54
Pasó una semana, no había recibido ninguna llamada. Había pensando que se había retractado de todos sus palabras y nos dejaría de una buena vez. Zack se entero de los mensajes de esa persona cuando vino a interrogarme por mi comportamiento extraña.
-Seguro que es una loca. No te preocupes por las amenazas porque voy a estar bien.
-Esto no es para tomárselo con calma, puede ser que nos haga algo de verdad -tenía mucho miedo-. No quiero que te pase nada malo.
-No me va a pasar nada malo. Cree en mi.
-Prometeme que no te vas a separar de mi por cualquier chica -le dije mirándole a los ojos.
-No.
-¿No el qué? -pregunté con el ceño fruncido.
-No me voy a separar de ti -sonrió.
Tardé segundo en entender. Rodé los ojos y le di un empujón en el hombro.
-Sal de mi cama -sonreí-. Ahora por tonto dormirás en suelo con Muchi.
-¿Por qué? ¿Qué te hice?
-No te estás tomando esto en serio.
-¡Mierda! -se dejó caer de espaldas a la cama.
-¿Te callas o llamó a mis hermanos para que te echen?
-No me callare -sacó la lengua como un niño.
-Si no te callas no dormirás conmigo.
-No quiero dormir -él me miró con una mirada pícara junto un giño mientras se ponía de pie-. No hiciste lo que quería, ahora voy a usar aquella apuesta.
-Maldito pervertido -sonreí-. No haremos nada.
-Entonces no hay besos ni caricias para ti.
-Me da igual, puedo sobrevivir -supiré cerrando los ojos.
Me di la vuelta en la cama fingiendo que estaba durmiendo. Sentí como se hundía del otro lado de la cama, Zack se posicionó arriba de mí y empezó a hacerme cosquillas y de paso empezó a besar por todo mi rostro. Al llegar a mi cuello empezó a morderme de manera suave.
Empezó a quitar mi ropa lentamente y después quitó la suya.
-Madre mía, estas más buena de lo que me imaginaba -se mordió el labio.
Sonreí. Después me besó, lentamente deshizo mi pantalón, después iba a bajar mi ropa interior. Estaba demasiado nerviosa, él al verme nerviosa, se detuvo.
-¿Estas bien?
-Creo que no estoy preparada para esto.
-¿Quieres que pare?
-Continúa, no perdemos nada con intentarlo -dije nerviosa.
-¿Segura? Te veo muy nerviosa.
-Nací preparada -sonreí nerviosa.
-No estás preparada -Zack comenzó a reír a carcajadas y se levantó de la cama-. Cuando estés preparada lo haremos.
Escuchamos como alguien abría la puerta.
-¡Madre mía! -Héctor cubrió rápidamente sus ojos-. Tengo que ir a la iglesia para que me purifiquen los ojos.
-Se toca antes de pasar -dijo Zack mientras cubría mi cuerpo con la sábana.
-Pensaba que estabais hablando, no me esperaba ver a mi hermana haciendo cochinadas con mi amigo -dijo mientras seguía con los ojos cerrados.
-La próxima vez tocas y no verás cochinadas -dije mientras nos poníamos la ropa.
-Ya puedes abrir los ojos -dijo Zack.
-¿Seguro? No quiero ver a mi hermana desnuda.
-Seguro -rodé los ojos cansada.
-Bueno, solo venía para darte esto -tenia una carta en la mano y después me lo dio-. Es para ti.
-¿Solo era eso? -gruñí-. Podrías haberlo guardado.
-Aggh, como sea, me voy -salió de la habitación.
Nos empezamos a reírnos por la reacción de Héctor. Después de todo eso, nos fuimos a dormir. Pasamos una noche muy tranquila, pase un poco de vergüenza cuando Héctor entró en mi habitación viéndonos semi desnuda debajo de su amigo. Espero que no se lo diga a mamá o sino mataré a Héctor con mis propios manos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top