13-Lo siento Enid...(+18)
Tn estaba bastante distraído esos días debido a todo lo sucedido. Enid trataba de animarlo, quería que estuviera feliz. Cuando estaba con ella, el chico olvidaba los problemas hasta que tenía que separarse. Estaba pasando por una etapa de debilidad tal y como decía su siniestra y fría hermana. Pero ella también estaba preocupada por él.
—Tn—dijo la loba llegando a su habitación—¿tienes algo de tiempo?—preguntó algo preocupada.
—Claro, para ti siempre mi amada loba—le indicó que se sentase a su lado—¿qué sucede?.
—Creo que necesitas dejar de pensar en eso, al menos durante unos días. Me preocupa mucho lo que pueda pasarte si sigues así—respondió cabizbaja—y...no quiero...que te pase nada malo.
Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y Tn las secó con un pequeño pañuelo. Odiaba ver a su chica así de mal. La abrazó para que se calmase, no solamente le estaba afectando a él, sino también al resto, especialmente a la rubia quien era muy sentimental en estos casos.
—Gracias por animarme mi pequeña loba—le dio un beso.
Enid se colocó encima y comenzó a besarlo con cierta pasión, ya había llegado el celo y aunque lo había tratado de ocultar, llegaba un momento, sobretodo, estando con su novio, que no podía continuar así. Los besos se volvieron pasionales.
Tn agarró el trasero de la chica, le encantaba hacer aquello, sentir esa piel y apretar suavemente mientras besaba todo su cuello.
—Si viene alguien...—ella miraba a la puerta.
—Lo mataré—dijo firme el chico quitándole la ropa a su pareja.
Enid estaba completamente desnuda, en cuatro, mordía la almohada tratando de no dejar escapar ningún sonido. El chico relamía con pasión y fuerza la entrepierna de la loba, la cual estaba empezando a sentir su mente en blanco. El sudor estaba ya presente y las piernas temblorosas de la loba indicaban que no iba a resistir mucho más.
—Por favor, hazme ya el amor—era la primera vez para ella, pero es que no podía aguantar más—Tn...sé gentil.
Él asintió antes de darle un azote provocando un gemido tierna en ella. Enid, al percatarse de ello se tapó la boca avergonzada.
—Me encanta cuando haces ese sonido—se puso el preservativo y luego se colocó encima de ella, pudiendo besarla en su fino y delicado cuello—quiero que ronrones para mí.
—No...puedo hacerlo...—contestó avergonzada.
—Solamente un poco, por favor...—sopló un poco su cuello haciendo que la piel de la rubia se erizase por completo.
La chica asintió y accedió finalmente para ronronear avergonzada y tímida.
—Buena chica, ahora te daré tu recompensa—le susurró con ternura y excitado el chico.
Fue lento, poco a poco...entraba en Enid y ella sintió un dolor al principio mientras un fino hilo de sangre resbalaba de su entrepierna. A pesar del dolor, el chico continuó y no tardó demasiado en acostumbrarse a los embistes de su pareja la cual le besaba mientras embestía.
Tras un rato, el chico no aguantaba mucho más, la estrechez de la joven y el calor que desprendía era increíble. Y finalmente, llegaron al clímax antes de quedarse tirados completamente sobre la cama.
—Ha sido genial—dijo cubriéndose la cara.
—Que tierna eres—le dio un beso—y sabes muy bien.
—Tonto...no digas cosas raras—seguía roja y después...se echaron a reír.
Esa tarde, Enid dormía en la cama de Tn la siesta, estaba agotada. El chico estaba a su lado y le miraba dormir.
—Es preciosa...y me hace sentir tan débil...ahora entiendo porque Miércoles ha cambiado...al menos un poquito—se reía por sus pensamientos—Enid...te quiero...—susurró viéndola.
Le acarició la cabeza y acomodó un poco los mechones del pelo cuando escuchó vibrar su teléfono. Era un mensaje...Kemich, lo convocaba a arreglar las cosas uno contra uno cerca de la academia.
—Puede que sea una trampa...pero...Kemich es una persona que tiene honor...o puede que lo haya perdido—pensaba meditando que hacer. Al mirar a Enid, supo que involucrarla le haría correr peligro y tampoco quería que su hermana se metiera en un asunto suyo.
Accedió a ir él solo, miró a Enid, le dio un beso en la frente y ella susurró su nombre. Era la ternura hecha persona. La amaba demasiado como para arriesgar a que la matasen. Sin duda alguna, era lo que más amaba en esa vida, ella es su estrella.
—Te amo...Enid Sinclair...—susurró.
Suspiró y se puso en pie.
—Es hora de acabar con esto...solamente uno de los dos puede vivir...—pensó mientras se marchaba de allí.
Escapar no fue complicado, y tras caminar un rato, alcanzó el lugar. Allí estaba Kemich, él solo.
—Veo que has venido...bien...sin discursos de mierda, a pelear—se arremangó.
—Tienes toda la razón, adelante...camarada—él hizo lo mismo.
Los dos corrieron y pronto comenzó una lucha sin cuartel. Los puñetazos eran esquivados o parados con los brazos u manos. Tn era bueno, pero Kemich no se quedaba en absoluto atrás.
Pronto, la sangre apareció, estaban heridos de la boca y nariz, pero no se iban a rendir. Kemich fue alejado de una patada pues tenía mucha fuerza Tn. Las cosas estaban resultando muy difíciles para ambos. Se pegaban muy duro y estaban cansados, las manos ensangrentadas mientras el dolor psicológico iba en aumento. A fin de cuentas...fueron amigos en su momento, grandes amigos.
—Eres bueno...pero no te voy a dejar matar más gente—comentó el chico.
Kemich estaba algo cansado, a pesar de entrenar, su ex amigo le estaba ganando terreno.
Justo cuando iban a terminar, a acercarse para pegar ese puñetazo que les diera la victoria, aparecieron unos hombres armados.
—¡Es mío, bajad las armas!—exclamó Kemich.
—Es muy peligroso—dijo los enmascarados—y encima te va a matar.
—¡No, soy más fuerte!—le dieron un golpe que lo dejaron inconsciente.
Uno de ellos se llevó a Kemich mientras que el resto apuntó. Tn estaba cansado, la lluvia empezó a dejarse caer y hacia algo de frío en ese lugar.
—Esto es el fin Tn—dijo el líder—Kemich te dio la oportunidad, te negaste y falló en su intento...pero nosotros no.
Tn escuchó que quitaban el seguro, viendo que se acercaba su final. Esbozó una ligera sonrisa mientras miraba el oscuro cielo que ahora parecía derramar lágrimas por él.
El sonido de las pistolas fueron sucediendo y los proyectiles perforaron su cuerpo haciendo que la sangre se mezclase con el agua de la lluvia. Pronto escucharon un sonido pesado, el cuerpo cayó al suelo y poco a poco el chico fue cerrando los ojos, sintiendo como se esfumaba su vida.
—Lo siento Enid...—susurró antes de cerrarlos por completo.
Un rato más tarde, al ver que Tn no estaba, Enid se preocupó y pidió ayuda. Encontraron el cuerpo del chico sin vida en el bosque. La loba soltó un grito que se ahogó en las profundidades de la naturaleza mientras lloraba. Miércoles miraba el cuerpo sin vida de su hermano, apretando los puños y llamándole idiota por haber ido solo.
Lejos de allí, Kemich iba de regreso y ya consciente, miraba la ventana del coche. Tn había muerto...y en el fondo...eso le dolía.
Continuará...
Espero que les haya gustado.
Un saludo :D
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