76

P.O.V Sofía

8 Meses después

-¿Qué escribes? -preguntó mirando mi libreta.

-Un diario.

-Ah, interesante.

En el diario ponía todo lo que hacía. Solo hacía el diario para que mi hijo supiera más cosas sobre su madre.

-Te puedo preguntar una cosa -dije.

-Claro.

-¿Han preguntado sobre mi en el colegio?

-Si, sobretodo tu amiga.

Lo sabía, sabía que iban a pregunta sobre mi. Llevaba meses sin ir al colegio. De repente, sentí patadas en mi barriga. Lo miré y vi la marca de los pies del bebé.

-Auch, mi barriga

-¿Qué pasa? ¿Te duele la barriga? -preguntó preocupada.

-No pasa nada., solo que el bebé me está dando patadas en la barriga -sonreí.

-Oh, que bonito -dijo-. ¿Te duele cuando te da patadas?

-No, pero siente cuando da las patadas.

-¿Puedo tocar tu barriga?

-Si tu quieres.

Se acercó y empezó a tocar mi barriga.

-Acaba de dar otra patada -dijo emocionada.

-Lo se.

-Que bonito es sentir las patadas de tu bebé -dijo -. Ojalá pudiera tener hijos y sentirlos en mi barriga pero eso nunca va ha pasar.

-¿Por qué?

-Soy estéril -dijo con tristeza.

-Lo siento mucho -me disculpé-. No sabía que no podias tener hijos.

-No pasa nada -tocó mi barriga-. Que grande esta tu barriga.

-La verdad, nunca quise tener hijos, mucho menos a esta edad.

-¿Enserio? Pues yo siempre he querido ser madre. Mírame, tengo 26 y aún sigo sin hijos -soltó un bufido.

-¿Por qué no adoptas?

-Es caro adoptar a un hijo.

-No... me refiero si quieres ser la madre de mi hijo -dije con timideza.

-¿Qué? -me miró con los ojos grandes.

-Serias uns buena madre. ¿No querías tener un hijo?

-Ya pero...

-No puedo cuidar un bebé a los 16 años -dije-. Tienes una casa, estas casada, puedes cuidar del bebé.

-Lo se, pero ¿qué pasa, cuando crezca y descubra que tu eres su madre?

-Eso no va a pasar porque moriré cuando él o ella nazca.

-No digas eso -dijo-. Eso no va a pasar.

-Con el tumor que tengo en la cabeza no creo que sobreviviré -miré hacia abajo-. Por eso quiero que cuides del bebé.

-Shh, ya no hables más de tu enfermedad. Sobrevivirás y verás a tu bebé -afirmé con la cabeza.

Quería a mi bebé aunque fuese producido por una violación. No quería morir, igualmente era muy poca probabilidades de sobrevivir con el tumor cerebral que me causaba dolores insoportables en la cabeza.

*******
Pasó un mes, aun seguía sin saber el género del bebé, tampoco lo quería saber, prefería esperar hasta su nacimiento. Estaba en una tienda de bebes mirando ropas. Las ropas eran tan pequeñas y tan monas.
Terminé comprando un peluche grande de bebes. Llegué a casa y lo primero que hice era ir a la habitación y me tumbé en la cama. Después de un rato tumbada, me quité la ropa y entre dentro de la bañera. Estuve unos veinte minutos y salí del baño. Me sequé con la toalla, me puse la ropa y fui hacia la cocina para cocinar arroz. Mientras cortaba las cebollas, sentí un líquido caerse entre mi entrepierna. Miré hacia mi entrepierna.

-¿Qué es esto? ¿Piss? -limpié mi mano y cogí mi móvil.

Marqué el número de la señora Smith. Espere unos segundos pero no respondía, volví a llamar y esta vez si que cogió.

-¿Hola?

-¿Señora Smith?

-Si. ¿Qué pasa Sofía?

-¿Es normal que alguien orine en los pantalones cuando estas embarazada? -dije con nervios.

-¿Te acabas de orinar?

-Creo que si, la verdad no se si es piss.

Sofía, acabas de romper aguas!

-¿¡Qué!? -dije nerviosa-. ¿¡Ahora que hago!?

-Primero calmate, en media hora estaré en casa.

-¿¡Media hora!? !Eso es mucho!

-Calmate Sofía, se que estas muy nerviosa, solo calmate.

-Pero ven rápido -dije.

-Vale, tranquila -colgué.

No se que iba a hacer, quería ir al hospital pero también quería esperar a la señora.
Estuve dos minutos esperando y empecé a sentir dolores en la barriga. Hoy iba a nacer mi bebé, estaba alegre y a la vez nerviosa. Después se me empezó a doler la cabeza, ahora si que tenía miedo, había vuelto aquellos dolores de cabeza insoportables. ¡Maldito tumor! Lo único que tenía que hacer era relajar y esperar a la señora.
Pasaron diez minutos. Escuché como alguien abría la puerta.

-¡Sofía! -era mi maestra.

-Duele mucho -estaba sudada.

-Aguanta un poco, ahora mismo vamos al hospital.

-Que sea rápido, por favor -me dolía la barriga y la cabeza.

Me ayudó a levantar y salimos de casa. Nos dirigimos hacia el coche y la señora Smith abrió la puerta. Subí primero el coche y ella después.

-Aguanta un poco ¿vale?

Dios míos, estaba muerta de dolor. ¿Como las mujeres podían aguantar ese dolor? Parecía que iba morir en el coche. En quince minutos, habíamos llegado al hospital. La señora Smith, bajó del coche.

-Ahora vengo, quedate en el coche.

P.O.V Isabella

Una vez dentro del hospital, me dirigí hacia una enfermera.

-Disculpe, necesito que me ayude. Mi hija esta embarazada y esta apunto de dar la luz.

-¿Dónde está la paciente?

-En mi coche.

-Vale, en unos minutos la atenderemos.

Salí del hospital corriendo y fui hacía el coche.

-Venga mi niña, ahora te atenderán.

Bajó del coche y nos fuimos hacia el hospital. Unas enfermeras la atendió y entraron dentro de una habitación. Me quedé fuera, esperando. Estaba nerviosa. Pasaron una hora. Estaba aburrida, quería entrar dentro pero no podía. Saqué mi móvil y vi llamadas perdidas de Steven. Llamé a mi marida.

-Isabella ¿a donde estás?

-Estoy en el hospital.

-¿Algo te ha pasado? -preguntó preocupado.

-Tranquilo, estoy bien.

-Entonces ¿por qué estas en el hospital?

-Sofía va dar la luz a su bebé.

-¿¡Enserio!?

-Si Steven, vamos a ser padres.

-¿Como que vamos a ser padres?

-Después te lo cuento.

-Siempre después Isabella ¿por qué no me lo dices ahora?

-No seas pesado Steven, en casa te lo cuento.

-Vale.

-Te quiero.

-Y yo.

Colgué la llamada y guardé el móvil en mi bolso. Estuve todo el tiempo esperando. Había pasado media hora más y escuché cómo un doctor venía hacia mi. Me levanté rápidamente.

-¿¡Mi niña!? ¿¡Que tal ha sido el embarazo!?

-Un poco difícil.

-¿Pero está bien?

-Bueno, más o menos. Teniendo un tumor en la cabeza, ha sido muy difícil -dijo-. Por suerte, el bebé está bien.

-¿La puedo ver?

-Por supuesto.

Entré en la habitación. Cuando estaba dentro, vi a Sofía durmiendo. Estaba pálida y muy delgada. A un lado, vi una enfermera, tenía un bebé en sus brazos.

-Enhorabuena señora, es un hermoso niño.

-Mi bebé -empecé a llorar.

Me entregó el bebé. Estaba asombrada, tenía a "mi hijo" entre mis brazos. Tenía el pelo castaño igual que su madre y los ojos azules cielos. Seguro que los ojos habían sacado de su padre.

-¿Mi niña está bien?

-Yo no diría bien pero no se preocupe, solo está durmiendo. Le ha costado dar la luz al bebé -salió de la habitación.

Me senté al lado de Sofía. La agarré de la mano. Tenía la mano fría. No la quería verla de esa manera.

******
Ya era de noche, estaba media dormida al lado de Sofía. Cuando un movimientos de su mano me hizo despertar.

-¿Sofía?

-Se-señora -abría los ojos lentamente.

-¿Qué tal estas?

-Cansada - susurró.

-Haz traído al mundo a un hermoso niño. Haz sido una persona muy fuerte.

-¿He traído a mi bebé en el mundo? -empezó a llorar.

-Si, mira tu hijo -aseñalé la cuna.

-¿Lo puedo coger?

-Claro, es tu hijo.

-También el tuyo -me quedé callada por un rato.

Cogí el bebé y se lo entregué a Sofía.
Se emocionó al ver a su bebé.

-Es hermoso -empezó a acariciar la mejilla del bebé-. Desgraciadamente, parece a su padre.

-Tiene unos hermosos ojos -dije.

-Creía que iba a morir -tenía los ojos llorosos.

-No pienses en lo negativo.

-Tienes razón -dijo con una sonrisa.

-¿Qué nombre lo vas a poner?

-No se -miró al beb -.Elige usted el nombre.

-¿Yo?

-Si.

-Mmm ¿te gusta Diego?

-No lo se, eres tu la que elige el nombre no yo.

-Me gusta el nombre Zack.

-¿Zack?

-Si, bonito significado.

-¿Qué significa?

-El Señor se ha recordado de ti.

-Me gusta el nombre -sonrió.

-Me alegro de que te guste.

********
Habia amanecido. Estaba en mi habitación preparando para ir al hospital.

-Isabella, te acompaño al hospital -dijo Steven detrás mía.

-Vale.

Salimos de la casa y en unos minutos habíamos llegado al hospital. Nos fuimos al habitación donde estaba Sofía, cuando entramos dentro, ella ya no estaba. Me giré y vi a un enfermo que había caminando hacia una habitación.

-Disculpa ¿donde esta la paciente que estába en esta habitación?

-¿Ustedes son los familiares de la chica?

-Mas o menos -respondió Steven.

-Lo siento muchísimo, falleció hace tres horas.

Me quedé con los ojos grande.

-¿Cómo? -dijo Steven.

-¿¡No puede ser!? -se me escapó una lagrima.

-Lo siento mucho -se retiró de la habitación.

-Espere -grité furiosa-. !Quiero ver a mi niña!

-No puedo hacer eso señora, solo los doctores puedes ver a la paciente fallecida.

-¡Me da igual, quiero verla!

-De acuerdo, pero no tarden demasiado.

Nos acompañó hasta una habitación. Entramos en la habitación, estaba muy frío. En una cama se encontraba su cuerpo cubierto.

-¿¡Por qué!? -dije con toda mi fuerza -. ¿¡Por qué te fuiste!?

-Era tan joven -dijo Steven con tristeza.

Una semana después.

Después de la muerte de Sofía, llevé a Zack en mi casa.

-Mira Steven -dije cuando abrí la puerta-. Nuestro hijo.

-¿¡Qué!? ¿¡Lo dices enserio!? -se levantó emocionado.

-Si, mira nuestro hijo Zack -se acercó y cogió el bebé.

-Hola Zack, bienvenido en nuestra casa -dio un beso en la mejilla.

Estaba feliz, por fin tenía un hijo. A la vez sentía tristeza por la muerte de Sofía. También me dio mucha pena cuando sus familiares se enteraron.
Mientras Steven besaba en la frente el bebé, fui a la antigua habitación de Sofía. Miré todo el alrededor, me daba muchos recuerdos. Después me fije que había algo debajo de su cama. Era su diario. Me acordé de lo que dijo Sofía antes de morir. Era un díaro para Zack.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top