PROLOGO

Hoy es el mejor día de mi vida.

Después de diez años —siete de amarlo en silencio— me caso con ÉL. Luego de tres largos y extenuantes años de relación soportando a mi "encantadora" suegra. Por fin es mío. Mi Príncipe Azul... Alexander Brown.

¿Quién demonios es Alexander Brown?...

Alex es el hombre de mi vida. Desde que lo conocí cuando tenía trece años he vivido locamente enamorada de él. Fue un día de esos en los que crees que todo puede salir mal o peor.

Salía de un mal examen de química que bajaba mi promedio, había discutido con mis padres pues Luka el perro que rescate la semana pasada decidió que los zapatos de mi madre eran el bocado más sabroso de todo el planeta, y decidió comérselos todos. Sí —comerlos literalmente— su popo habían sido restos de los dichosos zapatos todo el santo día. Mi mejor amiga, Camilla, estaba disgustada por no decirle que había visto a su novio salir de casa de Melissa, la perra de la escuela y mi vehículo escolar —Moto Eléctrica cortesía de mis abuelos— decidió tomarse unas vacaciones indefinidas y me abandonó a diez kilómetros de la escuela.

¡Oh pero eso no es todo!

Como guinda del pastel después de once días sin lluvia, los hermosos ángeles y su creador, deciden regalarnos una deliciosa lluvia —que por poco y acaba en diluvio— la cual me dejo igual a Luka cuando lo rescate del botadero. Era una bola de lana y cabello mojado.

En fin... pésimo día. Al salir de mi examen de química estaba dirigiéndome a los baños pensando en cuan buena niña era y por ello Dios se había confabulado con el clima, el tiempo, el espacio y el destino, y me estaban dando una patada en mi culo.

Estaba tan distraída pensando en mi mala suerte y como sería crucificada en casa esta noche, que no me di cuenta de la pequeña multitud de deportistas escolares arrojando el balón de fútbol justo hacia mi cara. ¡Splahs! Sentí que algo quemo mi mejilla y caí al suelo cual pollito asado en cena navideña... piernas y brazos abiertos

—¿Estas bien?, ¿me escuchas? —Un hermoso chico se encuentra frente a mí, luciendo algo preocupado, mientras otros solo intentaban no reírse —mi aspecto debería ser un caos total— esto va a ser la comidilla mañana en la escuela.

"¡CHICA MOJADA NOQUEADA POR UN BALÓN DE FÚTBOL!"

—¿Eh? —Que bonitos ojos tienes.

—¿Te encuentras bien? ¿Puedes oírme? —Probablemente ya este bizca. Estoy viendo dos malditos pero sexys ángeles

—Bueno eh... no estas bizca y no soy un ángel —Hija de su madre ¿dije eso en voz alta?

—Lo siento estoy un poco aturdida. Creo que algo acaba de darme un beso de la muerte en la mejilla y es un mal día. ¿Qué fue eso?

—Oh lo siento, los chicos y yo estábamos practicando fútbol. No te hemos notado y el balón salió directamente hasta tu cara.

—¿Me han arrojado un balón a mi cara?

—En realidad no te lo arrojamos a ti, sólo se desvió un poco y aterrizó en tu cara.

—¡No me jodas! —Ante mi exclamación, la delicia andante solo se encogió un poco. Vale, no está acostumbrado a chicas con una gran boca sucia como yo—. ¿En serio acabas golpearme con un balón?, ¿qué viene ahora? ¿Un Pitbull rabioso el cual me arrancara una rodilla o probablemente me desfigurará el rostro?

—¿Estás hablando conmigo?

—¿Eres un dios o algo así?

—No. pero hace poco me confundiste con un Ángel, así que probablemente cerca.

Ruedo los ojos y resoplo. Así, como un buey.

—En ese caso ¡Oh gran divinidad! podrías por favor hacer tu magia y asegurarte que llegue con vida, hoy, a mi casa. Creo que sólo falta que un rayo caiga y me parta en dos.

—No controlo el clima, pero puedo llevarte a la enfermería. Puedes tener una contusión o algo parecido. No te vayas a dormir ¿bien? Mis padres dicen que después de un fuerte golpe no puedes dormirte. Podrías morir

—Hmm bueno, que no cunda el pánico... de igual forma voy a morir, reprobé química.

—¿Acabas de citar al Chapulín Colorado[1]? —pregunta, con una linda sonrisa.

—¿Qué? El Chapulin es un programa épico. Me consuela el saber que no hay nadie más tonto que él. Además siempre salva el día no importa cómo.

Inclina su cabeza hacia atrás y ríe. —Bueno, yo soy más de villanos como Loki. Pero debo admitir que también me agrada el Chapulin.

—Su chipote chillón es increíble, y sus patillas de chiquitolina podrían ayudarnos a colarnos en la sala de profesores, podríamos ver las respuestas a los exámenes. Tal vez no hubiera reprobado química y no moriría esta noche.

—Eres algo dramática ¿sabes?

—Lo sé. ¿Cómo te llamas?

—Alexander, pero dime Alex —Me da una hermosa sonrisa— ¿Y tú?

—Soy Alejandra —le digo, con una enorme sonrisa igualando la suya—, pero mis amigos me dicen Alec.

¡Ja! Toma eso Karma o quien quiera que este confabulado conmigo... ¡directo en tu trasero amigo!

—Oh ¿de verdad? —Otra hermosa sonrisa—. Bien Alec, vamos a asegurarnos que ningún pitbull o rayo te maten hoy. Muéstrame el camino a casa

Me acompaña hasta mi casa, conversando sobre el maravilloso mundo de Marvel y Chespirito.

Ese fue el inicio de una bella amistad, aunque para mí al poco tiempo se convirtió en amor, pero Alex no estaba interesado en relaciones —bueno específicamente en una relación conmigo— no podía juzgarlo yo era prácticamente como otro niño.

Tenía amigas, Camilla era una de ellas. Salía con ellas, trataba de vestir como ellas. Pero la verdad era que prefería ver el fútbol que Cenicienta, el color negro al rosa, vídeo juegos a Barbie; por lo cual, no siempre era la preferida a la hora de invitar a pijamadas o "grupos de estudio" de las chicas. A eso súmale mi extraordinaria boca de marinero, mi ingenio y mi obsesión por AnakinSkywalker Antes de pertenecer al lado oscuro y amar locamente a James Bond (específicamente sus armas y autos de última tecnología).

Sí, definitivamente me iba mejor con los chicos, aunque no vestía como ellos, pronto me convertí en uno más. Con el tiempo Alex se fijó en alguien un poco más "femenino" como... Melissa Owens La perra más perra de todos los tiempos.

Qué podría decir, aunque la zorrienta me cayera como una patada en el hígado debía reconocer que la lobacienta tenía su gracia. Alta y con curvas, cabello castaño claro, ojos verdes, piel firme y bronceada, demasiado desarrollada para nuestra edad y creo que muy experimentada también. Ella era como la última galleta Oreo de la escuela.

Y así... tuve que aguantarme su relación por ¡DOS AÑOS! dos miserables perros y terribles años. Soporté escuchar que fue su primera vez —La de Alex claro, la de ella creo que fue a los trece— aguanté sus desaires, humillaciones, desplantes, caprichos... ¡TODO! Y lo hice por él, por Alex. Sabía que esa perra no valoraría a mi amigo, que se cansaría de él, aunque reconozco que no esperaba que duraran por tanto tiempo.

Cuando por fin terminaron su relación me sentí libre, feliz. Sabía que lo tendría ahora para mí. Pero no, el destino se volvió una perra conmigo y llegó a nuestras vidas Karla Meneses... La mexicana. Karla era muy buena persona, no podía odiarla fácilmente. Era tan hermosa en todos los sentidos, con un gracioso acento y muy tierna. A todos nos agradaba y por supuesto Alex sucumbió, cayó como moneda de un piso quince.

Para ese entonces yo ya entraba a mis dieciséis años y como decía mi abuela "Dios compensa unas por otras"...Y sí que supo compensarme. Mi cuerpo sufrió tal metamorfosis que algunas zorras me preguntaban quién era mi cirujano ¡Perras envidiosas! Mis senos adquirieron un buen tamaño, mis caderas, piernas y cintura tomaron una bella forma haciendo juego con mi cabello lizo y negro como la noche, mi piel no muy morena pero tampoco blanca —Camilla me decía cafecito en leche— y mis ojos marrón claro. Era como una guitarra, curvas y curvas. Obvio, los chicos empezaron a fijarse más en mí, y Cam, quien se encontraba fatigada con mi fijación y obsesión por Alex, empezó a adentrarme en el mundo de las citas y novios.

Camilla era como una coca cola helada en el desierto, muy deseada pero muy difícil de obtener. Cam es de esas chicas que tienen el corazón ¡tan pero tan grande!, que pueden amar a más de un chico a la vez —Esto es gracias a Mike, el imbécil que la engaño con Melissa— a veces incluso más de tres. Sí, era una zorra, pero una zorra buena no como Melissa que era caprichosa, humillativa, problemática y odiosa.

Gracias a mi rubia amiga de ojos marrón, piel blanca, alta y de cuerpo atlético; empecé a inmiscuirme en el mundo masculino y conocí a Brandon, Caleb, Thiago y Sandino, estos últimos estudiantes de intercambio. ¡Italianos! ¡Oh si bebé!

Mientras ahogaba mis penas por Alex en hombres, él seguía enamorado de las chicas que eran totalmente diferentes a mí. Las cuales terminaban por romperle el corazón de una u otra manera, Melissa, Karla, Estephania, Sara, Norma, Christy, Ana Paula, y continúa.

Hasta que en mi cumpleaños número veinte, después de un verano separado, donde él fue con su padre de viaje y yo disfrute del sexo sucio y libre con Mariano mi última conquista, mientras bebíamos y bailábamos; Alex hizo lo impensable.

—Estoy cansado de las mujeres ¡ya no más! —grita Alex, por encima del ruido del bar

—¡Santos condones de sabores! No me jodas Alex ¿Ahora te declararás gay? ¿Vas a probar el agujero chiquito?

—En serio Alec, tu boca y pensamientos sucios son tu mayor encanto... podrías seducir a todo el bar con esas armas, boca sucia ¡Oh sí!... que importan tus hermosos pechos. Diles condones, sexo anal y son tuyos.

—Lo sé ¡soy genial! —bromeo— ¿Por qué estás cansado de las mujeres? vamos Alex apenas tienes veintiún años. ¿Cómo puedes rendirte ya? Hay demasiados coñ... sabores que puedes probar —Ignoro el hecho de que Alex se había referido a mis pechos.

—Porque... —Tomando un trago más de su cerveza y tratando de enfocarse en mi rostro y no en mis senos, los cuales hermosos y orgullosos, se exhiben con este apretado vestido de ZorraFolladora—: las mujeres no saben lo que quieren. Si tienen un hombre comprensible, que las ame, respete y adore se quejan y buscan un completo imbécil que las engañe, humille y abandone. Si tienen esto, piden aquello y si tienen aquello, piden esto. ¡Son malditamente confusas! —terminó esta última frase golpeando con su puño nuestra mesa, por poco y voltea los vasos y las cervezas.

Rodé mis ojos, siempre decía lo mismo, cada vez que una de sus chicas lo dejaba. Nuestra perra protagonista esta vez se llama Daniella, una hermosa compañera de universidad, también estudiaba derecho. Sin embargo, hace un mes un ex novio la había vuelto a buscar ofreciéndole esta vida y la otra, sin dudarlo dejo a Alex con un apartamento de color rosa pálido —Eww y un corazón roto.

—Tranquilo Hulk, que la jodida mesa no tiene la culpa. Vamos a ver Alex, no es que las mujeres no sepamos lo que queremos. A veces simplemente lo que quieres no te quiere, así que te conformas con lo siguiente y cuando llega algo que se asemeja a lo que quieres pues caes y olvidas que lo que quieres no es exactamente eso que tienes; pero te aferras, como a un salvavidas porque no quieres ser una solitaria enamorada, la cual ve como sus amigos disfrutan mientras se pierde lentamente... Es así de jodidamente simple, a veces estamos con alguien porque lo que queremos no podemos tenerlo. —Bien, ese es el alcohol sacando mis dotes de filosofa.

—¿Qué? —En ese momento Alex me miraba, queriendo decirme muchas cosas, pero un poco celoso de hacerlo, tuve que removerme incomoda, por la intensidad de todo—. Ehh... no entendí ni mu. Pero si la solitaria enamorada que se aferra a cualquier imbécil como salvavidas para no estar sola, eres tú... te diré que no debería ser así Alec, eres hermosa, inteligente, comprensiva, tienes un cuerpo de muerte, puedes llevar una conversación con cualquier tema. Eres entretenida, te gustan los deportes y no pierdes el tiempo con hipocresías siempre vas directo al punto. Además eres leal, fiel e incondicional ¿Por qué ese imbécil del que estás enamorado no logra ver lo que se pierde? Tal vez deberías mirar más cerca de casa Alec.

—¡Mierda Santa! ¿En serio crees que soy todas esas cosas? Guau, Alex no sabía que veías eso en mí. Por lo general siempre he creído que para ti soy como uno de los chicos. ¿Qué tan ebrio estas?, ¿puedes repetirlo para filmarlo y conservarlo por siempre?

—Vamos Alec, tu eres la mujer perfecta para cualquier hombre. Sólo que no sé por qué últimamente te involucras con tantos perdedores. No te he visto en una relación seria desde... —Se detiene a pensarlo, resopla y brama—: desde siempre.

—Eso es porque ninguno es lo que quiero, Alex. Ningún hombre tiene lo que deseo excepto...

—¿Excepto el imbécil no? —Su tono era un poco molesto, casi como si estuviera celoso del imbécil, sólo que el imbécil era él mismo.

—No quiero hablar de eso. Bien... uhm mejor disfrutemos. Hay muchas chicas y chicos para nosotros aquí hoy, esta noche promete Alex. Promete sexo sucio y salvaje... —Un chico, un sexy caliente como el infierno, está observándome desde la barra.

Alex termina su cerveza y fulmina con la mirada al chico barra, colocando la botella con demasiada fuerza en la mesa, toma mi mano y me lleva a la pista de baile.

—Ese imbécil no merece que le des la hora esta noche nena. ¿No ves lo fuera de rango que esta para ti?

—¿Eh?, ¿de qué hablas?, ¿fuera de rango? Pero si está súper mega recontra sexy. Claro que es mi tipo, cualquier cosa sexy con una polla lo es —le contesto tratando de moverme lo más sexy posible, así chico barra podría imaginar lo que esta bomba sexy puede darle

—¿Tienes que siempre hablar así? —Perpetuamente me ha reprochado el ser demasiado "gráfica" y directa al hablar. A veces intento a su lado no ser tan sincera. Pero es difícil... llevo veinte años siendo así.

—Lo siento.

—Omitiendo tu lenguaje soez, eres demasiada mujer para un hombre como ese. Probablemente termines en una cama que huele a sexo y cerveza vieja, en un departamento de quinta y en un barrio de muerte. —gruñe, aun desintegrando mentalmente a mi posible victima sexual de la noche.

No pude evitar reírme. —¿Estás hablando malditamente en serio? ¿Desde cuando eres tan pre-juicioso? Tú has tenido sexo en los baños de los bares ¿por qué lo que dices sobre nosotros es diferente?

—Porque tú mereces más.

—Ah sí, bien cupido ¿a quién merezco? Hazme conocer al amor de mi vida... ¡si es que existe! —Esta conversación ya me estaba molestando, es mi cumpleaños, estoy enamorada de mi mejor amigo y quiero sexo. ¡Vamos! Me siento ebria, mis neuronas están de fiesta y piden algo más fuerte que la música y el licor.

Sin esperarlo Alex me toma en sus brazos y me besa. No, no me besa, me devora, le hace el amor y quien sabe qué otras cosas perversas a mi boca.

¡Por Zeus y todos los dioses!...

Esto no puede ser real. ¿Había bebido tanto que caí en un coma etílico y ahora estaba en un limbo donde Alex, mi hermoso Alex me besaba como si yo fuera una fuente de agua y el estuviera sediento desde hace meses?

Esto era real, realmente ¡delicioso! Oh Dios prometo ir a misa este domingo y dar más que unas cuantas monedas en la ofrenda... Me has hecho el ¡milagritoooo!

Separándose un poco de mis labios y rozándolos con sus dedos dice las palabras más hermosas que he deseado escuchar por años... ¡malditos años!

—Tú me mereces a mí y yo te merezco a ti, somos el uno para el otro. Alex y Alec, eres para mí y yo para ti. No lo había entendido antes nena, no me había dado cuenta de lo perfecto que podemos ser juntos. —Estoy ida, flipando. Mi cerebro está en corto circuito ¡Alerta Sobrecarga!—, nos gustan las mismas cosas, nuestros padres nos aman, vamos a la misma universidad... Todo es perfecto.

—Lo... lo... lo sé. —Logro balbucear, él sigue sobrecargando mi cuerpo con sus besos—. Yo... yo siempre he estado enamorada de ti Alex, tú eres el imbécil. Pe... Pero yo... tú... amas. ¿Tú me amas Alex? —Oh Dios, ¿por qué sueno como mi abuela después de toser por treinta minutos? Sexy Alec, Sexy.

—Claro que te amo Alec... eres mi mejor amiga, eres perfecta. Todos los saben.

No sé, si por la sorpresa no comprendí más en esa oración, pero no le di vueltas al asunto y simplemente me entregué al objeto de mis sueños y fantasías.

****

Aunque mi amiga Camilla se opuso rotundamente, aunque mi madre me dijo que no lo veía totalmente correcto y mi padre decía que es fácil confundir el amor con lo seguro y la costumbre... y aunque algo en el fondo de mi corazón también me lo decía; acepté casarme con él y formar una familia.

—¿Estas segura de esto Alec? aún tenemos tiempo... ¿Es esto es lo que quieres? —Camilla se veía hermosa en su vestido azul, yo hubiera preferido el lavanda, pero a Alex le gusta el azul. Su mamá dijo que resaltaba sus hermosos ojos.

Rodé mis ojos por enésima vez. —¿Casarme con el amor de mi vida? —Termino de aplicar el brillo de labios— Pues claro que quiero hacerlo Cam. Sabes cuantos años lo he amado, esto es mi sueño, soñé por diez años con él y ahora este sueño se hace realidad.

—Sí pero, ¿a qué costo Alec? —espeta con irritación— dejaste la universidad en tu último semestre para dedicarte seis meses a preparar esta boda, has renunciado a terminar tu carrera para dedicarte a hacer las cenas y llevar niños a la escuela. Vamos Alec ¿Cómo puedes casarte?¡Tenemos veintitrés años! —Prácticamente estaba casi gritándome—. Deberíamos estar listas para graduarnos...deberíamos buscar empleo, alquilar un departamento, conocer muchos hombres, tener sexo salvaje, salir de fiesta ¡comprar muchos zapatos! —Esta no era la primera vez que intentaba persuadirme de cancelar todo

>>Alex dice que te ama porque eres su mejor amiga y son perfectos el uno para el otro, pero ¿realmente te ama por lo que eres? —Él me ama, hay algunas cosas que no le gustan de mí, pero me ama y eso es lo que necesito de él su amor—. Te ha hecho cambiar Alec, ya no eres la misma. Además tienes una horrible suegra que todo lo controla ¿Que sigue eh? También nombrará a tus hijos, decidirá el color de las cortinas...

—¡Ya basta! —Había llegado a mi límite hoy, tenía suficiente con mamá y papá no estando tan entusiasmados como yo por la boda, y ahora debo soportar a mi mejor amiga. ¿Por qué simplemente no podrían las tres personas más importantes de mi vida estar felices por mi hoy?—. Camilla este ha sido mi sueño por años, el amor es de sacrificios eso es... el matrimonio, es una empresa donde ambos debemos aportar algo. Donde ambos debemos sacrificar parte de nuestras vidas y yo ya decidí. ¡LO AMO! Lo amo Cam y si tú no estás de acuerdo conmigo por lo menos respeta mi decisión y sólo quédate aquí para ser testigo de mi felicidad. ¿Puedes hacer al menos eso por mí?

Resignada acepta. —Está bien Cafesito en leche, estaré aquí para ti ahora y también lo estaré siempre. Bien ahora vamos... Oh lo, olvidaba te ves hermosa.

Sonrío, de verdad me veía hermosa y la boda fue como un sueño de princesas, la recepción, todo. Este día mi sueño se hacía realidad y yo no podía ser más feliz.


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