Capítulo 6."¿Está muerta?"

Matthew

Le doy un sorbo a la taza de café mientras intento ver si no tengo la corbata sucia con algo del desayuno. Al darme cuenta que está completamente limpia miro la hora en el reloj y me quedo sentado al ver que aún hay tiempo. Comienzo a tamborilear los dedos en la mesa  y me pongo de pie después de rato de no hacer más que eso.

Comienzo a caminar por la casa y voy directo a las escaleras, camino por el pasillo iluminado por el ventanal con vista directa al gran jardín trasero y, al llegar a mi habitación, veo que la chica de anoche aún sigue acostada en la cama, ¿Lo peor de todo? dormida como si no quisiera irse.

Ni siquiera sé el nombre de la chica, sólo se que trabaja en el primer piso, donde están tomando capacitación las personas de nuevo ingreso. Es curioso como sólo bastó con una simple pregunta para terminar aquí. 

Es curioso como no sabes su nombre pero sí el color de su ropa interior.

—Creo que deberías irte—le digo una vez que entro al cuarto y agarro el saco negro que está en el perchero.

La chica no se mueve de su lugar y parece que de verdad está dormida, pero su cuerpo se sacude levemente y después escucho una pequeña risita.

—¿Cuál es la prisa?—pregunta después de rato.

—Tengo que ir al trabajo—digo haciendo evidente las cosas— y por eso deberías irte.

Levanta la cabeza y se sienta en la cama sin importar que no tiene nada en el cuerpo salvo las sábanas. Me mira unos segundos y se muerde el labio, buscando la forma de decir lo que piensa.

—¿Acaso eres así con todas?

Al escuchar su pregunta no me sorprendo ni un poco, dado que es la pregunta que la mayoría hace, lo que me sorprende es la sonrisa que se carga, cómo si intentara saber si está teniendo algún beneficio o está perdiendo en está común situación.

—Sí.

Niega con la cabeza sin quitar aún su sonrisa, sólo que ésta es un poco irónica. Al fin se dio cuenta que estaba perdiendo.

 Se sienta en la cama a recoger su ropa y niega con poco con la cabeza, y yo sólo me preparo para lo que vaya a decir, como todas las chicas lo hacen para hacerme sentir mal por haber pasado un buen rato con ellas.

—Es una lástima que todas den por ti y tu no des por nadie.

*

Las puertas del elevador se abren de par en par y comenzamos a salir en orden para no tirar el café que la mayoría trae en mano. Puede que en mi cara se note la pesadez y el aburrimiento de otro día de trabajo, pero intento poner la mejor sonrisa cuando veo a la secretaria de papá sentada entre todos los escritores llenos de papeles, computadores y muchos bolígrafos.

Su secretaria, una señora algo mayor, es una linda persona que, siempre le cuenta todo lo malo que me da por hacer y para ella, eso resulta satisfactorio porque papá me regaña y ella dice que eso es bueno, que no debo ser un chico maleducado que anda por la vida haciendo cosas malas, que hacen que ponga en mal el apellido de mi padre.

Aunque claro, sigo haciéndolas. 

—Buenos días—me dice feliz.

—Buenos días.

Pero no tan buenos como la secretaría detrás de usted.

—Sé que es muy temprano para las malas noticias, pero su padre quiere verlo en la oficina—señala con la cabeza el piso de arriba, que es donde supongo que encuentra haciendo algo.

—¿Ahora qué hice mal?—le pregunto algo cansado.

Ríe levemente antes de contestar:

—Está vez no he sido yo—el tono de su voz es sincero—. Realmente no sé qué quiere su padre.

Me paso la mano por la cara mientras suspiro. Reviso la hora en el celular y tiene razón, es muy temprano para las malas noticias.

—No estoy segura qué hace su padre en el piso de arriba, sólo sé que ahí está... haciendo algo.

—Gracias.

Me doy la vuelta para caminar de regreso al elevador y comenzar a esperarlo de brazos cruzados, estrujando mi mente para encontrar algo coherente para que sea necesario hablar conmigo.

Su secretaría dijo que está vez no lo sabía.

-Lo mismo dijo la primera vez.

Sí, pero la primera vez, después sólo nos sonreía de una forma rara.

-La segunda vez sólo guardaba silencio.

Entonces, esto es algo más malo que ella acusándonos. 

Las puertas del elevador se abren y le doy una última mirada a la secretaría linda detrás de la secretaría de papá, porque algo me dice que quizá no la vaya a ver en un rato durante el día.

Enseguida sube al siguiente piso y al salir del elevador, me detengo en seco buscando a papá por todo el piso. Todos se concentran en su trabajo y nadie levanta la vista siquiera para preguntar que si busco a alguien.

Nadie hace nada.

Camino hasta el pasillo donde está la oficina de la responsable de piso y toco la puerta dos veces y escucho un "pasa" con su irreconocible voz.

Y ahí está papá con esa desagradable mujer de cabello rubio hasta los hombros y sonrisa larga, muy parecida a Joker, enemigo de batman. Tiene ojos azules y un horrible lunar gigante en el medio de su mejilla.

—Tu secretaría dijo que me buscabas—digo sin más, ignorando la presencia de la mujer.

Asiente con la cabeza y le da una rápida mirada a la mujer sentada detrás de su escritorio, lo cual he de admitir, me confunde un poco. 

—Así es, por eso también hablaba con ella—ambos sonríe de una forma que da miedo—. Este fin de semana...

—En dos días—lo interrumpo.

—Muchas organizaciones y empresas harán una importante reunión—continua ignorando mi comentario— y por supuesto, tenemos que ir. Tienes la obligación de terminar todos los pendientes que tienes para salir sin estrés.

—¿Disculpa?—le digo algo confundido.

—Matt, no te hagas el desentendido...

—No—lo interrumpo mientras intento no fruncir el ceño algo molesto—. Tengo cosas que hacer el fin de semana.

—Esto es más importante que todo es que tienes que hacer.

Se encoge de hombros de una manera que hace que quiera lanzarme desde el último piso y yo sólo lo miro unos segundos notando como la mujer nos mira esperando casi con ansias a que salga de la oficina. Si mamá se enterara que lo mira con esos ojos, posiblemente ya hubiera hecho de las suyas.

—¿Por qué rayos no me avisaste con anticipación? mínimo para no hacer planes.

Me cruzo de brazos esperando una respuesta antes de salir enojado de la oficina y hacer berrinche con mamá de que otra vez está tratándome como su empleado-hijo; se confía en que sólo porque soy su hijo haré absolutamente todo lo que diga y a la hora que diga y cómo él lo diga.

Estúpida vida empresarial que tengo.

—Bueno, ahora ya lo sabes.

Y supongo que ahí termina la conversación porque me mira de esa forma en la que siempre me ha mirado desde que tengo memoria, la mirada de "No discutas, ya lo dije ahora obedece".

Dejo los ojos en blanco y con un nudo en la garganta gracias a todo lo que no me dejó decir, salgo de la oficina mostrando la tranquilidad que en ese momento estaba provocando que en mi cabeza surgieran insultos de toda clase.

*

—¿Puedo renunciar?

—¿Cómo rayos va a renunciar el hijo del dueño de la empresa?—me pregunta irónicamente Andrew.

Me siento en su escritorio, que es igual al de la secretaría de papá; gris y largo, con una computadora, documentos, adornos, pero a diferencia de ella,  Andrew tiene basura de empaques de comida.

—Ni tampoco va a funcionar ir a acusarlo con tu mamá—me dice casi leyendo mi mente.

—¿Por qué?—pregunto algo alterado.

—Una de dos: tu mamá te dice que tienes que obedecer porque así es el trabajo o tu mamá habla con él pero de todos modos tendrás que ir.

—Se suponía que íbamos a ir a visitar a Connor—me quejo—ya habíamos preparado este viaje desde hace dos meses.

Andrew se queda callado unos segundos, deja de escribir y se deja caer en el respalda de la silla mientras pone sus manos detrás de su cabeza. Me lanza una mirada como si estuviera a punto de decirme algo que me ocultó durante un gran tiempo, porque después de haber visto esa mirada y escuchar lo que dice después de esta, estoy seguro que ésta vez es así. Lo miro confundido y comienzo a pensar muchas cosas malas que podría decirme.

—Las cosas con Connor no son igual que hace dos meses...—lo escucho suspirar.

Entrecierro los ojos un poco y no entiendo bien a que se refiere.

—Lucas falleció hace casi un mes en un accidente de auto—me dice de una manera lenta y queda, para que pueda digerir la noticia.

Y sí, lo capto perfectamente desde el inicio al final de la oración:

Lucas está muerto.

Y es raro que me sienta en shock a pesar de no haber sido nada cercano a él, sólo lo frecuentaba en los partidos de americano en la preparatoria y de vez en cuando cuando estaba con Courtney, que eso era casi siempre.

Courtney...

—Hace casi un mes... ¿Por qué me lo dices ahora?—lo cuestiono sintiéndome algo mal por no haber llamado siquiera a Connor. 

—Porque él me dijo que no dijera...

—¿Él que tiene que ver en su muerte?—lo interrumpo.

—¿Qué si el tiene que ver en cómo murió?—pregunta confundido.

—No, no, no—digo rápidamente mientras agito las manos— ¿A él en que le afecta?

—Oh, bueno, no sé si lo sepas pero Cristina es su novia y ¡Era su mejor amigo, estúpido!

La secretaría a lado de él, nos mira con el entrecejo fruncido y una cara de pocos amigos. Yo la miro raro esperando que se voltee pero no lo hace hasta que Andrew le pide una disculpa. Me cruzo de brazos y lo miro, esperando seguir con esta charla que sólo está arruinando un poco más mí día.

—¿No lo podemos ver a pesar de la pérdida?

¿Eres idiota?

Andrew me mira mal antes de decir:

—Lucas no fue el único en ese carro así que supongo que las cosas se complicarían si...—guarda silencio, pensando si es correcto seguir la oración o dejarla al aire. 

—Sólo dilo y ya—suspiro molesto. 

—La novia de Lucas y Courtney también estaban ahí—me dice todo alterado, sin un poco de tacto.

Sin poder evitarlo, abro los ojos y mi mandíbula se tensa a tal punto que si mi lengua estuviera entre mis dientes, estaría en dos trozos. Comienzo a sentir un vacío en mi estómago tan fuerte, que comienzo a creer que ahí se va toda la comida que mi mamá no comprende en dónde cabe. Mi garganta no es capaz de preguntar lo que mi mente está repitiendo tres veces por segundo.

Courtney está muerta, Courtney está muerta, Courtney está muerta...

De poco a poco, siento que me falta el aire y no sé porque comienzo a mirar a Andrew, como si me hubiera dicho que acabo de perder algo importante.

—¿Estás bien?—me pregunta algo preocupado.

—¿Courtney está muerta?—pregunto sin pensar, ansioso por la respuesta. 

El niega rápidamente comprendiendo el porqué ha cambiado drásticamente mi estabilidad emocional. 

—Fue la única que sobrevivió— me explica—. Connor me dijo que si murió unos segundos en la operación porque casi la parte en dos una pieza de...

—No, no, no—lo interrumpo mientras ahuyento de mi cabeza esas imágenes de Courtney—no quiero saber que la encontraron toda moribunda.

Vaya, el chico sin corazón recuerda quién sí lo volvió loco. 

—A lo que me refería es, Courtney está intentando recuperarse del accidente y por si no los sabías, Cristina y ella viven respectivamente juntas, ¿Cómo crees que se sentiría ella al verte, estando desecha física y mentalmente?—pregunta mientras regresa la mirada a la computadora— Creo que si todo hubiera estado como antes le sería más fácil ignorarte o mandarte al demonio... Connor y Cristina dice que de algún modo, tú sólo le recordarías más a Lucas. 

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Hello:)

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