Y ahí estaba ella; caminando por la arena, con la cabeza gacha, las zapatillas en mano y el cabello más corto de lo que recordaba. Su vestido hacía que se viera hermosa y aquella corona de flores la hacían encantadora.

Me quedo parado en mi lugar. Ya había encontrado lo que buscaba.

Courtney levanta la vista y al verme, se detiene en seco mientras sus ojos me escudriñan de arriba abajo intentando saber si no soy una ilusión. Intento sonreirle, pero no puedo, estoy nervioso. 

La observo mejor. Como ha cambiado: Se ve un poco más feliz, está un poco más alta o quizá hace alusión a que está más delgada que antes. Sus ojos miel ya no brillan como antes, tienen otra clase de brillo... uno que, alguien a quien ella quería provocaba. La cosa relacionada con ella había sido de su graduación, una foto, con su cabello color miel hasta la cintura, su birrete, su diploma de excelencia y la sonrisa de la que me enamoré.

 Ahora su cabello está por sus hombros.

Defitinitivamente ya no parece una chica frágil, ahora, a su edad, parece alguien a quién le da miedo pocas cosas. Sus labios intentan pronunciar algo que no se atreven mientras sus ojos me miran como si no dieran créditos.

  — Courtney— murmuro intentando convencerme de qué es hora de afrontar las cosas— Courtney...