Capítulo 27: LO QUE PUEDO PERDER
Capítulo XXVII
Lo que puedo perder
¡En seguida guardé mi teléfono y salí corriendo!, ¡Alex estaba en peligro!, ¡Tengo que llegar, tengo que ayudarla!, ¡No puedo perder tiempo!
Corrí como pude hasta llegar a esos edificios abandonados cerca de mi universidad a donde iban los de Moon Red. Había un gran cercado alrededor de estos, y desde allí a lo lejos se veían esos edificios destruidos y oscuros más allá de una planicie. La noche ya había caído en ese lugar, y no había ninguna luz alrededor, más que la luna llena detrás de los edificios pintando su sombra en esa planicie llena de maleza alta, parecía un escenario de terror. Camine alrededor de la cerca de malla y después de caminar un rato, encontré un agujero en este cercado, por el cual pase sin pensarlo mucho. Camine por esa planicie silenciosa tratando de iluminar el camino con mi linterna, la hierba rozaba mis piernas y mis manos y poco a poco me acercaba a un escenario desconocido, sabiendo únicamente que allí estaría una persona muy especial para mí en peligro, en parte culpa mía y también culpa de la curiosidad a lo desconocido lo cual fascinaba el corazón de Alex. Trataba de intentar oír algo, cualquiera cosa, algo que me dijera donde estaba ella en medio de este silencio abrumador. Hasta que, de repente, escuche unos pasos machacando lentamente el pasto y las ramas, pero la incertidumbre de saber si era Alex o si era mi enemigo hizo que me ocultara de dicho sonido y buscara algún lugar alto para poder visualizar bien quien era.
Estaba en la parte de abajo de uno de los edificios y encontrando unas escaleras, subí para visualizar todo el lugar. Pero en medio de esa oscuridad y ese silencio, ya no se escuchaba nada. Me asomé por una orilla de un agujero en la pared del segundo piso en donde estaba, y de pronto veo una luz, una luz de linterna que venía del pequeño edificio cercano en ruinas. ¿Será Alex?... No lo sabía.
Tendría que arriesgarme y averiguarlo, pero no podía ir vestido como estaba porque Alex me descubriría, y no estaba listo para eso. Pero si no me llevaba la armadura, Moon Red podría atacarnos y no tendría nada para defendernos. No sabía qué hacer... Así que tomé la decisión de tomar riesgo, de guardar la armadura en mi mochila rápidamente e ir a donde estaba la luz con ropa normal, me dolió al tratar quitármela, ya que aún tenía las heridas de cuando caí por la colina, No termine ni de quitarle una sola parte de la armadura sin sentir un inmenso dolor y sentir la sangre seca pegada al metal de esta, así que ni pude quitármela, Tendría que ir así.
Me coloqué el casco para que no me reconocieran y baje para ir a donde se veía esa luz que cortaba la oscuridad de este sitio en penumbras. Camine casi cojeando ya por todo lo que había pasado, hasta llegar muy cerca del lugar. Llegue a la esquina del edificio donde pegaba de frente la luz de la linterna y respirando hondo.
1... 2... ¡3!
¡Y salí de esa esquina apuntando a la luz con mi brazal para atacar!, pero solo vi una luz fija mirando hacia mí.
-¿Hola? -preguntaba mientras caminaba acercándose a la luz- ¿¡Hola!?
Pero al estar frente a frente, pude ver que era una linterna que estaba tirada en el suelo.
Alguien estuvo aquí.
Pensé mientras la recogía y la apagaba. esta linterna huele a galletas... debe ser de Alex.
-¿¡Alex!? - llamé sin recibir ninguna contestación- ¿¡Alex donde estas!?
En eso de repente escucho un estruendo y algunas piedras pequeñas caen al suelo desde arriba. Subo mi cabeza alzando la mirada tratando de ver algo, y al no ver nada, bajo la cabeza y veo otra luz a lo lejos.
-¿¡Hola!? - grité a la luz lejana tratando de llamar su atención- ¡¡Hey!!
Y sí, Llame la atención.
Pero fue la equivocada.
De esa luz fija tan brillante, empieza a emerger una figura que se empieza a acercar, yo entrecierro los ojos para poder visualizarlo mejor, pero al hacerlo esta figura empieza a acercarse más rápido empuñando con ambas manos algo... algo que pude visualizar cuando estuvo muy cerca. Este empezó a correr hacia mí y levantando lo que tenía en sus manos, empezó a disparar.
Las chipas, humo y escombros de las paredes a mis espaldas saltaban mientras los disparos me perseguían, a lo que yo empecé a correr tratando de esquivarlos, y de repente me detengo y trato posicionarme para disparar en contra con un proyectil aturdidor de mi brazal, pero al alar el disparador este se atoró, dejándome vulnerable y siendo un blanco fácil, para que uno de los disparos volara un pedazo de escombro hacia mí aturdiéndome, a lo que solo pude huir y tratar de esconderme. Corrí como pude tratando de mantener el equilibrio, logrando conseguir un agujero en una de las edificaciones, a lo que no lo pensé mucho y entre.
Me escabullí por allí y entre a una habitación completamente a oscuras, poniéndome de pie, tambaleando ligeramente, enciendo la linterna golpeándola un poco para que encendiera correctamente, aunque tantos golpes y barro de la colina habían dañado gran parte de mi equipo. Apunte a todos lados con esta y vi una puerta vieja de madera quemada y podrida y acercándome a esta, escucho un llanto del otro lado.
Acercándome a la puerta, coloco una mano sobre ella, y abriéndola lentamente, apunto mi linterna hacia dentro y veo a alguien de rodillas llorando.
-¿A-Alex? - pregunté en voz baja.
Ella volteó hacia mí... si era ella. Pero al verme vestido de esa forma tan particular y con mi casco puesto, no reacciono muy bien.
-¿aa? ¿Q-quién eres? ¿¡Quién eres tú!? ¡Alejate! -grito histérica arrastrándose hacia atrás.
-¡Nono espera, soy yo, SOY YO! -dije acercándome quitándome el casco y colocando mis manos al frente para calmarla- ¿vez? Soy yo, Adrián.
-¿A-Adrián? Pensé que eras uno de ellos, ¿Qué haces aquí? ¿¡Por qué tienes esa ropa rara!?
-Shhh... no hagas mucho ruido o podrían encontrarnos, te explicaré luego -me agache frente a ella- todo estará bien ¿Okay?
Me quedé allí con ella mirándola a los ojos, esos ojos brillantes llenos de lágrimas.
-Adrián... -dijo en voz muy baja.
-¿Sí? - fijé la mirada en ella.
-Tengo miedo... -dijo con lágrimas en sus ojos mientras sujetaba mis manos.
En ese momento una lágrima también bajos por mi rostro, No solamente por ver a Alex en ese estado, No solamente por el dolor físico que sentía, Ni por el dolor que sentía, por haberla metido en esta situación... si no porque esta escena era la misma uno de mis sueños, ¡de los sueños que tanto quería evitar que se hicieran realidad!, pero una vez más, no pude evitar que esto sucediera, y ahora Alex estaba pagando las consecuencias.
Pero al parecer mis sueños no estaban en orden, era un rompecabezas que poco a poco se iba armando, tejiendo nuestro presente, mostrándome lo que pasaría. Pero, ¿Será que podre evitar estas tragedias? ¿Podre ver estas señales? Y si no logro evitarlas, ¿Podre conseguir un buen final para cada una de estas?, deje de pensar y sobre pensar todas estas cosas y trate de enfocarme en el presente. Estaba casi por completo desarmado, sin casi nada parar defenderme, con mucho dolor en mi cuerpo, una chica asustada y quien sabe cuánta gente allí afuera buscándonos. Ok, esto estaba mal, muuuuuy mal. Entonces, empecé a pensar un plan con lo poco que había para intentar escapar, Y después de idearlo, era hora de ponerlo en práctica.
-Ven Alex, salgamos de aquí -la levanto del suelo- quédate detrás de mí en todo momento, ¿ok?
-Si -dijo en tono muy bajo asintiendo con la cabeza.
La tomé de la mano y yendo yo al frente, decidimos salir de ese lugar, con una mano abrí la puerta y salimos por el agujero del muro por donde yo había entrado.
Asome mi cabeza y al no ver a nadie, salimos de allí. Me volví a quitar el casco y se lo puse a ella para protegerla en caso de que aparecieran, y nos fuimos caminando viendo hacia todos lados, tratando de visualizar donde estarían, pero no se veían por ningún lado... lo cual era extraño, ya que ellos siempre armaban un escándalo en todo sitio donde estuvieran. Nos fuimos caminando para intentar llegar al agujero en el cercado por donde yo había entrado, Pero de repente, a nuestras espaldas, una luz brillante nos enfoca.
-¡Están allí! -grito una voz- ¡Atrápenlos!
Empezamos a escuchar un par de pasos corriendo hacia nosotros, a lo que tomamos por respuesta correr para evitar que no nos alcanzaran, pero no era suficiente, ¡Ellos estaban a punto de atraparnos!, No éramos lo suficientemente rápidos, así que le grite a Alex.
-¡Abajo!
Y volteando hacia atrás, trato de darles con el proyectil aturdidor, lo cual afortunadamente si funciono esta vez, Al alar el gatillo, el proyectil con limadura de aluminio y explosivo voló hacia ellos, haciendo que este polvo entrara en sus ojos haciéndolos caer por el dolor, lo cual logramos aprovechar bien para llegar a la cerca y salir de allí lo más rápido posible.
Nos escabullimos por el agujero de la cerca y juntos corrimos lo más rápido posible para que no nos siguieran, la tomé fuerte de la mano mientras corríamos, no quería sentir que la perdería de nuevo. Corrimos hasta llegar a su casa y la dejé allí, ella aún seguía pálida y el pulso le temblaba, aún tenía sus ojos brillantes por las lágrimas y muchas dudas y preguntas en su cabeza, preguntas con las que la deje allí con la promesa que se las respondería todas.
Al día siguiente, a las horas del mediodía, fui a donde había acordado verme con Carlos, mi inesperado aliado. Llegue hasta el edificio abandonado donde lo había visto por última vez, y subiendo al segundo piso, lo veo allí sentado en la orilla.
Me acerqué a el quién no volteaba hacia mí, y parándome a su lado dije.
-¿Lo conseguiste? - pregunté sentándome a su lado mientras miraba al frente.
-Sip, todo bien, logre espantarlos con un par de flechas explosivas y se fueron corriendo como nenas -dijo riendo.
-Ok, impresionante niño -reí un poco volteando la mirada hacia él- hey, cuéntame algo sobre tu historia, por qué decidiste usar ese traje y por qué haces lo que haces.
-Pues emmm, Yo era por decirlo así "tu reemplazo" en Moon Red después de lo que sucedió que el ejecutor se fue y eso, y bueno, yo me encargue de construir las armas que dejaste en planos, claro, con algunas mejoras personales.
-No necesitaban mejoras, ya eran perfectas así, pero aprecio el intento -dije presuntuoso mientras sonreía- ¿Y por qué me atacaste a mí? -pregunté.
-Como te dije, pensé que eras de Moon Red, mientras estaba allí escuché unas conversaciones en las que hablaban de los lugares donde buscarían y cuando se movilizaron para buscarlas, agarré el arco y flechas especiales que estaba desarrollando en secreto y me puse mi impermeable para que no me reconocieran y fui aaaaa intentar detenerlos.
-¡Valla! - exclamé- Las tienes bien puestas, creo que tomaste la decisión correcta, quien sabe qué hubiera pasado si hubieran obtenido la llave antes que nosotros, qué clase de mal desatarían.
-¿Qué nosotros? ¿La tienes? -preguntó sorprendido.
-Seeee, está en un sitio seguro.
-Que bien, bueno -sonrió aliviado.
-¿Y por qué entraste en Moon Red en primer lugar? -pregunte.
-Por venganza.
-¿venganza?
-Si -contesto- hace unos años mis padres tuvieron un accidente de tránsito... del que no salieron, ¡por culpa de un borracho! Este se escapó en vez de ayudarlos y allí quedaron en sus últimos minutos... pidiendo ayuda. Unas semanas después, mientras lamentaba incontroladamente su perdida, una persona se me acerca y me dice que es de Moon Red, me dice que sabe lo de mis padres y que lo lamentaba, y me ofreció algo que no podía dejar ir, "Venganza" dijo que ellos podían averiguar quién había sido el idiota que le hizo eso a mis padres y que me ayudarían a vengarlos a cambio de mis servicios, ya que ellos sabían de mis habilidades en la ingeniería y de mis cursos de electrónica.
-Dios, eso debió ser fuerte, lo lamento - coloqué una mano sobre su hombro.
-Y bueno emm -dijo secándose los ojos con la mano- yo los ayudé con unas cosas y luego llego lo que esperaba. Me dijeron que ya sabían quién era y que si quería encargarme de él, te juro que tenía unas ganas incontrolables de hacerle mucho daño, ¡por lo que me hizo!, pero pensé que mis padres no habrían querido eso, así que lo deje en manos de ellos, que hicieran lo que ellos vieran conveniente, y me lavé las manos. Unos días después salió en el periódico que ese hombre, el responsable de la muerte de mis padres, había muerto un accidente de tránsito, pero no fue un accidente, los de Moon Red habían cortado sus frenos y se había estrellado.
-Rayos, qué horror, ¿estás bien?
-¿Pero sabes algo? Esa venganza, la que tanto anhelaba, al llegar no... no me causo nada, no me devolvió a mis padres, no me hizo sentir mejor... no me ayudo a olvidar, ¡en vez de eso vivo con su recuerdo atormentándome cada mañana al despertar y ver que no están allí!... no pude recuperarlos, ni tampoco podre recuperar el tiempo perdido, el que no les dedique, no pude recuperar los abrazos que no les di, no pude decirles que los amaba, ¡en vez de eso ellos salieron enojados conmigo esa noche! Por ser rebelde y nunca hacerles caso, me metí en problemas y ellos salieron a solucionarlos y por mi culpa ¡ya no están!, ese hombre no fue el único que los mato ¡Yo también los maté! Y daría lo que fuera por un solo segundo a su lado una vez más, y ya
Quede sin palabras ante sus lágrimas de dolor.
-¿Tu aún tienes a tu familia? -pregunto tartamudeando.
-Si, y no le he puesto en el lugar que merecen en mucho tiempo, los he dejado de lado desde hace mucho, aunque ellos siempre han estado a mi lado, y nunca les he dado el lugar que merecen en mi historia.
-Ya es hora que le des el sitio que merecen a todos, ¿no?
-Si, ya es el momento -dije bajando la mirada.
-¿¡Entonces que esperas!? ¡Anda! -dijo sonriendo con lágrimas en sus ojos- no dejes para después algo que no sabes si podrás hacer luego, no cometas mi mismo error... ¡Así que ve ahora! Después seguimos hablando, te pasaré mi número y nos vemos luego.
-Ok, de acuerdo -respondí sonriendo con algunas lágrimas en mis ojos- estaremos en contacto ¿Ok? Aún tengo algunas preguntas que hacerte -dije levantándome y dándome la vuelta para irme- nos vemos amigo.
-Adiós -respiró ondo- amigo.
Lo que dijo ese chico me llego profundo, lo que decía tenía razón, desde hace mucho tiempo no tomaba en cuenta a muchas de las personas importantes en mi vida, he tratado de hacer todas las cosas por mi cuenta, tratando de enfrentarme a todo yo solo, pero yo no podía más, no debía ser así. Era hora de arreglar algunas cosas, antes que fuera tarde. Nunca sabemos cuándo aquello que dejamos para otro momento, algún día podremos cumplirlo, o podríamos perder la oportunidad para siempre. De camino a casa estuve reflexionando sobre todo esto, y entrando a ella sin encontrar a nadie allí, subí a mi habitación e hice una llamada.
(Llamando: Mamá)
-¿Hola? -respondieron.
-Hola Mamá... ¿Cómo estás? -pregunte en voz baja.
-Bien hijo, ¿sucede algo?
-¿Qué? ¿Por qué lo preguntas? -tartamudeé un poco.
-Porque solo llamas los Domingos de vez en cuando, por eso se me hizo raro que llamaras.
Esas palabras me hirieron profundamente y serrando los ojos, una lágrima corrió por mi rostro.
-Lo siento... perdón por hacerte a un lado en mi vida por tanto tiempo, a ti, a papá, no les he dado el lugar que merecen.
-Ay hijo, -suspiro- no nos has hecho a un lado, siempre serás nuestro hijo, y aunque estés lejos, en este momento te siento cerca, desde pequeño siempre quisiste hacer las cosas por ti mismo, y mírate ahora, todo un hombre universitario, todo un guerrero.
-Te extraño Mamá... en verdad te extraño, extraño, muchas cosas, mi lugar seguro, mi estabilidad... me extraño a mí.
-Entonces vuelve a tu hogar.
-No puedo... sabes que no, aún sigo en la universidad.
-No me refiero a volver a esta vieja casa, me refiero a que vuelvas a tu lugar seguro, tu camino, vuelve a ti mismo, y si no lo encuentras, busca uno nuevo, hijo mío, has estado perdido desde hace mucho tiempo... es hora que vuelvas a tu hogar.
-Ok, gracias -dije secándome las lágrimas.
-Te amo Adrián.
-... Yo también te amo.
-Todo estará bien, hijo, no te preocupes.
-Eso espero.
-Tengo que irme Adrián, llama más seguido, ¿vale?
-¡claro! -reí un poco.
-Adiós, cuídate.
-Adiós.
Colgué el teléfono y lentamente lo puse sobre la mesa de mi habitación, cuando escucho la puerta de la casa abrirse con un pequeño crujido. Me levanté de mi silla y bajé a ver si era Rafael quien había llegado.
-¡Adrián! Al fin volviste, me tenías preocupado -dijo Rafael en un tono preocupado pero serio.
Yo solo me le quedé mirando y acercándome rápidamente le di un abraso.
-¿Qué sucede Adrián? ¿Paso algo? -pregunto extrañado.
-No nada... -respondí separándome de él- perdón por preocuparte y hacer tantas cosas peligrosas, lo siento si te he hecho sentir mal en algún momento... solo quiero enmendar las cosas con todos.
-hey hey, todo está bien, no te preocupes hermano, todo estará bien.
-Me repiten mucho eso... y a veces lo dudo en muchas ocasiones la verdad -dije mientras se cristalizaban mis ojos.
-No pienses en eso ahora Adrián, todo estará bien, te lo prometo.
-Estoy cansado -dije en voz baja- cansado de muchas cosas.
-Creo que ya es hora de que descanses un rato de todo, ¿no?
-Si... pero tengo algo que hacer antes.
-Ok hermanito... descansa, lo necesitas, nos vemos al rato.
-Nos vemos.
Después de verlo, salí de casa de nuevo y fui a ver a Alex. En el camino reflexionaba sobre lo que había sucedido ayer. Le debía varias respuestas y en realidad no sabía como ella reaccionaria al contarle la verdad, me daba miedo que ella reaccionara mal. Llegue a las puertas de su casa y tocándola, espere a que saliera sin saber qué pasaría o como reaccionaria.
-Hola Adrián -saludo seria abriendo la puerta.-em... hola.
-¿Cómo estás? -pregunto cruzando los brazos.
-Bien, ¿Y tú?
-pues mejor que ayer la verdad.
-hey, hablaaaando de ayer, tengo algunas cosas que contarte, contarte la verdad de todo.
-¿Por qué me lo ocultaste? -pregunto.
-No sabía cómo decírtelo ni como reaccionarias -tartamudee un poco- y es que la verdad no quería perderte, te has vuelto muy importante en poco tiempo y pues... tenía miedo.
-Tenemos que hablar de eso Adrián, iré a cambiarme y salimos un rato ¿oki? -dijo con una ligera sonrisa, pero algo triste bajando la cabeza- espera aquí, no tardo.
No sé cómo describir mis sentimientos en ese momento, ¡No sabía qué esperar!, ¿Será que me perdonará?, o me juzgara por lo que fui, ¡No lo sé, no lo se!, la ansiedad y la incertidumbre me carcomía, ¿¡Que pasara ahora!?
Por favor, perdóname.
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