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Salí con Thomas a la prepa, sinceramente estaba muy nerviosa porque no sabía qué me iba a pasar y la verdad aunque estaba muy ansiosa. Tenía mucho miedo pero creo que no lo puede disimular, Thomas se dio cuenta, y me preguntó con una mirada curiosa.
—¿Te pasa algo? Te noto distraída ¿Acaso estás nerviosa? — con un tono un poco burlón.
—No quién te dijo eso — evado el tema — estoy mirando los alrededores es muy hermoso me encanta este lugar — miro hacia el suelo muy sorprendida porque se había dado cuenta.
— Sí la verdad es muy hermosa y eso que no ha visto nada, cuando llegues a la preparatoria te va a encantar te lo aseguro — me sonrió.
— Si, lo dices porque ya estás acostumbrado a ella — respondo de manera un poco fría.
— La verdad sí aunque ya quiero pasar la universidad — lo dice mientras estira sus brazos tratando de alcanzar el cielo, dejando correr la brisa entre sus dedos, de pronto voltea, me mira y sonríe.
— ¿Porque quieres avanzar más rápido? no sería mejor disfrutar el momento y ya — pregunto.
Se me queda mirando un poco embobado y con cara de distraído, creo tenía algo, él tampoco lo sabía disimular, saco otro tema de la nada. También me evadió el tema.
—Oye después de la primera hora de clase ¿podrías comer conmigo? —me mira de forma tierna, me vuelve a sonreí esta vez de una forma más hermosa.
— Claro porque no — respondo con una sonrisa y un gesto entusiasta — además, no conozco a nadie de aquí aparte de ti — añado.
El me mira aun sonriendo, empiezo a pensar que es muy lindo bueno qué cosas digo "recalco" siempre pensé que era lindo, bueno todos ellos. Creo que ya se me está pegando un poco lo de las chicas, no puedo creer que deje mi hogar y me allá mudado acá"recuerdo" llegamos a un hermoso jardín, bueno no era jardín, era la entrada a la preparatoria, la verdad ahora me encanta un poco más, justo como lo había dicho Thomas. Yo me quedé mirando un poco lela los alrededores, no sé lo que me pasa en realidad, puede ser que muchas chicas les pase esto posiblemente sea a mí nada más, no lo sé, al entrar a los pasillos de la preparatoria Thomas se acerca aún más a mí.
—Bueno suerte que estudiemos juntos — me dice — así que no nos tenemos que separar — me hace una mueca un poco picara.
—La verdad tengo mucha suerte — contesto — no quería empezar sin conocer a nadie — afirmo.
—Suerte tengo yo al conocerte por fin — dice lo que piensa, sin ningún tipo de incomodidad solo baja la cabeza y se pone un poco rojo.
Estaba un poco sorprendida de verdad porque dijo "por fin" será que estaba tan ansioso de conocer más o sólo son ideas mías como siempre, lo sigo hasta nuestro nuevo salón. Al entrar allí todo cambió todos los chicos y chicas aparecían conocer a Thomas todos lo llamaban y querían que se sentara junto a ellos, era un chico muy popular aunque eso ya me lo imaginaba, tenía mucha carisma era muy atento y buena persona por eso todos se sentían muy bien estando con él hasta yo, me sentía así.
Me sorprendió, al verlo rechazar las invitaciones que recibió, de varias chicas para sentarse juntos, viene caminando cerca de mí, toma un asiento y lo coloca a mi lado"rechazo a todas esas chicas para sentarse conmigo" vimos la clases juntos, en toda la clase no paraban de enviarle cartas y mensajes de texto, invitándolo a comer a ir a fiestas, hasta citas, ahora no podía entender cómo es que ya quería pasar a la universidad tan rápido, sabiendo que allá las cosas podrían ser diferente... Al terminar la clase ya era hora de comer íbamos por el pasillo cuando uno chicos lo llaman.
— ¿Oye me esperas? —me dice al oído.
Yo me sorprendo de la forma en que me lo dijo.
—Por supuesto, te esperare aquí, solo iré a guardar unas cosas a mi casillero — respondo ruborizada.
Se va con sus amigos, yo me quedo mirando los pasillos, tratando de encontrar mi casillero no quería cargar con tantas cosas y este bolso que tenía era muy pesado, no sé qué pensé, al traer este bolso y tampoco sé que le metí, veo un grupo de chicos que están conversando al final del pasillo, voy a pedirles que me ayuden a ubicarme, en donde estoy la verdad tengo mucha pena de hablarles pero tomaré fuerzas.
—Hola buenos días, ¿me podrían decir dónde queda el casillero 546 por favor? — pregunto con amabilidad.
—¿Eres nueva? — Contesta uno de ellos
—Sí y bueno ando un poco perdida —sonreí
—Bueno en ese caso mi nombre es Erik, voy en penúltimo año ¿cómo te llamas? — me dice de forma amigable.
—Un gusto Erik yo soy Emma voy en último año — contesto sonriéndole, sujeto mi bolso que ya empezaba a maltratar mi hombro.
—Bueno te guio a tu casillero entonces — me sonríe de manera entusiasta.
— Gracias — sonrió
Se despide de sus amigos y lo sigo por los amplios y hermosos pasillos, mientras me guía, se detiene en varios lugares para enseñarlos, me cuenta un poco de su historia, para que pueda ir aprendiendo, de las cosas que la preparatoria nos ofrece, cuando casi vamos llegando, después de un largo recorrido, hacia mi casillero, viene alguien detrás de mí, me sujeta la mano, me volteó a ver quién es y era Thomas no tenía muy buena cara no entendía que le pasaba así que le pregunté:
— ¿Te paso algo?
Me miro sin contestar mi pregunta...
— Ven conmigo por favor — Aun no soltaba mi mano.
Erick que iba delante de mí, volteo cambiando la expresión de su rostro.
—¿Tu lo conoces? — mira a Thomas
— Si, es mi hermanastro — le sonreí.
Thomas me jaló y me llevo con él. No me dejo despedirme de Erik no sé porque estaba actuando así, sé que no lo conocía muy bien porque apenas teníamos como 2 días viviendo juntos como hermanos, no sabía cómo era su actitud o sí era así siempre en la preparatoria ya que era un chico de muchas sorpresas, bueno así pienso yo. Ya que me he llevado unas cuantas estando a su lado, no me quedó más remedio que seguirlo, quería ver a dónde me llevaba, soy una persona muy curiosa no sé por qué, me llevo a un corredor solitario, Thomas se detiene y se voltea:
— Lo siento por eso ¿quieres comer?
Su actitud cambio tan rápidamente. No entendí lo que paso, creo que era simplemente algo que le había salido mal o algo así.
— No te preocupes por eso ¿pero te pasa algo? — le pongo la mano en el hombro.
— Creo que luego te lo explicaré, porque ahora no puedo hablar de eso, lo siento... — baja la cabeza — ¿podemos ir a comer juntos si todavía quieres hacerlo? — vuelve a preguntar.
— Por supuesto — lo miro poniendo mi cabello detrás de la oreja y sonriéndole un poco.
Aunque no entendía porque actúo de esa manera, y porque me arrastró con él sin preguntarme, tengo que esperar a que él decida decirme. Mientras tanto sólo actuaré como si nada hubiera pasado y iré a comer después de todo es mi primer día en esta preparatoria. Él no me quería decir a dónde iríamos, simplemente me pidió que lo siguiera me dijo que era una sorpresa, caminamos un poco y subimos hasta el último piso del edificio, se paró frente una puerta, me sonríe, pone su mano en la manilla la gira y abre.
Era la azotea un lugar muy hermoso, tenía un paisaje muy agradable la ciudad se veía tan linda desde ahí, era un buen lugar para comer sin duda tenía buenos gustos.
— He comprado esta tortilla de arroz esperó y te guste — se sienta, y saca de su mochila 2 envases.
—Oh, me encantan, gracias — le hago un guiñó, y tomo un envase.
—A mí también me encantan — poniendo un trozo de tortilla en su boca.
—Está deliciosa — probando la tortilla.
—Se nota que te gusta — se ríe, pasando su pulgar varias sobre su labio inferior.
—¿Tengo la boca sucia? — pongo la mano sobre mi boca —que vergüenza — me sonrojo — oye tienes muchos amigos — pregunto.
— No ellos son solo mis compañeros, se podría decir que no los considero mis amigos — lo dice de una manera tan fría.
— ¿Por qué? ¿Ha pasado algo? — pregunto.
Sonríe y me mira:
— Muchos de las personas que me hablan, solo lo hacen por interés, solo quieren una cosa "popularidad" yo no quiero eso, por eso digo que ninguno de ellos son mis amigos — responde.
Suena como si hubiera pasado por algo muy malo, pero no quisiera preguntárselo ahora quizás más adelante, por ahora solo terminaremos de comer y volveremos a clases.
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