Han pasado dos semanas desde lo ocurrido con aquellos niños, dos semanas desde que no veo ni sé absolutamente nada de Mike pero alberth ha sido una gran distracción. Solemos estudiar cada una de las palabras grabadas en aquel viejo registro para saber algo más de su vida e incluso nos hemos hecho cercanos de una u otra forma, el suele protegerme de otros fantasmas que intente atormentarme mientras duermo con la condición que lo lleve a visitar el hermoso kew Garden el cual se encuentra a 36 minutos en auto desde mi casa.

- Te llevare solo si prometes algo – dije con un tono burlón es mi voz

- ¿Que sería?

- Creo que es algo que realmente te costará

- Espero que no estemos hablando de negocios señorita Blong

- ¿te molestaría hablar de negocios con una dama que aún no es presentada en sociedad?

- Para nada, por lo contrario me parece algo fascinante de admirar pero tú y yo sabemos que lo tuyo no son los negocios si no las letras y todo lo que ocultan tras de ellas.

- Vaya se nota que alguien se la ha pasado observando demasiado últimamente, pero como no saber aquello si me sigues hasta el baño y si no fuera porque te tengo prohibido entrar creo que entrarías conmigo.

- Jajajajaja, en eso creo que tienes razón

- Acaso lo que escuchan mis oídos es una carcajada

- Para ya con ese tipo de cosas

- ¿Por qué? No es apropiado que una dama consiga hacerte reir

- Vale, vale me rindo creo que estoy pagando algo contigo ya que siempre logras sonsacadme una sonrisa por mínima que sea-

- Lo ves, nadie se resiste a mis encantos

- Eso me ha quedado claro

- ¿Por qué lo dices?

- Tu amigo el médico está aquí

- ¡enserio!

- Si y por lo visto su visita te emociona, si me disculpas creo que me necesitan en la mansión Luderfort

- ¿mansión Luderfort?

- Así es, con su permiso volveré en un par de horas – Alberth se desvaneció frente a mis ojos y después de unos cuantos segundos deje de sentir su presencia <<¿con qué mansión Luderfort?>> y como si de un juego se tratase el timbre sonó con lo cual me hice a una idea de quién era; pero qué clase de maniaco visita a una persona decente a las ocho de la mañana, al parecer ese maniaco tenia nombre y apellido y ya tenía una idea del porqué de su visita.

Una parte de mi temía abrir aquella puerta ya que tendría que enfrentarlo y darle una explicación del motivo por el cual lo he estado evitando durante estas dos últimas semanas, pero el timbre no dejo de sonar y minutos después unos golpes resonaron por toda la casa

- Un momento, ya voy – al abrir la puerta sentí una intensa mirada que me observaba como si intentara inspeccionar mi alma

- ¿puedo saber el motivo por el cual has faltado a las sesiones?

- No sabía que ahora las hacías a domicilio, porque déjame decirte que yo no las he pedido- me dispuse a cerrar la puerta pero él se interpuso y entró como si nada

- ¿tu madre?

- No lo sé, creo que está trabajando o algo así

- Vives aquí y ni siquiera sabes a donde ella va

- No es algo que le pregunte muy seguido

- Me debes una explicación y lo sabes

- No tengo idea de que hablas

- Claro que la tienes, pero sé que por más que te la pida no me la darás

- Bien entonces no pierdas tu tiempo- le dirigí una mirada y sin evitarlo hicimos contacto visual, pero algo me sorprendió realmente el tenia cierto brillo en su mirada el cual solo había visto en contadas ocasiones y en ninguna de ellas fue dirigido a mí; orgullo de esa forma me estaba observando con orgullo- ¿por qué me estás observando de esa forma?

- ¿de qué forma hablas?

- Solo deja de mirarme y ya

- ¿acaso no puedo ni mirarte ahora?

- ¡NO! –

- Bien no te observare más pero no has dicho nada de que no pueda acercarme – él se fue acercando con los ojos cerrados, la tomó del brazo suavemente y la abrazo fuertemente mientras aún tenía los ojos cerrados

- ¿Qué, qué estás haciendo?

- Te refieres al hecho de que te estoy abrazando porque me estaba volviendo loco el no saber de ti ¿a eso te refieres?

- No me estaba refiriendo a eso pero podrías soltarme es incómodo y creo que me quedare sin aire

- La única forma para que me decida a soltarte es que me prometas que no volverás a evitarme y que me digas a dónde vas vestida de esa forma porque algo si mi queda claro y era que no me esperabas hoy

- Seré sincera solo con la condición de que no me interrogaran ¿lo prometes?

- Lo prometo – dijo levantando el meñique

- A lo primero debo decir que realmente y absolutamente no te estaba evitando solo estuve ocupada que no me dio tiempo de ir al consultorio

- Entonces porque me cada vez que llamaba a tu madre y preguntaba que si ya venias para la cita ella me decía "ella salió esta mañana temprano, pensé que estaba contigo" y lo único que se me ocurría decirle era ¡oh! acabo de llegar no se preocupe la enviaré directamente a casa

- Nunca te pedí que mintieras por mí y a lo segundo creo que no te incumbe el porqué estoy vestida como si fuera a ver a la reina

- Claro que sí me incumbe por el hecho de que yo soy tu ...

- ¿de qué tú eres qué? Mira no eres ni mi novio y muc- sus palabras quedaron detenidas porque unos labios sellaron los suyos y empezaron a moverse lentamente dejando ver que aquel beso no fue un arrebato si no que fue uno que estaba planeado desde hace tiempo pero que no había tenido una oportunidad hasta el día de hoy en donde Mike por fin se había decidido a mostrarle sus sentimientos a la hermosa Eli pero para todos ese beso no fue lo más hermoso que pudo haber pasado ya que habían dos observadores que no perdían detalle de la pareja uno de ellos miraba al azabache con envidia por el hecho de que el si pudiera tenerla y el otro solo observaba con odio a la niña que había atemorizado hace años.

Elizabeth se encontraba totalmente desconcertada por aquel beso que al principio dudo su corresponderle pero terminó cediendo ante los labios del azabache quien volvió a besarla nuevamente pero de una forma un poco más intensa en donde dejó desbordar todos los sentimientos comprimidos que había sentido hacia ella pero que por causa de su ética médica se había negado a llegar a sentir algo por su paciente y más por esa mujer tan problemática que lo hacía visitar la estación de policía semanalmente pero sin duda ese era uno de sus mayores encantos.

- Me enamore perdidamente de tu forma de ser tan problemática y espero que nunca más me hagas sentir como si yo no tuviera derecho de enterarme de que es lo que te pasa, de cómo te sientes porque todo lo que te ocurra me importa tanto que inclusive eres en lo único que pienso antes de dormir y apenas me despierto por eso te pido que no me alejes, no me alejes por nada del mundo

- Yo solo espero que, no te alejes de mí, que tengas mucha paciencia ah y que si realmente esperas ser mi novio lo primero que te recomiendo es que consigas un buen abogado

Es lo primero que hice- una sonrisa se formó enel rostro de la pareja pero esa sonrisa no duró mucho ya que uno de los seres tenía planeado borrar esasonrisa para siempre, las luces se apagaron de golpe y pudo oír su voz de nuevo. Aquella Voz que le dio pesadillas por años; pudo notar como una luz se encendía y se apagaba mientras ella se cubría con sus manos los oídos para evitar escucharlo

- He venido por ti querida, espero que estés lista tú y tu novio – Mike la brazo – todo estará bien, solo es una falla eléctrica no te preocupes todo estará bien iré a ver qué sucede

- ¡No! Por favor quédate a mi lado no me sueltes

- No me sucederá nada te lo prometo- las promesas de Mike fueron en vano ya que en el momento en el que se fue acercando al interruptor sus peores miedos se desataron y esta vez no solo Elizabeth estaba siendo víctima de aquel demonio si no que el también, para todo el que los viera en ese momento solo eran dos personas en posición fetal que actuaban como un par de locos pero ellos estaban haciendo más que eso; ellos estaban luchando contra sus peores miedos pero lastimosamente en aquella batalla no llegaron a ser vencedores ya que la oscuridad los consumió haciendo que perdieran lo más valioso que tenían.    

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