10. Final
Pero si pudiera tener
Una última vez contigo
Imagino todas las cosas que haríamos
El amor está en las palabras no dichas
Todos estos momentos son dorados
Por siempre es mío, contigo
One last time - LP
[...]
- Te advertí- dijo mientras se alejaba dejando al azabache llorando - Pero tu decidiste en que infierno sufrir.
- Por favor - rogó de rodillas entre lágrimas - Sólo quiero decirle que lo amo.
- TaeHyung - dijo de espaldas el mayor sin inmutarse del sollozo de su hermano - Él te olvidará.
[...]
- ¡Vámonos Hoseok! - gritó llamando su atención para que subiera al auto junto a su niño sentando en sus piernas.
- ¡Voy! - dijo de vuelta, miró de un lado al otro esperando que apareciera esa persona. Se acercó con su hijo tomado de la mano donde su esposo lo esperaba con una sonrisa mientras abría la puerta trasera del auto - ¿Crees que venga?
Su esposo suspiró con cansancio - No lo sé Hobi - acarició la mejilla del pelinegro - Suele estar antes que nosotros sentado en esa banca - dijo besando sus manos - Lo mejor será...- miró hacia atrás con sorpresa - Ya llegó Hoseok - indicó con su cabeza hacia la banca donde antes el pelinegro y su hijo estaban sentados - Dejaré a JungKook donde su abuela - se despidió con un beso en sus labios - Vendré a verte en veinte minutos.
- Claro amor - sonrió dando otro beso en sus labios para despedirse - Hasta que llegues terminará su carta - dijo mirando aquel anciano en la banca escribiendo en una vieja libreta - Te esperaré Yoongi.
El pelinegro vio a su esposo subir al auto, se despidió con un beso en la frente de su hijo antes de verlo partir.
Hoseok sentía pena por aquel anciano, siempre y a la mismo hora, se sentaba durante algunos minutos dejando una carta en aquella banca oxidada sin ningún destinatario. Meses atrás el pelinegro tuvo curiosidad por las palabras escritas en ese papel blanco, así que ese día decidió llevarse una de esas cartas a escondidas. Y mientras la leía en la soledad de su habitación, su corazón se rompió, sintió un vacío inexplicable, como si su mente intentará recordar algo o alguien.
- TaeHyung - susurró sin reconocer aquel nombre escrito en el papel, pero con tan solo nombrarlo sintió una punzada dolorosa en su pecho.
Lloró durante todo la noche aquel día mientras su esposo lo consolaba, se sentía impotente, aquel anciano escribía cartas a su amado, cartas que jamás recibiría. Yoongi al ver a su esposo lleno de tristeza le propuso ser él quien tome aquella cartas, pues sería una lástima que fueran al basurero, siendo sus sentimientos desechados como si no valieran nada.
Como si el amor del anciano a su amado hubiese sido una pérdida de tiempo.
Un amor que lo mantuvo una vida entera, su razón - ¿Por él sigue aquí? - pensó Hoseok.
Desde aquel día, Hoseok se sentaba junto al anciano, esperando que termine su carta ,una nueva declaración de amor para ese amado desconocido. Hoseok volteó y se acercó lentamente donde el mayor, el cual estaba absorto en escribir la carta de amor, palabras llenas de sentimientos y anhelo, un amor inesperado e inequívoco, recuerdos escritos en papel acerca de su vida y la de su amado, deseos ocultos de su mente, un amor que jamás llegó a ser, un amor de amigos que cambió para un solo corazón.
El pelinegro vio al mayor dejar esa hoja de papel escrito con tinta azul colocarla sobre la banca oxidada, siendo doblada perfectamente y con cuidado.
Hoseok deseó con todas sus fuerzas que alguna vez ese amado por el cual el anciano escribía las cartas recibiera esas confesiones de amor, volviera a verlo solo una vez más, que correspondiera a sus sentimientos con la misma intensidad, y que tal vez, ambos pudieran tener ese final feliz. Ese final que tanto esperó leer.
El hombre canoso se levantó alejándose a paso lento con su bastón en mano. Hoseok tomo la carta luego verlo desaparecer en la lejanía. La guardo en su bolsillo al escuchar la bocina del auto de su amado, la leería en su hogar para ser guardada con cariño en un cofre de madera junto a todas las demás cartas, el pelinegro a veces creía y tenía la sensación que eran escritas para él.
Era un sentimiento extraño.
- ¿Qué escribió? - preguntó Yoongi mirando al pelinegro de reojo para luego prestar atención a la carretera- ¿La leerías en voz alta?
- Claro - aceptó sacando del bolsillo trasero de su pantalón para empezar a leerla - Ni siquiera sé como empezar...
Tal vez mientras leas esto me consideres patético, pero es la única forma...
[...]
- Esto era lo que le esperaba - dijo sin inmutarse, mirando a lo lejos aquel anciano - Al menos pudo seguir amándolo. - miró al pelinegro recoger la carta - Esto también espera para ti, Jimin - dijo el mayor de pie, detrás de aquella banca junto al pelirubio - ¿Te arriesgarás?
- Mirarlo amar a otro persona es el nuestra muerte, la única forma de morir - dijo con su ceño fruncido el pelirubio para luego suavizar su expresión - Antes de morir quiero amarlo. - lo miró con su ceja alzada mirando hacia arriba mientras su hermano alzaba el vuelo con sus gigantes alas- ¿Por qué lo hiciste morir antes? ¿Por qué dejaste que él muera aquel día? - cuestionó - El iba a dejarlo ser feliz.
- Eres un imbécil - rió por su estupidez - TaeHyung solo se alejaría para alargar su dolor - movió su cabeza lado a lado - El amor es suficiente para no desear morir. Lo amaba tanto que prefirió sufrir eternamente - dijo mirando de lejos al anciano - Sólo actúe como un buen hermano - escuchó algunas risas de niños jugando - ¿Podrás soportar ese dolor?
- Despercidio su última vida - dijo sin expresión - Abandonó todo - sonrió con nostalgia - Incluso su amor de vidas enteras.
- ¿Creíste que amar es suficiente? - rió sarcástico negando con su cabeza - Ellos creen eso - dijo mientras se alejaba con su alas negras volando en lo alto- Por eso terminan sufriendo. Por eso los humanos son la falla de la creación - rió como si de un chiste se tratara- ¿Vale la pena? - preguntó con rabia - Las palabras destino y amor no existen en una sola frase - lo miro fijamente viendo desaparecer su alas, caer pluma a pluma convirtiéndose en un ordinario ser humano - ¿Acaso crees que es tu destino Jimin?
- Siempre fuiste valiente TaeHyung - musitó para sí mismo con una sonrisa llena de dolor, recordando al azabache quien lloraba mientras se alejaba, todo sin ser visto por su amado que tomaba su carta, esas cartas que siempre le han pertenecido - Incluso que más yo - negó con su cabeza, sintiendo aquel peso en su espalda desaparecer - Quiero amarlo sin temor, sin miedo al castigo de nuestro padre - dijo mirando al cielo a su mayor, donde volaba con sus alas inmensas y completamente negras - En está vida también se encuentra JungKook - sonrió con gracia - ¿Te arriesgarás Seok Jin?
- Eso es basura - rió sarcástico - No soy un imbécil como TaeHyung.
- Su error fue no decirle que lo amaba, no amarlo - lo miró con su ceño fruncido mientras se colocaba uno pantalones y una camisa en el parque siendo visto por algunas persona que transitaban - NamJoon sabrá que lo amo. - dijo seguro mirando a su hermano quien se alejaba sin escucharlo - Deberías saber que amar no siempre es un castigo SeokJin - murmuró.
- ¡Jimin! - llamó alguien al pelirubio alzando su mano para que lo viera.
- Yo también quiero dar mi última vida para amarlo- sonrió mirando aquel moreno acercarse con sus hoyuelos, esos que volvieron loco a un demonio sacándolo de su hogar primitivo.
Un demonio que decidió amar su nuevo infierno.
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