9. Amor
Si el amor nos separó, por favor vuelve,
ámame y corresponde a este sentimiento,
A este amor que no me deja morir,
No me deja seguir,
Ámame en esta vida,
Y hasta en la última de ellas.
-Lulú
[...]
La gente a su alrededor murmuraba, reían, sonreían con la persona a su lado, el aroma a café inundaba sus fosas nasales, el olor era agradable, sus grandes ventanales permitían ver a sus alrededores fuera de la cafetería, las flores adornadas en el jardín se movían suavemente por el viento, los autos transitaban sin apuros, el sol no era asfixiante, no se sentía calor extuanante ni frío que erizara su piel, simplemente el clima era perfecto, era una día perfecto. El sonido titilante al abrir la puerta de aquel lugar informaba a todos un nuevo cliente, un nueva persona que quería probar aquellos deliciosos manjares.
TaeHyung miró a la entrada y sonrió por inercia a ver a aquella persona ser iluminada como un ángel por los rayos del sol, era precioso. Su corazón a pesar de los años seguía palpitando desenfrenado, era la razón por la que seguía viviendo, seguía enamorado, amándolo un poco más cada día, una última vida más.
En algún momento su mente decidió congeniar con su corazón, formando un trato silencioso entre ellos. Ambos sabían que jamás dejarían de amarlo, no estaba mal amar a su mejor amigo, un ser como él podía amar.
Lo destrozaba, sí. Pero el amor es un arma de doble filo.
TaeHyung lo amó hasta el final. Incluso cuando su corazón no pudo soltarlo, olvidarlo, dejar de latir por él, no podía, no quería.
A pesar del dolor y del sufrimiento que conlleva un amor no correspondido, lo amó.
Y lo siguió amando en una habitación de hotel lleno de botellas vacías de wishy, llorando y ahogándose en alcohol cuando su mejor amigo unió su vida con alguien más aquel día.
Recuerda lo hermoso que se veía con su esmoquin color blanco pureza, un significado exacto para él. Habían pasado dos años desde que su amado era una persona casada, quien adoptó un hijo para cumplir su sueño de ser padre. Un anhelo de ambos cuando eran jóvenes, un deseo del azabache con su mayor, un sueño que jamás su cumpliría.
No en esta vida, ni en ninguna otra.
- Hola Taehyung- saludó el mayor sentándose frente al azabache - ¿Para qué me citaste? - sonrió alegre.
- Me iré del país Hobi - dijo directo, sin tacto pero con tristeza, odiándose al ver esa sonrisa desaparecer - No volveré.
- ¿Q-Qué dijiste? - preguntó atónito sin creérselo - ¿Por qué? - susurró intentando no llorar, tal vez era una de sus bromas, una muy pesada y de mal gusto - ¿Hice algo mal? - dijo Hoseok con sus ojos llenos de lágrimas al ver el semblante serio, sin una pizca de humor o falsedad para sus palabras - ¿Estás bien TaeHyung? - preguntó con voz temblorosa - ¿Acaso te herí de algún modo, Tae? - tomó una de sus manos sobre la mesa apretándola con fuerza, con miedo de dejarlo ir - Si es a-así, y-yo lo lamento, en serio p-perdóname...
- No Hobi, no se trata de ti - negó tomando la mano del contrario de igual modo apretándola, un nudo en su garganta se formaba, no podía llorar, no debía. TaeHyung ya lo había decidido meses atrás acompañado de un camino de lágrimas en su mejillas y un vaso de alcohol en su mano, ensayando varias manera de decírselo en distintas ocasiones, pero...- Joder - su corazón se negaba a obedecer, repararse , dejando todo lo que ama atrás por una oportunidad de ser feliz, tristemente engañandose a que eso pudiera suceder - Fui yo el que se equivocó.
- ¿Q-Qué? - limpió con el dorso de su mano sus lágrimas que caían una tras otra - No entiendo Tae.
- Hoseok, yo te amo - dijo TaeHyung claro, sin tartamudear, mirando directo a sus ojos - Ese fue mi error.
Se lo dijo, por fin lo hizo, por primera vez.
- Yo también te amo TaeHyung - murmuró con una sonrisa llena de tristeza por toda la situación, un poco confusa para él - Eres una de las persona más importante de mi vida.
- Mi corazón no lo cree suficiente...- murmuró con un nudo en su garganta - Hoseok yo...- sus palabras quedaron inconclusas al escuchar un estruendo a lo lejos, inmediatamente el azabache se lanzó sobre el mayor protegiendo de la explosión del ventanal a su lado.
En esta vida igual sucedería...
Son solo recuerdos de un amor contenido.
- ¿Tae? - llamo el mayor al azabache, ambos tirados en el suelo y aún aturdido por el ruido - ¿Estás bien? - preguntó abrazando al contrario que se encontraba sobre él protegiéndolo, no permitiéndo que los vidrios lograran herirlo. - ¿Taehyung? - miró al azabache a los ojos quien solo le dedicó un vaga sonrisa - ¿Tae? - dijo asustado al sentir su ropa mojarse.
Hoseok con desesperación palmeó suavemente su espalda sintiendo un enorme vidrio incrustado en él- ¡Oh Dios mío! - jadeo sin poder creérselo con temor - ¡¿TaeHyung?! ¡Mírame! - lo llamo llorando, tomando su rostro entre sus manos ensangrentadas - ¿Todo estará bien?- murmuró con esperanza pero siendo destruida al verlo toser sangre manchando su rostro - ¡Una ambulancia! ¡Ayuda! - movió su cabeza mirando todo su alrededor en ruinas y con varios cuerpo inconcientes en el suelo - ¿Todo estará bien TaeHyung? - susurró besando las mejillas del azabache empapadas en lágrimas - Pronto llegará la ayuda, Tae. Resiste por favor - rogó entre hipidos.
- H-Hobi...no... - dijo el azabache tomando una respiración profunda, su cuerpo se sentía entumecido, frío y con su vista borrosa por las lágrimas, una sonrisa agónica apareció en su rostro al ver a su amado - T-Te amo - soltó en un susurro con tanta sinceridad en esas dos palabras.
Miró los ojos de su amigo expandirse como si hubiera entendido esa confesión, o tal vez era su cerebro jugándole una mala broma - No te i-imaginas cuanto lo hago - dijo antes de cerrar sus ojos, quedándose en esa temerosa oscuridad.
Revelando así su secreto, las memorias de un hombre que amó a otro, un corazón inconsciente que destrozó el alma de alguien más. Un 'te amo' que abarcaba toda una existencia, una razón, un solitario corazón enamorado...Y una última vida.
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