Capítulo 38
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Fue después de la cena cuando la puerta de la casa sonó.
─ Voy. ─ Avisó Adora.
Mientras tanto Hoseok y Jungkook platicaban tranquilamente en la habitación, el pelinegro molestaba a su novio fastidioso porque más de la mitad de equipos había presentado que los jóvenes de hoy en día pasan todo el tiempo estudiando.
─ Te dije que era cliché. ─ Comentó entrecerrando los ojos mientras Jungkook acariciaba su cabello suavemente.
─ Jajaja, no digo que no lo fuera, sólo digo que no está mal pensar cómo los demás de vez en cuando. ─ Respondió. ─ Pero solamente de vez en cuando porque a veces la comunidad puede ser un poco... insensible.
Hoseok rió, él sabía mucho de eso.
La puerta de su habitación fué tocada y Hoseok le sorprendió un poco. Unos segundos después su madre abrió.
─ Hoseokie. ─ Llamó asomando el rostro. ─ Ya llegó el enfermero.
Jungkook y el pelinegro esperaron expectantes mientras su madre abría la puerta y dejaba pasar a aquel chico rubio que Hoseok recordaba levemente de esa tarde. Si, era el nuevo vecino. ¿Cómo se llamaba?
─ Park Jimin. ─ Dijo su mamá.
Ah sí... se llamaba Park Jimin.
El rubio entró a la habitación y le mostró una gran sonrisa. Era extraño, Hoseok no pudo evitar que esa sonrisa lo calmara un poco y le inspirara algo de confianza.
─ Soy Hoseok. ─ Dijo algo extraño.
─ Jungkook.
─ ¿Tú eres el "amigo"? ─ Preguntó Jimin riendo un poco y Hoseok observó a su madre golpear al enfermero.
Eso había sido extraño.
─ ¿Cuánto tardará? ─ Preguntó Adora.
─ Para una primera sesión, será corto. ─ Le dijo Jimin. ─ Primero voy a revisarlo y luego tal vez un masaje muscular.
Los ojos de Hoseok se ampliaron.
No, no, no, no...
─ M-Mamá... ─ Llamó algo asustado y Jungkook al notar aquello tomó la mano del pelinegro.
Los ojos de ambos adultos fueron a las manos de los chicos.
─ Tranquilo. ─ Le susurró Jungkook, pues pensaba que aquello estaba muy bien. ─ ¿Puedo quedarme? ─ Preguntó el de cabello achocolatado.
─ S-Si. ─ Dijeron ambos adultos, los cuales compartieron una mirada y voltearon a ver otra vez a los menores.
─ ¿Vez? Te acompañaré. ─ Le dijo Jungkook a Hoseok y el pelinegro asintió.
Adora suspiró pensando que tal vez debía prestar un poco más de atención, porque su hijo y su "amigo" parecían ser más que eso. No es que le molestara, simplemente le sorprendía. La mayor abandonó la habitación y se encontró con su esposo en el pasillo.
─ No dejarás a ese enfermero solo con Hoseok, ¿Verdad? ─ Preguntó extrañamente nervioso.
─ Jungkook se quedará. ─ Le dijo ella.
─ ¿A dormir? ─ Preguntó el contrario mirándose algo molesto.
Entonces la mujer se cruzó de brazos.
─ Si quiere puede quedarse a dormir. No veo problema alguno. ─ Le dijo levantando la barbilla, lista para debatir.
─ ¿Qué tal si Hoseok es gay? ─ Preguntó el adulto. ─ Ya lo dejaste ir a dormir a la casa de ese chico. ¿No se te ocurrió que tengan algo?
─ Tiene dieciocho y Jungkook es guapo, ojalá tengan algo. ─ Dijo la mujer llevándose las manos a las mejillas y casi chillando de emoción.
El hombre la miró incrédulo.
─ A mi no me parece. ─ Le dijo el hombre.
─ No me importa.
─ Debería. ─ Le dijo su esposo. ─ Te recuerdo que él nos dejó custodia compartida.
La mujer suspiró.
─ Aún así, eso no quita que es MI hijo y no tuyo. ─ Le dijo ella.
El hombre se rió.
─ Puedo quitartelo. Lo sabes. ─ Amenazó. ─ Tu tuviste un amante.
Adora se quedó observando al mayor el cual caminó hacia las gradas y bajó dejándola con un nudo en la garganta. ¿Qué estaba pensando el padre de Hoseok cuando hizo su testamento? Sinceramente, Adora no lo sabía.
Básicamente la había dejado atada a su mejor amigo, compartiendo custodia, compartiendo todo. Ella honestamente lo estaba intentando, pero es que simplemente el hombre no le gustaba.
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Hoseok mantenía sus ojos cerrados con fuerza mientras los ojos de Jimin básicamente lo escaneaban. El rubio mantenía un rostro serio y hasta Jungkook estaba algo nervioso por ello.
Jimin dió un paso adelante y con un dedo tocó justamente aquella marca en el cuello de Hoseok. El de cabello achocolatado observó la mano y vió como ésta después lo señaló a él. Levantó la mirada al rostro del rubio y entendió la pregunta silenciosa.
Jungkook sintió un nudo en su garganta y sus ojos se aguaron mientras negaba con la cabeza y agachaba el rostro.
Jimin suspiró.
─ Hoseok, no tiene que estar tan nervioso. ─ Comentó entonces Jimin, el pelinegro abrió los ojos. ─ Mira. ─ Jimin sacó su licencia de enfermero. ─ Estoy certificado, puedes confiar en mí para tu terapia. ─ Además. ─ Jimin caminó y se sentó a la par de Hoseok, al lado contrario de Jungkook, provocando que ambos menores lo miraran bastante sorprendido. ─ Hay algo más con lo que quiero ser muy honesto contigo.
─ ¿Algo más? ─ Preguntó Hoseok.
─ Así es. ─ Le dijo Jimin. ─ Algo que no tiene que ver con tu terapia.
Ambos jóvenes miraron expectantes al rubio.
─ Es un poco difícil de explicar, pero... ¿Te puedo pedir que tengas tu mente abierta? ─ Preguntó. ─ Creo que lo mejor sería contarte la historia. No importa si tu... amigo escucha.
Hoseok miró brevemente a Jungkook y luego volteó a ver a Jimin.
─ Somos novios... ─ Susurró suavecito y Jimin sonrió.
─ Lo deduje. ─ Dijo mientras mostraba una sonrisa. ─ Bueno, todo comenzó una tarde hace tres años.
Hoseok parpadeó bastante confundido.
─ ¿Tres años?
─ Sí. Tres años. ─ Comentó el rubio. ─ Esa fue la primera vez que tu mamá entró al restaurante en el bulevar. Me sorprendió mucho pues... no era un restaurante muy fino y ella llevaba ropa de oficina.
─ ¿Mi mamá? ─ Hoseok aún estaba procesando la información.
─Adora. ─ Confirmó Jimin. ─ Yo era un mesero y estaba terminando mi práctica de enfermería. Era un desastre, para serte honesto. Ni siquiera sé cómo lo hice, prácticamente no dormía. Pero el punto es que ese día tu mamá llegó al restaurante y estaba llorando.
Hoseok podía imaginarlo un poco. Era extraño pues no pensó que la historia iría por ese camino.
─ Ella comenzó a llegar todas las tardes y se quedaba a tomar un café mientras miraba tristemente por la ventana. ─ Jimin volteó a ver al suelo. Su mente llevándolo de regreso a aquel entonces. ─ Se quedaba por horas, largas horas. A veces se iba cuando ya estabamos por cerrar el restaurante.
─ ¿Horas? ¿Hace tres años? ─ Dijo Hoseok, más para sí mismo. Pues ciertamente él no pensaba que su madre estuviera horas llorando en un restaurante de clase baja después de su trabajo.
Ellos habían creído que su madre estaba con su secretario.
─ Si. ─ Comentó Jimin. ─ Fue así por... bueno, varios meses. Tal vez, tres o cuatro meses. Hasta que un día llegó y no pidió nada. Entonces mi jefe me pidió echarla. Me molesté muchísimo, porque ella era una cliente habitual, siempre compraba, solamente ése día no había pedido nada aún y estaba llorando más de lo normal. En realidad el llanto ya se había calmado un poco, pero ese día volvió llorando casi como el primer día.
─ ¿Qué pasó? ─ Preguntó Hoseok y hasta Jungkook quería saber.
─ Me acerqué a ella, pues era eso o que me despidieran y yo necesitaba pagar mis últimos meses. ─ Jimin miró hacia la ventana y luego volteó a los menores. ─ Le dije que tenía que comprar algo o irse. ─ El rubio rió mientras los jóvenes lo miraban ofendidos.─ Entonces ella me dijo que se iba porque no tenía dinero y se levantó.
─ ¿Se fue?
─ No, la detuve. ─ Dijo Jimin. ─ No podía dejar que se fuera así. ─ Hoseok suspiró aliviado. ─ Le dije que yo invitaría el café. Fue bastante... extraño. ─ El rubio se rió un poco. ─ Al principio ella se negó, dijo que no podría pagarmelo otro día porque la acababan de despedir, comenzó a desahogarse un poco, me dijo cosas que no entendí.
─ ¿Cómo qué? ─ Preguntó el pelinegro.
─ Que no podía comprar medicinas ya. ─ Dijo el rubio. ─ Me preocupé porque pensé que las medicinas eran para ella. ─ Jimin volvió a reír. ─ Ahora sé que no.
─ Luego... ¿Qué pasó?
─ Mmmm... le conseguí trabajo en el restaurante. ─ Comentó Jimin. ─ Debieron verla, llegaba con ropa de oficina y luego se cambiaba al uniforme del restaurante. Luego entendí porqué lo hacía, al parecer no quería que su familia se enterara que perdió su trabajo.
Hoseok estaba bastante impactado, incluso sintió sus piernas entumecerse un poco.
─ Pues... ella era muy interesante, ¿Saben? Yo comencé a conocerla y... ─ Las mejillas de Jimin se sonrojaron. ─ Bueno... comenzó a gustarme.
Ambos jóvenes ampliaron sus ojos.
─ Trabajamos mucho tiempo juntos en el restaurante. Incluso en horas extras y algunos viajes para poner puestos en ferias. ─ Comentó Jimin. ─Así que después de un tiempo confesé mis sentimientos y ella me dijo que estaba casada.
─ T-Tu...
─ Pero yo sé que ella no lo quiere... ella me contó muchas cosas sobre el porqué está con tu padrastro así que... no me rendí y pues comenzamos una relación hasta que hace poco ella terminó conmigo para venir a vivir con tu padrastro. ─ Jimin suspiró y rió un poco. ─ Sé que probablemente quieras mucho a tu padrastro. ─ Los ojos de Jimin se desviaron a la marca en su cuello. ─ O eso sería lo normal... pero... si es posible, ¿Me darías una oportunidad?
─ ¿Q-Querer a mi padra... ─ Hoseok ni siquiera podía decirlo.
Querer a ese hombre no estaba en su vocabulario, no. Sus ojos se llenaron de lágrimas.
─ Si no quieres lo entiendo, no llores. ─ Le pidió Jimin. ─ Igual te daré tu terapia. Como te dije, una cosa no tiene que ver con la otra.
Hoseok respiró profundo mientras Jungkook acariciaba su mano. En realidad Jungkook también quería saber. Quería saber si Hoseok quería o no a su padrastro, porque él sospechaba.
─ ¿Qué opinas? ─ Preguntó Jimin después de algunos minutos en los que Hoseok se calmó. El pelinegro simplemente asintió, tenía mucho que pensar, pero estaba seguro de no querer a su padrastro, 100% seguro.
El rubio sonrió y suspiró aliviado.
─ Gracias. ─ Le dijo. ─ Entonces comencemos.
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