Capítulo 36
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─ No tienes que ir si no quieres. ─ Le dijo su padrastro a su madre.
─ Es que no entiendo por qué se meten en asuntos que no les importa. ─ Respondió la mujer. ─ Seguro es que Hoseok se duerme durante las clases o algo.
─ No te entiendo. ─ Comentó el hombre. ─ Está claro que se ha de dormir, tiene narcolepsia. Repite después de mi, mujer, "mi hijo tiene narcolepsia." Vamos dilo.
─ Estás loco, Hoseok no tiene nada. ─ Dijo ella molesta. ─ Está perfectamente, solamente quiere llamar la atención después de la muerte de su padre.
─ No. ─ Le dijo su padrastro. ─ Él realmente tiene narcolepsia, ¿Estás loca? Tu misma lo llevaste al medico.
─ Ese médico no sabe nada.
Hoseok suspiró, siempre era lo mismo, ni siquiera él entendía lo que sucedía con su madre. Tal vez a estas alturas tampoco le interesaba saberlo. No es que él fuera un mal hijo que no se preocupara por su madre, es que él simplemente no tenía la capacidad de hacerlo, ni siquiera podía bien con sus propias emociones como para pensar en porque su madre actuaba como loca.
Porque él no encontraba otra explicación para que su madre se negara a creer en su enfermedad, tenía tres años ya con narcolepsia, era ilógico pensar que él fingiría por tres largo años.
Especialmente fingir mientras su padrastro abusaba de él, él jamás habría hecho algo tan estúpido. Pero claro, su madre no sabía esa parte, ella pensaba que el hombre era un idiota enamorado que podía dejar al cuidado de su hijo mientras ella se iba con su amante, o al menos así lo veía Hoseok.
Después de algunos minutos pudo levantarse y suspiró pesadamente mientras caminaba tambaleándose y lentamente hacia las gradas, tenía sueño. Tanto que su visión se nublaba y se ponía doble por algunos segundos mientras él volvía a forzar la vista. Respiró profundo tomando la baranda rogando no quedarse dormido mientras subía. Tendría que pedir ayuda para subir pero...
─ ¡Está enfermo! ¡Aceptalo!
─ ¡Que no! ¡Deja de decir idioteces!
¿A quién? ¿A quién podría pedir ayuda? A estas alturas sólo Jungkook vino a su mente, pero su novio fastidioso estaba en su trabajo y no vendría desde el restaurante hasta su casa para ayudarlo a subir, ¿o si? Hoseok rió un poco imaginando a Jungkook apareciendo de la nada para ayudarlo a subir. No, Hoseok no podía molestarlo así, por alguna razón estaba seguro de que Jungkook era capaz de salirse de su trabajo para evitar que él subiera las gradas con sueño.
Hoseok volteó a ver a la sala y mejor caminó lentamente al sillón.
Se sentó con el peso del mundo en sus párpados y entonces la puerta de la casa fue tocada.
─ ¡Hoseok! ─ Su padrastro y su madre que aún seguían peleando lo llamaron al unísono.
Hoseok suspiró y negó con la cabeza, levantó su mirada soñolienta a la puerta, preguntándose si podría hacerlo. Si lograría llegar a la puerta sin dormirse.
Se levantó del sillón y caminó pesadamente hacia la puerta, tenía tanto sueño que olvidó preguntar quién era antes de abrir. Por lo que se sorprendió al ver a un chico algo mayor, con ropa de hospital, su cabello rubio cubría su frente con flecos y se miraba desvelado, como si tuviera una semana sin dormir.
─ Ho-Hola... ─ Saludó el chico. ─ Soy Jimin, Park Jimin... emmm soy el nuevo vecino y pensé en venir a presentarme.
─ ¿N-Nuevo vecino? ─ Preguntó Hoseok mirándolo con sus ojos entrecerrados, realmente haciendo un esfuerzo.
─ Si. ─ Respondió el rubio observándolo. ─ Me mudé apenas hoy y... ¿Estás bien?
Hoseok asintió pero estiró su mano para sostenerse de la puerta, fallando tristemente, pues su visión doble por el sueño lo hizo agarrarse del aire en lugar de la puerta. El pelinegro ni siquiera se dió cuenta, pues a media caída ya estaba completamente dormido.
Jimin extendió sus brazos y atrapó al adolescente a medio camino al piso. Se apresuró a revisar al joven dándose cuenta que dormía.
─ ¿Se durmió? ─ Se preguntó Jimin, sacudió un poco al chico sólo para darse cuenta que realmente estaba muy, muy dormido.
─ ¡Jimin! ─ La mujer, que venía a ver qué sucedía y porqué Hoseok no había avisado quién venía se sorprendió al ver a una persona conocida en la puerta de su casa.
─ Adora. ─ Dijo el menor observándola con una sonrisa. Luego volteó a ver de nuevo al adolescente. ─ ¿Él es Hoseok?
─ S-Si... ─ Dijo ella.
─ ¿Quién está en la puerta? ─ El padrastro apareció tras la mujer.
─ É-Él es...
─ Soy Park Jimin, el nuevo vecino. Me acabo de mudar esta mañana. ─ Los ojos de adora se ampliaron mientras que los ojos del padrastro se dirigieron al chico dormido en los brazos del rubio. ─ Oh, perdón, se durmió. ─ Comentó Jimin y su conocimiento en medicina lo hizo inquirir lo que sucedía. ─ ¿Hipersomnia o algo así? Está muy dormido.
─ Narcolepsia. ─ Respondió el padrastro.
─ ¡No! ─ Le gritó Adora a la cara. ─ ¡Hoseok no tiene nada!
Jimin observó a los adultos y luego al menor entre sus brazos, el cual los adultos parecían haber olvidado fácilmente para tener una bastante inútil pelea sobre algo que parecía bastante obvio.
─ Eh, ¿Hola?─ Habló el rubio.
─ Ah, disculpe. ─ Dijo el padrastro acercándose para tomar a Hoseok y cargarlo a su habitación.
Tan pronto como el padrastro estuvo fuera de vista Adora corrió a empujar a Jimin.
─ ¿Qué crees que haces aquí? Te dije que todo se terminó. ─ Le dijo a Jimin el cual la tomó de la mano.
─ Me dijiste que me dejaste porque le caigo mal a tu hijo, pero tu hijo parece ni siquiera conocerme. No creo que sea por eso. ─ Insistió el rubio. ─ No sé que te sucede, Adora, pero ya te dije que puedo apoyarte, podemos incluso ir al psicólogo juntos, ya lo hicimos una vez.
─ No necesito ir al psicólogo. ─ Le dijo la mujer bastante molesta. ─ Necesito que salgas de mi vida. Yo arreglaré todo ésto sola.
Jimin suspiró.
─ No es sólo por tí. ─ Respondió Jimin. ─ Es por mí también, ¿Crees que puedo cerrar los ojos y abrirlos y olvidarme de tí y ya? Tenemos tres años juntos, necesito una mejor explicación que solamente: "le caes mal a Hoseok, terminemos." Ni siquiera me lo presentaste, ¿siquiera le dijiste que yo le compré el suéter de flores?
La mujer bufó cruzándose de brazos.
─ Jimin, tengo que volver a mi vida, ésta es mi vida. ─ Le dijo ella señalando la casa.
─ ¿Por qué no me dijiste que Hoseok tiene narcolepsia?
─ ¡Porque no tiene narcolepsia! ─ Le gritó ella entre susurros, Jimin la miró con tristeza.
─ Sabes que no puedes mentirme, Adora.
La mujer lo miró directo a los ojos y sintió un nudo formarse en su garganta.
─ No me importa, haz lo que quieras. ─ Le dijo ella.
─ Lo haré. ─ Comentó él. ─ Voy a quitarte tu única excusa para no estár conmigo, voy a hacerme amigo de Hoseok.
Ella lo vió a los ojos con bastante enojo.
─ ¿Qué harás para detenerme? ─ Le dijo el chico.
─ Ni siquiera tendrás suficiente tiempo para eso. ─ Le dijo ella. ─ Mirate, parece que no has dormido nada, ¿Cuántos turnos has hecho en el hospital?
Jimin rió suavemente dejando a la mujer embobada.
─ ¿Crees que no he dormido por los turnos? No he dormido desde que te fuiste. ─ Le dijo él y ella se quedó mirándolo en blanco y luego volteó a ver al hombre con el que se había casado y suspiró.─ No me iré hasta convencerte de volver y esta vez me llevaré a Hoseok también.
─ Deja a mi hijo afuera de esto.
─ ¡No! ─ Le dijo Jimin. ─ Yo de verdad estoy enamorado de tí, ¿Cuándo vas a entenderlo? Sólo, deja a ese hombre. Ni siquiera entiendo por qué sigues con él. Estoy dispuesto a conocer a Hoseok, ¿Sí? Ni siquiera me molesta que sea narcoléptico, soy enfermero, por los cielos. ¿Por qué no me lo dijiste?
─ Porque mi hijo no tiene narcolepsia. ─ Insistió la mujer.
─ Adora...
─ Puedes hacer lo que quieras Jimin. ─ Le dijo ella.
Jimin volteó a ver a las gradas por donde el adulto se había ido con el adolescente.
─ ¿Qué tanto le toma ir a dejar a Hoseok? ─ Preguntó Jimin.
La mujer se giró a ver a las gradas.
─ Ni siquiera le importas a ése tipo, te dejo aquí sola con tu nuevo vecino desconocido. ─ Insistió Jimin.
─ No es eso. ─ Dijo ella. ─ Seguro viene pronto.
Ambos se quedaron un rato esperando incómodamente.
─ Pues... no parece que vaya a venir. ─ Comentó Jimin. ─ ¿Qué tanto se tarda?
─ No lo sé. ─ Comentó la mayor pensando en ir a ver.
─ ¿No vas a ir? ─ Le preguntó Jimin.
─ Eso pensaba hacer. No ocupaba que me lo dijeras.
La mujer comenzó a subir las gradas mientras Jimin observaba desde la puerta de entrada.
─ ¿Amor? ─ Llamó ella haciendo que el rubio girara los ojos.
─ ¡Voy! ─ Gritó el adulto y ella se detuvo a medio camino regresando a la entrada.
─ Bravo. ─ Le dijo Jimin. ─ Le avisas que vas subiendo. Así no sabrás qué estaba haciendo.
─ ¿De qué hablas? ─ Le dijo la mujer.
─ ¿Estás bromeando? Ese tipo se acaba de ir al segundo piso de esta casa con tu hijo básicamente desmayado e indefenso y no ha bajado en todo este tiempo. ¿No te parece aunque sea un poquito sospechoso?
Y tal vez a Jimin le parecía sospechoso porque no conocía al adulto, tal vez porque él no vió cómo el adulto "ayudaba" a Hoseok en sus primeros meses de enfermedad. Esos meses que habían hecho que la mujer confiara en él ciegamente. Pero ciertamente ahora le estaba pareciendo extraño que el adulto aún no bajara a pesar de que ya había dicho que bajaría.
─ Si es sospechoso. ─ Dijo ella y comenzó a subir rápidamente, pero en eso el adulto venía apareciendo por el pasillo.
Ella se detuvo.
─ Oh, el nuevo vecino sigue aquí. ─ Dijo el padrastro y Jimin lo miró extrañamente.
─ Es un gusto conocerlos. ─ Mencionó el rubio con una gran sonrisa. ─ Le comentaba a Adora que no sería problema ayudar con la terapia de Hoseok. Después de todo soy enfermero. Podría venir algunos minutos al día.
─ ¿Terapia? ─ Preguntó el padrastro no gustándole para nada la idea de que alguien más se acercara a Hoseok, ya tenía suficiente con el nuevo "amiguito." ─ Adora, ¿No dijiste que Hoseok no tenía nada?
La mujer se quedó mirando a su esposo unos segundos.
─ Jimin se ofreció así que sería de mal gusto rechazarlo. ─ Comentó ella.
Jimin sonrió victorioso.
─ Volveré en la noche. ─ Comentó. ─ Tipo las ocho.
─ Oh, conocerás al amigo de Hoseok entonces. ─ Dijo Adora sin poder evitar emocionarse, porque en realidad ella sí estaba enamorada de Jimin, después de todo.
─ Estará bien. ─ Comentó Jimin. ─ Puede haber visita en la terapia. Sólo será muscular, parece tener un cuerpo debil. ─ Añadió.
Adora lo miró algo preocupada entonces.
─ Entonces, vendré más tarde. ─ Jimin se dió la vuelta y caminó hacia la casa de la par.
Adora fue a cerrar la puerta.
─ ¿Dejarás que un desconocido se acerque a Hoseok? ¿Estas loca? ─ Le preguntó él, obviamente sin saber que acababa de conocer al amante de su esposa.
─ Estará bien, los enfermeros suelen ser buena gente. Además son caros y él se está ofreciendo a hacerlo gratis.
─ ¡Exacto! ─ Dijo su esposo. ─ ¡Es sospechoso!
─ No seas exagerado.
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