Capítulo 26: ¡YA BASTA!
Capítulo XXVI
¡Ya basta!
Baje a toda velocidad la colina después del repentino mensaje de Alex, bueno, lo más rápido que pude con las heridas de la caída por la colina. No me sentía bien como para quitarme el traje, así que solo saque mi chaqueta de la mochila, guarde mi casco en ella, y me iría por cominos sin mucha gente para poder llegar hasta donde se suponía que estaría Rafael. Sé que era un gran riesgo llegar vestido como estaba, pero no quedaba de otra.
Caminé por las calles lo más rápido que pude, afortunadamente no me conseguí a casi nadie en el camino y a quienes conseguía no prestaron mucha atención. Después de un rato caminando, logre llegar a casa, pero en vez de entrar por la puerta principal preferí subir hasta la ventana y entrar por ella para cambiarme, bañarme, curar mis heridas y luego buscar a Rafael, así él no sospecharía nada. Llegué hasta la ventana, la abrí, metí un pie y luego el otro, y al estar dentro de mi habitación oscura, de repente escucho que se cierra la ventana de golpe, y escucho una voz detrás de mí.
—Te estaba esperando.
Enseguida saco las hojas de mi brazal y me pongo en guardia volteando hacia atrás y veo una figura oscura delante de mí, pero él derriba esa intriga y rompe el misterio, al extender su brazo y encender la luz.
—¿¡Rafael!?
No podía creerlo, ¿¡Por qué!?
—¿Qué haces aquí?, ¿¡Dónde está Alex!? —pregunte muy sorprendido y agitado.
—Um, ¿Te refieres a esto? —dijo metiendo su mano en el bolsillo, sacando el teléfono de Alex y poniéndolo en alto para que lo viera— Alex no está acá, deberías decirle que cuide mejor su teléfono, cualquier persona se lo quita y no se da cuenta.
—¿¡Por qué hiciste esto!?
—Quería corroborar que el desgraciado vestido de banco que arruino nuestros planes eras tú —respondió avanzando hacia mí— quería saber si volvería a perder a mi amigo.
—¿¡De que hablas!?
—¡Yo conozco la clase de atrocidades que hiciste! —dijo apuntando hacia mí agresivamente levantando la voz— ¡yo sé lo que hiciste cuando estabas en Moon Red!, ¡y no quiero que vuelvas a ser eso! ¡Esa noche pude haberte matado! Creyendo que eras de Moon Red, ¡pude haberte lanzado un clavo con el rifle y hacerte mucho daño! No quiero que vuelvas a ser lo que eras antes, ¡el monstruo que eras!
—¡Eso no es cierto!
—¡Quítate ese traje! —grito molesto.
—¡No!, ¡Lo necesito!, ¡no sabes la clase de cosas que he conseguido allí afuera! —exclame molesto.
—¡Pero no quiero que vuelvas a ser quien eras!
—¡Cómo es posible que hasta tú me conozcas más que yo! ¿Qué clase de cosas dices que hice? ¿¡Por qué no recuerdo nada!?
—Ash... prometí que nunca te contaría, pero pienso que ha llegado el momento de romper mi promesa.
El camino hacía una silla al lado de la ventana, y sentándose empezó a contar.
—Ok —suspiró— Luis me contó que ambos en un punto hace tiempo hicieron un trato, que tú te encargarías de investigar las entidades o algo así, mientras que él se encargaría de los soldados por decirlo así, ¿no? Pero el problema fue que no cumpliste tu trato del todo.
—¿De qué hablas? ¡Claro que si cumplí mi trato!
—No Adrián, no lo hiciste, te convertiste en el más violento del grupo, este te bautizo como "el ejecutor" porque eras a quien enviaban para hacerlos temer por las noches, quien era juez jurado, pero sobre todo verdugo.
—¡Eso es mentira! — exclamé enojado y con lágrimas— ¡así no es como lo recuerdo!
—Ese es el problema Adrián, no lo recuerdas, pero así paso, hiciste un gran desastre y muchas cosas malas.
—¡Cómo es posible que no lo recuerde! ¡¿¡por qué!?! ¡Dime por que!
—Hubo algo, una noche, Luis te dio un sobre como todo el tiempo, una misión que realizar, nunca supe que fue lo que te mandaron a hacer, pero esa noche volviste distinto, volviste confundido, sin saber nada de nada, como si tu cabeza se hubiera reseteado. Sea lo que sea que te mandaron a hacer, destrozó tu mente e hizo que al parecer tu mente bloqueara todo, todo lo que hiciste después de ese trato. Las semanas siguientes te dedicaste a buscar historias de las personas y creíste que por un año eso había sido todo lo que habías hecho, solo buscar relatos, y todos en Moon Red actuaban como si hubiera sido así, todo fue muy raro, pero esa pérdida de recuerdos fue obra de Luis, no sé cómo, pero por todo lo que paso solo pudo ser obra de él, o eso es lo que creo.
—¿Por eso es que no recuerdo nada? —baje la mirada.
—Si —respondió— tus recuerdos de ese tiempo siguen en tu mente, pero por algo esta misma te los bloqueo, no te recomendaría que trates de encontrarlos o podrías convertirte de nuevo en quien eras.
—¡Jamás seré así! — exclamé— ¡yo no le haría daño a nadie!
—Pero lo hiciste —dijo bajando la cabeza— ¡dentro de ti aún está!, aún tienes a esa persona malvada dentro, ¡por eso me preocupa que andes con ese traje!, ¿y si vuelve? ¿¡Y si lo encuentras!? ¡No quiero perder a mi amigo una vez más!.
—Eso no pasará, créeme.
—Eso espero mi amigo —dijo acercándose a mí y colocando su mano en mi hombro y suspiro— ya quítate ese traje y descansa, ¿Si?.
—Em, creo que aún no, tomaré unas pastillas y tengo que salir a arreglar unos asuntos.
Él enseguida cambia la cara y me soltó del hombro dándome un pequeño empujón y enojado sigue caminando hacia la puerta para salir fuera de la habitación. Él se queda en la entrada y mirando hacia atrás dice.
—No importa cuantas veces pintes ese traje de blanco, siempre será el traje oscuro de un monstruo.
Con estas palabras anuncio su salida, dándose la vuelta para salir de la habitación.
Había quedado allí, sin palabras, solo ahí parado bajando la mirada, pensando. ¿Será que tiene razón? No lo sé, pero esos pensamientos y reflexiones conmigo mismo fueron interrumpidos de repente. Un escalofrío extraño recorrió mi cuerpo mientras vía hacia la puerta de mi habitación.
¿Qué sucede?
De repente se asoma Rafael y dice.
—Em, Adrián, hay alguien en la puerta vestido extraño —dice tartamudeando.
—¿¡Que!? —me di la vuelta para ir hacia la ventana por donde había entrado.
Llegue hasta esta y asomándome por una orilla de la ventana, mire rápidamente a Rafael y le grite.
—¡¡Abajoo!!
Vi al chico de amarillo que había visto hace rato en la colina apuntando hacia nosotros con su arco y flecha, y después de gritarle a Rafael, di un salto hacia el suelo poco antes que la flecha atravesara por la ventana clavándose y explotando al contacto con la pared de mi habitación.
Afortunadamente, Rafael logro agacharse antes que esta impactara y explotara, y después de esto él me miro con cara de preocupación y movió su cabeza diciéndome con sus gestos que no, pero hice caso omiso a lo que él me decía y agarrando las pastillas de la mesa y tragándomelas di un salto por la ventana para perseguir a esa persona misteriosa mientras que Rafael gritaba tras de mí.
—¡No! ¡Detener!
Al yo caer al suelo me levanté inmediatamente y mirando fijamente a esa persona la cual había irrumpido en mi territorio, empecé a caminar rápidamente hacia el mientras este solo se quedaba mirando, pero cuando estuve cerca de él, este me da una patada en el pecho haciéndome tambalear y seguidamente sale corriendo a toda velocidad.
¿Con qué así serán las cosas?, no hay problema.
Me estabilicé rápidamente y empecé a seguirlo lo más rápido que podía, ya que aún seguía adolorido y las pastillas no hacían efecto muy rápido ni muy potente. Lo seguí por barias calles hasta llegar a un pequeño edificio quemado y a medio construir que había sido abandonado hace algunos años por lo que podía ver. Él entró al lugar y yo me pare un segundo, lo pensé, y entre al igual que él. Este subió por las escaleras, a lo que yo lo seguí lentamente hasta casi llegar al segundo piso, cuando antes de llegar a este lanzó una flecha cerca de mí, por suerte logré cubrir mi cara con mis brazos antes que la explosión me alcanzara.
¡Ya basta!
Seguí subiendo hasta llegar al segundo piso, me pare en el medio y mire a todos lados.
¡Rayos! Lo perdí.
Pero de repente escucho una voz que dice.
—¡Tienes algo que necesito, ejecutor!, entrégalo y nadie saldrá herido.
Voltee hacia todos lados, tratando de ver donde estaba, sin conseguirlo.
—¿¡Quien eres!? —exclame enojado.
—Eso no te interesa, ¿¡He!?, dame la llave y ambos podremos irnos de aquí.
—Creo que eso no pasara, ¡Sal y hablémoslo! ¿¡No crees!? —dije irónicamente y con una sonrisa pícara en mi rostro.
—¡Me gusta tu idea! —dijo soltando una corta risa.
De repente él se asoma por la esquina de una de las paredes y apuntándome con su arco amarillo, me lanza una flecha, la cual por poco casi no la logro esquivar, entonces salí corriendo hacia el cuándo empieza a recargar otra flecha, pero antes de llegar a él agarré una tapa de plástico grande que conseguí y la usé como escudo para cuando él me lanza la segunda flecha. Me logré cubrir de ella con esa tapa, pero me lanzó un poco hacia atrás dándole tiempo de correr y tratar de huir, pero yo utilizando la tapa, la arrojo hacia sus piernas, haciéndolo caer y casi por la orilla de ese segundo piso.
¡Te tengo!
Empecé a avanzar hacia él para atraparlo, pero este saca algo de su cinturón como si fuese un gancho con una cuerda y mirándome, se lanza. Entonces, yo también me lanzó al piso cerca de él para tratar de atraparlo para que no callera, pero con ese gancho logro balancearse hasta el primer piso.
¡Ash! ¿¡Es en cerio!?
Me levanté rápidamente y corrí hacia las escaleras bajándolas a toda velocidad, pero al llegar abajo él ya me estaba apuntando con su arco y flecha listo para dispararme.
En ese momento sentí que no tendría escapatoria, pero inesperadamente sentí un escalofrío recorrer mi brazo, y de repente, este subió muy rápido e involuntariamente, abro mis ojos inmediatamente y vi, ¿Atrape la flecha? ¿¡Cómo!?, Después lo vi a él, quién por la impresión soltó el arco y salió corriendo, pero yo, apuntando hacia él, le lanzó con las manos su propia flecha, haciéndola caer en el suelo tras de él, explotando y haciéndolo caer de frente. Quedo allí quejándose adolorido en el suelo, a lo que me acerqué a él y tomándolo de los pies, lo Arrastré hasta el edificio abandonado de nuevo.
—Esto fue divertido —reí pícaramente.
—¡Suéltame! —gritaba mientras pataleaba.
—¿¡Me dirás quién eres!?
—¡No! ¡Suéltame o te arrepentirás! —exclamo.
—Okaaaaay.
Entonces lo solté, pero este, al tratar de levantarse, le aplasté la pierna con mi pesada bota, haciéndolo caer de nuevo al suelo. Él quejándose de dolor me gritaba y aún trataba de escapar, pero yo, colocando mi rodilla en la parte de atrás de las suyas, levante su cabeza haciendo que mirara hacia un pasillo completamente a oscuras, y le pregunte de nuevo.
—¿¡Quién eres!?
—No, ¡No te lo diré!—exclamo tratando de zafarse.
—Okaaay, tú lo pediste.
Entonces, manteniendo su cabeza fija mirando hacia ese pasillo, algo se empieza a escuchar en este, unos pasos y unos sonidos horribles, como de una bestia gruñendo.
—¿Qué es eso?, ¿¡Que es eso!? —Grita con miedo mientras que una figura larga y oscura se empezaba a asomar.
Su rostro y todo su cuerpo completamente oscuro como una sombra.
—¡Viene por nosotros! —gritaba asustado.
—¿Tienes miedo? — pregunté susurrando acercándome a su cabeza— puedo ahuyentarlo, pero tendrás que colaborar o vendrá por nosotros ¡Así que habla!
Él se quedó unos segundos en silencio tratando de escaparse mientras esa aparición poco a poco se acercaba, y esta persona, exclamando con un quejido, dijo.
—Está bien, ¡Está bien! Te diré todo lo que quieras ¡Pero has que se vaya!
—¿Eso es lo que quieres? —pregunté burlón y con una ligera risa— pregunte de forma burlona.
—¡Sí! ¡por favor!
—¡Ruégame que lo haga!.
—¡Por favor!, ¡Te lo ruego! —grito casi quebrando en llanto.
—Claaaaaro.
Lo solté haciendo que su cabeza callera al suelo, y sacando mi linterna flash de mi cinturón, apunté hacia la aparición, y con el potente flash la hago desaparecer.
—¿¡Que fue eso!? —pregunto él tartamudeando aún asustado.
—Ahorita no te preocupes de él, mejor preocúpate de mí —respondí levantándome y dándole la vuelta hacia mí con el pie— ¡ahora habla!
—Tú no eres el ejecutor de Moon Red al que estaba casando —dijo levantando las manos ahí en el suelo.
—¿Por qué lo dices?
—El ejecutor no me hubiera preguntado, y tampoco hubiera hablado conmigo.
—¿Por qué estás tan seguro? —apunte hacia su cabeza sacando las hojas de mi brazal.
—No, no lo sé, te ves distinto —respondió tartamudeando.
—Bueno, digamos que soy distinto a mí mismo, por decirlo así —dije sonriendo un poco— ¿Qué quiere? ¿¡Por qué nos atacas!? — pregunté serio.
—Solo trataba de conseguir la llave de un diario antes que Moon Red.
—.¿¡Que!? —Exclame quitándome de encima de él— ¿¡No trabajas para ellos!?
—¡Noo! Dios noo —respondió poniéndose en pie adolorido— yo solo quería conseguir esa llave para que ellos no pudieran abrir el diario.
—¿¡Y por qué me atacas a mí!? ¡Yo no trabajo para ellos!
—Lo siento, creí que sí, disculpa bro.
—¡Ash! —exclamé quejándome del dolor— ¿Y como supiste del diario?
—Mi abuela me contó la historia de su hija cuando estuvo en Moon Red —respondió— me contó de un diario con rituales muy peligrosos y cosas por el estilo, y en Moon Red estuvieron hablando mucho de los lugares donde podría estar la llave, ya que solo puede ser abierto con ella porque de otra forma el mecanismo del diario destruirá las páginas, es un mecanismo muy complejo e impresionante.
—Espera un segundo, ¿cómo sabes tanto de lo que planeaban ellos si no trabajas para ellos? ¿¡mm!?
—No, bueno si, algo así, trabaje para ellos, me reclutaron por mi intelecto y habilidad para la electrónica como una especie de reemplazo de ti creo, reemplazo de su ejecutor y del que les construyó las armas, por qué estos eran la misma persona y él se reveló y se fue.
—Seee... se me la historia, yo era ese.
—¿¡Que!?, wow, ¿¡En serio!? Tengo muuuuuchas preguntas que hacerte —decía entusiasmado— las cosas y herramientas que hiciste son impresionantes, la verdad me encantaría hablar contigo, ya que no eres un looooco salvaje como imaginaba.
—Seeee, seee, bájale un poco a tu entusiasmo, hablaremos luego de esto, ahorita mismo podría haber personas en peligro, así que en verdad necesito saber todo lo que sepas de los planes de Moon Red.
—A, sisi claro —rio nervioso un poco— es qué a veces me salgo del tema y hablo de más, no es que me pierda del tema taaaanto así como que no me entienda, pero me distraigo de repente pin pan y me voy de tu saaabes de la honda de la com...
—Lo haces de nuevo —dije interrumpiéndolo cruzando los brazos— en serio necesito que me digas.
—A sisi, disculpa, bueno em, supe que había tres lugares a los que se movilizarían varios miembros armados de Moon Red a buscar la llave, uno era en las colinas donde fue que te encontré o cerca de allí, no sé; Otro lugar es en una casa a las afueras de la ciudad, y el último lugar es en un edificio abandonado y quemado igual a este, pero hacia el norte, cerca de la universidad donde dan ingeniería.
—Um — suspiré— ¿me ayudarás a detenerlos?
—¿¡En serio!? ¡CLAROOO!, bueno, si me dejas —respondió eufórico.
—Ok, presta atención, ve a la casa a las afueras de la ciudad y detén a los que vallan hacia allá, mientras que yo iré hacia el edificio cerca de la universidad, ya que sé dónde es y estudio cerca, ¿te parece?
—¡Si! Me parece buen plan —respondió levantando ambos pulgares sonriendo.
—Ok, nos reuniremos aquí mañana al medio día, ¿ok? Nos vemos, trata de no morir — guiñé el ojo mientras sonreía dándome la vuelta para irme al edificio.
—¡Alto!, Espera —corrió y se acercó a mí bajándose la capucha y quitándose la máscara, revelando a un chico de piel morena, de cabello alborotado y ondulado— mucho gusto, me llamo Carlos —dijo extendiendo su mano para saludar a lo que yo correspondí.
—Mucho gusto, mi nombre es Adrián —ale su mano y le apreté más fuerte— y si me traicionas te mato, entendido.
—Claro bro —rio nervioso— nos vemos después.
Él cojeando un poco va y busca su arco olímpico pintado de amarillo y se va lo más rápido que puede.
Yo trato de mantener la compostura hasta perderlo de vista, y cuando ya no puedo verlo, me arrodillo tratando de aguantar el dolor que en mi cuerpo sentía, entonces me senté y descansé allí un rato para luego levantarme e ir a los edificios.
Pero a penas, después de levantarme y dar unos pasos, entra una llamada por mi teléfono.
(Llama entrante: Rafucho)
Ash... ¿Qué querrá ahora?
—¿Hola? ¿Qué paso Rafa? —pregunte al teléfono.
—¡Adrián!, ¿¡Estás con Alex!? —preguntó agitado.
—Em, no, ¿por qué? ¿¡Paso algo!?
—¡No lo sé! Me llamo diciendo que consiguió una pista de un contacto en Moon Red, de que sus soldados estarían en un lugar abandonado buscando las llaves y luego se cortó la llamada ¡Creo que fue a buscar sola antes que ellos!
—¿¡Que!? ¡Ellos podrían ir al mismo sitio al que ella está yendo! —Exclame preocupado— ¡Podría estar en peligro!
—¡Sí! ¡Hay que hacer algo!
—Ok, esto es lo que haremos —dije cerio al teléfono— iré a intentar conseguir a Alex y tu espera a ver si vuelve ¿¡Ok!?
—¡Está bien!, ¡A! Y casi lo olvidaba, el supuesto punto a donde fue es un sitio abandonado cerca de la universidad.
—¡Ok! Veré si encuentro algo por allá, tengo que colgar, llamas cualquier cosa.
—¡Ok! Cuídate ¿¡Quieres!?
—¡Sí! Adiós —Colgué el teléfono.
Lo guardé en mi bolsillo y en ese momento pensé diciéndome a mí mismo.
—Universidad, lugar abandonado —Y de repente mi respiración empezó a agitarse
— Es igual al lugar que Carlos, el chico de hace poco me había dicho que iba Moon Red.
Mi pulso empezó a temblar
—O no, ¡O no!, ¡Es el mismo sitio!, ¡Mono red va para allá!, ¡está en grave peligro!
No, ¡O no! ¡No por favor no!
¡¡Aleeeex!!
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