Capitulo 1

Los rayos de sol golpeaban mi cara iluminándola al completo y haciendo que mi largo pelo rubio brillara desparramado en las blancas sabanas de mi habitación. Tocaron a mi puerta y sin esperar siquiera una aprobación mía para poder pasar la puerta se abrió dejando al descubierto a una niña de diez años de edad y de menuda estatura con el cabello tan ondulado y rubio como el mio. Ojos castaños colocados perfectamente en su redonda cara infantil y una sonrisa en la que faltaban ya algunos dientes de leche. Vestía un camisón blanco que le llegaba hasta los tobillos.
-¡Feliz Cumple!- exclamó saltando sobre mi.
-Gracias enana- le revolvi el cabello y ella hizo una graciosa mueca- ¿Preparo mama el pastel de chocolate que tanto me gusta?
-Si, dice que bajes abajo porque sino papa se lo comerá todo.
-Esta bien, me preparo y enseguida bajo- le sonreí
-Vale- dijo saliendo de mi habitación.
Era Sábado, por la tarde había quedado con mis amigos para celebrar mi decimosexto cumpleaños y ahora tenia toda la mañana libre. Me vestí y baje a la cocina donde encontré a mi madre regañando a mi padre por comerse gran parte la tarta. Sonreí, estos dos no cambiarían nunca.
-Buenos dias- dije sentándome en un taburete alto de pintura policromada.
-Hija! ¡Muchisimas felicidades!- dijeron ambos a coro.
Mi padre me entregó un paquete con un lazo.
-Aqui tienes tu regalo, esperamos que te guste.
Desenvolvi el paquete con tanta ilusión como la de una niña pequeña. Al terminar de abrirlo me encontré con un libro de tapas duras en las que se podía leer perfectamente el titulo: "El chico perfecto". Duh, odiaba los libros, y mis padres lo sabían, ¿para que demonios me habían regalado uno? Y encima de fantasía...increíble. Debí poner cara de asco porque los ojos cansados de mi padre se agacharon para centrarse en la taza de café que había junto a el en la mesa. Le hecho un terrón, dos y hasta tres de azúcar. Lo removió con esmero y acto seguido dio un gran sorbo quemándose así la punta de la lengua. Si, ya se de quien saque mi inteligencia.
-Gracias, me ha gustado mucho- dije con la mejor de mis sonrisas intentando que no saliera fingida.
Pero no debió funcionar, así que decidí cambiar de tema, eso siempre solía funcionar.
-Bueno...¿y mi tarta de cumpleaños? Bethany me ha dicho que cierta persona se la estaba comiendo.
-Tu hermana debería mantener su boquita cerrada- murmuro mi padre
-No te preocupes cariño ahora mismo prepararé esa que tanto te gusta toda para ti, la tendrás lista a la hora de la comida- hablo esta vez mi madre
-Perfecto- sonrei cogiendo el libro- si me necesitáis estaré arriba
Al llegar a mi habitacion tire el libro en la cama y este se abrió por una de las páginas.

-Y no era ni el mas valiente ni el más atento pero era mi chico perfecto-leí con voz de falsete.

Ese libro era una completa basura que solo servía para llenarles a las adolescentes la cabeza de pájaros. Los chicos perfectos no existen, ni siquiera en los cuentos. Pase la pagina del libro y volví a leer otro pequeño párrafo.

-Ingredientes para crear a tu chico perfecto:
1. Escribe en un trozo de papel como te gustaría que fuese físicamente.
2. Anota en el mismo papelito como quieres que sea su carácter.
3. Dibuja a tu chico perfecto y ahora solo quedará remover todos los ingredientes y...¡Listo! Ahí tienes tu chico perfecto.

Como dije anteriormente, una completa basura. Cerré ambas tapas del libro y me tumbe sobre mi cama.
-¡Nerina!- me llamó mi hermana-¿Este es tu regalo?- señalo el libro que yacía todavía en la cama.
-Si- respondí algo seca
-¿Has probado a hacer esto?
-¿El que?- dije incorporándome
-Lo de como crear a tu chico perfecto
-No pienso perder tiempo ante semejante y absoluta tontería.
-Vamos Neri no seas tan sosa- cogió papel y boli- Venga yo lo escribo
-Sabes que odio a muerte tu letra, es ininteligible.
-Eres demasiado negativa, describeme como te gustaría que fuese tu chico perfecto.
-Imperfecto
-Nerina...
-Vale, vale, pues...alto, guapo, fuerte, de pelo castaño oscuro...ah y ojos azules como los zafiros.
-¿Algo mas?
-Fisicamente no.
-Vale, ¿y de carácter?
-Comprensivo, divertido, cabezota, alocado, curioso y que se preocupe por las personas que realmente le importan-enumere alzando un dedo por cada adjetivo.
-Vamos progresando- murmuro mi hermana escribiendo en el papelito- Ahora falta dibujarlo, y por suerte a ti eso se te da genial.
-Trae- cogí el papel y comencé a dibujar en la parte de detrás.
Después de unos minutos ya había acabado mi dibujo.
-Listo, ¿contenta?- le di el papel
-Mucho- sonrio- se lo voy a enseñar a mama- dijo saltando de la cama al suelo para a continuación salir de mi habitación y dirigirse supongo que a la cocina.
Realmente no me importaba lo que hiciera. Bethany mi hermana al contrario que a mi amaba los libros, sobretodo los de fantasía. Era una románticona perdida. Cogí mi móvil. Tenía varios mensajes de mis amigos felicitandome por mi cumpleaños. Reenvíe un mensaje de agradecimiento a todos mis contactos. En cuanto hice eso mi hermana entró de nuevo en mi habitación. Sera pesadita la niña...
-¿Que demonios quieres ahora?
-Mama ya casi a terminado el pastel, dice que bajes que quiere que le ayudes.
-Dile que no me apetece, que es mi cumpleaños y que otro día sera.
-Tambien me dijo que no aceptaría un no por respuesta.
Resople y me encamine hacia las escaleras. Las baje y llegue hasta abajo.
-Mama- entre a la cocina- Bethany me dijo que querías que bajase, ¿Para que me necesitabas?
-Tu padre, Beth y yo vamos a salir a dar una vuelta y no sabemos con exactitud la hora a la que llegara tu hermano, si llega abrele la puerta, ¿vale? Ah y saca el pastel del horno en treinta minutos, ten cuidado de no quemarte.
-Claro, no hay problema
-Vale, tu padre nos espera en el coche, cuidate te queremos- me abrazo y luego salio de la cocina.
Aun así la escuche llamar a mi hermana que bajo alegremente las escaleras vestida con una blusa y una falda. Después ambas salieron por la puerta de la entrada dejándome totalmente sola. Justo el día de mi cumpleaños. Lo único bueno es que pronto llegaría Jake, mi hermano. No lo veía desde hacia seis meses porque estaba estudiando en una universidad muy buena algo lejos de casa. Desde pequeños ambos habíamos estado muy unidos y lo extrañaba demasiado. No me bastaba con hablar con el por teléfono una vez a la semana, necesitaba verlo. Mi relación con Bethany no era la misma, y no creo que vaya a cambiar. Encendí la televisión y me tumbe en el sofá. Cambie varias veces de canal pero no había nada interesante. Ya ni la tele lograba entretenerte. La apague y cerré los ojos. Después de unos minutos ya roncaba alegremente sin preocupación alguna.

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