"Señor..." dijo un hombre notablemente preocupado, esperaba instrucciones.
"Sigan" ordenó el capitán. Los marineros se le quedaron viendo incrédulos por las recientes ordenes "Somos ladrones, ¡Piratas! ¡Criminales! No creemos en cuentos de hadas, mucho menos en sirenas malvadas. Dije que siguieran el camino ya trazado" Replicó el Capitán, su tripulación en seguida obedeció.
Alrededor de ellos habían barcos hundidos o seriamente dañados, sin ninguna señal de albergar vida en ellos. El capitán mantuvo su expresión completamente seria.
Los tripulantes del barco comenzaron a oír ruidos majestuosos y un aura de tranquilidad vino sobre ellos. El barco comenzó a chocar contra las rocas. Los increíbles sonidos cada vez se hacían más fuertes, revelando un maravilloso canto. Los marineros estaban embelesados e incluso el capitán no podía evitar sentirse un poco atontado.
De repente, frente a ellos apareció una bella muchacha, la autora de aquella melodía. La mitad de su cuerpo estaba en el agua y no hubo tiempo para hacer suposiciones. Más criaturas se asomaron, aumentando la frecuencia de la melodía.
Sin poder controlarse una sangrienta lucha se liberó para ganar el corazón de aquellas criaturas, los piratas eran asesinados brutalmente y los que lograban sobrevivir morían ahogados en el mar.