Hace rato sentí un ki familiar, estamos yendo para donde estaba el ki con mi nube voladora;  pero no dejo de pensar que son mis hijos, Videl y mi nieta.

–Oye, Kakarotto.

–¿Qué sucede, Vegeta?

–Y... ¿Qué se siente estar en la nube?

–Mhh... Es como si estuviera sentado en la cama o sillón ¡bien blandito!

–Ya veo.

Vegeta y Gokū llegaron al punto límite de donde sintieron el ki pero ven que no hay nadie así que ambos miraron a todos lados, cuando miraron abajo, estaban campando y eran Goten, Gohan, Videl y Pan.

–¡Oigan! —descendiendo con la nube voladora.

–Padre, ¿eres tú?

–Si, soy yo, Gohan...

–¡Papá! —va con su papá a abrazarlo.

–¡Goten! —abrazándolo— ¡¡Te extrañé mucho!!

–Yo también los extrañé a ambos.

–¿Enserio?

–Claro, hijo..

En eso, Champa y Vados llegan.

–¿Qué se les ofrece? —preguntó Vegeta.

–Chicos, nesecito que reúnan a 10 participantes para un torneo del poder que hará Zeno-Sama.

–Mhh, bien. Ahorita vengo, tengo que ir a traer a los participantes —dijo Gokū montando la nube.

–Tsk, voy contigo —anunció Vegeta prendiendo vuelo.

–De acuerdo, Vegeta.

Vegeta y Gokū fueron a su casa para encontrar el botón que le dió Zeno-Sama.

–Aquí está, Vegeta.

–Y... ¿Para qué es eso?

–Voy a hablar con los pequeños Zen..

–¡Pero suena interesante el torneo de los unversos! ¡¿no me digas que lo vas a cancelar...?!

–Sí, por supuesto que suena interesante el torneo del poder, pero me preocupa más mi embarazo.

–Oh, entiendo, bien... Llama a los pequeños Zen.

–Sí —aprieta el botón.

Aparecen los Zeno-sama.

–Hola, pequeños Zen.

–¿Nesecitas algo Son Gokū? —dirían los dos pequeños.

–Hee... Verán yo soy intersexual y eso significa que puedo tener hijos al igual que una mujer... Y pues, yo ahorita tengo dos niños en mi vientre y apenas tiene 3 meses... Si no es muy atrevido de mi parte... ¿Podrían mover la fecha para dos años después?

–Sí, claro pero... —dijo el pequeño Zen del presente.

–Nos vamos a aburrir —destacaron los pequeños.

–Por eso no se preocupen —saca una caja vieja— aquí hay juegos básicos les enseñaré como se juega...

Gokū comienza a explicarles como se juegan los juegos del planeta Tierra.

–Son muy divertidos estos juegos, Gokū —informaron los pequeñitos de estatura baja.

–Ya sabía yo que les iba a gustar; entonces... ¿Sí moverías la fecha?

–Sí, dentro de dos años...

–Claro, gracias bueno tengo que hacer cosas... Adiós, Pequeños Zen.

Goku aprieta el botón para que los Zeno-Samas aparezcan en su templo.

–Ahora ya no hay de que preocuparnos —sonrió Gokū.

–¿Era necesario decirles que eres joto? —preguntó Vegeta algo molesto.

–¡Que atevido es usted sr. Gokū! —exclamó Vados.

–¡¿Cómo llegó aquí?! —habló con un sobresalto.

–Bueno, ahora será dentro de "dos años".

–Pues sí.

–Bueno... Solo me iré, adiós, Son Gokū —Vados se retiró junto con Champa.

–Claro.

–¿Vamos con los demás?

–Si.. —anunció Vegeta.

Gokū y Vegeta van hacia donde estaban los hijos del menor.

–¿Vienen?

–Si, ¿por qué no? —dijo Gohan.

–Sip.

–Sí, claro —cargando a Pan.

Gokū va rápido a la casa para luego convertirla en Cápsula al igual que el laboratorio de Bulma... Y la casa de Bulma.

–Vamos mejor hacía el mar que estaba aquí cerca...

–¿Una playa? Yo estoy de acuerdo..

–Será divertido vivir cerca del mar...

–¡Uy que divertido ja, ja, ja!

–Entonces... Vámonos.

•••

–Hmm...¿papá?

–¿Si? ¿qué pasa?

–Quería saber... ¿Por qué te creció la panza?

–¡Ahh! pues... Este.. Es difícil de explicar, pero soy... Intersexual.

–Ya veo...  ¿Entonces quién es el padre?

–Vegeta... —enunció sonrojado.

–Supongo que era algo que tenía que pasar...

–¡Oigan, sáquenme de aquí! —gritó Bulma.

–Espérate... —dijo Gokū.

–Oye, ¿sabes como me siento al saber que mi casa la convirtieron en cápsula y yo atrpada adentro de la cápsula?

–¡Ay, ya, pues...!

–Bulma ¿eres tú?

–¿Goten?

–¡Si!

–¡Oh! ¿cómo estás?

–Nada, je, je.

–¡Hola, Bulma!

–¿También Gohan?

–Si, mejor ni te pregunto "cómo estás" porque vas a responderme "bien y tú" y yo te contestaré "nada aquí" y no tendremos tema de conversación y me dejarás en visto.

–Okey... Eres un poco raro...

–Yo también, Bulma.

–¡Ay noo! Esto debe ser una pesadilla...

–Bien, la rara eres tú ja, ja.

–¿Buma? —dijo la pequeña Pan.

–¿Tambien Pan? —se desmaya al estilo anime.

–¡Ya llegamos! —exclamó Gokū estirándose.