1.28

Jungkook


Al llegar al local la mirada de Jimin es lo más hermoso que puedo ver, además de la linda vista que nos brinda la terraza.
Ambos tomamos asiento uno frente al otro, quiero saber un poco más sobre él así que, decido empezar una conversación.

-Cuéntame un poco más de ti, Jimin -le pido, haciendo que me vea.

-¿Dime qué es lo que quieres saber? -inquiere, mientras toma con una de sus manos el vaso que contiene agua.

-De ti, absolutamente todo -acoto.

Sus mejillas se sonrojan, puedo notarlo.

-Bien, ya sabes mi nombre, mi edad y que mi hermana es como mi hija -dice, mientras juega con los cubiertos que se encuentran en la mesa. -Mis padres fallecieron cuando tenía dieciocho años en un accidente de tránsito. Iseul, tenía 4 años, yo apenas empezaba mis estudios en la universidad, después que ellos murieron tuve que vender la mayoría de pertenencias que teníamos incluyendo la casa para poder pagar las deudas que mi padre había dejado -se detiene cuando mi amigo, Jay, se para frente a nuestra mesa y escucha su voz.

-Siento la interrupción -se disculpa Jay.

-Oh, está bien -masculla Jimin, regalándole una hermosa sonrisa.

-Espero lo disfruten -es lo último que dice mi amigo, para luego dejarnos solos nuevamente.

Jimin toma el cubierto, reúne un poco de comida y la lleva hasta su boca, comienza a saborear el bocado que tiene en su boca, cierra sus ojos y realiza un sonido, abre sus ojos observándome y se dirige a mí.

-Esta delicioso, debes probarlo.

Con su cubierto toma un poco de comida de mi plato, con cuidado coloca su otra mano abajo del cubierto por si se cae la comida del cubierto, mientras lo lleva hasta mi boca.

-Abre -me pide.

Cuando el cubierto con comida se encuentra en mis labios, abro mi boca y pruebo la comida tal y como Jimin me lo ha pedido.

-Sígueme hablando sobre ti -le pido una vez más, luego de haber degustado el bocado.

Asiente.

-Bueno, después que vendí la casa me mudé con mi mejor amigo, Taehyung, entre los dos pagábamos el alquiler del apartamento en el cual no vivo más. Él me ayudaba a cuidar de Iseul, pero la paga del alquiler aumento así que, ambos tuvimos que conseguir muchos trabajos a los cuales no permitían que mi hermana asistiera conmigo -se detiene para beber un poco de vino.

-¿Y entonces quién cuidaba de la mocosa? -pregunto.

-En la universidad conocí a Taemin, su madre y la mía eran buenas amigas, cuando le comenté mi situación, él no dudo en ayudarme cuidando a Iseul -responde.

Todo iba bien hasta que escuche mencionar al maldito de su amigo, haciendo que mi curiosidad aumente.

-¿Alguna vez saliste con él? -indago.

-¿Con Taemin? -duda, mientras yo asiento.

-Sí, demasiadas veces -contesta.

Presiono mi puño fuertemente.

-Taemin es muy bueno conmigo, pero nunca lo he visto como algo más, él es como la persona con la que siempre puedo contar, sin quitar que ama demasiado a mi hermana -agrega.

Se pone de pie y cada paso que da luego que se ha levantado es monitoreado por mí, sin perderme un solo detalle de sus movimientos.

Se detiene frente al mirador que se encuentra en el local, alza sus brazos hasta la altura de sus hombros y deja que el viento se detenga golpeando su cuerpo. Lentamente me pongo de pie y camino hasta él.

Cuando estoy atrás de él, llevo mis manos a su cintura la cual rodeo, mi barbilla la coloco entre su cuello y su hombro. Al sentir mis brazos enrollarse en su cintura baja los suyos y los coloca sobre mis manos, dejando salir un suspiro.

-¿Qué haces, Jungkook? -pregunta en un susurro.

-Dime que no quieres y me detendré -murmuro en la comisura de su oreja izquierda.

-Esto no está bien, Jungkook -dice.

-¿Por qué? -cuestiono, girándolo para poder quedar frente a frente, sin alejarnos el uno del otro.

-Es solo que tu vida... mierda, que pasa si el día de mañana te sucede algo, o le sucede algo a Iseul. ¿Qué se supone que haré?

Lo escucho atentamente para poder responder de forma correcta.

-No debes temer por el mañana, Jimin, ya que el mañana no nos pertenece. Debemos vivir el ahora, un día a la vez -respondo.

-¿Qué es lo que sientes por mí, Jungkook? -me interroga con semblante sereno y tranquilo.

-No sabría decírtelo, Jimin, ya que no he sentido lo que siento por ti, por nadie más

-Especifica -me exige.

-No lo sé, Jimin, maldición. No soy bueno en esto, sí, es la primera vez que hago esto por alguien. Lo único que sé es que no permitiré que mires a alguien más con esos ojos como me ves a mí, no permitiré que beses a alguien más como me besas a mí, no permitiré que nadie más que yo te tenga -digo.

Poso mis manos sobre sus mejillas y deposito un pequeño beso en sus labios el cual, no evita recibir.

-No tengo miedo, Jungkook, sé que tal vez pienses eso, pero no lo tengo. Es solo que esto es una locura, tú y yo, esto -nos señala.

-¿Te gusto, Jimin?

Al escuchar mi pregunta desvía su mirada.

-Sí -acota, está vez mirándome. -¿Pero y eso que, Jungkook?, Tú me gustas desde el día que te vi sentado en el restaurante, cuando me obligaste a ser tu maldito acompañante -añade Jimin.

Mi corazón se descontrola, al parecer no soy el único, la primera vez que lo vi no puede dejar de pensar en él.

-También me gustas, Jimin -suelto, ganándome toda su atención.

-¿Qué fue lo que dijiste? -articula, dudoso.

-Que me gustas, Jimin. Siempre me gustaste -respondo con sinceridad.

-Por eso actuabas como un hijo de puta -replica.

-Es solo que no comprendía lo que me hacías sentir, todo era totalmente nuevo para mí. Además ¿Qué me dices de ti, Jimin? huyendo de mí cada vez que te besaba -contra ataco.

Llevo mi dedo pulgar hasta su boca y delineo sus labios.

-¡Que! No huía de ti, es solo que no quería sentir nada por un narcotraficante, que es un completo lunático, hijo de puta -dice Jimin, en su defensa.

-¿Me temes, Jimin?

Niega moviendo su cabeza de izquierda a derecha.

Acerco mi rostro hasta colocar mi nariz junto a la suya, llevo mis labios sobre los suyos, tomo su hermoso labio inferior con mis dientes y lo tiro lentamente hacia a mí, haciendo que un pequeño quejido salga de Jimin. Suelto su labio para luego succionarlo suavemente.

Luego me abro paso entre sus labios e introduzco mi lengua en su boca, él lleva sus manos hasta mi cabello tal y como siempre suele hacerlo, seguimos besándonos hasta que repentinamente se detiene alejándose un poco de mí.

-Esto está mal, es una maldita locura, Jungkook. Tú no quieres hacer esto -habla Jimin, llevando sus manos a su cabello.

-Si no lo quisiera hacer, porque mierda te traería a este maldito lugar, Jimin -refuto en tono molesto. -¿A qué le temes? -pregunto frustrado.

-A que solo sea un maldito capricho tuyo, quizás -contesta, sin miedo a mi reacción.

-Créeme, Jimin, si fueras solo un capricho te lo hubiera dicho antes de traerte a este lugar -le aclaro.

Vuelvo a acortar nuestra poca distancia, jalándolo su mano derecha haciendo que se frene en mi pecho.

-Esto no funcionara, Jungkook -dice en tono decepcionante, observándome con esos ojos que empiezo a acostumbrarme a que solo me miren a mí.

-¿Cómo lo sabes? Ni siquiera lo hemos intentado -digo coquetamente.

-¿Estás pidiéndome que lo intentemos? -espeta, incrédulo.

-Si no lo intentamos nunca sabremos si esto funcionara, Jimin, ¿Qué dices? ¿Quieres intentarlo? -pregunto al final de mi argumento.

Se acerca a mis labios y deposita un beso, eso significa que sí, él siempre me contesta de esa manera.

-¿Eso es un sí? -inquiero, solo para asegurarme de su respuesta.

-Tú sabes la maldita respuesta -verbaliza entre dientes.

-Quiero escucharte decirlo -hablo en voz baja y seductora, mientras esbozo una sonrisa victoriosa.

-Sí, ¿estás feliz ahora? -dice, mientras juega con el botón de mi camisa.

-Estaría más feliz si estuviera besando tus hermosos labios -murmuro, acercándome a él robándole un beso.

-Vaya que mi narco es romántico -comenta entre risas, para luego besar una de mis mejillas.

Hablamos y no besamos, nos besamos y hablamos por un tiempo, luego de eso entramos al local el cual está lleno, miro hacia todos lados dándome cuenta que hay muchos tipos de mí misma clase a los cuales solo observo y ellos me observan sin llamar la atención.

Me despido de Jay, le pago por sus servicios, tomo la mano de Jimin y salimos del local.

Dejo a Jimin frente a la entrada del lugar mientras le pido al valet que traiga mi auto, cuando giro mi rostro para asegurarme que él este bien, veo que conversa con un tipo el cual, al inicio no reconozco, abro un poco más mis ojos para poder identificarlo, dándome cuenta de quien se trata, y es nada más y nada menos que Agust- D.

Comienzo a caminar ignorando la voz de uno de los valet, y chocando con el valet que ha estacionado mi auto, lo tomo de su camisa y me dirijo a él.

-Ve por mi auto, ahora -le ordeno, fuerte y claro, haciendo que el valet corra después que suelto su camisa.

Llego hasta Jimin y Agust-D.

-Sí, bueno, ahora estoy mejor -le dice Jimin. -¿Pero dime como te enteraste sobre lo que me sucedió? -pregunta.

Cuando estoy lo suficiente cerca llevo una de mis manos hacia atrás, le retiro el seguro a mi arma y no la suelto.

-¿Interrumpo algo? -hablo, ganándome la atención de ambos, pero más la de Agust-D.

-Nochu -me llam Agust-D, haciendo que Jimin me observe.

-¿Ustedes se conocen? -inquiere Jimin, a lo cual no respondo, pero que Agust, sí.

-Así es Jimin.

El valet sale de mi auto y me entrega las llaves.

Tomo las llaves, me acerco al auto, abro la puerta del copiloto, regreso por Jimin, cojo una de sus manos y hago que camine detrás de mí.

-Entra al auto, Jimin -le pido, sin dejar de observar a Agust.

-Pero...

-Entra al puto auto, Jimin -le ordeno, interrumpiéndolo.

Jimin frunce su ceño, entra al auto y azota la puerta al cerrarla.

-No deberías de tratar a Jimin de esa manera -comenta Agust.

-Y tú no deberías acercarte a él, si no quieres que te mate -lo amenazo.

-Debes cuidarlo mejor, Jungkook. Me enteré de su secuestro -agrega.

Me llamo por mi nombre, desde que tuvimos nuestra pelea, nunca nos hemos llamado por nuestros nombres, solo por nuestros sobre nombres.

-Juro que te matare si me entero que tú estas detrás de todo esto, Min -es lo último que digo.

Rodeo el auto y entro.

Antes de colocarme el cinturón saco mi arma, le coloco el seguro y la vuelvo a colocar en la parte trasera de mi espalda y mi pantalón.
Me abrocho el cinturón, enciendo el motor y antes de arrancar observo a Jimin, quien mira hacia fuera mientras se cruza de brazos, formando un lindo puchero en sus labios.

-¿Cómo lo conoces? -pregunto, mientras conduzco llamando la atención de Jimin.

-Tae, salió con él por un tiempo, así que lo conocí por medio de la relación que mantuvieron -responde.

-¿Sabes a que se dedica, Jimin?

-Mierda, Jungkook, no sé qué es lo que te sucede, estas actuando como un paranoico. Lo único que sé es que tiene muchos antros en Daegu -dice Jimin

Obviamente él no sabe que Min es el único narcotraficante de la ciudad de Daegu y mi ex mano derecha.

-¿Sabes cuál es su nombre, Jimin?

Asiente.

-No pienso decírtelo, Jungkook. Tú ya lo sabes, se supone que se conocen -espeta, molesto.

-¿Cuál es su nombre? -pregunto de nuevo, estando a menos de una cuadra para llegar a la mansión.

-Yoongi, Min Yoongi -pronuncia.

Y ahora me queda más que claro que él no sabe nada sobre la clase de vida que tiene.

Toco el claxon para que alguien abra el portón, el portón se abre luego de unos segundos, entramos, me estaciono frente a la entrada principal, me quito el cinturón, Jimin hace lo mismo, quiere salir del auto, pero este tiene seguro.

-Puedes quitar el maldito seguro, quiero salir -suelta, molesto.

Quito el seguro y sale del auto azotando la puerta de la misma manera que lo hizo cuando le pedí que entrara.

Comienza a caminar hacia la puerta, salgo del auto rápidamente, corro para poder llegar hasta él, cuando estoy cerca tomo su mano y lo freno.

-Jimin -pronuncio, llamando su atención.

-Yo realmente no te entiendo, Jungkook. Juro que intento hacerlo, pero no puedo -dice repentinamente.

-Jimin -repito.

-No, Jungkook. En serio, solo deja de hacerlo -lo escucho.

-¿Hacer qué, Jimin? -pregunto desesperado.

-Fingir que te importo y luego tratarme mal, ser cariñoso y luego cortante, fingir que te gusto y luego actuar como un paranoico -suspira y luego prosigue. -Yo en serio trato de comprender la vida de mierda que vives, Jungkook, pero si tú no confías en mí y no me dejas entender exactamente tu vida, y no me dejaras entrar completamente en ella, no le veo sentido al porque intentar algo entre nosotros -termina de decir, mientras acaricio su mano con mi dedo pulgar.

-Lo siento, Jimin, es solo que creí que el decirte sobre la mierda en la que estoy metido te involucraría y...

-Jungkook, maldición, ya estoy involucrado en esta mierda. Me presentaste como tu maldito novio -me interrumpe, mientras alza el tono de su voz-. Escucha, Jungkook, si no lo harás, esto...

Lo callo como siempre lo hago, con mis labios sobre los suyos.

-Lo haré, Jimin -susurro sobre sus labios.

Nos besamos unos minutos frente a la puerta, luego entramos, subimos las escaleras. Jimin se coloca su ropa de dormir y yo hago lo mismo, lavo mis dientes y cuando regreso a la cama él no esta acostado en ella.

Salgo de la habitación y me dirijo hacia la de la mocosa, la puerta esta abierta, Jimin esta acostado a su lado abrazándola.

-Jungkookie -dice la mocosa con voz adormilada, luego cierra sus ojitos.

Me acuesto de la misma manera que lo había hecho la noche anterior. Cuando Jimin siente mi brazo sobre su cintura se mueve un poco para dejarme más espacio, deposito un beso en la comisura de su oreja y puedo escuchar como una tierna sonrisa sale de su boca.

-Buenas noches, Jiminie -susurro.

-Buenas noches, Nochu -susurra.


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