28
-¡No, descubrió América en el año 1492! -me corregía Sabrina.
-¿No era el 1914? -fruncí el ceño confundida.
Era sábado, estábamos estudiando en mi habitación, el descubrimiento de América, ya que teníamos un examen en lunes. Después de varios minutos de que Sabrina tratará de que yo entendiera algo, aún seguía sin entender nada. Era frustrante para mi, ya que estaba muy distraída. Hicimos una pausa.
-Rebecca -murmuró Sabrina.
-Dime -contesté.
-A ti te pasa algo -rió alzando la mirada hasta mi.
-¿A si? -dije nerviosa.
Se acercó y hizo una mirada pícara.
-A mi no me engañas -sonrió-. ¿Qué te pasa?
Suspiré, tenía que contar a Sabrina lo que había pasado hace dos dias.
-Te acuerdas lo que te dije de aquel acosador de whatsapp.
-Si -me miraba atentamente.
-Pues..... se quién es mi acosador -terminé mirando hacia la nada, en verdad estaba pensando como iba decir a Sabrina que mi acosador era Zack.
-¿¡A si!? -dijo ella sorprendida-. ¿Quién es?
-Es Zack -bajé la voz.
-Dilo mas alto -dijo ella.
-Es.... es Zack -me puse muy nerviosa. Sabrina me miro bien sorprendida y se levantó de golple.
-¡¡Queeeeeee!! -gritó sorprendida.
-Shhh, no grites -le tapé la boca -. Sí, es Zack.
-¿Estas bromeando? -preguntó.
-No -murmuré-. Se que es impresionante, te vas a impresionar aún mas cuando te diga lo que me hizo.
-Habla, habla -dijo Sabrina con intriga.
-Me besó -sonrojé. Sabrina se quedó en shock.
-Wuaw -dijo ella impresionada -¿te gustó el beso? -me miro una mirada pícara.
-¿¡Que clase de pregunta es esa!? -me puse aún mas roja -. ¡No!
-¿Seguro? -sonrió. Le miré de reojo.
-Si -murmuré.
-Mentirosa -susurró.
-¿Qué has dicho? -escuché lo que habia dicho.
-Nada -hizo una sonrisa falsa. Miró el reloj y empezó a recoger sus cosas-. Ya me tengo que ir.
-No me dejes sola con esos dos imbéciles en casa -rogé.
-No llames a tus hermanos imbeciles -sonrió Sabrina.
-Es que lo son -murmuré-. Venga Sabri, me aburro en casa.
-Lo siento, ya es la hora de irme -dijo-. Estudia para el examen.
-Mala -dije con la voz de una niñita.
Salió de la habitación, escuché como bajaba las escaleras y como abría la puerta. Mientras , estudiaba para el examen escuhcé alguien viniendo hacia mi. Levanté la mirada y vi que era mi hermano menor, Álvaro. Ví como cogía mi almohada.
-¿¡Que haces!? -pregunté. Quité la almohada de las manos-. Cogete otra
-Esta sucia, lo necesito -dijo-. Voy a dormir a la casa de un amigo
-¿Con qué permiso? -fruncí el ceño.
-Héctor me ha dejado -sonrió.
-Tu no te vas a ningún sitio hasta que venga papá y mamá de trabajo.
-Si anda -se quejó-. No voy a estar casa después de la fiesta que va hacer Héctor.
-¿Enserio?
-Si -suspiró.
Me levanté de la cama enfadada. Hace tres dia habia hecho una fiesta, no iba a dejar que hiciera lo que le de la gana. Salí de la habitacion enojada, bajé las escaleras y me dirigí hacia Héctor.
-¿Cómo que vas hacer otra vez una fiesta? -pregunté enoja.
-Si y lo haré dentro de una hora -dijo mirando el reloj -. Me aburro sin hacer nada en casa.
-¿¡Pero tu que te crees!? -estaba bien enojada-. No puedes hacer una fiesta cuando papá y mamá no estan en casa.
-Si que puedo -bostezó.
-No voy estar otra vez esperando en la habitacion hasta que acabe la maldita fiesta.
-Nadie te echa, eres tú la que no quieres estar en la fiesta -rodó los ojos-. Puedes unirte a la fiesta si quieres.
-No quiero -negué en seguida.
-Tú misma -dijo-. Sí o sí, haré la fiesta.
-Eres de lo peor -me fui del salón, subí y me fui a la habitación.
Tenía que volver a soportar la música de la fiesta, los gritos de los amigos de Héctor, en resumen, todo de la fiesta.
************
Ya vinieron los amigosa de Héctor, se escuchaban mucho sus voces y empezaron con la maldita fiesta. A un lado, estaba tumbada en la habitación tapando mis oídos con la mano. No podía mas con la música, era tan alta. Salí de la habitación y bajé algunos escalones. Los invitados de Héctor estaban por todos los lados, algunos bailaban, otros besaban y otros vomitaban el suelo que acababa de limpiar. Eso me enfadaba mucho, ya que desordenaban las cosas de casa y simepre era yo la que terminaba en ordenarlo.
Entré la habitacion y, cerré la puerta, al cerrar la puerta vi que Zack estaba dentro de mi habitacion.
-¿Qué haces en mi habitación? -pregunté neviosa.
-Tenemos que hablar -dijo seriamente.
-No voy que hablar contigo -respondí en seguida.
Se acercaba lentamente y yo me alejaba de él.
-¿Por qué no quieres hablar conmigo -preguntó.
-¡¡Por que no!! -exclamé. Intenté escapar pero él me detuvo.
-No te vas ir a ningun sitio hasta que hablemos -me agarró de la muñeca.
-¡¡Sueltame!!
-No te soltaré -murmuró-. Aún me sigue doliendo el puñetazo que me diste.
-Te lo merecias por acosarme y por besarme -dije.
-Me prometiste que no te enfadarias pero no lo cumpliste -me callé por un rato.
-Como quieres que no me enfade, sabiendo que tu eres el acosador y encima me besas -solté sin miedo-. ¿¡Quien te crees que eres apara besarme!?
-El hombre que siempre soñaste -se acercaba aún mas rápido y yo me alejaba lo mas lejos posibles-. ¿Por qué te alejas de mi?
-Porque estas loco -me choqué por detrás contra la pared ya no tenia mas escapatoria.
-Te encantó el beso -sonrió y me acarició la mejilla.
Estabamos demasiado cerca, mi corazon palpitaba un monton. Estaba muy nerviosa, no se porque pero sentia mariposas en el estomago.
-No -murmuré neviosa
-Si, tanto que no reacionastes después del beso -susurró en mi oído-. Sé que te gusto.
Le empujé, corrí hasta la puerta pero él me agarró rapidamente de la cadera. Intenté despegarme de él pero, habia tropezado con algo, cogí a Zack del brazo causando que los dos cayeramos.
Abrí los ojos y vi que estaba encima de Zack y él dejabo de mi. Sonrojé y él me vio con una media sonrisa. Escuché como alguien abría la puerta, nos giramos y vimos a Álvaro. Nos miraba sorprendido.
-Eh... venía para devolverte la almohada -dejo la almohada en el suelo-. Creo qu he venido en el peor momento..... os dejo hacer vuestra cositas.
-No Álvaro, no es lo que tu crees -salió rapidamente de la habitacion-. Ahora mi hermano se chivará a Héctor de que hemos hecho guarradas,
Me levanté en seguida pero Zack me detuvo agarrando mi cintura y me acercó hacia él.
-Qué se chive -sonrió. Me tomó de la cintura y de un movimiento me dejo abajo y el encima-. Asi mejor.
-Basta Zack, quitaté -me estaba poniendo demasiado nerviosa
-No quiero -sonrió. Sus labios se acercaban poco a poco para después besarme.
Me quedé parada sin hacer nada, en verdad me encantaba como besaba. Reaccioné y le di golpes en el pecho.
-Para Zack, levantate -murmuré.
-Te encantó mis besos -mordió su labio.
-No -respondí en seguida. Él primero se levantó y después yo-. No vuelvas a besarme en tu vida.
-Me gustas -me agarró de la mano-. Muy pronto te enamoraras de mi.
-Nunca -negué en seguida.
-A que te apuestas que en menos de un mes te enamoraras de mi.
-Si gano yo, no me hablaras en tu vida -respondí en seguida- Claramente ganaré yo.
Hizo una media sonrisa.
-Como tu quieras pero si yo gano, harás el amor conmigo -en seguida protesté.
-¡No! eso no -dije enojada-. Tu solo quieres sexo conmigo.
Negó con la cabeza.
-Dije hacer el amor no tener sexo, no es lo mismo -sonrió-. Me gustas Rebecca.
-Me da igual, no lo voy hacer -dije.
-¿Por qué te enfadas si sabes que no te vas a enamorar de mi? -murmuró -.¿Qué pasa, sientes algo por mi?
-¡¡No!! -gruñé.
-Entonces, no te enfades.
Asentí con la cabeza.
-Vale -dije-. Igualmente acabaré ganado yo.
-Ya veremos -me guiñó el ojo.
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