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Como ya habíamos tenido muchas discusiones, lo mejor era intentar alegrar el dia a Zack.
Me encontraba en la habitación tumbada, observaba el techo y decidí llamar a Zack para arreglar nuestro problema.
-¿Qué quieres?
-Zack, tenemos que hablar.
-No quiero hablar contigo.
-Vas a estar todo el tiempo asi -dije-. ¿Zack? ¿Hola?
Había cortado la llamada, dejé el móvil en la cama. Estaba realmente cansada de sus celos.
Salí de mi casa y me fui a la casa de Zack. Toqué el timbre y Zack abrió la puerta.
-¿Por qué has venido?
-Tenemos que hablar -murmuré.
-Te dije que no quería hablar contigo -rodó los ojos.
-Venga Zack no seas asi conmigo.
-Aggh.... pasa -murmuró.
Asentí con una sonrisa y entré dentro. Cerró la puerta viniendo hacia mi con los brazos cruzados.
-Zack.... lo siento mucho, no pienso de que eres un mujeriego -dije- Me has demostrado de que has cambiado.
-Entonces ¿por qué te avergüenzas de mi? -preguntó.
-No quiero que hablen mal de mi -susurré.
-¿Por qué deberían hablar mal de ti? -frunció el ceño.
-Porque pensarán de que soy una zorra de que sólo salgo contigo por tu físico y por sexo nada más -suspiré.
-¿Solo era eso? Que digan lo que quiera -dijo enseguida -. Lo más importante es nuestra relación y tu felicidad.
Le dí un beso corto en la boca.
-Zack se que quieres verme feliz pero no quiero que estés todo el tiempo controlandome.
Frunció el ceño y después desvió la vista.
-No me gusta verte con Logan -murmuró-. Es un chico muy atractivo y no quiero que te fijes en él.
-Entiendo tus celos hacia él pero tienes que confía en mi.
-No quiero que me engañes con ese pringado -gruñó.
-Primero, no quiero que llames asi de Logan y segundo, nunca te engañaria con alguien ni nunca lo haré. Solo confía en mí.
-No se Rebeca... no se que pensar -volvió a fruncir el ceño.
-Llevo siendo la amiga de Logan durante 10 años, más antes de que te conociera -dije-. Nunca te engañaria con alguien.
Suspiró y me miro con su típica sonrisa.
Ese era el Zack que yo conocía...
-Sabes que te quiero -susurró en el oído.
Le di la espalda.
-Demuestramelo -dije mientras le daba la espalda.
Sentí como rodeaba mi cintura con su brazo y me llevó hasta él. Me abrazó desde atrás y noté pegado a mi espalda. Millones de corrientes eléctricas recorrían por mi cuerpo. Se acomodó en el sofá y me quedé con la espalda en su pecho. Por fin, lo había arreglado. Suspiré y cerre los ojos. Sentí como me besaba en el cuello.
-Te amo -dijo mientas me besaba en el cuello.
-Yo también te amo.
-Te acuerdas de la apuesta -susurró.
-¿Qué apuesta? -pregunté.
-En qué si te enamorarías de mi en menos de un mes te acostarías conmigo -dijo con una sonrisa pícara.
Le mire con lo ojos grandes enrojecida.
-Bueno.... no se -dije tartamudeando.
-Olvida de la apuesta, no lo haremos -dijo-. No quiero hacer esto, sé que no quieres hacer la apuesta porque no estás lista, así que cuando estés lista lo haremos.
-Gracias Zack -sonreí.
-Oh que bonito -escuchamos una voz.
Nos asustamos al escuchar la voz y enseguida nos levantamos de golpe. Era la madre de Zack.
-¡¡Mamá!! ¡¡Siempre nos interrumpes!!
-Lo siento mucho hijo, es que es tan bonito veros los dos juntos -dijo con una sonrisa bien grande-. Creía que era tu amiga.
-Ahora somos novios mamá -gruñó Zack.
-Sabía que sentías algo por esta chica-dijo la madre.
-Si mamá -rodó los ojos.
-Os dejo solos, yo me voy a la cocina.
-No hace falta, ya me voy señora -respondí.
-Ahora te vas -dijo-. ¿Por qué?
-Porqué tengo que hacer los deberes y también porqué está tu madre.
-Jooooo, venga Rebecca -suplicó.
-Lo siento mucho -le di un beso en la frente-. Nos vemos mañana.
Salí de su casa. Sentí un alivio en mi cuerpo...
Por fin lo había arreglado.
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