Capítulo 35
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─ Tardaron. ─ Dijo la madre de Hoseok cuando el pelinegro y Jungkook entraron al carro.
─ E-El profesor me pidió quedarme un poco después de la clase. ─ Mencionó Hoseok aún bastante perturbado por las preguntas del profesor y por haber confesado que tenía narcolepsia. Jungkook lo miraba con curiosidad, pues no habían hablado sobre lo que ocurría. ─ Dijo que les enviaría una citación.
─ ¿Te metiste en problemas? ─ Preguntó la adulta mientras arrancaba el carro. ─ Eso es raro en ti.
─ N-No... ─ Comentó Hoseok y respiró profundo. ─ Él s-se dió cuenta que tengo narcolepsia. ─ Dijo.
Hoseok no sabía si es que de repente le estaba valiendo madre decirlo o si simplemente de repente se cansó de ocultarlo. Jungkook observó cómo el pelinegro temblaba un poco y comprendió que tenía miedo, por lo que llevó su mano a la del contrario y acarició suavemente con sus dedos llamando la atención de Hoseok.
El pelinegro se giró a verlo.
─ Oh... ─ Dijo la adulta. ─ Él quiero hablar sobre... eso...
─ Nos fue bien en el trabajo que hicimos juntos. ─ Interrumpió Jungkook animadamente. ─ Hoy nos dieron la nota, incluso nos felicitaron por no hacer nuestro trabajo sobre algo cliché como todos. Fue idea de Hoseok.
Hoseok miró al contrario a los ojos con esa expresión triste que a Jungkook aún le costaba entender. Sin embargo, el de cabello achocolatado continuó acariciando la mano del contrario hasta que pudo enredar sus dedos con los del chico. Hoseok cerró sus ojos y respiró profundo.
─ También hablé con mi jefe. ─ Continuó Jungkook al notar el silencio de la adulta. ─ Dijo que si hay un puesto disponible, así que le hablé de Hoseok, dijo que no había problema con que Hoseok tuviera narcolepsia.
─ ¡Hoseok no tiene narcolepsia! ─ Gritó la mayor haciendo que Hoseok presionara sus ojos. ─ Solamente es un holgazán que le gusta dormirse en todos lados. ¿Vez lo que provocas, Hoseok? ─ Preguntó la mayor.
Jungkook se quedó en completo shock por varios segundos.
─ ¡Hoseok! ─ Llamó la mayor. ─ Dile a tu amigo que no tienes eso que dice. ¡Hoseok!
─ Y-Yo...
─ No es necesario... ─ Dijo Jungkook riendo un poco nervioso. ─ No es su culpa, yo saqué conclusiones. Disculpe... Señora Jung.
─ Puedes llamarme Adora, ya te lo había dicho. ─ Le dijo la mayor. ─ No te preocupes, Jungkook cualquiera se equivoca. Entonces, ¿decías que quieren contratar a Hoseok?
─ Sí, Yugyeom aún no se va, así que él mencionó que Hoseok podría llegar a entrenar en estos días para que aprenda de él antes de que se vaya. Será cómo un pequeño periodo de prueba también. ─ Dijo Jungkook observando a la mayor por el retrovisor.
La madre de Hoseok asintió convencida.
─ Deberías intentarlo. ─ Le dijo a su hijo. ─ Así dejarás de estar en la casa haciendo nada con tu vida. Recuerda lo que hablamos, Hoseok.
Hoseok asintió y ver una lágrima caer por la mejilla del chico hizo que el corazón de Jungkook se apretara.
Aún habían tantas cosas que él no sabía sobre la vida del pelinegro. Pero cielos... jamás se esperó ésto. ¿Cómo podía la mayor decir que Hoseok no estaba enfermo? Era extraño, incluso la condición de Hoseok no estaba bien...
Apretó suavemente la mano de su chico para recordarle que él estaba allí.
─ ¿Cuándo puede comenzar a ir? ─ Preguntó la adulta.
─ Pronto... ─ Le dijo Jungkook. ─ Yo le aviso.
La mayor asintió.
Pronto ambos estuvieron en la entrada de la casa del pelinegro. Hoseok sentía sus párpados pesados, estaba cansado y no solamente por su enfermedad. Simplemente estaba agotado de todo. Su cuerpo aún dolía, su pecho se sentía apretado casi siempre y no podía evitar tener ataques de cataplejía. Levantó su cansada vista al chico que lo observaba, rogaba que Jungkook no dijera nada que removiera aún más sus emociones, no quería paralizarse, ya era demasiado.
─ Parece que es verdad que a Seokjin le gusta el profesor Kim. ─ Le dijo Jungkook y Hoseok lo miró algo confundido. No se esperaba eso para nada. ─ Taehyung dijo que lo iba a ayudar o algo así.
─ ¿De verdad? ─ Preguntó el pelinegro, no se imaginó que Jin fuera a gustar de un hombre. ─ Siempre creí que le gustaba Hwasa. ─ Confesó.
─ ¿En serio? ─ Preguntó Jungkook sonriendo y Hoseok se relajó un poco. ─ ¿Por qué creías eso?
─ Es que hablan mucho y tiene "secretos," no sé... creo que tienen complicidad, ya sabes. ─ Se animó a decir.
Jungkook lo pensó un poco.
─ Yo creo que es porque ambos son igual de chismosos. ─ Le dijo haciendo reír al pelinegro.
─ Bueno, sí. ─ Aceptó Hoseok sonriendo un poco. ─ Lo son, son bastante chismosos, pero por eso la gente solo les cree la mitad de lo que cuentan. Es diferente con Irene, que aunque es chismosa, no suele inventar.
Jungkook se rió un poco, haciendo que Hoseok también riera suavemente mientras se apoyaba con una mano del muro de la entrada de la casa.
─ Aún así, no pensé que fuera cierto lo de Seokjin. ─ Comentó Jungkook. ─ ¿Por qué crees que le guste el profesor?
─ Mmm... ─ El pelinegro lo pensó un poco. ─ Puede que le gusten mayores... realmente no podría decir. El profesor Kim no es feo, pero parece serio...
Jungkook le sonrió.
─ Tú piensa en eso, mientras voy a trabajar. ─ Jungkook llevó su mano a la mejilla del contrario y Hoseok abrió sus ojos sorprendido. ¿Será que en algún momento podría acostumbrarse a las caricias de su novio fastidioso? ─ Volveré en unas horas.
Hoseok tragó saliva cuando la otra mano de Jungkook se deslizó por su cintura hacia su espalda, atrayéndolo un poco y luego sus suaves labios tocaron la piel de su cuello. Contuvo el aliento mientras sentía ese cosquilleo y su piel erizarse un poco.
No sabía si podría pensar en el chisme de Seokjin después de ésto. Jungkook se separó un poco dejando su respiración tocar la piel sensible, sintiendo como Hoseok se deshacía entre sus brazos. Le encantaba.
Levantó la vista para ver las mejillas sonrojadas y su expresión algo confundida, adorable. Se inclinó un poco hasta besar al pelinegro en la boca, moviendo sus labios suavemente mientras volvía a llevar su mano a la nuca del contrario y enredaba sus dedos en su cabello. Amaba hacer aquello pues el cabello del pelinegro era suave. Su mano en la espalda de Hoseok pegó un poco más al contrario a su cuerpo haciéndolo jadear.
Podía sentir al pelinegro temblar un poco mientras se besaban. Hoseok no movía sus brazos, probablemente estuvieran adormecidos y aunque aquello lo hizo sentir un poco culpable, no dejó de besarlo hasta que al separarse los labios del pelinegro estaban rojizos y algo resaltados.
Ayudó a Hoseok a entrar a la casa y lo volvió a dejar sentado a la par de la puerta de entrada.
Cielos, ¿Serían así todas sus despedidos?
─ Lo siento. ─ Susurró Jungkook en su oído haciendo que el corazón de Hoseok casi se saltara un latido.─ Cuando vuelva seguimos.
Jungkook dejó un último beso en la mejilla del chico muro y se fue cerrando la puerta. Respiró profundo y miró la hora en su celular. Se metería en problemas si seguía llegando tarde, pero, ¿Alguien podía culparlo por lo mucho que le costaba soltar a Hoseok?
Comenzó a correr en dirección a su trabajo mientras su mente repasaba lo que había pasado en los últimos minutos.
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─ ¿La última vez que hablamos me estabas preguntando si debías decirle que te gusta y ahora me dices que ya son novios? ¡Eres un tigre, amigo! ─ Le dijo Yoongi.
─ Callate, no fue cómo lo imaginas. ─ Dijo Jungkook, ni siquiera estaba seguro de por qué seguía llamando a Yoongi. Ah, si, es su mejor amigo. ─ No fue nada cómo mis otras relaciones.
─ ¿Se quedó dormido verdad?
─ ¡No! ─ Dijo Jungkook bastante ofendido. ─ Bueno sí, ¡Pero no interrumpió nada! Quiero decir que se durmió cuando ya habíamos terminado de... de...
─ ¿Tener sexo?
Jungkook miró a la nada seriamente.
─ De besarnos. ─ Le dijo. ─ No hemos llegado tan lejos, si sigues así no te cuento nada.
Yoongi rió.
─ No es mi culpa, siempre que me hablaste de tus conquistas fue así. ─ Comentó.
─ Eso no es cierto. Además, ¿Por qué sigues hablando cómo si yo fuera un casanova o algo? Apenas y tuve dos novios.
Yoongi rió.
─ ¿Te olvidas que dos novios en este pueblito es mucho? ─ Jungkook bufó.
─ Yoongi, hay algunas cosas... que yo... necesito que me escuches. ─ Pidió, fijándose que nadie viniera ni lo llamaran.
─ Dispara.
Jungkook respiró profundo mientras comenzaba a contar lo último que había pasado, lo que había visto y cómo los padres de Hoseok actuaban. También le comentó sobre que la madre parecía no aceptar que Hoseok estaba enfermo y eso era algo extraño.
Yoongi le dijo que sí era muy extraño, que tal vez, si de verdad le importaba tanto el chico no debería dejarlo mucho tiempo sólo. Le comentó que parecía un ambiente muy hostil para una persona como el Hoseok que Jungkook le había estado describiendo, el cual había resultado no ser un matón insensible y chico muro, jefe de la pandilla del norte, espía de Japón, etc.
─ No lo dejes solo.
Jungkook tragó saliva.
─ Tampoco puedo mudarme a su casa y no tengo suficiente para cuidarlo en mi apartamento. ─ Quería arrancarse el pelo.
Yoongi suspiró.
─ Solamente tienes dieciocho. ─ Le dijo. ─ Lo mejor sería encontrar a un adulto de confianza.
─ Él no confía en nadie. ─ Comentó Jungkook. ─ Ni siquiera en mi.
─ Por ahora intenta descubrir qué sucede en esa casa. Luego encontrar a un adulto de confianza. No lo dejes solo, aunque te conviertas en un parásito de esa casa. Por suerte dices que la señora loca te quiere, aprovecha eso.
Jungkook asintió aunque sabía que su amigo no lo miraba.
─ ¡Jungkook, la mesa seis! ¡¿Jungkook?!
Cielos, si lo despedían mucho menos podría ayudar a su chico.
─ Me voy. ─ Colgó la llamada y se apresuró a la mesa seis.
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