Agosto: Miedo
Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.
Palabras: 1075.
Agosto: Miedo
El peso de Adrien se repartía entre los hombros de Marinette y de Luka. La silla de ruedas estaba en un rincón como si nadie quisiera verla.
—Al sofá —susurró Marinette.
Luka obedeció, soportando el peso completo de Adrien la ayudó a acomodarle allí, entre cojines mullidos. No dijo nada, pero Adrien se dio cuenta de que Luka desaprobaba aquella decisión de irse a vivir juntos.
—¿Os apetece café? —preguntó Marinette.
—Solo —contestó Luka.
—Con leche —musitó Adrien.
Ella asintió con una sonrisa dulce en los labios y se metió en la cocina tarareando.
Adrien observó a Luka mientras se sentaba a su lado con el ceño fruncido, no quería parecer grosero, porque les había estado ayudando, pero le molestaba aquel ambiente que se había formado con la marcha de Marinette.
—¿Qué? —bufó con un tono más brusco de lo planeado—. ¿Hay algo que te moleste?
—No —replicó Luka con suavidad—. Pero ¿estáis seguros?
—Sí, estaremos bien.
—¿Y si tienes que bajar a la calle para algo? No creo que Marinette pueda ayudarte a bajar sola y yo no voy a estar aquí siempre.
Adrien soltó un suspiro.
—Lo sé —susurró Adrien—. Sé que soy un egoísta, pero no soporto la idea de volver a casa de mi padre después de lo que le ha hecho a Marinette.
Plagg se lo había explicado todo y, aunque Marinette le había dicho que no importaba, para él lo cambiaba todo. Si su padre no podía aceptar a Marinette entonces tampoco podía aceptarlo a él.
—¿Y qué harás cuando tengas que ir a rehabilitación?
Adrien se movió como si el fantasma que acababa de mencionar Luka le hubiese dado un puñetazo en la cara.
—Vendrá alguien aquí. Puedo moverme con las muletas por el apartamento, así que esas escaleras no serán un problema.
Luka suspiró.
—Supongo que Marinette y tú habéis hablado de esto y que yo no debería meterme —musitó mirando en dirección a la cocina en la que permanecía la muchacha—, pero ¿qué hay de su libertad? Estás hablando de meter a alguien que no conoce de nada en su casa, Adrien. Sé que ella no se quejará, pero ¿has pensado en ello?
»Te entiendo, también la entiendo a ella. Sin embargo, no sé si sois conscientes de todo lo que se os va a venir encima en cuanto salga por esa puerta.
—Nos queremos, Luka.
—Eso ya lo sé —replicó con una sonrisa sincera como si llevase esperando que soltase aquella frase desde que se había sentado en el sofá—. No te digo esto porque esté celoso. Quiero que Marinette sea feliz y hace tiempo que acepté que yo no era la persona adecuada para ella. Lo único que quiero es que no os hagáis un daño irreparable.
—Café recién hecho para todos —canturreó Marinette entrando en el salón.
Ambos chicos la miraron haciéndola sentir un poco incómoda.
—¿Ha dejado de gustaros el café en los últimos minutos?
—Deja que te ayude con eso —pronunció Luka levantándose.
Adrien se dio cuenta de que parte de lo que le había dicho Luka pasaba por no poder ofrecerle ayuda a Marinette en caso de que la necesitase.
Hablaron un rato, pero Luka se excusó con un ensayo para poder marcharse y dejarles a solas, asegurándole a Marinette que podía llamarle a cualquier hora si necesitaba ayuda con algo.
Frustrado, en el sofá, los oyó hablar en susurros en la puerta. No le agobiaba sólo el poder ser una carga como Adrien, sino que tampoco podría serle útil como Chat Noir, no creía que el prodigio le permitiese moverse con la agilidad necesaria. No la podía ayudar, ninguna de sus dos mitades podría hacerlo.
—¡Estoy agotada! —exclamó dejándose caer sobre el sofá.
—Marinette... siento darte tantos problemas.
—¿Qué? ¡No!
—Tenerme aquí va a obligarte a cambiar muchas cosas de tu vida —murmuró sintiéndose culpable. Marinette suspiró.
—Nos adaptaremos, no pasa nada.
No podía engañar a Adrien, iba a ser difícil, adaptarse, perder su libertad para hacer lo que quisiera, cómo y cuándo quisiera, su espacio personal. Iba a perder muchas cosas que se habían vuelto imprescindibles en el último año, pero se adaptaría. Aquello tenía que valer la pena, después de tanto luchar. Tener miedo no iba a ayudarla, encontrarían la manera adecuada de sobrellevarlo todo y salir adelante.
—Cuando estés bien todo será mucho mejor.
—Eso puede tardar meses —contestó él.
Marinette era consciente de ello, pero prefería no pensar mucho en ello. Tenía miedo, pero tenerlo no iba a cambiar nada. Tener miedo era absurdo.
—Lo lograremos. Tú y yo, Adrien, los dos contra el mundo.
—Como siempre, princesa.
—Vale —susurró—. ¿Estás seguro de que podrás moverte por aquí con las muletas?
—Sí, me canso rápido, pero puedo arreglármelas —aseguró rodeándola con el brazo para acercarla a él—. Cuando empiece con la rehabilitación mejoraré, sólo tengo que recuperar la fuerza.
—Lo sé. —Se acurrucó en su pecho oyendo el latido de su corazón—. Pero hay varios escalones y me preocupan un poco.
—¿Los escalones o el tenerme aquí? ¿Qué es lo que te da miedo?
Marinette se movió un poco, rompiendo levemente el contacto para poder mirarle a los ojos con el ceño fruncido. No esperaba ser tan fácil de leer.
—Un poco las dos cosas.
—Tal vez no ha sido una buena idea —musitó. Acarició su mejilla con delicadeza y le sonrió—. Podría alquilar algo, no quiero ser una carga para ti, ni entorpecer tu día a día...
—No es eso, Adrien —le interrumpió volviendo a acurrucarse en su pecho—. Es que no esperaba acabar viviendo contigo de esta manera, quiero decir, que hemos saltado de nada a todo en un segundo y me da un poco de vértigo y miedo.
»Cuando alquilé este sitio no esperaba acabar teniendo compañía tan pronto, quería ser libre una buena temporada antes de plantearme vivir con alguien. Es todo muy repentino, pero quiero hacerlo y lo que puedo perder no es nada comparado con lo que puedo ganar, así que lo lograremos.
—A mí también me da un poco de miedo —confesó con calma—. Supongo que tendremos que ayudarnos el uno al otro a adaptarnos a esto.
—Lo lograremos.
—Por cierto... ¿dónde están Plagg y Tikki?
—Acampados en la nevera.
Adrien soltó una carcajada sincera y relajada que se le contagió rápidamente. Hablaron de sus miedos evitando mencionar al mayor de ellos: un ataque de Hawk Moth.
Continuará
Notas de la autora:
¡Hola! Retomando esto para acabarlo en plazo. Subiré los cuatro que quedan antes de final de año, pero es lo único que voy a actualizar hasta enero, estoy tomándome un pequeño descanso tras acabar el NaNoWriMo.
Nos leemos en unos días.
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