Capítulo III

Un Nuevo Día

= 2014 =

Qué recuerdos, no muy lindos la verdad. Recuerdo que para ese entonces tenía 18 años y estaba en el onceavo año, el último antes de salir a la universidad.

Nunca había encajado en ninguna parte, no tenía muchos amigos ni grupo ni a nadie más que a mi familia y a un solo amigo llamado Rafael que lo conocía desde siempre. Casi nos mecimos en la misma cuna, ya era prácticamente parte de mi familia. Tristemente, ya no me acompañaría tanto como antes, ya que no estudiaríamos juntos en poco tiempo.

Era enero, inicios del año

Estaba empezando clase en un nuevo lugar por tener problemas en donde antes estudiaba, tuve unos conflictos con unos chicos de allí, Y en fin, me cambiaron de instituto por ese problema.

Un nuevo inicio.

Esperaba huir de todo lo malo que había vivido antes. Pero como era de esperarse, no fue así.

Nuevo colegio, misma basura.

¡Me molestaban como siempre y era rechazado por todos desde el primer día!, Ingrese algo tarde, como a la mitad del año, ya que este empezaba en octubre del año pasado y yo había entrado en enero.

Para mi desgracia, había llegado el momento más vergonzoso de todos... Presentarse en clase.

Aún me acuerdo de ese día.

—Buenos Días alumnos —dijo la profesora Marta— hoy ha llegado a nosotros un nuevo estudiante, "Adrián López" a ver hijo, cuente algo sobre usted.

Quede helado, no sabia que responder, fueron unos largos segundos.

—Bueno —suspiró la profesora— Al parecer es algo tímido, espero lo conozcan y lo traten bien chicos, siéntese hijo, vamos a comenzar la clase.

Me dirigí a mi silla con toda la pena del mundo, me senté y en eso un chico de la mesa de al lado preguntó.

—Hey, ¿tú eres el chico nuevo no? El que dijeron que vendría desde hace una semana.

—See... soy yo —contesté con poco entusiasmo.

—¡Que bien! —rió un poco— hola soy Luis, mucho gusto —extendió su mano y yo le respondí el saludo.

—Hola, soy Adrián.

Estaba algo extrañado de que alguien me tratara tan bien el primer día.

Pero, esta no sería la única sorpresa de ese día.

Y mi próxima sorpresa, no sería nada agradable.