16-Ayuda Externa

En Nevermore era un fuerte día de tormenta, de esos que hacen que todos estén dentro de sus habitaciones y con todo cerrado para que no se cuele el agua. Tn estaba en su cama tumbado, aún era de día, pero esas nubes negras de tormenta cubrían el cielo. Enid dormía tranquilamente a su lado y vestida. El chico volteó, viéndola dormir. Eso hizo qué esbozase una pequeña sonrisa antes de darle un pequeño beso en la frente.

—¿Debo levantarme ya? —preguntó en un susurró, con los ojos cerrados y dormida.

—Aún no, puedes dormir un rato más—contestó en el mismo tono—Enid, tengo que ir a ver a Miércoles a hablar de unas cosas, quédate aquí, ¿de acuerdo? —la loba asintió.

Tn salió del dormitorio rumbo a la habitación de su hermana, a quién encontró ya despierta y jugando al ajedrez con Cosa.

—Hola hermana—saludó tranquilamente mientras cerraba la puerta

—¿Y Enid? —preguntó volteando.

—Durmiendo, deja que descanse

—Si entrenase su fuerza y dejase los chismes sería mucho más fuerte

—Si lo hiciera, no sería Enid.

El joven se sentó en el borde de la cama para hablar con ella. Miércoles le miró con esos ojos fríos, sin vida y gesto de querer matarlo.

—Debo pedirte un favor hermana—dijo éste.

—¿Tú?, ¿un favor?... —dudó—está bien, te escucho.

—Si algo me llega a pasar de nuevo...no me devolváis a la vida

—Negativo

—No es natural, ya me habéis regresado...y si eso ocurre...cuida de Enid, es lo qué más quiero junto a vosotros.

Ella sabía perfectamente por donde iba la cosa, de hecho, Tn tras un par de días pensando creía que no era correcto devolver la vida a las personas. Pues, a fin de cuentas, la muerte formaba parte de la vida.

Miércoles aceptó cuidar de su roomie, no lo admitía, pero se había encariñado y formado una buena relación con la loba. Tn le dio un abrazo a su hermana, era de las pocas personas que tenían ese permiso sin tratar de ser asesinado.

El chico estuvo allí largo tiempo mientras los truenos iban cayendo uno tras otro hasta que sonó el teléfono de Miércoles. Al revisar, vio que era un número desconocido, advirtiendo que pronto los que dispararon a Tn irían a por ella. Pasaron fotos de los responsables y le escribió que su familia había logrado escapar a tiempo antes de ser emboscados.

—Se encuentran sanos y salvos, pero tú eres la siguiente al ser una amenaza, ponte a salvo—decía el desconocido—lamento lo de tu hermano.

—¿Quién eres? —le escribió ella.

—Alguien que ha cometido errores y qué ahora trata de enmendarlos. Tenéis cuatro días para preparaos y darles la sorpresa.

Tras esto, al cabo de poco llegó Enid a la habitación aterrada por la tormenta.

—Deberías haber vuelto, he tenido mucho miedo—dijo asustada y abrazando a Tn—me dan mucho miedo los truenos.

—Lo siento—comentó él—tenemos que ponerte al día.

Le contaron todo mientras estaba abrazada a Tn, parecía no querer soltarse. Aunque la realidad era que en ella había un gran temor, volver a perder a su chico quien la trataba de una manera tan maravillosa que no lo podía creer. Y en su mente aún estaban esos días en los cuales pasó por una profunda depresión por la muerte de éste.

Junto a eso, su estado de celo había llegado por lo qué era más protectora con él y mucho más cariñosa. Miércoles lo sabía, pero tenía que lidiar con ello. Ella también lo pasó muy mal con la muerte de su hermano.

—Tendremos que prepararnos—dijo el chico—menuda sorpresa cuando vean que estoy vivo.

—Tn—ella le tiró de la manga mientras le ponía ojos de cachorro.

—De acuerdo, luego nos vemos hermanita.

Ambos se marcharon dejando sola a Miércoles quien organizaría las defensas de la academia. Lo primero fue avisar al grupo de amigos de lo ocurrido, también para evitar alguna posible filtración, necesitaba saber exactamente en quien confiar. Aunque de haber un espía, ya habrían informado de que Tn seguía con vida.

Por su lado, Enid estaba besando a Tn tras haber llorado mucho. El celo le provocaba esos cambios de humor y en ciertos momentos no dejaba de llorar. Tn lo comprendía perfectamente, él lloró alguna noche porque estaba vivo de nuevo y podía estar al lado de las personas que quería. Ahora entendía lo que le había pasado a su hermana, Enid era una persona que se ganaba muy rápido el cariño de todos.

—Enid, ya está...estoy vivo y coleando—reía él—no me vas a perder de nuevo.

—¿Me lo prometes? —él asintió—si me mientes te iré a rescatar de nuevo y te daré muy fuerte por ser un mentiroso—infló las mejillas como una niña.

—Dios...—la besó y poco a poco el estado de ánimo de la loba cambió de manera radical a una mucho más pasional.

Al cabo de dos días, Miércoles había preparado unas granadas y otras armas para defenderse. Tn ni se sorprendió que tuviera en su poder algo así, pero ella le contó de todas maneras. Había hablado con los policías de Jerichó para preparar un dispositivo y de paso tener personas armadas. Ya no solamente porque atacasen a excluidos, sino que era una organización que se había declarado como autónoma del resto. Y se dedicaba a asesinar por puro placer y erradicar a los obstáculos, ahora tenían la oportunidad de pararles los pies.

—Me queda un poco justo—dijo Enid mirándose el chaleco antibalas.

—Puede que usen de plata, así que hay que ser precavidos—comentó Miércoles colocándose uno.

—Ojalá haber tenido uno de estos ese día...aunque no sé si hubiera salido bien con tantos balazos que me dieron—Tn tenía el suyo puesto.

—Espero que no te ocurra nada—lo abrazó por la espalda.

—Ya dejen de ser tan pegajosos—la pelinegra los separó.

Esa misma tarde y con el equipo recibido por parte de los policías, quedaron para reunirse y estudiar la estrategia a seguir. La dirección estaba al tanto y colocó algunas barricadas y ''sorpresas'' para darle la bienvenida a los enemigos.

—A diferencia de otros, por lo que me ha dicho nuestro amigo...—sacó el teléfono y les mostró unas fotos donde se veían que eran al menos treinta personas—son muchos. Nevermore es el objetivo por una sencilla razón, intentar acabar con la rivalidad normies y excluidos que poco a poco ha ido extendiéndose por el país. Y eso se debe a que los alumnos de aquí no odian a los normies.

—Hermana, me encanta que seas tan lista, ¿qué haremos nosotros? —preguntó mientras Enid lo tenía tomado de la mano.

—Cada uno tiene su cometido, incluso Eugene—respondió ella.

—¿Qué puedo hacer yo? —el chico, extrañado, no sabía que podía hacer él.

—Tranquilo, será muy fácil y nada peligroso.

Uno a uno, les fue explicando y contando el plan. Y no solo eso, si algo malo pasaba o el plan se torcía tenía otra idea.

Todos escucharon atentos, Tn en su mente se preguntaba si podría enfrentarse a Kemich, aunque sabía que de hacerlo, tendría que matarlo por el bien de los excluidos.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo.

Como siempre, pueden proponer alguna idea para la trama, sean libres de hacerlo.

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