Capítulo 10
Las pesadillas transformaban todo a mi alrededor de una forma tan dolorosa en donde veía a lo lejos a 3 hombres distinto que me acercaban sus brazos para que yo corriera a ellos pero la elección era tan difícil que sentía que me dividía en diferentes pedazos hasta que me convertía en polvo por el hecho de no poder elegir entre aquellos 3 caballeros que me esperaban pero lo más extraño de todo es que solo conocía a 2 de esos hombres y el 3 solo era el reflejo de alberth tan parecido físicamente y tan distinto interiormente que me confundía. Alberth, Mike y aquel chico que parecía un reflejo los tres me pedían que fuera con ellos y yo debía tomar una decisión pero me negaba rotundamente a elegir que me sentaba en el suelo lleno de rosas y me repetía que solo era un sueño, las rosas iban perdiendo su color poco a poco hasta convertirse en polvo todas menos una. La rosa azul que sostenía aquel chico en sus manos era la única que se mantenía con vida y entonces lo entendí no debía elegir entre ellos como personas si no como un periodo de tiempo. Mike representaba mi pasado. Alberth mi presente y aquel chico mi futuro.
El sueño se esfumo poco a poco y entendí que debía hacer ahora, mira mi habitación y busque a Alberth como todos los días pero me encontré con la desilusión de todas mis mañanas, el hecho de que el no estuviera me perforaba el pecho una y otra vez pero ya habían pasado más de 6 meses y no podía seguir esperando por algo que tal vez no volviera a mi vida jamás. Mi día estaba transcurriendo con normalidad entre las clases hasta que un chico con una mirada sensual se detiene justo enfrente – ¿qué dice mi pequeña loca?- no pude evitar sonsacar una pequeña sonrisa ya que estaba acostumbrada a Naren por lo tanto solo me limite a de volverle el saludo - ¿Qué dice el gran perro? – el al estar tan familiarizado con nuestros saludos solo se limitó a sonreír y a encogerse de hombros - el gran perro no tiene nada que decir. Oh, lo olvidaba hoy saldré por unas copas ¿vienes?- yo le mire como si realmente estuviera pensando si ir o no, para al final solo disculparme como siempre y decirle que no le podría acompañar porque se me había presentado un contra tiempo – dame la dirección, yo llego al lugar – dije dándole mi teléfono para que apuntara la dirección – te estaré esperando por si te animas a ir. ¡Adiós! pequeña loca – levanto su mano en modo de despedida mientras empezaba a caminar en la otra dirección. Muchos se preguntan cómo alguien como yo pude terminar siendo amiga de un mujeriego con problemas de alcohol y la respuesta solo me lleva a el día en el que conocí a Naren un chico que vivía de fiesta en fiesta. Las cosas no son lo que parecen y aquel hombre que todos veían amenazante en realidad era un chico sensible que había sido lastimado muchas veces por las personas que más amaba. Poco a poco me fui relacionando con el hasta tal punto que él era una gran cuartada, sobre todo en aquellas ocasiones en las cuales escapaba del instituto para resolver algún misterio o simplemente porque no me apetecía entrar aquel día pero o todo en esa relación era fácil ya que si el me cubría yo luego tenía que sentarme a hacer los deberes del muchacho solo porque él tenía una fiesta que era más importante que los deberes. Mi pequeña amistad con Naren no era la gran cosa pero siempre supe que nuestra amistad si era real y no como aquellas que solo se vuelven falsedades con el pasar de los años pero no todo es perfecto y más cuando tu único amigo intenta que entres en su mundo pero yo ya conocía ese mundo solo que pocas personas lo sabían.
Siendo tan solo la una de la tarde, recibí una llamada de la persona menos esperada. Era nada más y nada menos que el doctor levione
- Hola
-¿Elizabeth?
- sí, hola doctor ¿Cómo se encuentra?
-muy bien querida, llamaba a molestarte ¿será que te puedo pedir un favor?
- claro que si
- querida ¿será que tú puedes venir a cuidar a Mike? – mi corazón dio un vuelco, un nudo se formó en la boca de mi estómago y sentí como algunas gotas resbalaban de mi frente.
- claro que si doctor levione, en unos minutos estaré allí
- gracias querida. Entonces nos vemos en la noche
- vale, adiós- mis piernas empezaron a temblar de solo pensar que tendría que estar en la misma habitación con el pero realmente creo que lo que más me pone nerviosa es el hecho de que no sabré como actuar estando sola con él ya que desde aquel día había evitado a toda costa ir a verlo.
El trayecto de un lugar a otro nunca antes se me había hecho tan tedioso que cuando llegue a la puerta de su habitación sentí como el aire dejaba a mis pulmones, tome el pomo de la puerta y lo gire lentamente. De pronto sentí como la puerta me jalaba hacia adentro tomándome por sorpresa retire mi mano lo más rápido posible y vi a una mujer demasiado elegante como de unos 40 años aparecer, la mujer me inspecciono de pies a cabeza como si fuera algo insignificante junto a ella y desapareció por el pasillo dejando la puerta abierta - ¿Pase?- me quede de piedra al oírlo decir eso pero ya sabía que no tenía marcha atrás y debía entrar - Hola – mi voz tembló un poco pero pude reponerme en el instante para que él no se percatara de mi nerviosismo - desde cuando las enfermeras son tan guapas – su mención me dejo de piedra no solo porque me llamara guapa, si no por el hecho de que había creído que era una enfermera pero luego me di cuenta que había caído en su juego sobre todo porque sabía a la perfección que él no me había confundido con ninguna enfermera ya que yo no iba vestida de blanco – muy bien eh caído en tu broma- una pequeña carcajada salió de él y yo instintivamente me gire a mirarlo para no perder detalle de su sonrisa - ¿puedo saber porque se tomó tanto tiempo en llegar a esa conclusión? Ya que si miramos su vestimenta antes de parecer una enfermera parece un ángel de la muerte que viene por su siguiente victima
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top