1.2

Jimin


-¡Park Iseul, sal del maldito baño! -grito, apresurándola.

Ambos nos quedamos dormidos, escucho el sonido de la puerta y la veo salir de la pequeña habitación de baño.

-Dijiste maldito baño, Jiminie -me acusa mientras me señala.

-¿Por qué lo estas repitiendo? -la cuestiono mientras la miro furioso.

Ella desvía su mirada y opta por entrar a su habitación.

-Estoy lista -anuncia luego de un tiempo.

Tomo las llaves del apartamento, y nos dirigimos al colegio. Me despido de ella, le repito que no quiero quejas y que debe portarse bien. Como siempre se lanza a mis brazos y me dice que ha comprendido.

Luego de dejarla en el colegio, regreso a casa y decido no ir a clases, si cruzo la puerta seguro y seré la comidilla de mi grupo. Luego de haberme quedado en casa leyendo un poco, recojo a mi hermana y la llevo a la tienda en la que trabajo con mi amigo Jin, tal cual y como suelo hacerlo todo el tiempo.

-Mi linda Iseul -dice Jin.

Mi hermana escucha su voz y corre a sus brazos emocionada.

-¡Jin! -exclama feliz, para luego dejar besos en su mejilla.

-¿Te quedaras a trabajar con nosotros? -pregunta Jin.

Mi hermana niega y contesta.


-Taemin, prometió cuidarme para que Jiminie pueda trabajar tranquilo.

Jin deja de abrazar a mi hermana y me observa.

-Así que, Taemin, no -bromea.

-No es lo que piensas -digo de inmediato. -Sabes que vive en una maldita mansión y que no hace nada más que estudiar y holgazanear. Dijo que no le importaba cuidarla y ayudarla con su tareas -me defiendo nervioso.

-Sabes... Jiminie, creo que...

-¡Taemin! -grita mi hermana, haciendo que todos los que estamos en la tienda nos demos cuenta de la llegada del antes mencionado.

-Jimin -me saluda mientras me guiña su ojo derecho.

-Taemin -lo saludo.

-¿Acaso no piensas abrazarme? -me cuestiona, indigando.

Sonrío y me lanzo a sus brazos.

-Debes cuidarla y hacer que haga sus tareas, debe alimentarse con cosas saludables, nada de comida chatarra. No dejes que duerma porque si no le costara dormirse por la noche, y el que sufrirá y se enojara seré yo, y si eso pasa te mataré -le doy las indicaciones.

-Tranquilo, minie. Haré todo lo que me pides, la dejaré en el apartamento cuando termines tu trabajo para ahorrarte el viaje.

Asiento para luego despedirme de Iseul y de Taemin.

-Sabes, Jimin. Creo que deberías de darle una oportunidad a ese tal Taemin -comenta Jin mientras acomoda un par de refrescos en una recamara.

-Estas jodiéndome.

-Vamos, Jiminie. Al tipo le gustas y ni siquiera lo oculta.

Suspiro.

-Basta, Jin -le pido.

-Hola, buenas tardes -escuchamos la voz de nuestro jefe, Siwon. -Pueden decirme ¿por qué la caja está sola? -nos cuestiona.

Jin y yo nos dirigimos hacia la caja, pero mi amigo no evita mirarlo molesto.

-Se puede saber ¿por qué vienes gritando como loco? -lo reta Jin.

Intento mantenerme al margen, pero luego de escuchar a mi amigo comienzo a reírme.

-Jimin -pronuncia mi nombre de forma coqueta, como siempre lo hace.

Y una vez más, aquí vamos de nuevo.

-Choi -lo saludo.

-Mi hermoso, Jiminie -añade, tomando mi mano izquierda para luego besar el dorso de esta.

-Sabes que odio que te comportes de esta manera, Choi -le recuerdo-. Eres mi maldito jefe, no debes coquetear con tu empleado.

Suelto su mano y los tres comenzamos a reír.

-Si aceptaras ser mi chico, ya no sería tu jefe -replica de forma juguetona.

-Basta, hay que seguir trabajando -interrumpe Jin.

-Bien, yo haré el inventario de lo que hay que pedir -digo de manera rápida. -Jin, tú llena los estantes que están vacíos con más producto -le indico a mi amigo.

Jin asiente.

-Y tú -señalo a Siwon-. Atenderás la caja y no acepto un no por respuesta.

-Tengo una pregunta -habla mi amigo. -¿El jefe es Jimin o este acosador de Jimin? -pregunta burlonamente.

-Basta, Jin, tú sabes quién es quién. Ve a trabajar si quieres que nuestro jefe nos deje salir temprano.

-Como mierda se supone que te supere, Jiminie, si amo cuando tomas el control de mi tienda -dice mi jefe

-Cállate y trabaja, Siwon -le pido entre risas.



Jungkook


Me encuentro en casa junto a Namjoon, el cual, observa su libreta de apuntes mientras me pone al tanto de toda nuestra producción.

-Lo que le proveemos a las tiendas está en orden, excepto por dos, de lo contrario todas están bien. La mejor es la de Siwon, te dije que no nos fallaría -lo escucho decir.

-Bien, estoy de buen humor, visitaremos las tiendas y les daremos un bono porque están haciendo bien su trabajo -digo.

-Cualquiera que te escuche pensaría que eres dueño de todas las tiendas, y un buen jefe queriendo recompensar el excelente trabajo de sus empleados -dice Nam, sarcásticamente.

-Sabes que si quiero esas tiendas pueden ser mías, ¿no? -me jacto.

-Lo sé, Kook, pero tú y yo sabemos que no te interesan y más allá de ser un puto narcotraficante, tienes un buen corazón con las personas honestas.

-Cierra la boca y vámonos antes de que me arrepienta -le ordeno.

Hemos recorrido todas las putas tiendas y empiezo a cansarme, pero sobre todo a aburrirme.

-¿Ahora si iremos a casa? -pregunto molesto.

-Falta la tienda de Siwon, vamos, Jungkook. Es la que más dinero entrega y más mercancía pide, debes ser generoso con él -me pide entusiasmado.

-Bien, seré generoso con él Namjoon, pero cierra la maldita boca.

El auto se detiene, y esa es mi señal para saber que hemos llegado al lugar.

-Jungkook, llegamos -me notifica Namjoon.

Me retiro la chaqueta, enrollo las mangas de mi camisa y salgo del auto, entro a la tienda y escucho la voz de Nam y de otro chico.

-Siwon, hermano. Gusto en verte.

-Lo mismo digo, Nam. ¿Qué te trae por aquí?

-Pues.... tu tienda es de las mejores, es la que entrega el dinero a tiempo y te mereces un pequeño regalo ¿no lo crees?

-Si tú lo dices.

-Tu debes ser Siwon -interrumpo la pequeña conversación entre ambos.

El chico asiente.

-Soy Jeon -me presento.

El chico extiende su mano la cual, ignoro.

-¡Maldita sea, Siwon! -escuchamos un fuerte grito. -Se puede saber ¿por qué la caja está sola? luego...

El chico pelirosa guarda silencio cuando nos ve a Namjoon y a mí.

-¿Decías, Jin? -gesticula burlonamente su jefe.

-Olvídalo.

-Él es uno de los chicos que trabajan aquí -nos hace saber, Siwon.

-Un gusto, mi nombre es Jin -se presenta el pelirosa.

-¿Quiénes más te ayuda? -indaga Namjoon.

-Heechul es el que vende el producto. Jin y Jimin solo atienden la tienda y la dirigen cuando yo no estoy -responde.

-¿Y el otro chico dónde está? -realiza otra pregunta, Namjoon.

-Vamos, Nam, pareces agente policial -articulo, burlándome de él.

-¡Jimin! ¡Ven acá Jimin! -grita el tal Siwon.

-Por qué estas gritando como enfermo, Siwon.

-Ji...

-No me jodas, Siwon. Estoy intentando hacer el maldito inventario y tu empiezas gritar como enfermo. Solo quiero terminar de trabajar e ir a mi estúpido apartamento.

-Basta, Jimin -lo interrumpe el chico de cabello rosa.

El tal Jimin se da la vuelta, y para mi sorpresa y buena suerte es el chico del restaurante. Sonrío ladinemente y fijo mi atención nada más que en él.

-Él es Jimin -lo presenta Siwon-. De seguro se arrepiente por su actitud.

El rubio lo mira molesto cruzándose de brazos.

-Soy Jimin, y no me arrepiento de nada de lo que escucharon salir de mi boca. Ahora si me permiten debo seguir trabajando para poder irme a casa -dice el chico.

Namjoon no puede contener su risa, el chico pelirosa solo mueve su cabeza y sonríe.

-Jimin, me vuelves loco -alza la voz su jefe.

El chico lo ignora y entra a la bodega.

-Basta, Siwon, déjalo trabajar -le pide el pelirosa. - necesita ir por Iseul. Si me disculpan, me retiro, debo ayudar a Jimin a terminar -se despide el chico-. Por cierto, dile al maldito de Heechul que atienda la caja, y dile que no se robe nada. Y si lo hace que al menos intente que Jimin no se dé cuenta, si no estará en graves problemas.





Jimin


Termino el inventario, Siwon se ha retirado y Jin se marchara con Heechul ya que, ambos alquilan un apartamento.

-Nos vemos, Jin -me despido de mi amigo. -Adiós, Heechul, espero que no hayas robado nada, sino date por muerto, imbécil -lo amenazo.

Salgo de la tienda y camino hacia la parada de autobuses, un auto se estaciona a un metro y segundos después veo como alguien baja de este.

Le resto importancia ya que, el autobús se acerca, pero no se detiene en ningún momento dejándome varado.

-Mierda, mierda -mascullo.

-Hola, hermoso -escucho una voz varonil, haciendo que de un leve salto.

Giro mi rostro hacia la izquierda y para mi mala suerte es el tipo del restaurante.

-Tengo nombre, y estoy seguro que no es hermoso.

Él sonríe mientras se acerca a mí.

-¿Quieres que te dé un aventón, hermoso? -pregunta coquetamente.

-No, gracias -respondo con desconfianza.

-Vamos, ¿cómo piensas ir a casa? -insiste.

-Llamare un taxi -contesto de forma rápida.

-Acepta mi oferta, no te haré daño si eso es lo que piensas.

-No te tengo miedo, es simplemente que no te conozco.

Me alejo de él, pero un auto se detiene frente a mí, el tipo que conduce baja la ventanilla y se dirige a mí.

-Hola, amor, quieres que te lleve.

-¿Quieres que te corte las piernas, imbécil? -pregunta el tipo, molesto. -Desaparece -le ordena mientras toma mi antebrazo y lo sostiene con un poco de fuerza.

-¿Qué mierda haces? -lo cuestiono-. Suéltame.

Comienza arrastrarme hasta su auto a la fuerza.

-Te lo propuse de buena forma y no aceptaste -habla mientras me lleva hasta su vehículo.

Abre la puerta del auto y me empuja hacia adentro, cierra la puerta y la bloquea.
Entra al vehículo y mierda, mi corazón late como loco, este tipo es un lunático.


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