CAPITULO 20
La doctora de apellido Williams se acerca a Vincent y lo abraza ¿Pero qué carajos? Nunca he visto doctores con tanta "calidad Humana" para con sus pacientes o familiares.
—Tranquilo amor, ella está estable. Logramos detener las hemorragias. Las heridas del rosto y brazos son superficiales no habrá cicatrices considerables —Sonia vuelve a sollozar al escuchar esto ¡ve y abrázala a ella!—. Las heridas de su abdomen y pecho si fueron un poco más serias, pero todo va a estar bien.
Vincent no corresponde su abrazo pero tampoco se aleja de él. Sonia nota que estoy en el cuarto y se sorprende.
—¿Alec? ¿Estás aquí de verdad o estoy alucinando otra vez? —Al escuchar a su madre Vincent aleja el abrazo de la amistosa doctora y se acerca a Sonia.
—Si mamá es Alec. Ella estaba um... estábamos juntos cuando llamaste —La doctora Williams se tensa con esta información y me fulmina con su mirada ¿De verdad? Sonia luce sorprendida pero no de forma negativa como la W.
—Gracias Alec, gracias por venir y acompañar a mi hijo.
—Las gracias están de más Sonia. Vincent y yo somos... —Dudo un poco, porque no sé qué decir. Si digo que somos amigos la mención de Vincent me hará ver como una FF y si digo que somos pareja no quiero que Vincent me contradiga y quedar como idiota delante de la Doc W.
—¿Es una amiga? —pregunta la susodicha.
—Es mi novia —dice Vincent. Sonia sonríe un poco, yo me quedo helada como un iceberg y la doctora Williams se torna tan roja como una fresa.
—Bien, pues aquí solo pueden estar los familiares más cercanos. Así que la novia debe esperar fuera —Quería arrancarle las greñas por el tono despectivo que uso en Novia. Pero me contuve, otro día sacaré a la bestia y otra será la que sonría con suficiencia.
—Si es la novia de mi hijo, es familia Whitney —¿Whitney Williams? En serio tienen que hacer lo perra obvio.
—Sí. Mi querida Sonia, pero reglas son reglas y la señorita debe permanecer en la sala de espera como el resto de los amigos cercanos —Bien, lo siento la bestia me está rogando salir, debo hacerlo, está arañando mis costillas.
—Alejandra es mi novia, estaba en mi casa, durmiendo conmigo. Así que ahora que mi familia me necesita los dos estaremos igual... Juntos. —gruñe Vincent. La W se queda un poco perpleja.
Toma eso pendeja. En tu jodida cara botoxificada. Bueno bestia, relájate no es necesario que salgas, sigue invernando. No es necesario dejarla K.O para sonreír con suficiencia.
Como niña de cinco años a la cual se le ha negado jugar en la lluvia la doctora sale hecha una furia. Me carcajeo internamente. Échese pomadita Doc... así el ardor se le pasa.
Sonia me da un abrazo pero vuelve a llorar por lo que la dirijo al asiento más cercano de la habitación. Decido salir para traerle algo de beber. Vincent me da un gesto con la mano y se dirige a su hermana. Pasa su mano sobre el puente de la nariz de ella y logro ver una lágrima aterrizar en la almohada. Mi garganta se cierra con la escena y decido salir.
Gracias al señor La Doc W no está a la vista. Voy a la cafetería, tienen té de manzanilla así que tomo uno para Sonia y dos café. Llevo todo en una pequeña bandeja desechable. Sonia aún sigue llorando en el sillón mientras Vincent habla por teléfono.
—Si aún esta inconsciente. Bien. —Cuelga observa mi bandeja y me da una media sonrisa de agradecimiento. Se acerca a Sonia—. Papá ya está llegando. Mamá Alec te ha traído un té, bébetelo por favor.
—Gracias, hermosa. No tengo palabras para agradecerte que estés aquí. —susurra. Toma el té y lo bebe lentamente.
—¿Donde más debo estar? —Vin sonríe y me da un beso casto. Miguel entra hecho una furia a la habitación.
—¿Dónde está mi niña?
—Cariño... oh cariño —Vuelve a sollozar Sonia. Miguel se acerca a ella y le abraza.
—Yaya está estable papá. Hay que esperar que recobre la consciencia —¿Papá?...Cada vez entiendo menos.
Vincent percibe mi confusión, articula un "más tarde" e informa sobre el parte médico y lo que sucedió con Melissa, mientras Miguel se acerca a su hija y llora. Mi corazón vuelve a partirse en dos por esta familia. Me siento al lado de Sonia y como no sé qué más hacer tomo su mano y trato de ofrecerle un poco de consuelo. Agradece mi gesto acunando mi mano con la suyas y recostando su cabeza en mi hombro. Vincent nos observa intensamente y Miguel sigue su mirada, logro ver el reconocimiento en su rostro cuando nos ve.
—Alec querida —Se acerca y me da un abraz—. Que bueno verte, hubiera preferido que fuera en otra situación pero me calma el que estés aquí para mi hijo.
—Es donde debo estar —Vincent traga fuerte y aclara su garganta.
Miguel aprieta el hombro de su hijo y regresa hacia la joven en cama.
—Pensé que ese desgraciado estaba en otra ciudad. La maldita policía pagará por esto. Se les advirtió y miren... esperaron a que viniera otra vez por ella —¿Otra vez?
Permanecemos juntos en la habitación esperando a que Melissa/Yaya despierte. Voy dos veces más a la cafetería por café. Pero debo ir una tercera vez y Vincent decide acompañarme.
—Sé que tienes muchas preguntas. Pero puedo responderlas en otro momento.
—Es cierto, tengo muchas preguntas. Pero ahora, en este preciso momento no se trata de mi Vin. Se trata de la salud y el bienestar de tu hermana y de tu familia —Esta declaración toca alguna fibra en él pues sin importar que estemos en un hospital acuna mi rostro y me besa.
—¿Crees que es jodido pensar en ti sin bragas con ese vestido en estos momentos? —Me sonrojo al recordar que efectivamente no uso bragas. Vincent sonríe y vuelve a besarme. Escucho el murmullo de las personas pero no me importa correspondo a su beso hasta que alguien se aclara la garganta no tan disimuladamente. Por supuesto es la W quien luce aún más roja y furiosa ¿Es eso posible?
—Vincent cielo, te recuerdo que estamos en un hospital —Su voz trata de sonar igual de dulce que al decir las dos primeras palabras pero falla—, debería saber comportarse señorita.
—Estamos enamorados Whitney no podemos evitarlo —¿Enamorados?... espera ¿Estoy enamorada? Me gusta, hemos estado saliendo desde hace unos días, nos escribimos, damos las buenas noches, almorzamos juntos, hemos tenido sexo increíble, lo extraño cuando no sé nada de él. Me preocupo sin necesidad por su bienestar...
No voy a adelantarme a nada. Simplemente lo dijo para calmar a la Shrek 2.
Si esto fuera un dibujo animado, de las orejas de Whitney en este momento estaría saliendo humo. En serio, su ira es tan obvia que siento vergüenza ajena. Hay algo aquí entre ellos pero como dije, ya habrá otro día para respuestas. La W se aleja, la sigo con mi mirada Vincent abre su boca pero lo corto antes de que siquiera pronuncie algo.
—Otro día —Se ve sorprendido pero sonríe y murmura que "soy perfecta".
****
Son las cuatro menos veinte de la madrugada y Melissa aun no reacciona. La máquina a su lado, de la cual aprendí hace poco se llama monitor cardiaco —Su nombre es tan obvio que me siento estúpida al recordar llamarlo "la pantalla que hace pi"— es la única que nos confirma que aún sigue con vida. Sonia se desvaneció en un sueño liviano hace una hora. Se despierta cada vez que el pi del monitor se acelera.
—Nena no has descansado y debes trabajar ahora —Vincent se acurruca a mi lado. Debemos vernos algo graciosos pues él es una cabeza más alto y por supuesto mucho más musculoso. Pero no me importa me giro un poco para que su cuerpo este mejor posicionado sobre el mío y lo abrazo.
—No te preocupes. La sección ya está lista solo debo entregarla para revisión e impresión. —Beso su frente.
—Gracias —Toma mi mano y la besa—, gracias por estar aún aquí.
—No me iré —cierra sus ojos y murmura un "eso espero".
****
A las cinco de la mañana me encuentro sola en el cuarto de Melissa —Sonia y Miguel están con unos detectives en un nuevo reporte y Vincent salió con un doctor y otro policía para reconocer el cuerpo de Eduardo Londoño— me encuentro recostada en el sillón al lado de la cama de Melissa sosteniendo su mano, por alguna tonta razón quiero que sienta que hay alguien a su lado y canto suavemente This Answer Lies Whitin de Dream Theater. No sé si para mí o para ella, sólo sé que desde que estamos a solas la letra vino a mi mente. Me encuentro tarareando el final cuando siento la mano de Melissa apretar la mía. Levanto mi mirada y me encuentro con unos hermosos ojos azules llenos de lágrimas observándome.
—Me... —Aclaro mi garganta—. ¿Melissa? Gracias a Dios estas despierta. Tus padres están abajo y Vincent esta... salió con un doctor. Dime que estas bien por favor o aprieta mi mano, no sé has algo —Estoy tan emocionada y tengo verborrea.
—Creo... que puedo... hablar —Su voz se encuentra afectada por los calmantes. Sonrío por su respuesta. Trata de corresponder pero debe dolerle las heridas del rostro pues desde que habló hace gestos de dolor.
—No deberías hablar por ahora cariño. ¿Quieres algo? Llamaré a tus padres uhmm... si no tengo su número —Melissa intenta sonreír nuevamente—, llamaré a Vincent.
Marco su número y espero. Uno. Dos. Tres
—Dime cariño —Me doy cuenta que está preocupado. Bueno lo estoy llamando y soy la única persona con su hermana ahora.
—¡Vin despertó! Esta despierta y puede hablar —Mel deja escapar una semi carcajada.
—¿En serio? Gracias Dios mío. Gracias nena voy para allá —Cada vez me gusta más ese nena.
—Vin eh... puedes llamar a tus padres. No tengo su número.
—Claro que si cariño.
—Ya vienen Melissa —Acaricio su cabello y ella sonríe.
—Di... dime Mel
—Bien, Mel.
—Eres la... chica del parque. La de los chocolates
—¿Me recuerdas? —asiente suavemente con su cabeza.
—Te vi hablando con mi hermano. Le conté a mamá y ella me dijo que te describiera. Luego me dijo que Vincent y tu salían —Su voz es suave, habla despacio procurando no articular o acentuar mucho. Debe dolerle horrible.
—Por favor no hables. Sé que te duele.
—¿Cómo se llama? —Ignora mi solicitud.
—¿Quién?
—La canción
—Oh. Lo siento es This Answer Lies Whitin.
—Es Hermosa, tu voz igual.
Sonrío. Mi voz es horrible. —Gracias pero creo que mientes o los calmantes afectaron tus oídos.
—Es verdad. Me gusta como cantas
—¿Quien canta? —El hombre que acelera mi corazón por estos días entra a la habitación. Su rostro se inunda de alivio al ver a su hermana despierta y hablando conmigo—. Mi Yaya me alegro que estés bien. Perdóname por no protegerte.
—Vin... tú no tienes la culpa. Él me tomó por sorpresa. Ninguno sabíamos que aún estaba aquí. Por favor no te culpes. Te amo hermano.
—Te amo pequeña —Besa su cabeza. Me siento incomoda invadiendo esta escena tan íntima.
—¿De que hablaban? —Me pregunta Vincent.
—Estaba cantándome. Pregunté como se llama la canción.
Vincent me mira sus ojos se llenan de lágrimas pero trata de no derramarlas.
—¿Le cantabas? —Su voz se rompe un poco mientras pregunta.
—Si... eh yo no quería que se sintiera sola. Así que empecé a cantarle.
—¿Cantas? —Sonia pregunta entrando en la habitación—. Oh mi bebita estás despierta —solloza y acuna a su hija. Miguel también se acerca.
—Mi pequeña ¡Estás viva! —Besa a sus mujeres. Vincent viene hacia mí y me abraza fuertemente. Su respiración es pesada.
—Pensé que no despertarías. Estabas ahí acostada y yo... yo...
—Estoy bien mami. Estaba soñando no recuerdo bien que era. Pero luego escuche esa canción y sentí que alguien tomaba mi mano. La letra de esa canción me perseguía así que luche por abrir los ojos, cuando lo hice ella... —me señala—: estaba a mi lado cantando y sujetando mi mano.
Sonia me mira con lágrimas en sus ojos, corre hacia mí y me abraza. Miguel también lo hace mientras murmuran palabras de agradecimiento. No sé cómo sentirme, sólo estaba cantando. No imaginé que logrará despertarla, ni pensé que estaba escuchándome.
—No hice nada. No tienen que agradecerme.
Miguel me mira con ojos rojos. —Créeme cariño. Haz hecho mucho.
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