Capítulo 9: LLEGUÉ TARDE

Capítulo IX

Llegué tarde


Baje rápidamente por una colina, logrando visualizar a lo lejos varias casas. Ya no sabía ni que pensar, ¿¡ahora con que me encontraría!?, solo quería descanso de esta pesadilla que me atormentaba despierto. Llegue hasta las casas, pero todas estaban cerradas por las altas horas de la noche, claro está, entonces solo seguí caminando por las desoladas calles de ese lugar hasta que reconocí donde estaba.

—No estoy tan lejos del colegio —me dije a mi mismo.

Empecé a caminar en busca de él, hasta que llegue frente a sus puertas.

Creí que podría quedarme allí para refugiarme hasta el otro día, ya que mi casa era más lejos y con tantas cosas extrañas asechando en la oscuridad prefería ocultarme. Me escabullí por un agujero en la malla de la reja, empujé la puerta de en frente y entre. Cruce por la entrada y escuché sonidos extraños provenientes de allí dentro, entonces pensé, es el guardia quizás.

Pero, el guardia que cuidaba el sitio no estaba en su puesto, pero igual ya había sido un día muy raro, ya no me impresionaba nada. Empecé a caminar por los pasillos fríos y oscuros iluminados con la tenue luz de la luna mientras el eco de mis pasos inundaba el lugar. Tenía la sensación de que me observaban desde los salones y desde los corredores interminables envueltos en una interminable penumbra. Escuchaba movimientos de mesas y pasos a lo lejos, algunas risas y algunos gritos. Ya estaba harto de todo esto., ¡Quería que todo se fuera ya!, ¡Solo quería gritar ya basta!, No soportaba más esta situación. No quería sentir más el respirar del mal a mis espaldas, ni los pasos pesados que en mi persecución siempre estaban. No quería sentir la brisa fría que traía consigo los quejidos y los susurros de lo desconocido... De lo inexplicable. No quería sentir las miradas que me seguían desde las sombras más oscuras de la noche. No quería sentir... nada más.

Esa noche se sintió como mil noches, una gran oscuridad interminable que no quería ver la luz del día. Solo quería que todo esto terminara y ya, para poder descansar de todo.

Llegue al salón donde recibía mis clases, me senté en mi puesto, y recosté mi cabeza en la mesa, tratando de callar de mi cabeza los sonidos que me atormentaban, hasta que quede dormido, arrullado por los susurros de la noche.

Quede allí hasta que los sonidos de pasos entrando por la puerta me despertaron... eran mis compañeros. Quedaron muy sorprendidos al verme allí con mi uniforme sucio y maltratado, mi cara pálida y muy cansada. En seguida entro la profesora y soltando un suspiro de alivio y preocupación, llamo a mis padres para que vinieran por mí.

Esperé un rato allí mientras mis compañeros preguntaban donde estuve todo ese tiempo, Pero no les respondía nada, solo me quedaba con la mirada baja hasta que mis padres llegaron por mí aliviados de encontrarme. Es entonces cuando la profesora los llama un momento para hablar con ellos mientras yo descansaba, la profesora les había dicho que me daría un tiempo para recuperarme de todo por lo que había pasado.

Ella dijo "que vaya a su casa y descanse,  tres días perdido no es un juego"

—¿¡Espera qué!? ¿¡Tres días!? —me dije a mi mismo sorprendido.

Yo pensaba que solamente habían pasado un par de horas, pero no...

Había sido mucho más tiempo.

Solo quería irme y descansar en mi hogar y olvidar todo... aunque de algo estaba seguro, jamás olvidaría todo lo que sucedió, no olvidaría las asechanzas de la oscuridad, no olvidaría el terror que viví, y nunca, Olvidaría ese símbolo.

Pero al fin estaba a salvo, todo estaba en calma y creía que todo había terminado, pero solo era el inicio de algo más grande.

Esto... era solo el inicio.

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