36 [MARATÓN 2/5]

Era jueves y recién amanecía, lo sabía a pesar de estar dormida. Sentí el rayo del sol toparse en mi cara, me fastidiaba mucho, aunque sabía que debía levantarme. El despertador aún no sonaba, así que podía seguir durmiendo.

Pero no por mucho tiempo...

El maldito despertador sonó con su clásico sonido. Traté de ignorarlo, quería seguir durmiendo. Estaba cansada, aún no dormí mis ocho horas de sueño, pero el despertador siguió sonando.

-¡¡Joder, que te pares ya maldito aparato!! -grité a todo pulmón. Le di un golpe para que se callase de una vez.

-¡¡REBECCAA LISA CLAYTON, TE QUIERO ABAJO!! -gritó mi madre, supongo que estaba preparando el desayuno.

Me levanté de mal humor, la noche anterior no había podido dormir, estaba toda la noche pensando en Zack. Cogí mi mochila con todas mis cosas y bajé la cocina antes de que mi madre volviese a llamarme.
Quería que fuese un día sin que Chloe me arruinara el día, sin que los mujeriegos me mirasen y sin que Zack me molestara.

Al pensar en Zack, recordé lo que pasó ayer en mi habitación. Aún seguía sin entender cómo podía estar enamorada de un imbécil ¿Cómo? ¿Será por su físico? Yo no me fijaba en lo físico ya que siempre tenía ese pensamiento de que "si es muy guapo seguro que solo quiere sexo y si es feo tengo que confiar en él".
Una voz femenina me hizo despertar de mis pensamientos y me acerqué al lugar donde provenía.

-¡Claro que si Tere.. Laura!.... ¡Que si, esta vez no te fallaré! -soltó Héctor una risa que se notaba desde lejos que era mas falsa y se dio la vuelta dándose cuenta de mi presencia y después colgó -Qué pesada.

Fruncí el ceño. Me di la vuelta para buscar a mamá, no quería escuchar su conversación y darme cuenta de que le mentía a la pobre chica.

-¿A quién buscas? -escuché una voz tras de mi -. Si es a mí, aquí estoy, soy toda tuya hermanita.

-¡Cállate estúpido! Y dime donde esta mamá -se llevó una mano a su pecho fingiendo dolor a lo que yo solo rodé los ojos.

-No me hables así, recuerda que soy mayor que tú.

En cuestión de segundo me dio una rabia al oírlo decir eso, la vida no fue muy justa conmigo, él nació primero y cuatro años después nací yo, vale que él sea el mayor pero lo que no me gustaba era, que se creía el macho alfa de la familia. Por ser el mayor de la familia no te hace el superior.

-¿¡Qué dónde esta mamá!? -respondí cambiando de tema.

-Se ha ido ya, dijo que nos fuéramos juntos como hermanitos que somos.

-¿Y Álvaro qué? -fruncí el ceño.

-Se ha ido con mamá.

Suspiré.

-Ya cállate y vamonos, que tengo que llegar temprano.

-Oye Rebecca ¿Te quedaste dormida con los ojos abiertos?

-Tu sabes que no duermo con los ojos abiertos -dije.

-Estas en la nubes -dijo riéndose-. Te quería avisar nada mas que son las 7:15 y aún falta 30 minutos para que empiece tu colegio.

-¡¡QUEEE!! -grité a Héctor-. ¡¡LLEGAMOS TARDE IDIOTA!!

-Llegas tarde.... no voy en tu instituto -sonrió-. Hasta falta mucho.

-¡¡ESTA LEJOS MI COLEGIO!! -salí disparada de la casa sin despedirme de Héctor y entré tratando de esquivar el alboroto de estudiantes que me rodeaban. Cuando el timbre sonó para irnos a nuestras clases."¡Qué bien.... llego tarde!" decía en mi mente.

Siguiendo mi objetivo de esquivar a el montón de estudiantes que me rodeaban, buscaba como loca mi clase igual que muchos de ellos. Mientras esquivaba, me choqué con alguien y mis libros cayeron al suelo.

-¡¡Joder, ten mas cuidado!! -dije furiosa mientras cogía los libros. No me importaba quien era, iba a llegar tarde. Por ese motivo prefería venir temprano.

-Vienes de mal humor -respondió una voz gruesa. Alcé mirada, era Zack.

Mi corazón empezó a latir rápidamente.

-Apártate, voy a llegar tarde -murmuré.

-Ya somos dos -sonrió.

Suspiré, estaba super nerviosa.

-Apártate de una maldita vez -dije nerviosa.

-Pasa -dijo.

Rodé los ojos.

-No puedo con la multitud de personas y contigo en el medio -respondí-. Por favor.

Frunció el ceño.

-Primero bésame en la boca -dijo con una sonrisa pícara.

-No lo voy a hacer -negué en seguida.

-Pues llegarás tarde conmigo -respondió.

Gruñí cansada, Zack era un chico muy chantajista, eso era lo que odiaba de él.

-Ven -murmuré.

Nos fuimos en un rincón donde no había nadie. Estábamos solos, Zack me miraba con deseo y con su mirada me ponía aun mas nerviosa.

-Qué sea rápido -dije casi tartamudeando.

-Quién dijo que sería rápido -alzó una ceja.

-Zack llego tarde por tu culpa -respondí.

-Vale, será rapidito -rodó los ojos.

Se acercaba aun mas, me agarró de la cadera y sentí mariposas en el estomago. Sentí sus labios juntarse con los míos. Al principio eran besos lindos pero después se convirtieron en salvajes, no podía pararlo, otra vez me dejé llevar por sus besos. Seguíamos besando hasta que me acordé de las clases y enseguida me aparte de Zack.

-¡¡LAS CLASES!! -enseguida cogí la mochila.

-¿Qué pasa? -preguntó Zack.

-¡¡Se nos ha olvidado de las clases imbécil!! -respondí-. Por tu culpa.

-Te dejaste llevar por mi besos -sonrió.

Corrí hasta mi clase, antes de entrar me detuve.

-Entra tú primero -susurré.

-¿Qué pasa si entramos a la ves? -frunció el ceño.

-Van a mal pensar -gruñir -. Entra de una maldita vez.

-Vale borde -entró dentro de la clase. Estuve diez minutos fuera y después entré dentro.

********

El timbre de recreo sonó, espere a que todos salieran para no quedar atrapada en el montón de estudiantes. Mientras caminaba con Sabrina por el pasillo donde estaban las taquillas, me dirigí hacia mi taquilla. Quería coger mi merienda, abrí la taquilla y cogí mi merienda. Seguía caminando con mi amiga, estaba bastante distraída. Miraba a mis alrededores para dar con la cafetería, y de pronto sentí que alguien me agarró del brazo a lo que Sabrina y yo nos asustamos.

-Hola pequeña -al voltear, vi que era Zack.

-No soy tan pequeña, que te llegue por el hombro no te da el derecho de decirme así -respondí con los brazos cruzados -. ¡Estúpido alto!

-Bueno, bueno, ya no te enojes, solo era una broma mi pequeña pitufa -dijo acariciándome la mejilla.

-Déjame pesado -le empujé y vi cómo se reía de mi. Agarré el brazo de Sabrina-. Vamonos Sabrina.

-Tú sabes que siempre he sido un pesado, solo ven conmigo -lo miré con inseguridad. Después de lo que pasó no quería ir a solas con Zack.

-Sabrina también irá conmigo.

Soltó un bufido y sin responderme me cogió de la mano y me llevo casi corriendo, ¿a donde íbamos? No lo sabia, solo me deje llevar otra vez por un mujeriego. Gritaba el nombre de Sabrina mientras me alejaba pero, ella solo me miraba con una mirada pícara.

Nos encontrábamos en la entrada de la cafetería, estaba llenos de alumnos comiendo o jugando con la comida, la verdad no sabía como podían entenderse al hablar, por ese motivo no iba muchas veces a la cafetería. Después de pasar por la cafetería nos fuimos al baño. Nos detuvimos en un momento y le di una rápida mirada a su rostro. Hubo un silencio entre nosotros

-¿Qué hacemos en los baños de los chicos? -pregunté.

-Rebecca quiero que seas sincera conmigo -miraba atentamente a los ojos

-Déjame en paz Zack.

-¿Me odias? -me quedé callada por un rato.

-No -baje la mirada.

-Entonces ¿Por qué eres tan dura conmigo? -murmuró.

-Eres un pesado y te comportas como un niño Zack -dije con los brazos cruzados-.¿Por qué me tienes que molestar a mi?

-Porque me gustas -me acarició la mejilla.

-Hay chicas aun mas guapas en el instituto -suspiré.

-Pero yo te quiero a ti.

-No me quieres, solo me quieres utilizar como un trapo -rodé los ojos.

-No Rebecca -me levantó la cabeza con sus manos-. Estoy enamorada de ti.

Me enrojecí.

-Zack... yo -dije nerviosa.

-¿Me quieres? -preguntó en seguida.

Me quedé por un rato callada. No sabia como responderlo, amaba a Zack pero tenia miedo.... miedo de que jugara con mis sentimientos.

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