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Salí de la habitación para ir a la biblioteca. Cunado llegué, vi a Sabrina y Logan sentados leyendo un libro.

-Hola -susurré sentandome en la mesa donde estaban.

-¿Se puede saber que te pasó ayer? -dijo Sabrina al verme-. ¿Por qué no cogiste mis llamadas?

-Lo tenía en silencio -dije encogiéndome de hombros.

-¿Y por qué llegaste muy tarde? -preguntó ella-. Te vi entrar en tu habitación a las diez de la noche.

-Estuve en la casa de Zack -dije y Sabrina me fulminó con la mirada-. ¿Qué pasa, no puedo estar con mi novio?

-¿Cuatro horas en su casa? -preguntó Sabrina con cara de incrédula.

-No me mires así.

-Sabrina, es su novio, puede estar la hora que le de la gana -dijo Logan.

-Tú cállate -rodó los ojos-. Bueno, ¿que os toca?

-Biología -dijo Logan con cara de asco.

-Yo mates -dijo Sabrina con la misma expresión-. ¿Y tú?

-No lo se -dije sincera, nunca fui buena recordando los horarios.

-Te toca psicología -dijo él con una pequeña risa-. ¿Cómo puede ser que lo sepa y tú no?

-Yo tampoco me lo explico -solté un bufido.

El timbre sonó, cada uno se fueron a su clase, quedamos a vernos después de las clases en mi habitación. Caminé hasta la clase de psicología y me senté en mi sitio. Todavía no había casi nadie así que aproveché en sacar los cascos y me puse a escuchar música. Poco a poco las clase se iba llenando de gente hasta que llegó el profesor y dio inicio la clase.
La clase se me hacía eterna. Me dediqué hacer como que atendía mientras pensaba en la cita de esta tarde. Hoy iba ser un día muy largo.

*******
Estaba en la habitación preparándome para la cita mientras Logan y Sabrina me preguntaba a donde iba.

-¿No nos vas a decir a donde te vas?

-Sois bastante pesado -dije mientras me maquillaba-. Tengo una cita.

-¿Con quién? -preguntó Sabrina.

-Con quien será, con Zack -terminé de maquillarme-. ¿Qué tal estoy?

-Estas bonita -respondió Logan.

-El vestido te enseña mucha carne -dijo Sabrina con mala gana.

-¿Enserio? Pues a mi me gusta.

-Estas bien, no lo hagas caso -susurró Logan.

-Te he oído -dijo ella ofendida.

Miré el reloj, ya era la hora de irme.

-Bueno, ya es la hora de irme.

-Nosotros también -se levantó Logan de la cama-. Vámonos Sabrina -agarró el brazo de ella.

-Adiós -Sabrina volvió a fulminarme con la mirada y salieron de la habitación.

No entendía porque me miraba de mala gana.

Antes de salir, cogí mi bolso y mi móvil. Una vez fuera del campus, tomé un taxi para que me llevara al restaurante. Le enseñé la dirección. Minutos después, llegamos al restaurante y pagué al taxista.

Bajé del taxi y fui caminando hacia el restaurante. Entré y un hombre me atendió. Me llevó en el asiento reservado. Me senté, mientras esperaba a Zack, tardaba mucho. Me quedé mirando el restaurante, estaba asombrada de lindos detalles que el restaurante tenía. No había mucha gente tampoco pocos, había una cantidad razonable. Habían pasado media hora y mi paciencia estaba apunto de terminar.

Tomé el menú y empecé a leer la carta, todo aparentaba muy delicioso pero era bastante caro. Mi paciencia se terminó cuando pasaron veinte minutos más. Llamé a Zack como nueve veces pero no cogía mis llamadas, lo envié varias mensajes.

********
-¡Zack! ~20:54
-¿¡A donde estás!? ~20:55
-¿¡Por qué tardas tanto!? ~20:58
Llevo cincuenta minutos esperandote! ~20:59
-Responde mis mensajes ~21:10
-¿¡Que clase de novio deja plantada a su novia!? ~21:15
Enserio! ¡Responde mis mensajes! ~21:16
-¡Zack no me dejes en visto! ~21:20
-¿¡Sabes qué!? ¡Qué te den! ~21:24
-Lo siento, me salí del control. Seguro que donde estas, hay mucho trafico por eso estas tardando ~21:30
-¡Son las 9:35! ~21:35

********
Guarde mi móvil, me levanté y dejé el menú. Salí del restaurante enojada. Ahora misma iba a ir a la casa de Zack. Cuando llegué, toqué el timbre varias veces pero nadie abría. Lo bueno era que tenía la llaves de su casa.

Abrí la puerta y entré. Subí las escaleras, cuando iba a la mitad de las escaleras, se comenzaban a oír sonidos extraños. El ruido provenía de la habitación de Zack, mi cuerpo entró en tensión. Tomé la perilla con temor a lo que pudiera encontrar ahí dentro. Respiré hondo y la giré. Mi corazón se hundió después de ver lo que estaban haciendo. Cuando escucharon la puerta abrir, se separaron.

-¿Qué es esto? -dije con los ojos cristalinos.

Miré a la chica que cubría su cara con la manta, me sonaba muchísimo. Me acerqué un poco y ahora sí que la pude reconocer.

-¿Sabrina? -dije con los ojos platos.

-Lo siento, te lo puedo explicar -dijo Sabrina.

-¿Qué está pasando? -dije con las dos manos en la boca.

No podía creer lo que vi, mi novio me había engañado con mi mejor amiga. Mis manos temblaban y mi corazón rompía haciéndose en pedazos.

-Calmate Rebecca -dijo Zack.

-¡Como quieres que me calme! -grité con toda mi rabia-. Me acabas de engañar con esta zorra.

Me ardía la sangre. Traición, dolor, tristeza, era lo que sentía en ese momento. Rápidamente, me acerqué hasta la cama donde Sabrina seguía tumbada con una sábana cubriendo su cuerpo. La tomé de los cabellos y así como estaba, la saqué de la cama.

-¿¡Qué haces!? ¡No lo hagas! -Sabrina me pedía a gritos.

-Cállate zorra, te voy a echar de aquí.

-Por favor Rebecca, estoy desnuda.

-Me importa una mierda, eres una maldita traidora -dije con toda mi ira.

Abrí la puerta de la habitación y la empujé fuera de la habitación. Me quité las lágrimas de mis ojos que aún no paraban. El negro de mi máscara de pestañas manchaba mis mejillas. Volví mi mirada a la habitación, Zack se acercó con los boxer puestos.

-¿Qué mierdas hiciste Rebe?

-¡No me llames Rebe, imbécil! -espeté-. ¿¡Esto era lo que querías desde un principio!? ¿Engañarme con la primera que se te cruzara?

-Calmate.

-¡No! ¡No me calmaré! ¡Joder! Yo confié en ti.

-¿Sabes que? Me alegro de haberlo hecho. Así dar final con la maldita apuesta.

-¿Qué apuesta?

-Que ingenua eres. ¿Pensabas que un mujeriego como yo se iba enamorar de una niña patética? -se rió-. Todo esto lo hacía por una apuesta que había hecho con Liam.

-Entonces tu...

-Nunca te amé, estas buena pero no eres para mi -sonrió-. Hay chicas aun más buenas que tú.

-¡Te odio! ¡Maldito seas! Yo te amé, te amé de verdad -dije dándole golpes en el pecho-. ¡Me das asco! ¡Asco! ¡Nunca cambiaste! ¡Sigues siendo igual de mujeriego!

-¿Creías que había cambiado por ti? -alzó una ceja-. Eres bastante patética e ingenua. Solo te use para divertirme.

-¡Te odio! ¡Ojalá te mueras! -me salí del control y empecé a tirar todo lo que veía-. ¡Me das asco! ¡Ascooo!

-¡Calmate loca!

Le ignoré y continue tirando todo lo que veía, estada demasiada enojada. En seguida, Zack me agarró muy fuerte del brazo y me dio un puñetazo en el ojo. Caí bruscamente y lloré con toda mis fuerzas.

-Me has pegado -dije sorprendida. Zack nunca me había pegado.

-Te dije que te calmaras -dijo con la mirada baja-. Mis padres vendrán en dentro de nada, pirate de mi casa.

No respondí, estaba llorando en el suelo. Zack volvió agarrarme del brazo bruscamente y me jaló fuera de su casa.

-¿Qué fue de nuestro amor? -dije llorando.

-¿Qué amor? Nunca te amé -cerró la puerta en mis narices.

Escuché mi corazón rompiéndose aún más con lo que dijo. Lloré aún más aunque mi ojo derecho me dolía. Saqué un espejo pequeño, miré mi ojo, tenía un moreton bastante marcado. Lamentablemente, nada podía acabar con ese gran dolor que estaba sintiendo.

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