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-¿Y sí se lo dice a Zack?
-Tranquila, no se lo dirá.
-No lo sé Logan, tengo miedo.
El timbre sonó. Me despedí de Logan, caminé hacia mi taquilla y cogí mi libro de biofísica. Después de haberlo cogido, fui hacia la clase. Giré por la esquina que dirigía la clase pero de la nada, alguien me empujó y caí en el suelo.
-¡Auch! ¡Joder, ten cuidado! -grité mientras tocaba mi estómago.
-Tú mira por donde vas -alcé la mirada y vi que era Sabrina.
La fulminé con la mirada apretando la mandíbula.
-Lo hiciste a propósito.
-Tú tuviste la culpa de eso -sonrió
-No, iba caminando normal y vienes tu y me empujas -dije-. Casi me matas.
-Mejor, no quiero que tengas el bebé -sonrió.
-Mira, ni siquiera debería hablar contigo. No voy a perder el tiempo con una zorra.
El rostro de Sabrina cambió a enojo, me encantaba enojarla.
-¿Zorra? Guapa, a mi no me insultes o sino...
-¿O sino qué? -dije.
-Ten cuidado con quien te metes -dijo con un tono amenazante.
-Ooh, que miedo -rodé los ojos. Se acercó hacia mi y enseguida me agarró con fuerza la muñeca.
-Lo digo enserio, no te metas conmigo o sino haré daño a ti y a tu querido bebé -dijo-. Como amiga soy un ángel pero como enemiga soy un demonio.
-Sueltame estúpida -al fin me soltó.
-Adiós Rebe -dijo con una sonrisa falsa mientras se alejaba.
Maldita zorra, puta, egocéntrica. Dios, me daba ganas de darle un puñetazo en su cara.
Llegué a la clase de biofísica tarde por la culpa de la zorra. Me regañó la profesora como siempre.
********
Que alguien parase el maldito despertador. Eso iba por William.
Me quejé al ver que nadie iba a parar el despertador, estiré el brazo hasta alcanzarlo. Me duché rápidamente y me puse mis leggings con una blusa. Peiné un poco mi pelo y salí de la habitación para dirigirme a la cafetería. Al llegar vi a Brenda con su novio besándose.
-¿Hola? -pregunté sentándo y robando algo de su desayuno, tenía mucho hambre. Seguían besando-. ¿Brenda?
-¿Qué? -se separaron al escuchar mi voz.
-Me voy, después te veo -dijo su novio yéndose hacia la salida.
-¿No te da vergüenza besar a tu novio en la cafetería?
-No, ¿por?
-Por nada -dije mientras comía su desayuno.
-¡Mi desayuno!
-Lo siento, tengo que alimentar a mis enanos.
Acabamos de desayunar y luego nos fuimos hasta mi habitación. Cuando llegamos a la puerta, nos despedimos. Abrí la puerta y me acerqué hacia William que leía un libro.
-¿Qué lees? -le quité de las manos. El titulo del libro ponía, "Como ser un buen padre"-. ¿Enserio?
-¿Qué pasa? Quiero ser un buen padre para los gemelos -dijo enrojecido.
-Y lo serás -sonreí.
Se separó de mi por un momento.
-Te tengo que decir algo.
William se levantó y se arrodilló delante de mi, sacó una cajita con un anillo y... Nah es mentira, solo pasó la mano por el pelo dejándolo perfectamente despeinado.
-En este fin de semana hay puente, voy a visitar a mis padre y me gustaría invitarte.
-A Cristina no le va a gustar la idea.
-A mi hermana no le gusta la idea de que yo esté con una chica pero lo superará, además sois amigas.
-Vale -dije-. ¿Cuando es?
-El viernes a las seis, allí hace calor y hay playa, coge una ropa cómoda -se levantó y empezó a caminar hacia la puerta
-No, no -negué en seguida-. Ahora he cambiado de opinión. No voy a ir.
-¿Por qué?
-No pienso ir a la playa con esa barriga.
-Tal vez esto haga que cambies de opinión
Iba a preguntar el que pero no me dio tiempo, en menos de un segundo William apoyó una mano en mi nuca y la otra en mi cintura y me besó. Me separé de él y vi que se reía.
-Ahora si querrás ir -dijo guiñándome un ojo.
*********
Era viernes, estaba en la habitación preparando las cosas.
-¿Bikini o bañador? -cogí el móvil y llamé a mi amiga para resolver mis dudas.
-Rebecca...
-¿Bikini o bañador? -la interrumpí mientras metía el resto de cosas en la maleta
-Bañador.
-Ya pero también me gusta el bikini.
-El bañador te tapará la barriga.
-Igualmente se me notará.
-Hazme caso a mi, queda mejor los bañadores a las embarazadas -dijo Keila.
-¡Gracias amiga! -colgé sin dejar que siga hablando y metí el bikini en la maleta. No iba a hacerle caso.
Intenté cerrar la maleta pero era imposible, así que decidí esperar a que William llegase y dejarle el trabajo duro a él. Me tumbé en la cama y poco después la puerta se abrió, dejando ver a William con la playera. Estaba muy sexy.
-¿Nos vamos?
-Esta maldita maleta no cierra -dije señalando mi maleta llena de cosas.
William abrió los ojos como platos y luego empezó a reír.
-Solo nos vamos cuatro días ¿qué mierda has metido ahí dentro?
-No te importa, solo ciérrala o no iré a ninguna parte.
Él obedeció haciendo que sonreía satisfecha y luego bajamos hasta su coche donde William lo abrió y metió las maletas. Después de meter todas las maletas, abrió la puerta de copiloto para que pudiera entrar y luego él entró en el otro lado. Encendí la radio y me recosté en el asiento en la que pasaré dos horas, dos putas horas sin moverme de aquí, odiaba viajar en coche por mucho tiempo. Al menos tenía buenas vistas.
Me había quedado dormida en el coche. Mientras dormía, soñaba en... ¿Zack? No se porque pero soñaba en que mi ex me acariciaba la mejilla en la playa, cuando estaba apunto de besarme, una ola gigante cayó encima mía y abrí los ojos.
-¡Aaah! -grité asustada cuando vi a William de pie a mi lado con un vaso de agua vacío y riéndose como un retrasado -¡idiota!
-Ya hemos llegado -dijo ignorando mi insulto y apartándose de la puerta para que puediera salir-. Has dormido casi 2 horas.
-Podrías haberme despertado de otra forma más...¿normal? -dije saliendo del coche y caminé hacia el maletero a ayudar a mi novio. Nah mentira, solo iba a ver cómo sufría con mi maleta de más de 10 kilos.
-No se me ha ocurrido nada mejor, al menos nada que se pueda hacer en público.
Le di un codazo en el estómago y sonreí al ver que se quejaba.
-Mejor vamos dentro.
Asentí con la cabeza y me giré para ver la casa donde supuestamente vivía su familia. Era una casa de dos plantas, se veía linda. Empezó a caminar hacia la puerta y yo lo seguía por detrás. Al llegar, tocó el timbre y se apoyó en la pared mientras esperaba. Se oía una voz femenina desde dentro y después la puerta se abrió dejando ver a Cristina. Ella abrió los ojos como platos al verme y luego fulmina a William con la mirada
-Hola hermanita -dijo él sonriendo.
-Hola idiota.
Iba a decirme algo pero entonces una mujer morena con un extraño parecido a Crisitna apareció por detrás.
-¡Hay William! ¡Cuanto tiempo sin verte! -dijo mientras le abrazaba.
-Ya, deja a tu hijo en paz -dijo una voz masculina a su espalda, la mujer se separó de William.
-Gracias papá -dijo William.
-Yo a ti he visto -sonrió su padre al verme-. No me acuerdo donde, pero me suena tu cara.
-En la boda de Carina -suspiró William.
-Es verdad, en la boda de tu prima. Eres la amiga de mi hijo.
-Novia papá.
-¿Ya sois novios?
-Si -asentí.
-Lo sabia -dijo con alegría.
-Vamos arriba -dijo William ignorando a su padre y tirando de mi hacia las escaleras.
Después de que William subiera todo el equipaje me llevó por un pasillo en la segunda planta.
-Esta es tu habitación -dijo abriendo una puerta-. La de Cristina está a la izquierda y la de enfrente es la mía.
Asentí entrando a la habitación que me había dicho y sonreí al ver una gran ventana con vistas a la playa
-Me voy para que guardes tus cosas, te veo luego. Cuidaros.
Salió de la habitación y lo vi entrar en la de enfrente. Cerré la puerta y miré bien la habitación, una cama de tamaño mediano, lo suficiente para dormir cómoda, un armario enorme, un espejo y un baño propio, no estaba nada mal.
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