CAPITULO 10

Al llegar al lugar de Cam mi humor sigue siendo pésimo, por eso, cuando ingreso y descubro que Cam ha planeado una velada romántica con ¿Adam? o quien quiera que sea, mi perra interior surge.

—Camilla podrías haberme dicho que tenías planes sexuales, así me hubiera ido a un hotel y no tener que escucharte ¡toda la maldita noche! —Sé que no tengo derecho de quejarme, Cam me ha dado un techo, comida y un empleo. Esta es su casa y puede hacer lo que quiera, pero Alex ha dañado mi humor y no quiero ser testigo de una película porno de mi mejor amiga.

—Lo siento Alec, aún no me acostumbro. Relax, Adam y yo vamos a salir un rato, tienes el lugar para ti. —Creo que acabo de correr a mi amiga de su propia casa, ahora la ira se convierte en culpa.

—No, discúlpame tu a mí. Estoy siendo una perra contigo no te preocupes pueden quedarse, voy a estar en la habitación y tomaré una ducha.

—¡Oh! Aun no los he presentado. Alec este es mi amigo Adam, Adam ella es mi hermosa y talentosa mejor amiga Alec. —Un increíble y sexy hombre me sonríe— Mírala bien, grábate ese rostro pues pronto toda esta ciudad la conocerá. —Soy la peor mejor amiga del mundo y Cam es un ángel la amo.

Adam es un chico guapo, tiene unos lindos ojos gris, una sonrisa pícara, es rubio con un buen cuerpo, un poco bajo para mi gusto pero no deja de ser sexy y tierno a la vez.

—Un gusto Adam, lamento mi humor. Día de trabajo pesado.

Toma mi mano y le da un suave beso. —No te preocupes, soy consciente de que es tener un mal día. Es un placer conocer a la próxima cara famosa de esta ciudad, y debo decir que es un hermoso rostro —Eso logra sacarme una sonrisa, no lo dice en forma de insinuación o coquetería por el contrario es sincero, lo cual hace que lo apruebe inmediatamente.

—¿Qué tal si mientras te duchas pedimos una Pizza?, le dije a Cam que podemos ver una película pero no creo que estés de humor para salir o ¿Quieres hacer algo?

—Uh, no quiero ser el violinista de la noche. No cambien sus planes por mí. —Es el colmo que ahora el amigovio de mi amiga tenga que cuidarme, además no estoy para ver cómo se besuquean mientras yo solo tendré en mi boca un trozo de pizza.

—Podríamos llamar a Vincent, tal vez se anime a venir. Esta mañana me lo encontré en el centro, iba con una señora pregunto por ti. —dice Cam. Toma mi atención se dirige a ella y a sus palabras. Veo entonces, que tiene el móvil en sus manos y ha tecleado rápidamente algo.

¡Oh no eso sí que no!

—No, como se te ocurre... —Mi diatriba es interrumpida por el sonido de mi celular.

Tu Sexy Hombre: Me dice Cam que tienen planes de pizza y película esta noche ¿llevo palomitas?

¿Qué?

Tu Sexy Hombre: ¿Hola? ¿Estás ahí amorcito? puedo ver que ya leíste mi mensaje. ¿Palomitas o nachos?

—¿Por qué y en qué momento le dijiste a Vincent sobre esta noche?

—¿Es él verdad?... sabía que no tenías planes, además él pregunto por ti, es obvio que quiere verte. Igualmente si yo no le hubiera dicho probablemente estarías acostada en el sofá besuqueándote con tu pizza y lamentando tu soledad.

Es tan cierto.

Yo: Me gustan los nachos. Trae guacamole y que NO pique, no quiero que se me lastime el paladar.

Tu Sexy Hombre: Ok capitán. ¿Quieres algo de chocolate? Cam me dijo que estas de un pésimo humor

¿Pero acaso Cam tiene que decirle todo?

Yo: ¿Por qué ustedes dos están hablando de mí? Esto es incómodo.

Tu Sexy Hombre: Yo pregunté cómo estabas, ella solo dijo la verdad.

Yo: Ok trae chocolate, ¡bastante chocolate!

Tu Sexy Hombre: Claro Amor ;) ¡Llego en 20!

Ese Amor me ha dejado con el corazón acelerado, tengo veinte minutos para quitar los residuos del día y ser otra vez yo. Voy a mi cuarto tomo una ducha rápida me impregno en crema para el cuerpo con olor a peras, es noche de peli-pizza-sofa así que me coloco unos leggins negros, una blusa verde de un solo hombro y recojo mi cabello en una trenza, bailarinas negras, rubor, rímel y brillo de labios. Estoy lista para la función.

Exactamente veinte minutos después tocan a la puerta, al abrir me encuentro la escena más cómica y romántica a la vez.

Vincent está parado en una camisa blanca, jeans desgastados y una remera azul oscura; tiene en una mano un gran tazón con imágenes de tomates y cebollas, lleno de guacamole, en la otra un gran paquete de nachos, en su boca apretado entre sus labios una gran barra de chocolate y sobre sus pies un osito de peluche con un globo que dice "Espero que mejores" no puedo resistir la carcajada que nace en mi garganta.

—Meeeadega eh te ute. —dice y no entiendo nada.

—¿Qué?

—Mee adega eh te ute. —Quito el chocolate de su boca para poder entender lo que dice. —Me alegra que te guste —Una hermosa sonrisa, se dibuja en sus labios, no puedo evitar igualarla.

—Gracias.

—¿Puedo pasar? Creo que se me durmió una mano. —Me sonrojo un poco ante mi grosería. Asiento y me corro un poco, permitiéndole el paso.

—Eso es demasiado guacamole ¿ese es el tazón de pie grande?

—Mi madre es mexicana así que el guacamole no falta en su nevera, pase por su casa y tomé prestado este. Mi familia es muy grande eso explica el tazón.

—De acuerdo sigue, te ayudo. —Tomo el oso de peluche y los nachos, Vincent ingresa y va directo a la concina para acomodar el guacamole, aún contemplo el peluche cuando el regresa.

—Pensé que era más cómodo de abrazar que la lámpara. —dice. Le sonrío una vez más. Para ser sincera jamás he recibido un oso de peluche como regalo por parte de un hombre, increíble lo sé.

—Es muy esponjoso y suave ¿A que huele? ¿Es tu perfume?

—No, bueno si —Vincent luce un poco avergonzado y no logra mirarme a los ojos—. Probablemente cuando lo traía se impregno de mi perfume.

—Si claro, probablemente...

—¡Hombre sexy! Dime que trajiste guacamole –Cam viene corriendo hacia nosotros—. ¿Qué es eso? ¿Le trajiste un oso de peluche y chocolotes? Awww ¿no es eso lindo? Alec nunca tuvo uno de esos.

—Cam puedes dejar de decir cosas sobre mí, es molesto. —gruño, incomoda porque mi amiga esté dando información privada.

—Es una indirecta Alec, para que siga comprándote cosas.

—Prefiero que me regalen las cosas por voluntad y motivación propia, no por manipulación.

—Lo que sea ingrata. —Se encoje de hombros y va hacia la sala.

—¡Hola hombre soy Adam! me alegra conocerte por fin.

¡UHG! Le doy una severa mirada a Adam. Dios los crea y ellos se juntan... Son perfectamente inoportunos los dos.

—No sabía que ya era conocido por aquí. —mumura Vincent, una sonrisa va dirigida hacia mí. Me encojo de hombros.

—Claro hombre, Alec...

—Bien —Interrumpo antes de que me avergüencen—, hora de la película. Vamos tenemos muchas en espera. —Tarea para más tarde: agregar laxante a la bebida de Cam y de Adam.

—¿Qué película quieres ver?, ¡Cam trae el guacamoleeee! —grita Adam. Nos hemos acomodado en la sala de Cam, Vincent esta junto a mí, en el pequeño sofá en forma de L situado en la ventana, Adam esta recostado en el otro sillón frente a la TV esperando por Cam con algunas almohadas. Esto es definitivamente una cita ¡Cristo!

—¿Pensaste que nuestra segunda cita fuera de esta manera? —musita Vincent, demasiado cerca para mi propio bien.

—¿Segunda cita?

—Sí, la primera fue la noche del miércoles ¿Vodka, auto, casa, cama, lámpara?

—¡Eso no fue una cita! —grito, cómo puede eso ser una cita.

—¿Qué no es una cita? —pregunta Cam regresando con el Guacamole.

—La noche que pasamos juntos. —responde Vin, encogiéndose de hombros.

—Eso. No. Fue. Una. Cita —gruño entre dientes.

—Entonces ¿Qué era? —Me reta a responderle. Adam y Cam prestan más atención a nuestra pequeña discusión que a la película.

—Una mala noche, con demasiados tragos encima y un corazón dolido. Esta es nuestra primera cita

—Vale, si tú lo dices Amor —Sonríe maliciosamente, ¡carajo! él quería que yo determinara primero que era esto. Mierda caí.

Intento con toda mis fuerzas concentrarme en la película, pero sólo logro ser cada vez más consciente de Vincent, a mi lado observándome, lo cual me agrada pero me inquieta a la vez. Es una rara sensación tenemos, un caliente hombre concentrado en nosotras y pensamos que tal vez algo va mal contigo, no sé porque somos tan pesimistas, creeré así muera confiada, que me veo genial desde su ángulo.

—¿Qué? —Vale, debo trabajar mi confianza.

—Nada... tienes una nariz muy bonita, es bien perfilada.

—¿Ajam...?

—Me gusta observarte, sólo es eso.

—Ajam.

—Solo vas a decir "ajam"

—Probablemente. —Sonreímos por nuestra estúpida interacción— ¿No te gusta la película?

—Buff... ¿una muñeca poseída que asesina a todos? No, no es mi tipo de película pero vale la pena si puedo estar a tu lado.

Eso sí ayuda a mi confianza, no me importa si es una línea vieja de conquista, ha funcionado.

Casi dos horas de muñecas, demonios, sangre, drama, pizza y nachos. Adam y Cam sugieren salir y "bajar la harina y el colesterol" caminando. Tomo mi cazadora de cuero y retoco mi maquillaje. Como decía mi prima Salomé, "Primero muerta que sencilla". Caminamos por el parque central, cerca de la fuente y tomamos la calle hacia el sector "bohemio" donde están todos los músicos y artistas callejeros, es uno de mis lugares favoritos en la ciudad. Puede no ser lo más lujoso del mundo ni encontraras a Bruno Mars, Ed Sheeran o John Legend. Pero te toparás con gran talento y pasión.

Mis artistas callejeros favoritas son una mujer morena de aproximadamente cuarenta años que toca una armónica y su compañera, una chica de unos veinte años toca la guitarra y canta letras de amor y desamor, justo cuando llego a ellas están interpretando "Imagine de John Lennon" suena exquisito. Vincent se acerca a mí y disfruta también del espectáculo, Adam abraza a Cam y el momento se siente mágico. La música puede transportarte a cualquier lugar y pude cambiar la energía alrededor. Es enriquecedor.

Al terminar pasan a la canción "Knoc kin On Heavens Door de Bob Dylan" y un artista vecino les acompaña con la pandereta, es increíble como estos tres instrumentos logran algo tan hermoso. Más personas se congregan a nuestro alrededor, lo cual lleva a que otros artistas también deseen participar de la canción con sus instrumentos.

—Esto es hermoso, no conocía este lugar. He oído hablar de él, pero jamás lo había visitado. —Adam luce gratamente sorprendido.

—Cuando teníamos dieciséis años, Alec y yo vagamos por la ciudad después de una fuerte discusión con mi padre, el destino nos trajo aquí y nos enamoramos de este lugar inmediatamente. —Recuerdo ese día perfectamente—. El padre de Cam le prohibió asistir al concierto de su banda favorita de Rock por ese entonces, debido a una cena que tenían con un inversionista. Cam se escapó hacia mi casa y me pidió le ayudara a disipar su ira. Anduvimos por las calles varias horas hasta que llegamos aquí. En ese entonces sólo eran unos pocos artistas, hoy es muy grande el repertorio.

Pasa a la canción "Have You Ever Seen The Rain de Creedence Clearwater Revival" y Cam y yo nos unimos al canto, esa canción nos gusta mucho. Cuando suena "My Way de Frank Sinatra" Vincent toma mi mano y me invita a bailar, lo hago sin vergüenza, esta calle es mágica y puedes dejarte llevar por la música. Observo que Adam y Cam, junto a otras parejas también se encuentran bailando, me atrevo a mirar a Vincent, él también me observa intensamente y creo que va a besarme, hago una oración mental porque mi aliento aún sea de Menta.

—Te ves hermosa esta noche. —susurra. Su aliento cálido acaricia mi cuello.

—Gracias, tú te ves muy bien. —¡Pero qué bestia Alec!

Vincent ríe entre dientes y antes de que pueda decir algo más ingenioso me besa. Es un beso suave, tierno, que acompaña la melodiosa voz del artista y el ritmo de la música. La mayoría esperaría un beso apasionado, lleno de fuegos artificiales y gruñidos; pero este beso suave, este lugar, esta música este momento es perfecto. Su boca me sostiene con ternura, como si yo necesitara calma y seguridad. Su lengua se enreda con la mía y así justo ahora, me siento en verdadera paz y tranquilidad.


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