3-Peleas (+18)
De nuevo en las clases de Nevermore, Tn hacia algunas anotaciones sobre los temas mientras prestaba algo de atención. Aunque se sabía los temas porque los leía y solía repasar en ratos sueltos, le gustaba ver como el profesor explicaba. Desde hacia tiempo había sentido la curiosidad por la enseñanza, quizás se dedicaría a ser profesor.
—Los vampiros tienen una gran visión por las noches las cuales les permite saber si alguien está acechando o algunas presas cuando tratan de cazar—dijo el hombre—de hecho, hay cazarrecompensas de bandidos y ladrones que son vampiros. Además de la fuerza, actúan en la noche y se pueden mover de manera tan silenciosa, que no los ves hasta que los tienes encima.
Entonces, un alumno levantó la mano y el profesor le dio paso.
—¿Es cierto que si te muerde un vampiro u hombre lobo te transformas?, ¿qué hay de cierto en ello?—preguntó.
—Buena pregunta, la realidad es diferente a las películas. Tanto los vampiros como hombres lobo, para transformar a una persona, tienen que morder y liberar una serie de pequeñas gotas de un líquido que únicamente producen ellos a voluntad. Cabe destacar que solamente se han usado en humanos o bien por error ya que no controlarían sus poderes o...sobrevivir—contestó el hombre—con lo de sobrevivir me refiero a que las manadas en cierto punto de la historia tuvieron muchas bajas por peleas, guerras o cazadores.
Tn miró a Yoko y Enid con una pequeña sonrisa.
—No me importaría que una de las dos me hincará el diente—pensó haciendo llegar sus pensamientos a ambas quienes se sonrojaron. Yoko era la primera vez que veía el poder del chico.
Luego de ese tema siguieron otros sobre como los hyde eran muy imprevisibles y no se podían controlar. Eso tocó un poco a toda la clase, aunque a quién más sin duda fue a Miércoles pues recordó ese momento de debilidad donde estuvo enamorada de Tyler. Fue la única que habló al respecto gracias a todo lo que leyó sobre ello en el diario.
—¿Te encuentras bien hermanita?
—Si, además, solamente soy un par de minutos más pequeña que tú
—Igualmente eres mi hermana pequeña.
Tras cerrar los libros y entrar a la hora de descanso, ambos charlaron sobre lo que podrían hacer ya que ella ya había terminado la novela. Ahora la iba a dejar en reposo un poco hasta saber muy bien lo que iba a hacer con el siguiente libro. Necesitaba una idea.
—¿Qué tal una de amor?—Miércoles volteó a mirarlo con esa mirada tan fría.
—Eh, solamente opinaba...¿quieres ir a pescar?, tengo granadas en el cuarto que están deseosas de estallar.
La joven se quedó pensativa un poco hasta que asintió con la cabeza.
—Me vendrá bien para alejarme de este lugar aunque solamente sea un rato—contestó antes de ponerse en pie y marcharse.
Tn se quedaría un rato más en el aula hablando con el chico abeja, cuyo club se había apuntado ya que éste le caía bien y ayudó a su hermana.
—¡Eres una jodida zorra!—escuchó de pronto no muy lejos.
Yoko, Divina y Enid estaban discutiendo con un grupo de cuatro chicas. Le sonaba la chica rubia de nombre Eylin, era una mujer loba.
—¿Cómo me has llamado?—preguntó Enid sacando las garras para amenazar.
—Ya lo has oído...zorra—replicó la otra.
Tras varios insultos de todo tipo, ambos grupos con la incorporación de Bianca para ser cuatro y cuatro, empezaron a liarse a tortazos. Las mesas y sillas caían al suelo, agarrones de pelo, guantazos, puñetazos o patadas. Todo servía para golpear. Tn miraba todo con una pequeña sonrisa.
—¡Miércoles tienes que...mierda, se había ido!—dijo volteando a ver la pelea.
Yoko golpeaba con dureza pero también recibía algunos golpes. Divina estaba dando vueltas con su oponente y Bianca le dio un cabezazo a una chica quien luego recibió un guantazo directo a la mejilla que la tiró a un lado.
—Tenemos que pararlas—Eugene dio unos pocos pasos antes de ser agarrado por Tn.
—¿Acaso quieres morir?, ¿no tienes aprecio por tu vida o qué?, si intentas algo te vas a llevar una buena tunda—advirtió Tn.
El chico quería intervenir, y más viendo a Enid pelearse con la otra. Pero sabía que había peleas en las cuales no debía intentar parar. Aunque, cuando vio a la loba ser golpeada con un objeto pesado y caer al suelo herida de la cabeza, con un poco de sangre, supo que debía pararlo de una buena vez.
Se fue acercando mientras daba unas palmadas.
—¡Bien chicas es suficiente!—exclamó avanzando hasta ellas quienes se detuvieron y le miraron.
—Aparta hermano de la gótica, no te entrometas...salvo que quieras acabar mal—amenazó una de las chicas, si mal no recordaba Tn, era una sirena cuyo nombre...tampoco recordaba.
—Muestra respeto en mi presencia pescadito
—¿Cómo me has llamado puto cabrón?
—Eh, esa lengua no es propia de una dama...oh, lo olvidaba, no eres una dama.
Ella intentó golpearlo con su mano cuando lo detuvo sin esfuerzo.
—No deberías haber hecho eso—Tn le golpeó el estómago haciendo que se inclinase antes de asestar un golpe en la nuca que la hizo chocar la cara contra el suelo—¿algunas más?.
Las otras se quedaron perplejas.
—Bueno...ahora largo, ¿entendido?.
Cada una de ellas guardó un momento de silencio antes de asentir, no se esperaban que golpease a una chica.
—¿Estáis bien?, ¿qué ha pasado?
—Esas...arpías...son unas imbéciles—respondió Bianca—son enemigas nuestras.
—Vaya...oh, Enid—se acercó y la ayudó a ponerse en pie.
Yoko y Divina junto al chico la llevaron a la enfermería donde fue atendida. No tenía nada más que el golpe. Aún así, se quedaría un rato en revisión porque había sido en la cabeza.
—Nos vemos Enid—se despidió el chico una vez que se aseguró de que estaba bien.
—Vale, y gracias por ayudarnos—replicó la joven con una sonrisa después de haber sido salvada.
Divina le puso al corriente a Tn sobre esas chicas, eran dos grupos que competían por hablar de chismes, en las actividades...en todo. Realmente eran muy odiosas y habían hecho muchas jugarretas sucias contra ellas como esparcir rumores que no eran verdad solamente para desacreditarlas. Miércoles, quien estaba en ese momento con Tn a su lado, lamentó mucho no haber estado presente en la pelea pues le hubiera gustado patearles el culo.
—Hasta a tu hermana le cae mal—comentó Divina.
—Bueno, qué a mi hermana le caiga alguien mal...—reía éste—pero sí, entiendo lo que quieres decir.
—Debo irme a prepararme para la pesca, nos vemos en cuarenta minutos—dijo la pelinegra antes de marcharse—de paso veré a Enid.
Divina y Tn se quedaron hablando, y en ese tiempo se percató de que Tn le resultaba más atractivo de lo que pensaba desde un principio. Se miraron a los ojos y esbozaron una pequeña sonrisa cómplice. Estaban en el patio, pero empezó a llover así volvieron al interior de la academia. El resto de alumnos estaban ya en sus clubs.
—Aquí no hay nadie y estaremos protegidos—comentó ella después de pasar por un pasaje oculto que habían encontrado Enid y ella en curso pasado.
—Que bien—dijo el chico.
Era una pequeña sala con una pequeña ventana al exterior, pero que desde afuera, no se podía fijar muy bien debido a la altura. Había un par de mesas y sillas limpias, Divina comentó que lo usaban para estudiar porque era incluso más silencioso que la biblioteca.
—Increíble, tranquila, no diré nada—se sentó y Divina se colocó a su lado, apoyada sobre el borde de la mesa.
—Oye...¿puedes leer también la mente?.
Él alzó una ceja mientras sonreía.
—Piensa algo.
Tn leyó la mente y abrió los ojos sorprendido por los pensamientos tan...impuros que mostraba la joven. La sirena se colocó encima y lo rodeó con los brazos.
—Aunque no quiero qué pienses que soy...una...
—No lo pienso—le agarró de los muslos—disfrutas de tu juventud, y yo nunca juzgaría a una dama.
—Oh...que caballeroso...
—Si...y tengo otra cosa de caballero—agarró la mano de la joven para llevarla a su entrepierna.
—Lástima que no tengamos...ya sabes...protección...
—¿Seguro?—sacó un preservativo.
—¿Cómo?, ¿acaso siempre llevas?
—Por supuesto, nunca se sabe.
Divina esbozó una gran sonrisa antes de darle un beso. Tn se dejó hacer, recibió las caricias de la chica antes de besar su cuello y empezar a desnudarla para poder...comerse a esa chica mejor. Las caricias, mimos y besos no se hicieron esperar. El chico sentía un placer inmenso mientras tenía sujeta la cabeza de la sirena quien arrodillada, demostraba sus dotes.
Luego, la levantó para ponerla en cuatro apoyada en la mesa.
—Aquí voy—dijo entrando y provocando un gemido de placer por parte de ella.
Las embestidas no se hicieron esperar y Divina se aferraba como podía, aquello era demasiado para ella. Sentía que la mente se ponía blanca, los sentidos le abandonaban y en cambio, su cuerpo le pedía más y más. Eso al igual que su voz, Tn le dio unas nalgadas que le dieron ese pequeño placer a la joven.
Divina solamente abría la boca para pedir más embestidas rudas, Tn le obedecería sin dudar aumentando la dureza y el ritmo.
Y finalmente, ambos alcanzaron el clímax. Tn se dejó caer sobre ella antes de besarla.
—Tn...
—¿Si?.
Ella le indicaba algo con la mirada, al voltear, vieron a Enid.
—¿Enid?, deberías estar en la enfermería—dijo éste sorprendido pero relajado.
—Yo...no quería estar más allí y tampoco tenía tanto dolor en la cabeza—respondió roja y volteando para que estos se cambiasen—lo siento...no quería interrumpir.
—Tranquila—dijo Tn—danos unos minutos.
Pasado lo sucedido, los tres caminaron tranquilamente por los pasillos. El chico había quedado con su hermana quien aguardaba en la puerta. Divina se tuvo que separar antes, algo roja pero mirando sonriente a Tn.
—Enid, será mejor que no digas nada de esto a mi hermana ni a nadie...—le susurró.
—Tranquilo, no diré nada—dijo algo ruborizada.
—Ah, hola hermana
—Hueles a Divina...demasiado...¿has tenido relaciones sexuales con ella cierto?
—Si, ¿para qué lo iba a ocultar?
—No me importa, en fin, toma—le dio la cesta con granadas—¿nos acompañas Enid?.
—Esto...no, quiero estar en mi cama y no quiero ver peces flotando—respondió.
—Como quieras, en marcha—ordenó fríamente.
Tras despedirse, entró a la habitación donde se tumbó. No pudo evitar pensar en lo sucedido, había buscado a Divina y sabía que podría estar allí. La escena se formó en su mente, el chico realmente estaba siendo muy rudo con su amiga, pero ella, lejos de pedir más gentileza, le pedía todo lo contrario. Y el estado de celo que aparecía en algunas ocasiones ya que estaba entrando en esa etapa le dio un pequeño calentón que tuvo que apagar.
Pero cuando terminó, se sonrojó demasiado porque había hecho algo malo, y no, no consideraba tocarse como algo malo, sino todo lo contrario como algo natural. Lo había hecho imaginándose a ella siendo la embestida por el hermano de su amiga.
—Dios, estoy completamente loca por hacer algo como esto—susurró para sí misma y cubriendo su cabeza con el brazo.
Mientras tanto, Tn y Miércoles llegaron al lago tras una caminata.
—¿Pescaremos algo grande?—preguntó Miércoles contemplando el agua.
—Creo que el pez grande se lo ha llevado Divina—dijo éste sonriete.
—Deja esos comentarios y empieza a cazar.
Continuará...
Espero que les haya gustado.
Un saludo :D
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