Abril: Objeto perdido

Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 1122.

Abril: Objeto perdido

Marinette aún flotaba en aquella nube de color rosa. Adrien y ella habían hablado mucho desde aquella tarde en la cafetería, de sus sentimientos, de cómo continuar... habían decidido tomárselo con calma, porque ya no eran aquellos dos críos que se habían conocido en el instituto, sus vidas y sus cargas eran diferentes a las de aquel entonces, por no hablar de los pequeños cambios en sus caracteres a los que tenían que adaptarse. Necesitaban volver a conocerse y lograr que aquello funcionase. Pero la nube de color rosa no podía interferir en sus responsabilidades.

Tomó el precinto y montó una de las cajas de cartón que tenía apoyadas contra la pared. Odiaba aquella parte de tener que mudarse. Su pequeño apartamento le gustaba mucho, pero era poco práctico, le resultaba imposible disponer de espacio para encerrarse a crear los días en los que no trabajaba. Le había pedido ayuda a Adrien para buscar un lugar mejor y también con la mudanza. El apartamento que habían encontrado juntos era amplio, soleado y estaba muy cerca de la panadería de lo Dupain-Cheng. El poder estar cerca de sus padres para Marinette había supuesto un plus.

El timbre sonó y Marinette se puso en pie con un ágil salto para ir a abrir. Tras la puerta Adrien le sonrió, esperando a leer qué tipo de saludo esperaba Marinette aquel día, ella se puso de puntillas cerrando las manos entorno a las solapas de su cazadora, él entendió la petición, así que alcanzó sus labios y rodeó sus hombros, acercándola todo lo que pudo a él.

—Hola —susurró Adrien contra sus labios haciéndola sonreír.

—Bienvenido.

—¿Y bien? ¿Dónde están esas cajas que te hacen la vida imposible?

Marinette rió, separándose de él y señalando con la mano la puerta acristalada que separaba el recibidor del salón.

—Siento el desorden...

—Es lo que se espera ver en una mudanza, no te disculpes.

—¿Puedo ofrecerte algo?

—Un refresco, gracias.

Adrien se sentó en suelo y montó varias cajas mientras Marinette preparaba algo para picar y el refresco.

—¿Por dónde hay que empezar? —preguntó cuando ella hubo regresado.

—He empaquetado mi ropa, los juegos, mis cuadernos de trabajo... —enumeró alzando los dedos—. ¿Los libros?

—De acuerdo, te los iré pasando de las estanterías.

Marinette acercó una silla a la librería y Adrien acomodó sobre esta una caja vacía. Tenía muchos libros de moda y de costura, Adrien sabía lo mucho que le había gustado a Marinette aquel mundo desde siempre. Le parecía admirable que hubiese sido capaz de lograr tantos ejemplares, algunos eran antiguos y valiosos, otros eran ediciones modernas sobre patronaje básico. Todos se veían muy usados, vividos y queridos. Adrien le tendió uno cuyo lomo estaba destrozado y sus tapas muy desgastadas, algunas de sus páginas, descosidas, cayeron al suelo.

—Lo siento —musitó Adrien agachándose para ayudarla a recogerlas.

—No pasa nada, me pasa lo mismo cada vez que lo saco de la estantería.

»Oh, dios mío...

—¿Ocurre algo?

—No, es que he encontrado algo que creía haber perdido.

Adrien la miró con curiosidad, ella le mostró una foto con timidez, en ella aparecían los dos durante la sesión de fotos que habían hecho para promocionar el blog de bisutería de Marinette.

—Vaya, qué recuerdos —musitó él tomando aquella foto en la que sonreían alegres vestidos a juego de entre sus dedos.

—Aquel día estaba muy nerviosa porque ibas a estar en mi cuarto de nuevo.

—¿Por qué?

—Bueno, porque ¡me gustabas mucho! Y que estuvieses allí para ayudarme con lo del blog... para mí fue muy importante.

»Esta foto fue como una especie de amuleto, la guardé con mucho cariño, poder mirarla cuando estaba triste me hacía sentir mucho mejor —declaró con las mejillas rojas—, me recordaba que tu amistad era muy importante y que no quería perderte.

»Creí que la había perdido en la última mudanza, pero aquí estaba, dentro de este libro de moda de los años cincuenta.

—Me alegro de que la hayas recuperado si es tan importante.

Marinette le sonrió, la había mantenido a flote durante todos aquellos meses en los que Adrien y Kagami habían sido pareja, también los primeros desde la partida de Adrien y después la había perdido... Tenerla de vuelta le aliviaba, aunque tenía otras fotos de aquel día, aquella era especial.

Adrien se hurgó en el bolsillo, sacando las llaves de su casa, mostrándole el amuleto que ella le había regalado.

—Yo no sé qué haría si perdiera esto —declaró permitiendo que el amuleto se balancease frente a los ojos de Marinette—. Cuando estaba en Nueva York y me sentía perdido miraba tu amuleto y me sentía en casa.

—¿Lo dices de verdad?

Él asintió despacio y le sonrió con sinceridad.

—Puede que estuviese un poco confuso respecto a mis sentimientos por ti, pero sabía perfectamente qué me hacía sentir bien. Fuiste la primera amistad real y sincera que tuve, estar contigo era como estar en mi hogar, por eso, este amuleto, es tan importante.

Marinette lo tomó entre los dedos y lo contrapuso a la fotografía. Era curioso que ambos tuvieran un pedazo de su adolescencia como amuleto de la suerte.

—Gracias...

—¿Por qué? —preguntó él desconcertado.

—Por lo que has dicho.

Adrien rodeó sus hombros y le plantó un beso en la frente, ella se acurrucó entre sus brazos suspirando al sentirse cómoda, cerrando los ojos. No pudo evitar pensar, una vez más en las personas que habían sido en aquel entonces y contraponerlas a los que eran en la actualidad.

Si tuviese la posibilidad de hablar con la Marinette de la fotografía le aconsejaría que no se rindiera. Que atesorase los pequeños momentos felices y, tal vez, le aconsejaría que se declarase, que no tenía nada que perder en realidad.

—Siento haberte lastimado, princesa.

Se le erizó el bello de la nuca al oírle llamarla "princesa", sonrió y pegó el oído a su pecho para escuchar sus latidos.

—Vuelve a decirlo.

—Princesa.

Notó que su corazón cambiada de ritmo al pronunciar aquella palabra. Marinette se alegro de saber que no era la única que se ponía un poco nerviosa.

—Gracias por estar aquí, mi príncipe.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Aquí os dejo la entrada del mes de abril. La verdad es que no sabía cómo abordar lo del objeto perdido y su reencuentro. Al principio pensé en el amuleto que le regala Adrien para su cumpleaños, pero era demasiado grande como para perderlo en un espacio cerrado y, al final, se me ocurrió lo de la foto. Es un poco azucarado, pero no tanto, creo... el próximo tema es "taza de té" donde habrá drama.
El próximo capítulo estará disponible entre el dos y el diez de mayo.

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