116
-¿Qué os pasa tu y William está vez? -preguntó Cristina tras encerrarnos en su habitación al llegar.
-No sé, pregúntale -dije sentandome en la cama.
Rodó los ojos cansada.
-Derek vendrá recogernos, no creo que tarde, ¿puedes ir a avisar a William?
No creía que era una buena idea ir a hablar con él, básicamente habia estado ignorandome todo el día y ni siquiera sabía porque. Definitivamente, una pésima idea ir a hablar con él, era mejor esperar para que se pasara el enfado. Sin embargo, cuando intenté explicárselo a Cristina, ella me agarró de la muñeca y me llevó hasta la puerta de habitación de William.
-No acepto un no como respuesta -dijo cerrándose la puerta en la cara.
Suspiré y abrí la puerta lentamente. William estaba tumbado sin la camiseta, con los audífonos puestos y los ojos cerrados. Caminé despacio hacia la cama y le quité los audífonos haciendo que pegue un susto. Solté una carcajada ante su cara de miedo.
-Mierda Rebecca, no vuelvas a hacer eso.
Y al fin habló.
-Tú hermana se irá a la fiesta ¿no vas a ir?
-No iré a esa estúpida fiesta, ahora, si no te importa, deja de molestarme para que pueda seguir durmiendo.
-¿Por qué estás de mal humor?
-No es asunto tuyo -dijo con un tono borde.
-Si que es mi asunto, no quiero que estes así conmigo -dije cruzandome los brazos-. Esta mañana ya he tendido suficiente.
Lo miré en silencio mientras el soltó una carcajada amarga y negó con la cabeza para después volver a su postura de chico enfadado y borde.
-Lo de la mañana te lo has buscado tú sola.
-Yo no he sido la que se ha buscado una zorra para pasar el rato.
-No la llames así -dijo rodando los ojos.
-Es la verdad -dije-. Al menos podrías explicarme porque me has estado evitando todo el día, primero me dices que este será el mejor viaje de mi vida y después me dejas sola para irte con la primera zorra que se te tira encima. Eres un puto bipolar, no debería haber venido.
Se levantó de la cama hecho una furia, empezó a caminar de un lado de la habitación al otro mientras pasó su manos por el pelo. Después de lo que parecían horas por fin me miró y se preparó para hablar, más bien para gritar.
-Tú eres la que me haces que me lie la cabeza, creia que me amabas pero no, aun sigues pensando en él. Luego vuelves a pedirme explicaciones de que porque no te hablo.
Al ver que no respondí, él siguió hablando esta vez con voz más débil y cansada.
-Al menos deja de mentirme, si no quieres nada conmigo lo entiendo.
-Nunca he dicho que no quiera nada contigo. ¿Para qué acepté ser tu novia? -las palabras salieron de mi boca.
-Solo me aceptaste por lástima -dijo-. No hace falta que me mientas, me lo has dejado bien claro en más de una ocasión.
Me acerqué hacia él pero William se alejó de nuevo y me miró con furia.
-No sé de qué mierda me estas hablando, que yo sepas nunca te dije que nada de eso. Al principio no sentía amor por ti pero ahora te amo.
Soltó una risa amarga y me miró de nuevo.
-Lo siento pero ya no te creo, ahora me dices eso pero por dentro dices dices otra cosa. Cuando él no está, aún sigues sintiendo algo.
-¿Quien es él?
-¿Enserio, tengo contestar eso? -dijo con furia-. Zack, ¿quien será?
-Yo no siento nada por él, después de lo que me hizo ¿como quieres que sienta algo por ese cobarde? -dije-. Yo te amo a ti, solo a ti.
-Ya no te creo, después de lo que vi.
-No sé de qué hablas William, ya te dije que te amo y no te estoy mintiendo.
Se pasó las manos por el pelo en señal de nerviosismo o tal vez de rabia, y me miró antes de responder.
-El viernes en el coche.
-No te entiendo ¿Qué pasó el viernes?
-¡Joder! ¿¡Te lo tengo que explicar!? -gritó con rabia-. Cuando te quedaste dormida, soñastes en Zack. Escuché y como le llamabas en tu sueño, aún siente por ese idiota.
-William yo...
No pude terminar la frase porque el sonido de la puerta al abrirse nos interrumpió e hizo que los dos nos giremos para encontrar a Cristina.
-Derek ya está aquí.
-Yo no voy hermanita, no me encuentro muy bien -dijo William y se tumbó de nuevo en la cama.
-Tú te lo pierdes.
-Esto... yo si que voy -dije.
-Estas embarazada.
-Tranquila, no beberé ni nada.
-Pues nos tenemos que darnos prisa -dijo tirando de mi brazo hacia la salida-. Cambia esa amarga cara y cámbiate.
Cristina me llevó a mi habitación y me cambié muy rápido. Después me guió a las escaleras abajo donde Derek y Mark nos estaban esperando.
********
Empecé a oír la música, Derek avanzó lentamente por la calle hasta que consiguió aparcar el coche de la casa donde suponía que era la fiesta, estaba muy iluminada y había bastante gente a los alrededores.
Bajamos del coche y caminamos por la calle hasta llegar al jardín de la enorme mansión. Una chica alta con el pelo recogido nos recibió en la entrada y nos invitó a pasar.
-No bebas alcohol ni hagas cualquier cocharrada -dijo Cristina antes desaparecer con Derek entre la multitud.
Genial, estaba sola con Mark, debería haberme quedado con William y conseguir que se olvidara de lo que pasó el vietnes, estúpida Rebecca.
-Bueno, parece que nos hemos quedado solos. ¿Bailas? - preguntó Mark a lo que negué con la cabeza.
-No gracias, ve tú.
-No he venido aquí para bailar solo -dijo tirando suavemente de mi brazo hacia la pista.
-Tengo novio y lo sabes.
-Tranquila, no haremos nada malo -dijo-. Es la primera que bailo con una embarazada.
Sin ganas me movía al ritmo de la música parecía un pato gordo al lado de Mark. Unas cuantos cuantas canciones más tarde la canción "Take you down" de Chris Brown empezó a sonar y Mark aprovechó para acercarse. Me rodeó con sus brazos y me acercó hacia su cuerpo para después empezar a tocar mi barriga hinchada. Esto era demasiado incómodo.
Lo alejé suavemente y me miró con confusión.
-Lo siento, tengo que ir al baño -dije antes de desaparecer rápidamente entre la multitud sin darle la oportunidad de responder.
Oí que me llamaba por detrás así que aceleré hasta llegar a las escaleras. Subí a la segunda plata y caminé por un lago pasillo de muchas puertas las cuales estaban cerradas. No debería ir en fiestas estando embarazada, me cuido muy mal.
Cuando por fin encontré una abierta, entré en la habitación y cerré la puerta detrás de mi. Decidí llamar a Cristina, no se si iba a coger mi llamada con la música de la fiesta. Después de un rato, no contestaba, volví a llamar y tampoco contestaba. Marqué una última vez y después de seis molestos pitidos al fin habló.
-¿Qué? -respondió bordemente.
-Al fin contestas.
-Estaba bailando con Derek, no escuché mi móvil sonar.
-No mientas amor, estabas apunto de a... -oí la voz de Derek por detrás.
-Bueno, ¿querías algo?
-Hablar contigo, primero di a tu novio o tu amigo que se vaya por un momento.
Escuché desde el móvil como Cristina echaba a Derek.
-Ya hasta. ¿Qué quieres?
-Que vengas ahora, quiero que me ayudes a salir de esta maldita fiesta.
-Solo por eso me llamas.
-Si, Mark me esta esperando, si bajo me verá y...
Dejé de hablar cuando la puerta de la habitación se abrió de repente, debería haber cerrado con pestillo.
Me giré preparándome mentalmente para encontrarme con alguna pareja pesada en busca de intimidad pero me encontré a Mark.
-Pensaba que estabas en el baño -dijo Mark con una ceja alzada-. ¿Querias librar de mi?
-No... solo que necesitaba...
-¿Necesitabas el qué? -dijo avanzando lentamente en mi dirección-. ¿Estar sola? ¿Ir de la fiesta?
-No.
-¿Entonces? -dijo con una sonrisa escalofriante. Aceleré el paso-. ¿Te asusto?
Automáticamente retrocedí pero me alcanzó y me sujetó fuerte de ambos brazos.
Hice una mueca de dolor pero solo conseguí que apretara más su agarre.
-No te preocupes, no te haré nada malo.
-Me estas haciendo daño, suéltame.
-Lo siento pero no te voy a soltar.
Se pegó más y hundió su cabeza en mi cuello. Asco, asco y miedo era lo que sentía ahora mismo.
Grité esperando que alguien me oyera pero nadie escuchó mis gritos, con la música era imposible de escuchar.
-Yo de ti me callaria -dijo Mark mirando de forma desafiante.
Lo ignoré y volví a gritar, solo me callé al sentir que dio un golpe fuerte en mi estómago.
-Te lo he advertido.
Me empujó fuerte y caí en la cama. Empezó a besar mi cuello de nuevo, intenté apartarlo pero era demasiado fuerte. Joder, esto no podía estar pasando, iba a aprovecharse de mi estando embarazada. Intentó quitarme la camisa justo en ese momento mi móvil empezó a sonar, se giró confundido y aproveché en ese momento para darle una fuerte patada donde más dolía.
Soltó un gruñido lleno de rabia y se llevó las manos en esa zona, conseguí sacarmelo de encima y me levanté lo mas rápido posible.
-Ven aquí maldita -oí como se quejó pero seguía dolorido y no me siguió cuando recogí mi móvil del suelo y salí de la habitación.
Colgué la llamada sin ver quien era. Corrí cansada por el pasillo, bajé las escaleras e intenté pasar por los cuerpos sudorosos hasta la puerta. Salí y empecé a correr con cansancio, necesitaba alejarme lo máximo de la fiesta y de Mark. El móvil seguía sonando pero lo ignoré de nuevo.
Seguí corriendo aunque me costaba con el embarazo, unas gotas de agua se me cayó por la mejilla, miré arriba y me sorprendí al ver que estaba lloviendo. Miré a mi alrededor asustada, no tenía ni idea donde estaba, me olvidé de ese pequeño detalle de que no conocía esta cuidad.
Me acerqué a la pared del edifico más cercano y me senté en el suelo mientras las gotas de la lluvia mezclaban con mis lágrimas. Tenía mucho miedo si algo malo había pasado a mis enanos, después del golpe que hizo Mark, podría haber ocurrido algo malo a mis enanos. Últimamente no cuido muy bien mi embarazo, soy una mala madre.
Mi móvil volvió a sonar y esta vez si que miré la pantalla para encontrar una foto de William junto al símbolo verde del teléfono, lloré aún más fuerte que los anteriores al verle tan sonriente en esa foto. Lo necesitaba más que nunca, él estuvo en los momentos buenos y malos. Era mucho mejor que mi ex.
Deslizé el símbolo verde para aceptar la llamada y me llevé el móvil al oído pero era incapaz de decir nada.
-¿Rebecca? ¿Estas bien? -más lágrimas cayeron al escuchar su voz pero no era capaz de hablar-. Mierda Rebecca, dime algo por favor.
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