jeon, burlonamente.
—¿Qué más tienes para mostrarme? —pregunta Jimin a su amigo.
—Eso es todo por hoy, Jiminie. Trataremos de conseguir lo que ya aprobaste para avanzar un poco.
Tae guarda las fotografías y su libreta en su bolso, mientras Jimin se acomoda en el sillón junto a su amigo.
—¿Estás bien? —pregunta Taehyung, acercándose un poco más a su amigo.
—Solo necesito dormir un poco —responde. —Daewan, deja de lanzar las barbies de tu hermana —reprende Jimin a su hijo, al ver como una de las muñecas de su hija es lanzada por el pequeño.—Ese niño es imparable —se queja el rubio, mientras recarga su cabeza en el hombro izquierdo de Taehyung.
—Igual que su padre —chista Tae, mientras rodea con sus brazos a Jimin.
—Gracias por esto, Tae-Tae.
El rubio, coloca una de sus manos sobre la cintura de Taehyung para abrazarlo.
—¿Por qué me agradeces? —cuestiona el castaño.
—Porque, aunque odies a Jungkook, estas planeando nuestra boda junto a Jin. Y porque amas a mis hijos de la misma manera que amas a Iseul y a mí —contesta Park.
El vínculo entre ambos es grande, los dos se han visto en los peores momentos y se han apoyado siempre, aunque no estuviesen de acuerdo con las decisiones del contrario.
—No odio a Jeon. Es solo que no me agrada, y sobre tu boda, siempre soñaba con un día planearla —agrega Tae, mientras acaricia con una de sus manos el cabello de Jimin.
—Esto es una locura, ¿no es así? —dice el menor, conmovido.
—Es una linda locura. Mírate.
Tae alza el rostro de Jimin, para que lo mire.
—Eres feliz, tu mirada me lo dice todo. Tus padres estarían felices al verte sonreír cada vez que miras a Jeon, o al escucharte reprender a tus hijos. Al ver como eres amado por la persona que elegiste.
Los ojos de Jimin se llenan de pequeñas lágrimas que amenazan con recorrer el resto de su rostro.
—No omitamos el regaño, y la paliza de tu madre al descubrir que Jeon es un maldito Narcotraficante —añade Taehyung, sarcásticamente, mientras limpia el rostro del rubio.
—Gracias por animarme siempre —susurra Jimin, mientras sonríe por el comentario anterior que su amigo ha dicho.
—Sabes que te amo, Jiminie.
Taehyung deja un pequeño beso en la sien de su amigo.
—Lo sé. También te amo, Tae —corresponde Jimin, mientras ambos se abrazan el sonido del timbre se escucha.
—Jimin, abre —le ordena Jeon.
Ambos amigos se separan y se observan luego de escuchar la voz de Jungkook.
—Tae, lo hará —se excusa el menor, para no ponerse de pie.
—No. Ve tú, Jimin —le ordena nuevamente, Jeon.
Jimin se pone de pie molesto, ya que Jeon es el que siempre le dice que no debe abrir la puerta, que de eso se encarga JB o el chico que lo esté protegiendo.
El menor llega a la puerta y sin observar la mirilla abre de una sola vez la puerta.
—Nunca observa la mirilla —verbaliza Jungkook, cuando regresa junto a Jin a la sala, provocando que Tae los observe.
—¿Qué se traen entre manos? —inquiere Taehyung.
—Nada en lo que quiera que estés involucrado —replica de mal humor, Jungkook, mientras Jin, solo desciende su rostro ante el comentario a su amigo.
—Imbécil —masculla Tae.
Por su parte, Jimin, toma un hermoso corazón formado por muchos girasoles.
—¡Es hermoso! —exclama el menor, haciendo que Jin y Tae, sientan un poco de curiosidad.
Cierra la puerta con uno de sus pies, camina hasta la sala mientras carga el arreglo de flores con un poco de dificultad.
Cuando llega a la sala lo deja apoyado en uno de los sillones, sus amigos no paran de observar el hermoso corazón de girasoles.
—¿Y? —pronuncia Jeon, al darse cuenta que Jimin lo mira fijamente con una hermosa sonrisa en su rostro.
—¡Te amo! —grita el rubio, para luego correr hasta los brazos del pelinegro. —Te amo, te amo, te amo y te amo —repite el menor, mientras es cargado por los fuertes brazos de Jeon.
Jimin deja muchos besos en el rostro de Jungkook, por cada beso que le da dejaba salir un te amo de sus labios, haciendo que Jeon se sienta feliz al ver sonreír a su ángel y saber que ambos se aman de la misma manera.
—Iba a preguntar si te gusto, pero me queda claro que si —dice el mayor, colocando a Jimin con cuidado en el suelo. —Mi bello ángel —susurra Jeon, sobre los labios del menor, para luego dejar pequeños besos sobre los gruesos belfos de su pareja.
—Es hermoso, gracias —musita el menor, aferrándose a la cintura del mayor.
—Gracias a ti, por hacerme feliz —Jeon, deposita un beso en la nariz de Park. —Debo salir por un momento, volveré pronto —le informa.
Jungkook se aleja de Jimin, y toma su chaqueta.
—Está bien —dice el menor, tomando asiento en el sillón al lado de su arreglo de flores. —Vuelve con bien —es la frase que Jimin siempre le dice a Jungkook.
Cualquiera la tomaría como una simple frase, pero el menor la dice en forma de súplica, deseando que nada malo le suceda al mayor.
—Lo haré, cariño —susurra el pelinegro.
Jeon se acerca al sillón en el que se encuentra el menor, se agacha un poco para quedar a la altura del estómago de Jimin.
—Pórtate bien con appa, bebé — murmura el mayor en el estómago de Jimin, dejando un beso, luego sube un poco para quedar frente a frente con el menor. —Volveré con bien, mi ángel —le asegura para luego besar los labios del rubio y caminar hacia la puerta principal.
—Jin, gracias por tu ayuda, infórmame si puedes conseguir todo —le agradece Jeon al amigo de Jimin, y pareja de Nam.
—De nada —dice Jin, antes de que Jeon salga de la casa.
—¡JB, ayúdame a llevar esto al jardín! —alza su voz, Jimin, para que el nombrado salga de la habitación de sus mellizos para que le ayude.
En la bodega se encuentran; Kenji, Namjoon y Bobby, acompañados de GD y el ruso que se ha aleado con ellos, Jov.
Todos esperan que Jeon llegue, ya que no pueden dar ninguna información y mucho menos tomar decisiones sin el presente.
—Apuesto a que lo golpeara —habla GD, tratando de romper el incómodo silencio.
—Apuesto a que yo te golpeare a ti, si no cierras la boca —replica Kenji al chico de cabello verde.
Las puertas de la bodega son abiertas para luego ser cerradas, mientras unos pasos se escuchan en la dirección que todos están.
—Pareces un padre que reprende a su hijo —se burla Bobby del japonés, el cual, solo bufa cuando escucha el comentario del infiltrado.
—Que empiece la reunión —dice Jeon, tomando asiento en la silla que está frente a todos.
Los hombres de Jeon, se encuentran a su derecha, mientras el ruso es acompañado por uno de sus guarda espaldas, y el chico asesino, se encuentra a la izquierda.
—¿Buenas o malas noticias? —pregunta Bobby.
—Malas —contesta seriamente.
—Que las diga el de cabello verde, a él le gusta hablar —pide Kenji.
—Bien, habla —le ordena Jeon a GD, mientras lo observa fijamente.
—Escuché que fuiste engañado por una falsa ubicación de Revìch, y descubrimos quien es el culpable —habla el chico de cabello verde.
—¿Quién es el culpable? —inquiere Jeon.
—Lo tienes a tu izquierda —contesta el chico.
Jungkook, al instante gira su rostro y se encuentra con Jov.
Jeon alza su mano y la lleva al cuello del ruso, se pone de pie y lo estrella contra la pared ejerciendo más presión en la tráquea del ruso.
El aguarda espaldas de Jov, se pone de pie y saca su arma apuntando a Jungkook.
Los hombres de Jeon, que solo observan se levantan rápidamente con sus armas sin seguro, apuntando al ruso que amenaza con dispararle a su jefe.
—El arma —le ordena Bobby, mientras coloca su nueve milímetros en la espalda del ruso.
Nam toma el arma del ruso, Bobby, empuja al guarda espaldas hacia Kenji, el cual, lo recibe con un fuerte golpe en su abdomen.
—No quieras jugar conmigo —se dirige Jeon al ruso, mientras afloja su agarre del cuello de Jov. —No soy juguete de nadie —le aclara.
Jungkook aleja el cuerpo de Jov de la pared y luego lo lanza de nuevo con mucha más fuerza.
El ruso trata de recuperar el aire para poder explicarle el motivo de su engaño, para evitar que Jungkook no mal interprete las cosas.
—Mas vale que tengas una buena explicación, sino date por muerto —escupe Jeon, molesto alejándose de Jov, caminando hasta donde GD se encuentra.—¿Cuál es tu plan para entregarme a Yuan? —pregunta a GD, cuando está frente a él.
—Caerá por su avaricia, lo contactare y le diré que tengo su dinero. No se resistirá al dinero, lo necesita para continuar ocultándose de ti —habla con seguridad el chico de cabello verde.
—¿Qué tan seguro estas de que eso funcione? —interroga Jungkook.
—Muy seguro —responde secamente, GD.
—¿Qué opinas, Kenji? —inquiere Jeon, pidiendo la opinión del japonés.
—Creo que es una locura, pero sabemos que Yuan necesita dinero y lo que este niño asesino le debe es demasiado. Opino que lo intentemos, pero si no funciona, lo matare —da su opinión el japonés.
Todos los hombres de Jeon, se ríen incluyéndolo, luego de escuchar el último comentario de Kenji.
—Bien que así sea. Namjoon, bríndales todo lo que necesiten. Kenji, cuando tengas la fecha de encuentro házmelo saber para preparar a los que te acompañarán.
El japonés y Nam, asienten a las órdenes que Jeon les brinda.
—¿Estás listo para hablar, Jov? —pregunta Bobby al ruso, el cual, asiente.
El celular de Jeon, suena lo saca del bolsillo de su chaqueta, está a punto de cancelar la llamada cuando observa el nombre del contacto.
—¿Estás bien?, ¿te sientes mal? —es lo primero que Jungkook pregunta al atender su celular, dejándole en claro a sus hombres de quien se trata.
—Estoy bien, Jungkook. Perdón por llamar cuando te encuentras ocupado en tus asuntos, pero esto es urgente —habla Jimin un poco ansioso.
—Tranquilo, cariño. Dime —le pide Jeon, a través de la línea.
—Cuando regreses a casa asegúrate de traer pizza y helado. Y no olvides regresar con bien por favor —suplica el menor.
Jungkook solo sonríe al escuchar a su ángel, pidiéndole que le lleve comida.
—¿Dime el traje que escogiste? —le pidime el menor.
—Jimin —se queja Jeon.
—Jungkook —lo imita Park.
—El saco rojo —responde el mayor, escuchando una pequeña sonrisa por parte de su ángel.
—Una cosa más, cariño. Date prisa —le ordena Jimin.
—Como digas, mi ángel —susurra Jungkook, para luego terminar la llamada.—Date prisa —le ordena Jeon al ruso, mientras guarda su celular.
—Jeon, si te engañe no lo hice para jugar contigo. Debía hacerlo —comienza hablar el ruso.
—¿Por qué? —lo interroga Bobby.
—Revìch, tenía una leve sospecha de que yo podría engañarlo. Así que trate de demostrarle que no es de esa manera, mientras Jeon entraba en el supuesto lugar donde Revìch se encontraba, yo le demostraba a él que no tenía ninguna unión contigo —se explica Jov. —No soy un estúpido Jeon, sé de lo que eres capaz, pero era necesario que lo hiciera. Estoy muy cerca de establecer una reunión en persona junto a Revìch, mi objetivo es hacer que él salga de su escondite y venga a Corea, al igual que GD lo hará con Yuan —continúa el ruso.
—Para la próxima, házmelo saber —le pide Jeon.—Bobby, trabaja con él quiero que establezcan bien esas fechas de encuentro, si es posible quiero que ambos encuentros sean el mismo día, en distintos lugares —les ordena Jungkook a todos, mientras busca la salida.—¿Cómo va la búsqueda de mis empresas, Nam? —pregunta Jeon a su amigo.
—Ya están a tu nombre, solo dime cuando quieres presentarte ante tus empleados —contesta seriamente, Namjoon.
—Se lo comentare a Jimin, y decidiremos que día asistir. Nos vemos —se despide Jungkook. —Debo ir por helado y pizza para mi ángel —comenta Jeon en tono alto, para que sus hombres lo escuchen.
Jungkook se encuentra más relajado al saber que poco a poco tendrá frente a él, a sus enemigos y acabará con ellos, y podrá dejar que Jimin y sus hijos salgan con mucha más confianza a donde ellos quieran. Todo a su tiempo y vaya que tienen razón, las piezas se van armando lentamente, pero con seguridad.
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