Dazai
Advertencias: Este capítulo es un poco de lo que vivió Dazai con Aizen Mō-ō (serán dos más).
Porque muchos lo pidieron (nada más dos xd), aquí está este especial.
~•~
¿Cuál es el mejor amigo de un suicida?, Una cuerda, y Dazai necesitaba una nueva, por lo que salió apenas terminó su jornada en la agencia, pensó en comprar un poco de alcohol para acompañar sus últimos minutos de vida con un buen trago.
—Tanta variedad— habló frustrado al no saber cuál sería la indicada.
—¿Cómo te llamas?— una joven rubia apareció detrás de él—. Eres Dazai ¿Cierto?.
—¿Por qué una bella señorita me busca?— tomó sus manos para tratar de proponerle suicida doble, pero un dolor de cabeza lo dejo aturdido.
—Ustedes par de tontos me han dado mucho dolor— sonrió al verlo caer—. Ya los arreglaré.
.
.
.
—¿Ya es de mañana?— bostezó ignorando la presencia de aquella niña desconocida.
—¿No te asusta que estés atrapado?— arqueó las cejas curiosa.
—No, pero me gustaba más tu otra forma, ahora es un poco raro hablar con una niña— tallo sus ojos con indiferencia.
—Que delicado— caminó hasta el baño para entrar y salir convertido en un menor de doce años—. No me gusta tanto, pero supongo que está bien.
—¿Qué quieres?— ladeó la cabeza aún acostado en el futón—. Pudimos jugar monopoly si estabas aburrido.
—Eres el mas listo de todos, ya lo sabes— rodó los ojos desesperado—. Tratar de jugar con una deidad será tu última broma.
—¿Tanta hostilidad?— sonrió poniéndose de pie y buscando ropa con la mirada—. ¿Hay algo que debería saber?.
—Me gustan las sorpresas— avanzó hasta la puerta para dejarlo tener privacidad y así pasaron minutos hasta que salió vestido como siempre—. ¿Siempre eres tan flojo?.
—Soy un pilar en esta ciudad— habló orgulloso antes de buscar algo que comer, pero cómo siempre fallo, ya tendría tiempo de desayunar en la agencia—. La gente no puede verte, si fuera así alguien me habría ayudado cuando me desmayé.
—Claro, olvide que eras el demonio prodigio— fingió ver un reloj que no tenía en la muñeca—. Que tarde, deberías irte a trabajar ya, volveré para darte las reglas del juego, visitaré a un amigo.
—¿Con qué un dios?— tomó su gabardina y salió mientras el niño desaparecía. Por mera curiosidad se apuró para llegar y ver la sorpresa que menciono, vaya que lo fue ver a Chuuya en su escritorio—. ¿Qué haces, babosa?.
—¿Te golpeaste la cabeza?— abrió los ojos por el apodo—. No me llames así, maldita caballa.
—¿Desde cuándo trabajas aquí?— cruzó los brazos, la situación era divertida, ver ilusiones de sus vidas alternativas era placentero.
—¿A qué viene eso?— ignoró la mirada que le daba para darle un informe a Kunikida.
—Oye, Dazai, deja de molestar a Chuuya-san y vete a trabajar, maldito holgazán— murmuró él rubio.
—¿Holgazán?— aturdido por las burlas terminó sentado escribiendo palabras sin sentido en un informe. De reojo miraba a Nakahara, quien demostraba su gran desempeño, ayudando y siendo un empleado estrella.
—Atsushi, tenemos un trabajo— Kunikida arrastró al tigre, por lo que los pocos presentes en la agencia se fueron reduciendo hasta solo ser ellos.
—Chibi, ¿Te gusta este lugar?— su mirada estaba perdida en la nada.
—Es agradable, no me arrepiento de abandonar la Port Mafia— contestó tan directo cómo siempre—. Oye, pareces más retrasado que de costumbre.
—Solo pensaba en cómo serías si aún estuvieras en la mafia— sonrió antes de ponerse de pie para terminar a su lado—. No tienes idea de lo mucho que me asquea trabajar contigo.
—No te podrías imaginar lo mucho que te odio— respondió alejándose aún más—. ¿De verdad estás bien?.
—No, pero es divertido tenerte cerca, si por mí fuera, estarías muy lejos, tan lejos cómo para no vomitar.
—Por eso terminamos, por tu maldita forma de ser— frunció el ceño antes de apagar su computadora y jalar su mochila—. Solo me arrepiento de tenerte en mi vida, después de tanto sigues siendo esa fea infección.
Salió casi corriendo dejando el lugar en silencio, y Dazai inerte. No podría describir bien lo que pasaba en su cabeza, pero ninguno de sus pensamientos eran positivos, todos eran sobre el mismo.
—Vaya, eso debe doler— un niño azabache estaba detrás de él—. Vamos, señor vendas, aún falta mucho.
—Ya no quiero ver más, es aburrido— Murmuró sin apartar la mirada de la puerta.
—No, para mí es divertido— sonrió mientras sus ojos ámbar brillaban aún más—. Las reglas son simples, arrepiéntete y cree que puedes merecer cariño.
—¿Solo eso?.
—El del señor sombrero— sonrió al verlo pasar saliva—. Te lo dije, jugar con una deidad podría ser tu última broma.
Casqueó los dedos haciéndolo caer en un sueño profundo. Probablemente la secretaria lo encontró y pidió ayuda.
~•~
—¡Buenos días!— la voz chillona de un infante lo hizo despertar. Pudo distinguir una cabellera naranja frente a él.
—¿Chuuya?— parpadeó buscando a la dueña de esa voz, que los miraba desde la puerta.
—Ya sabes mis reglas, ganale al otro— desapareció mientras el se acurrucaba de nuevo contra la figura de complexión delgada.
—¿Qué demonios?— la voz ronca de Nakahara lo hizo sonreír.
—Nada, buenos días...
—¡Carajo, te he dicho que no te quedes!— gruñó separando su cuerpo cómo si Dazai fuera portador de un veneno letal—. No me gusta que te quedes después de hacerlo, te daré dinero para el taxi pero sal de mi cama.
El castaño asintió y de mala gana buscó su ropa, le dolían las caderas, pero nada con lo que no pudiera lidiar—. ¿Por qué estás tan de mal humor?.
—Te odio, es una lastima que me guste tener sexo contigo— respondió el de ojos azules antes de meterse al baño y asearse un poco.
—Por algo no tienes pareja— susurró abrochando lentamente su chaleco.
—No te importa porque no tengo pareja, de hecho no te importa nada de mi vida— salió con una toalla en la cadera listo para tomar un baño, se estiró por su billetera—. Empiezo a creer que sería mejor vernos en un hotel.
—No soportaría ver tu horrible cara un segundo más— sonrió acariciando su nariz.
—Entonces no me busques— le dió un par de billetes para desayunar y tomar un taxi—. Desaparece de mi vida.
No dijo nada más, salió de su departamento que muchas veces visito siendo adolescente. Se acomodo el cabello antes de salir y vagar un rato por la cuidad hasta que fue muy tarde.
—De verdad no sabes socializar— la figura de un niño termino sentada junto a él—. Aquí lo buscas cada que puedes, aún si sabes lo mucho que te detesta.
—¿De verdad?— sus manos jugaban entre sí—. Tengo un mal gusto, o tal vez es demasiado bueno.
—¿Quieres saber por qué te odia?— sonrió mientras hacía aparecer una paleta en su mano—. Jamás le diste una disculpa, y solo te apareces para tener sexo con él, debe sentirse usado, humillado porque no importa lo mucho que te detesta, te quiere sentir, y fingir que le perteneces, aún si es solo una noche...
—Debería irme, tengo sueño— bajo la mirada buscando distraer su mente.
—Si eso prefieres, pero este ciclo sigue incluso si te vas— metió la paleta en su boca—. Ayer lo buscaste estando un poco ebrio, odia que lo beses en ese estado, pero tranquilo, el señor sombrero se odia más a si mismo.
—No quiero seguir hablando de esto, menos si eres un niño— se puso de pie dándole la espalda al amanecer—. ¿Qué pasa si me suicido en este cuerpo?.
—El matarte no es una forma de darle paz a ese muchacho— imitó su acción quedando a su lado—. Solo pasamos para ver un poco, somos espectadores, no más.
—De acuerdo, no soporto la atmósfera de este lugar— buscó su celular para arrojarlo al suelo y pisarlo en repetidas ocasiones—. Al menos tendrá una noche tranquila.
—No sé, tú te conoces mejor que yo.
Tqm Dazai, botate alv.
Lo que Dazai verá está más enfocado al arrepentimiento, mientras que Chuuya veía cosas dirigidas al perdón.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top