Capítulo VII

¿Libertas?

Estaba allí, de pie, en medio de esa habitación cuadrada, preguntándome que era todo eso. Era  muy extraño, la habitación se sentía fría y con el aire muy pesado y denso, me sofocaba. Nunca había visto algo así. ¡Estaba muy asustado y confundido!, ¿¡Que está todo eso!?

Me arrodillé agachando mi cabeza para intentar calmarme mientras escuchaba el aturdidor sonido del silencio, profundo y absoluto. Al cabo de unos minutos, me logré calmar un poco entrando en algo razón para poder ver que hacer y comprender mejor lo que sucedía. Empecé a inspeccionar el lugar, a ver si conseguía algo, lo que sea, un mapa, una salida, ¡Lo que sea!

Volví a ver los tres pilares, estaban en un triángulo perfecto en el suelo, cada pilar en cada esquina, también había símbolos extraños en las paredes y en el suelo un triángulo gigante.

Bajo mis pies.

En el medio había una piedra de forma de pirámide de tres lados, parecía hecha a mano, ya que era hueca y en el interior tenía cenizas y además símbolos alrededor. No me atreví a acercarme mucho a ella.

Luego giré mi mirada hacia uno de los pilares y me acerqué a él, era un pilar hecho de cemento, no estaba muy bien trabajado, Parecía una vela cuando se derrite y la cera desciende por su costado. Se veía que también había sido hecho a mano.

En la parte de arriba se encontraba una piedra pequeña, no más grande que la palma de mi mano. Me acerqué con la cabeza lo más que pude sin tocarla y vi que en ella se encontraba el mismo símbolo que se encontraba en el suelo, ese... triángulo.

Me parecía muy extraño y sin asomo de reverencia ni de respeto a lo desconocido agarre en mis manos dicha piedra. Apenas el toque, una presión extraña llego a mi cabeza, como si la apretaran desde atrás con las dos manos. ¡Esta me empezó a doler y ese silencio que el lugar impregnaba me azotaba la cabeza como un taladro!, ¡como si penetrara en mi cuerpo con más y más y más presión!, ¡mucha pesión!

Hasta que el silencio fue roto.

Con un golpe seco en el concreto

Llamando mi atención al instante, obligándome a voltear a una de las salidas de la evitación. Volteando a la oscuridad infinita que envolvía ese sitio de un absoluto misterio, ¡Cuando sonó otro golpe más fuerte que el anterior, mi alma se estremecía mientras pensamientos bombardeaban mi mente!, Recuerdos del pasado llegando a atormentarme una vez más, más intensos y más fuerte, solo para hacer pedazos la poca cordura que me quedaba, hasta que pudo conmigo, y caí de rodillas al suelo mientras los golpes se hacían más fuertes y más seguidos, aproximándose hacia mí de nuevo.

Algo en mi ser me decía que no sería igual que hace un rato, que no escaparía de mi acechante de la oscuridad una vez más. Hasta que empecé a ver todo borroso y caí mientras las voces de mi pasado me gritaban al oído. Quede inmóvil mirando al techo y como si de una parálisis del sueño se tratase no podía mover ni un músculo, solo mirar e intentar gritar, aunque este no emitiera ni un ruido.

Escuché los golpes más cerca, hasta que se escucharon en la misma habitación en donde yo estaba. En eso una figura oscura de largas y tiesas extremidades se posa sobre mí, acercando su rostro completamente vacío hacia mí al punto de estar, Frente a frente.

Sentía como si todo se destruyera dentro de mí mientras mis recuerdos me azotaban y un sonido aturdidor se apoderaba de mi cabeza que cada vez sonaba más y ¡Más fuerte!, ¡Presionando mi cabeza! Hasta qué quede inconsciente, y una voz baja susurró a mi oído y dijo:

El ya viene, cierra el libro

De pronto en mi mente se materializó un extraño escenario. ¿Una visión?, ¿Un sueño? No lo sabía. Estaba en el túnel de pie en la oscuridad, en lo que escuché un ruido y camine hacia él lentamente para no alertar a lo que sea que fuera. Cuando escucho un sonido familiar.

—¿¡Holaa!? ¿¡Hay alguien aquí!?— dijo una voz en la oscuridad. 

Lo escuché lejos y empecé a correr en esa dirección, trataba de responder al grito, pero de mi boca no salía ningún ruido. En eso mi andar se vuelve inesperadamente más rápido, mucho más rápido, a una velocidad sobre humana. Hasta que a lo lejos, logro visualizar a una persona corriendo en dirección opuesta, huyendo de mí. Trataba de alcanzarlo cuando todo dio un giro extraño como si el túnel diera una vuelta y todo se hubiera puesto de cabeza. Ya casi alcanzaba a esa extraña persona, cuando de pronto esta tropieza y cae, voltea hacia mí resignándose a mi presencia hasta qué lo logré alcanzar.

¿¡Era yo!?

¿¡La persona a quien había alcanzado era yo mismo!?, ¡Esto no tiene sentido!. Mi ser atravesó a mi propia aparición del túnel entrando en él y de repente, Desperté.

¿¡Que era lo que acababa de ver!?, ¿Una visión? ¿Un Sueño? ¿¡Fue real!?, No lo sabía, pero el terror y el pánico que sentí después si tenía la certeza de que eran reales.

Era como si hubiera visto lo que paso tiempo atrás, pero desde los ojos de esa criatura. Me desperté sentado en el centro del triángulo, frente a la piedra piramidal con cenizas, no sabía como había llegado hasta allí, pero la presión en mi cabeza había cesado, al igual que el sonido y los golpes, todo estaba extrañamente calmado, y me levanté inesperadamente tranquilo.

Me sacudí y empecé a caminar por uno de los túneles, sin saber a dónde iba... pero extrañamente sentía el lugar como conocido, familiar. Seguí caminando hasta que vi una luz a lo lejos, muy débil, pero la lograba visualizar y empecé a correr hacia ella.

Sentía como si algo me llamara para volver, pero no lo haría, ¡No me podía obligar!, Solo corrí y corrí hasta que empecé a escuchar los golpes de nuevo, pero más rápidos.

—¡No otra vez! —exclamé en voz alta—

Corrí más rápido hasta que Llegué a la luz, era otro agujero en el techo, pero esta tenía una escalera oxidada y algo rota.

Empecé a subir por ella sin titubear ni pensarlo dos veces, pero mientras subía escuché los golpes debajo de mí. Y el golpetear del metal y las vibraciones en la escalera hicieron que empezará a escalar más rápido, eran como cinco metros hasta la libertad y empecé a sentirme pesado, como si la gravedad estuviera en mi contra arrastrándome a dentro de nuevo. Me llamaba, pero agarré fuerza y seguí subiendo viendo la luz cada vez más cerca. ¡Cuando algo me hala de la camisa con fuerza!, entre en pánico una vez más mientras me sujetaba de la escalera como podía, ¡Ya casi llegaba!, ¡Estaba a medio metro!, Ya podía sentir el aire fresco del exterior.

No me rendiría tan fácil.

Entonces, use toda mi fuerza para llegar hasta tener la mitad de mi cuerpo por fuera del túnel. Me sujeté de las orillas con las dos manos para levantarme y de repente, me soltaron.

Subí y me alejé del túnel sin perderlo de vista, alejándome de el. Encontré una especie de tapa de madera y sin pensarlo mucho, la agarré, Y tapé ese agujero.

Al hacerlo el ruido paro una vez más.

—¡¡Al fiiin!! —reí y grité aliviado, contento por terminar esa pesadilla.

Me senté sobre el pasto seco a mirar la tapa del túnel. Respiré hondo y supuse que ya todo había terminado.

Pero, no era así, ¡No era así!

Aún no había terminado.