20-La mentira de Tn

Con el regreso de la normalidad a la academia, todavía quedaban cosas que a Miércoles no le terminaban de cuadrar. Quería hablar con su hermano de ello pero el chico pasaba más tiempo en la habitación con su roomie que otra cosa. Además, Enid estaba con el celo por lo cual le estaba costando un mundo solucionar ese problema.

—Cosa, necesito tiempo a solas con Tn—dijo la gótica.

—Entendido, yo me hago cargo de Enid—contestó la mano levantando el pulgar.

—Hay una cosa que no cuadra, y conozco demasiado a mi hermano.

Por fin tras varios intentos, pudo reunirse con él. Enid dormía en la habitación de su chico, estaba cansada y Tn salió con una sonrisa de oreja a oreja. Cosa le avisó de que su hermana lo andaba buscando para hablar.

—Eso nunca suele ser nada bueno—comentó—gracias Cosa, vigila que no le pase nada a Enid.

Al llegar a la habitación, ella estaba sentada leyendo un libro cuando al verlo, lo cerró de golpe y le dijo que se sentase.

—¿Qué era eso de lo que querías hablar?—preguntó sentándose.

—La verdad, sé que ocultas algo y creo que es relacionado...con Kemich.

El chico se quedó callado durante unos segundos.

—No sé de qué me estás hablando hermana—estaba tranquilo.

—¡Conozco tus debilidades!—exclamó—quiero la verdad y la quiero ya.

—Eres un poco persistente

—¿Te das cuenta ahora?

—Hermana, no oculto nada.

Entonces esquivó un cuchillo.

—Tn, soy tu hermana. Habla—ordenó ella enojada.

—Cuando te enojas te pareces tanto a madre...salvo por la altura claro—dijo sonriente—está bien...me has atrapado—dijo levantando los brazos.

La joven pelinegra cruzada de brazos aguardaba a que su hermano empezase a decir absolutamente toda la verdad en relación a Kemich. Tn le pidió que no dijese nada, a lo que ella respondió que eso dependía de lo grave que fuera el asunto.

—La cosa fue así—empezó el chico.

Días antes, durante el combate...

Kemich abrió los ojos, la bala no le había dado, sino que fue al aire. Estaba perplejo y extrañado, no sabía porque Tn había hecho eso. El chico se acercó todavía más, metió la mano en el bolsillo y sacó algo que le arrojó.

—¿Qué es esto?—al examinarlo, vio un DNI, un pasaporte y una tarjeta de crédito.

—Hay dinero para empezar una nueva vida, te estoy dando una oportunidad—dijo firme.

—¿Por qué demonios haces esto?, ¿piedad?—preguntó enojado—¿crees acaso que deseo tu piedad y lástima?.

El chico se puso de cuclillas y esbozó una sonrisa.

—Eres un idiota...¿acaso crees que no me daría cuenta de que fuiste tú quien avisó a mi hermana del ataque?

—¿De qué demonios hablas?

—Conozco tu forma de escribir, seguro que te sentías mal y en el último momento...te arrepentiste. Además, le quitó una pistola del bolsillo y sacó el cargador—balas de mentira, lo sabía...

Kemich miró a otro lado, sin duda le habían descubierto.

—Adiós amigo...quizás nuestros caminos se crucen algún día—dijo antes de darle la espalda y comenzar a bajar las escaleras.

Regresando al presente...

—Y cuando estaba por matarnos, vi de reojo como Kemich oculto asesinó a Martín—dijo—por eso te pido que no hagas nada al respecto. Kemich como tal está muerto...ahora se llama Yemer.

—De acuerdo, no diré nada—dijo sorprendiendo a su hermano.

—¡Eres la mejor!—le dio un fuerte abrazo—oye hermana...tienes un buen trasero—dijo sobándolo.

—Te doy tres segundos para soltarme.

Después de esa charla, transcurrieron unas cuantas semanas. Tn se encontraba tomando café en un sitio algo más elegante aprovechando las vacaciones de Nevermore. Enid estaba con Miércoles de compras, incluso se habían comprometido, tal y como le dijo el chico. Ahora en un año se iban a casar. Sin duda alguna, el cotilleo más importante de Nevermore.

—Este café está bueno—pensaba—ah, disculpe, para pagar.

—El joven de allí le invita—respondió antes de marcharse a atender otras mesas.

Tn extrañado miró al fondo, allí, una persona con barba y acompañado de un par de amigos se cruzaron miradas. El chico se quedó sosteniendo la mirada a aquel desconocido hasta que...se percató de lo que pasaba. 

—Ya veo—pensó antes de asentir.

El desconocido que pagó la cuenta asintió también.

Luego de eso, se puso en pie y se marchó de la cafetería. Realmente había rehecho su vida. Caminó por las calles del lugar, era un pueblo de mucha cultura, debates y otros temas interesantes que solían ser objeto de estudio.

—¿Eh?—sus oídos escucharon una conversación.

—Te digo que es necesario revisar las leyes—decía uno.

—Las leyes están bien, hay que concienciar—le replicó el otro.

Por un segundo, le recordó a Kemich y a él unos años atrás. Suspiró y avanzó hasta el punto de encuentro donde había quedado con las chicas.

—Hola osito, ¿qué tal el café?

—Bien, estaba muy bueno—le dio un abrazo—te quiero.

—¿Qué ocurre?—preguntó preocupada por la actitud del chico.

—Nada lobita...solamente...estaba un poco melancólico.

Enid pasaba los días en la mansión de su chico. Allí la loba vio todo el lugar entero, desde las trampas hasta el último rincón. La mejor parte era cuando estaba con su chico caminando por los pasillos o estaba en la habitación  viendo una película.

—No puedo creer que me vaya a casar—dijo Enid mirando su anillo de compromiso.

—Ni yo, realmente has cambiado mi vida—respondió antes de besarla.

—Tn...hazme el amor...—susurraba ella rodeándolo con los brazos.

—No sé...¿te lo has ganado?—preguntó y tomando su mentón.

—Claro que sí...he sido una chica buena—contestó tan roja como un tomate.

—Muy bien—esbozó una sonrisa coqueta.

Miércoles por su parte perfeccionaba las máquinas de torturaba y trataba de fabricar unas nuevas ya que estaba cansada de escribir. Se la pasaba examinando los planos y reescribiendo estos una y otra vez. Pero ese reto le encantaba y estaba dispuesta a terminarlas.

Esa noche la luna estaba hermosa, cuya luz penetraba los cristales de la ventana. Enid dormía desnuda sobre Tn quien miraba el cielo mientras acariciaba la espalda de su chica.

—La vida está llena de sorpresas—dijo antes de apretar el trasero de su chica y manoseando en todo momento este.

—Osito...mi culo...

—Es mío—le dio un mordisco en la oreja.

—Si...—susurraba dormida.

El tiempo pasaba y las cosas estaban muy tranquilas. No había ningún peligro y Tn pronto iba a casarse con su chica. Ella no dejaba de darle vueltas a las cosas de la boda mientras él estaba totalmente relajado. Miércoles estaba casi por matarla porque le ponía de los nervios.

Y llegado el día...se casaron...

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo  :)

El siguiente es el final.

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