Me quedé en shock. No sabia que hacer, estaba paralizada. De repente sentí alguien detrás mía y me di la vuelta.

-Zack, por favor no entres de esa manera -dije-. Ya es la segunda vez que me asustas

-Lo siento amor, solo quería abrazarte.

-Tengo miedo -se me temblaba la voz.

-¿Miedo de que? -preguntó.

-Miedo de que te enamores de otra persona y después te olvides de mi -comencé a llorar.

-Eso nunca pasará amor -me abrazó desde la cintura.

-Quédate a mi lado, no te vayas -murmuré.

-Tranquila, no me iré -susurro en el oído.

********

Me desperté enredada entre las sabanas, sentí que alguien me agarraba de la cintura, abrí los ojos y me encontré a Zack durmiendo. Lo miré con una sonrisa. Incluso dormido seguía igual de guapo. Se escuchaba sus ronquidos, roncaba tan flojo. Le di un beso en la frente y me levanté lentamente para no despertarlo pero se despertó.

-Rebecca -dijo Zack con los ojos cerrados

-Buenos días -dije con una sonrisa.

Él me devolvió la sonrisa.

-Buenos días Rebe -murmuró.

-Dormí muy bien junto a ti -le di otro beso-. Te quiero.

Zack se levantó de la cama.

-Yo también te quiero.

-Te tienes que ir, tus padres se preocuparan.

-Tranquila, no se van ha preocupar

Cogí el móvil de Zack que estaba en la mesilla y vi dos llamadas perdidas de su madre.

-¿Y esto que es? -dije enseñándole la llamadas perdidas.

-Agggh, que pesada es mi madre -cogió el móvil-. Ya me tengo que ir.

-Ten cuidado que mi hermano no te vea salir de la habitación -avisé.

-Vale -dijo yéndose de la habitación.

Me quedé por un rato tumbada mirando hacia el techo. Estaba pensando lo que paso ayer, tenia miedo pero mucho miedo. Así que decidí llamar a Sabrina para vernos en el parque.

-¿Hello baby?

-Sabrina

-Dime my friend

-Deja las bromas aparte, hay algo importante que te tengo que decir

-¿Qué pasa?

-Prefiero decírtelo en persona -dije-. ¿Nos vemos en el parque de al lado?

-Okey

Colgué la llamada y en seguida cambié la ropa. En cinco minutos, ya tenia la ropa cambiada, bajé rápido y salí de la casa. Tardé unos diez minutos en llegar al parque, una vez ahí vi a Sabrina sentada en un banco.

-¡¡Sabrina!! -dije llamándola

Ella miro por todos los lados hasta que me vio y se acercó hacia mi.

-¿Qué es lo que me querías contar?

-Sabrina.... no es Catherine la que me amenazó.

-Vale -dijo ella sin ganas.

-¿¡Cómo qué vale!?

-¿Qué quieres que te diga? -frunció el ceño.

-No se, algo -me senté en un banco-. Estoy sospechando de que es Chloe.

-¿Chloe? ¿No dijiste de que....?

-Ya lo se, primero tengo que tener prueba si es ella.

-Okey -respondió.

Miré de reojo a Sabrina. No me estaba ayudando en nada

-Hablando de Chloe, esta en el parque con sus amigas -dije a señalando donde estaba.

Me levanté y me dirigí hacia Chloe que estaba haciendo selfies. Entonces se detuvo de hacer selfies y me miró con desprecio.

-¿Qué quieres? -preguntó.

-Quería preguntarte algo.

-Habla rápido que no tengo mucho tiempo -dijo mientras se tomabas fotos con sus amigas.

-¿Ayer fuiste la fiesta de Héctor.

-Claro, yo no me pierdo ninguna fiesta.

-¿Qué hiciste en la fiesta?

-A ti que te importa -respondió en seguida-. ¿A qué viene todo estas preguntas?

-Nada, olvídalo -mi mirada estaba todo el tiempo en el móvil de Chloe-. ¿Me dejas tu móvil?

-¿Para qué? -alzo una ceja.

-Tengo que llamar a mi madre.

-¿Y tú móvil que?

-No tengo crédito, venga Chloe no seas tan mala -dije-. Si me dejas el móvil haré lo que tu quieras.

Me miró con una sonrisa maquiavelica.

-Vale, pero no tardes -desbloqueó la contraseña.

-Gracias -en seguida cogí su móvil y me fui corriendo.

-¡¡Oye mi móvil!! -digo mientras me perseguía-. ¡¡Dame mi móvil maldita puta!!

Me escondí en una casita de madera. Me di la vuelta y vi que Sabrina no estaba conmigo. Con prisa entré en el whatsapp de Chloe, empecé a buscar mi número. Habia muchos chats, tardé un poco en buscar. Al fin encontré mi número, pulse la conversación y lo leí. Al leerlo me quedé asombrada, ponía los mismo. Después fui a llamadas perdidas y encontré que me había llamado ayer por la noche. Estaba claro de que era ella la que me amenazaba.