En tus manos confío Chapter 14

Chapter 14

Sam y Dean estaban frente a nosotros para protegernos de cualquier leviatán que sintiera el poder de Cass. Él y yo andábamos juntos, nuestra unión era su toque en mi hombro. Al pasar varios minutos largos de silencio tras la última aparición de un enemigo, me entraron ciertas dudas de su camino hacia el Infierno.

-¿Cass?

-Sí, pequeño cuervo. ¿Qué pasa?

-Dime la verdad, ¿cómo llegaron al Infierno? -la respuesta del ángel tuvo cierta demora y la compañía de un suspiro.

-No se te escapa nada. Fue a través de un Reaper. Nos ayudó a entrar al Purgatorio. Solo eso.

-Pero,... no puede ser. Un Reaper no ayuda a los cazadores solo porque quiera. De hecho, nunca quieren,... Cass, ¿qué pasó realmente?

-Pequeño cuervo, será mejor que no sepas de esas cosas. -intervino Dean. -Estás con nosotros y a salvo, eso es lo que importa.

-No, Dean. -lo corrigió el ángel. -Por guardarle secretos a Gabby pasó por todo esto. No sé si será lo correcto, pero prefiero decirle la verdad antes de que este suceso se repita.

Dean levantó ambas manos y asintió con resignación. Estaba consciente de la razón en las palabras de su amigo, pero, cada vez que sus ojos me miraban, solo veía a una niña.

-O.K., tú ganas, Cass. Tú mismo díselo. -Dean se incorporó con su hermano en la línea de defensa.

-¿Es algo malo, Cass? -le pregunté arrepentida de haber insistido antes.

-Gabby, te diré la verdad. Todos tuvimos un gran precio. Para los Winchester fue el último año de sus vidas y yo pagué la mitad de mi Gracia.

-Eso es terrible,... -me entristecí.

-No te preocupes por ello, Sam y Dean están de acuerdo con el trato y mi Gracia se recupera al pasar el tiempo. No te sientas responsable por eso, lo hicimos por ti.

-No me pidas que no me sienta mal o responsable, porque no puedo.

-Solo,... no te metas en líos. Es cierto lo que dijo Dean, estás con nosotros y a salvo. Eso es lo importante.

-Pero,...

-Llegamos. -anunció Sam.

Un claro en el bosque que nos rodeaba fue el punto de encuentro con el Reaper que los había traído. Faltaba alrededor de media hora para que se cumplieran las doce horas del trato, pues atravesar el Purgatorio fue más trabajoso de lo pensado. Nos sentamos, atentos a cualquier leviatán que pudiera acercarse. Durante el tiempo que estuvimos allí, no solté la mano de Castiel en ningún momento. Quería que me sintiera cerca, que supiera que estaba con él otra vez.

-¿Te ocurrió algo malo en el Infierno, Gabby? -me preguntó Sam.

-Estuve encerrada casi todo el tiempo. No sé cuántos días pasaron, pero sentí como si fuera una semana, o quizás más.

-Es raro verlo así. Para nosotros fueron apenas tres días. -comentó Dean.

-En ese tiempo, Lucifer me hizo pasar por varias torturas y esa vez que me extrajo sangre,... -me abracé con un escalofrío. -Ya quisiera olvidarlo. Me hizo ver ese momento tantas veces. Ya no sabía si era real o no. Me perdí, no distinguía y no tenía control sobre mi cuerpo. Fue aterrador.

-Si tanto te asusta, puedo borrar ese recuerdo de tu mente. Así no sufrirás más.

-No, Cass. Gracias, pero prefiero que sea así. Es una experiencia que me dará valor y no quisiera olvidar quién logró hacerme reaccionar y por qué.

-Puede que tengas pesadillas por eso. ¿Estás segura? -me preguntó Dean.

-Por favor, Dean. Ella es fuerte, dale una oportunidad.

-Sammy, ocurrió antes con el incidente de sus padres, es normal que pase ahora.

-Lo que no es normal es que hablen de mí como si no estuviera aquí. -hice un puchero y crucé los brazos enfadada.

-Tienes razón, pequeño cuervo. -me dijo Sam. -Te has enfrentado a cosas fuertes y saliste airosa por tu cuenta. Eres valiente.

-No negaré que la compañía de Crowley ayudó mucho. Sé que no se llevan bien ustedes, pero durante el tiempo que estuve allí, me acompañó y defendió de Lucifer aun poniendo su vida en riesgo. No es malo Crowley,... pero es el Rey del Infierno.

-No dejamos al Infierno sin Rey solo por no ponerte triste por matar a Crowley.

-¡Dean!

-¿Qué, Sammy? Es verdad, era una buena oportunidad, y la perdimos.

-¡Basta! -dije apretando los puños.

-Ella tiene razón, Dean. Aunque Crowley es un enemigo que hemos enfrentado siempre, fue bueno con Gabby y por ello no debemos decir cosas como esas. Además, debemos reconocer el trato que ella hizo para nuestra seguridad. Fue muy inteligente y conveniente.

-Gracias, Cass. -me acurruqué en su pecho y cerré los ojos realizada.

Se sentía tan ajeno ese lugar, sin embargo ese sentimiento tan cálido que me invadió era tan familiar. No supe si luego de eso los demás siguieron conversando, pues yo solo quería mantenerme cerca de ese calor tan sobrecogedor. Mas el ambiente se tensó ante la aparición del tan esperado Reaper. Todos nos pusimos de pie mientras este se acercaba.

El Reaper, un hombre de negro, elegante y siniestro, me miró penetrante a los ojos antes de hablar.

-Si no ando mal de memoria, la humana no estaba incluida en el trato.

-¿Tienes que estar bromeando? -Dean se mostró molesto. -Tú sabías que veníamos por ella. Es parte del trato.

-Tómalo con calma, Winchester. Yo puse las ofertas, fue su error no incluirla en ellas.

-¡Mierda! -Dean se volteó contrariado.

-¿Podemos darte algo por ella? Debe haber alguna forma de sacarla de aquí. -intervino Sam.

-Ella es la que sale, ella es la que paga. Lo siento, muchachos, pero así son los negocios.

Castiel no dudó en colocarme tras de sí. Temía que mi pago fuera algo demasiado importante para mí. Bastante con lo que me había ocurrido como para crear en mí otra herida que me pudiese corromper. Aun así, me quise sobreponer a ello. Desde su espalda, escondida tras su silueta, tomé la mano del ángel y la apreté con ternura.

-Cass, no tengo miedo. -le susurré.

-No, Gabby, en esto no hay discusión. Encontraremos otra forma. Tiene que haberla, pero no será el que tú pagues un precio valioso por salir de aquí.

-Lo siento. Sé que no soy fuerte ni poderosa. No tengo mucho que ofrecer, pero quiero que confíes.

-¿Confiar?

Pasé mi dedo índice por alrededor de su cabeza, en la misma zona en la que estuvo la venda de sus ojos. Su respiración se cortó por un segundo. Apretó mi mano en respuesta, me quería proteger, me quería a su lado, pero no sabía cómo lograrlo. Estaba dispuesto a dar toda su Gracia si fuera necesario, mas no quería poner en riesgo la confianza que tenía en mí.

-Gabby, cuando ese demonio te llevó no supe qué hacer. Aun ahora no sé cómo logré llamar a los Winchester. Estaba paralizado por el miedo y la desorientación. Aunque los muchachos me trajeron consigo, no les fui de ayuda hasta que me rezaste diciendo que esperabas por mí. Desde que mi condición es,... esta, no ha pasado un día sin que quiera tenerte cerca. El sentimiento que siento es algo humano que no puedo explicar. Va más allá de la necesidad que pudiera tener de tu ayuda,... Por eso, no quiero perderte, y mucho menos que vuelvas a estar en peligro y sentirte mal por mi culpa. -me tomó de ambas manos y las apretó con fuerza. -Confío. Confío y siempre confiaré en tus manos. Lo único que conozco de ti y lo que me ha ayudado a ver mi camino en la oscuridad.

Mis brazos rodearon el cuello de Cass con cariño. Él no dijo más, sabía que no necesitaba decir más. Le susurré un "gracias" al oído mientras lo soltaba del abrazo. Luego me encaminé sin temor hacia el Reaper.

-¿A dónde crees que vas? -me tomó Dean por el hombro para detenerme. -No vas a pagar nada, no caigas ante este idiota. Hallaremos otra forma.

-Dean, déjala. -el miró al ángel sorprendido. -Confío en ella.

Mi mano tocó la de Dean sobre mi hombro y este me miró contrariado. Debía convencerlo con mis actos de mi madurez, lo cual pocas veces tenía en cuenta. Sam lo convenció de soltarme al tomarlo por el brazo y retirarlo.

-Nada peligroso. -me advirtió antes de dejarme.

Asentí, luego encaré al Reaper. Metí las manos en los bolsillos y caminé lentamente hacia él. Al estar frente a frente, miré sus profundos y desalmados ojos. Me miraba como si fuera menos que basura para él, lo cual me hizo dudar de mi oferta. Aun así, no dejaría marchitarse la confianza que Cass puso en mí.

-¿Qué precio tienes para mi salida? -pregunté decidida.

-Como pareces tener algo en mente, depende de lo que ofrezcas.

-Si te doy algo de mucho valor, estaremos a mano.

-Me tienes intrigado, humana.

-Esto será suficiente. -saqué de mi bolsillo una jeringa con mi sangre.

-Eso es,... ¡Imposible! ¿Cómo es que una humana como tú tiene algo tan raro?

-Cabe en el trato.

-Acepto. -el Reaper se dispuso a tomar la jeringa, pero no lo dejé hacerlo.

-Entonces quiero proponerte otra cosa.

-Esa cantidad solo paga tu salida. No te pases de lista.

-Por el doble, reclamo, entonces, los pagos de mis amigos. -saqué la otra jeringa.

-Eres un ser diabólico. ¿Cómo has podido hacerte con ese tesoro?

-Digamos que el destino. ¿Trato?

-Criatura, solo te lo aceptaré porque no sabes el valor de lo que me das.

-Hecho, ahora todos de regreso a la Tierra.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top