La boda cada vez estaba más cerca, Sonic había intentado sabotear algunas cosas para la boda, pero al ver que no servía de nada por que los demás tenían un plan B se marchó al bosque por un tiempo.

Silver — Ay ay ay, hermanita, ya no puedo.

Aonani — Deja de ser tan dramático, sólo es una simple gripe

El erizo platinado se encontraba acostado en la cama con una toalla en la frente y un termómetro en la boca

Silver —  ¡veo la luz!

Blaze — Ya no te quejes — Dejó el plato con sopa en la mesita de noche.

Silver— Bien bien — Se sentó para empezar a comer pero su rostro era serio.

Aonani— Y ahora que te ocurre?

Silver— He estado sintiendo que algo está mal

Del brazalete de Aonani surgió un holograma en donde se mostraba una línea del tiempo.

Aonani— Según lo que mamá nos contó, los días fueron tranquilos hasta después de la boda, en donde Liz apareció pero al recientemente haber salido de la dimensión oscura seguía débil por lo que la pudieron atrapar en esa dimensión.

Blaze— Y las cosas están tomando el rumbo que debería, aún podemos estar tranquilos sin involucrarnos en nada.

Silver— Pero si arreglamos algo ahorita se crearía una paradoja temporal, no deberíamos estar aquí, no debimos haber interactuado con ellos.

Aonani— El futuro que conocemos ya no existirá si logramos hacer todo bien, mamá y papá estarían vivos y no deberemos escondernos entre escombros.

Silver— Y si esa línea temporal ya no existe, que pasará con nosotros? desapareceremos? nos desintegraremos? moriremos?

Blaze— Salvar el futuro fue la misión que se nos encomendó, si morimos o no, no importará si logramos hacer que los demás vivan felices.

Su rostro estaba serio, y apretaba sus puños con fuerza, pero a pesar de eso en su mirada se veía que tenía miedo de que eso que el albino había dicho se hiciera realidad.

Aonani— Seguiríamos existiendo en la otra línea temporal, mamá estaba embarazada de ti cuando se casó, todo está siguiendo su curso así que ya no pienses en ello, aunque seamos otros ya nos involucramos, ya no podemos arrepentirnos.

La eriza rosa de vetas rojas salió de la habitación, Silver bajó la mirada y suspiró.

Blaze— Deberías descansar.

Silver asintió y se giró dandole la espalda a la gata, quien lo miró algo triste y salió de la habitación.

Se dirigió a la cocina donde vio a la eriza ahora de color celeste.

Aonani— Quiero estar sola un momento, cuida de mis hermanos por favor.

Blaze— Ten cuidado.

La eriza antropomórfica se marchó de la casa.

Caminó sin rumbo hasta que se detuvo frente a un parque donde habían niños corriendo, madres platicando entre ellas y alguna que otra pareja.

Una sonrisa nostálgica apareció en su rostro, se fue a sentar bajo un árbol gigante que estaba en el medio del parque y cerró los ojos.

Podía respirar tranquila, sin necesidad de estar alerta a cada segundo temiendo que algo te atacase, pero ahora temía del futuro, ¿qué pasaría con ellos?

Estaba tan sumergida en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando una eriza rosada estaba frente a ella

Amy— ¿Ocurre algo?

La eriza camuflada la miró con asombro ya que no se había dado cuenta que se encontraba ahí.

Aonani— Eh, no... no ocurre nada. - apartó la mirada, no podía decir nada que alterara más la línea en la que estaban.

Amy— Tu mirada dice otra cosa - La eriza camuflada la volteó a ver sorpendida, en el rostro de la eriza rosa se formó una sonrisa.

Aonani bajó la cabeza ya que la imagen de su madre le dolía, esa sonrisa fue lo último que vio en los recuerdos de Silver, y la última conversación que tuvo con ella no terminó bien.

Amy— Te importa si me siento?

La contraria negó, hizo espacio a su lado y la heroína de mobius se sentó.

Amy— Perdona si soy entrometida pero, no es bueno guardarse las cosas - miraba el cielo, cómo las nubes poco a poco avanzaban y algunas desaparecían - Eso se acumula en una burbuja y derrepente, cuando menos te lo esperas, explota.

Aonani— Es sólo... que extraño a mi madre y vine aquí con la intención de salvarla pero, tengo miedo.