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*Foto de perfil actualizada*
-Estas bellísima😍😍 ~17:04
-Que digo, si siempre estás bella ~17:04
-Gracias ~17:04
-Eres la persona más bella del mundo ~17:05
-Que exagerado eres ~17:05
-Tampoco soy tan guapa ~17:05
-Para mi eres la chica más bella y mas sexy que he visto en mi vida❤️❤️ ~17:06
-Si tu lo dices 😝 ~17:06
-Una cosa ~17:06
-Dime hermosa de mi vida❤️ ~17:07
-Ya ha pasado una semana ~17:07
-Me tienes que decir quien eres. ¿No te acordabas? ~17:08
-Es verdad😅 ~17:08
-Es que no me gusta decirtelo por WhatsApp ~17:09
-Prefiero decirtelo en persona ~17:09
-¿Y cuando me lo vas a decir?
-Dijiste cuando pase una semana y ya ha pasado una semana y dos días ~17:10
-Ya lo se ~17:10
-No se si es el mejor momento para decírtelo ~17:10
-Me da igual ~17:11
-Hoy te quiero ver en la Cafetería Holly y a las 18:30 ya tienes que estar en la cafetería ~17:11
-Traeré un cuchillo por si me violas ~17:12
-Vale señora😱😅 ~17:12
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Capitulo narrado
Empecé a prepararme para ir a la cafetería, estaba un poco emocionada, ya era la hora de conocer a mi acosador en persona. Pero lo que me daba un poco de miedo era si mi acosador fuera un hombre mayor de 50 años. Él decía que era tres años más mayor que yo, osea tengo 17 años, entonces mi acosador tendría unos 20 años aunque sigue siendo muy mayor para mi.
Baje las escaleras sigilosamente para no ser vista pero, el chivato de Álvaro se chivó a mi madre de que iba a salir.
-Rebecca Lisa Clayton ¿me puedes decir a dónde te vas? -dijo mi madre al verme que me iba ir.
-Ehh..... a la cafetería... mamá.
-¿Con quién y con qué permiso?
-Con... Channel.. mamá -mentí a mi madre. Nunca había mentido a mi madre-. Lo siento mamá pero ya no soy una niña pequeña para estar diciéndote donde me voy.
-Me da igual Rebecca, no te puedes ir a si de la nada -chilló mi madre-. ¿Que te crees que eres?
-Lo... siento mamá -dije y rápidamente miré a mi hermano de mala cara. Solo por tener 14 años y por ser el menor mi madre le hace más caso a él.
-Ya no vuelvas hacer esto, ahora ya te puedes ir -dijo mi madre y volvió hacia su tarea. Cuando se fue, me dirigí rápidamente hacia mi hermano.
-Jodete, Álvaro. Esta vez no has conseguido lo que tu querías.
-Por lo menor, mamá me hace más caso a mi que a ti, BRUJA.
Ignoré a mi hermano y me fui corriendo, iba a llegar tarde. Nunca había llegado tarde en algo. Ya había llegando a la cafetería, miré la hora y era las 18:25. Faltaba cinco minutos para que mi acosador viniera. Espere un poco y ya había pasado la hora, era las 18:40. Me dí la vuelta para ver si estaba en alguna parte de la cafetería, pero no, me había mentido. Me enfade muchísimo, mi acosador me había dejado plantada.
-¡¡Imbécil!! ¡¡Me ha mentido ese hijo de perra!!
Empecé a dar patada en un tronco de un árbol.
-¡¡Fui un tonta creyendome de que iba a venir!! ¡¡Estúpido acosador!!
Ya eran las siete y ya no podía estar más esperando en la cafetería. Me fui de la cafetería, después metí mi mano dentro de mi bolso y me dí de cuenta de que se me había caído las llaves en la cafetería. Volví a la cafetería y empecé buscar como loca mis llaves, de repente me choque con alguien muy alto.
-Hay mi cabeza -dije.
Me dolía mucho la cabeza, sonó muy fuerte el choque. No me esperaba que la piel de esa persona fuese muy dura.
-¿Estás bien Rebecca? -dijo la persona.
Tenía la voz grave, estaba segura de que era un chico. No veía muy bien la persona por el golpe. Lo único que podía distinguir eran sus ojos, su pelo y casi su figura. Tenía los ojos azules, el pelo de color castaño y estaba muy bueno.
Espere un rato, hasta que me recuperé y ya podía ver con claridad quien era. Era Zack, el mujeriego y el amigo de mi hermano mayor.
-Ten más cuidado -dijo él con una media sonrisa y me ayuda en levantarme.
-Gracias, no hacía falta, puedo levantarme sin tu ayuda -dije con un tono borde.
-Huy que borde eres, Rebecca -dijo él y empezó a acariciar mi mejilla. Me aparté de él.
-No me toques -le respondí de mala manera.
-Como tu digas señora -dijo con su sonrisa de mujeriego.
La verdad me encantaba su sonrisa pero no me caía muy bien Zack, solo porque era el amigo de Héctor y también porque era un mujeriego, pero nunca negué de que era bastante guapo.
-¿Qué haces aquí? -preguntó él.
-Lo mismo digo -respondí.
-Iba a compar un croissant, me encanta los croissants de esta cafetería.
Ahora dime ¿que haces aquí?
-Nada que te importa, así que con su permiso, me tengo que ir -dije y le empuje.
-Vale, nos vemos en el insti -gritó él.
Hice como no lo hubiese escuchado.
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