Capítulo 21: ¡NO ABRAS LA PUERTA!

Capitulo XXI

¡No abras la puerta!


Llegue a mi casa en una tarde algo nublada, lo cual no era raro en la zona donde vivía. llegue a mi habitación y entre al baño, me quede frente al espejo apoyándome sobre el lavamanos y con una mano, agarre el cristal y

1... 2... ¡¡AAA!!

Arranque el cristal de mi pecho, afortunadamente no se había clavado muy profundo, y luego de eso solo me coloque una venda, me cambie de camisa y me senté frente a la ventana... esperando, creí que ellos vendrían a por mí, pero la noche callo y nada, hasta que de repente tocaron levemente la puerta.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, hasta que volvieron a tocar la puerta con más insistencia. Baje lentamente al primer piso y me asome por el pasillo a ver la puerta, y bajo esta, se podía ver como dos pies parados frente a ella. Me pare frente al pasillo oscuro y luego, empezaron a tocar la puerta de nuevo seguidamente, cada vez más fuerte. con todo mi valor reunido me empecé a acercar a la puerta tratando de calmar mi alma estremecida, y extendiendo mi mano, sujeto la manilla para abrir la puerta, pero a penas la toco, dejan de tocar la puerta, y escucho una profunda y pesada respiración que helaba mi sangre. Acumulo el suficiente coraje y valor atreviendome a habrir la puerta la puerta, y lo que veo, solo la espesa y fría oscuridad. Asustado por esto, sierro la puerta lentamente y corro a mi habitación serrando la puerta con seguro y recostándome a ella, no pude aguantar más... así que rompí en llanto, habían pasado muchas cosas en muy poco tiempo, todo paso tan rápido.

Rafael, ¿¡donde está Rafael!?, recordé a mi amigo perdido y yendo gateando hasta la mesa al lado de mi cama, tantee en ella hasta conseguir mi teléfono, lo agarre, y lo llame.

(Llamando... )

(el número que usted marcó no puede ser localizado, por favor, intente su llamada más tarde)
—¡Rayos!

(Llamando...)

(el número que usted marcó no puede ser localiza —colgué)
—¡NO PUEDE SER! ¡Ahss! — coloqué el teléfono en el suelo mientras me sentaba en el piso de nuevo recostado a la cama.

Pero segundos después.

(llamada entrante: Rafucho)

—¿Hola?.. ¿rafael?

—¿Sí? ¿qué pasa? —contesto.

—¿¡COMO QUE QUE PASA!? ¿¡donde estabas!? Estaba preocupado cuando te fuiste de repente ¿¡A dónde fuiste!?

—tenía unas cosas que hacer —responde de forma cortante.

—¿¡Qué cosas!? —pregunto enojado.

—Tenía unos asuntos que resolver, aparte corrí hasta la habitación donde estaban tus prototipos de armas y donde estaba la armadura creación, agarre unos tanques de combustible de los lanzallamas, les abrí un agujero, y queme todo, luego hui y llegue a casa antes que tú salieras de allá.

—¿Por qué no llamaste o algo?

—lo siento.

—¿¡Solo diras eso!? ¿Y qué otras cosas hiciste?

—¿Qué paso con Dianne? —dijo cambiando el tema.

—Emm... no lo sé, me hirió con un cristal y huyo. no se a donde fue luego.

—¿Qué hizo que? ¿¡Por qué!? —preguntó sorprendido.

—Luego te explico...

—Ok Adrián, espero estés bien.

—No te preocupes —reí un poco— no fue muy profundo, ya me vende y estoy bien.

—¿Y tus padres Adrián? —preguntó.

—No están en casa, salieron y llegan mañana.

—Ok, sierra bien las puertas y por nada del mundo abras la puerta si llaman.

—hey... —dije llamando su atencion.

—¿Qué?

—Hace un momento llamaron a la puerta, se veía como alguien parado por el otro lado, hasta escuche su respiración, pero al abrir la puerta no había nadie.

—...—hubo silencio en la línea por un rato.

—¿Rafael? —pregunte al telefono.

—ya está dentro —suspiro.

—¿Qué? ¿¡Quién!?

—¡Luego te explico! ¿¡Donde estás!?

—En mi cuarto —conteste.

—¡Cierra la puerta de tu cuarto con seguro y no la abras por nada, no importa lo que escuches!.

—Am, ¿Ok?, Ya tengo la puerta cerrada y con seguro.

—¡Genial!, eso es mejor, significa que no entro a tu cuarto.

—¿¡Pero quien!? ¡Dimee!

—¡Luego te explico! Busca la super linterna rara que hiciste y tenla a la mano.

—Voy —me fui gateando hasta donde estaba la mochila y la abrí— o no.

—¿Qué?, ¿qué pasa? —pregunto.

Vi el interior del bolso, ¡Y vi que faltaba el diario de Dianne!, no podía creerlo, debió caerse cuando escape del lugar. En el bolso solo había algunos papeles, la linterna que había hecho, mi diario, mi armadura de brazo junto al un casco de los soldados de Moon Red y uno de los tubos agrietado con una de las rocas dentro.

—Am, sisi, ya tengo la linterna —dije al telefono.

—¿Pasa algo Adrián? —preguntó.

—¡No! —negue nervioso— todo bien.

—Ok, excelente.

—¡Rafael dime! ¿¡Que es lo que está allí afuera!?

—La cosa que llamo a tu puerta no es humano.

—¿¡Que!? —exclame asustado.

—Debe ser alguna entidad invocada por Luis... o el mismo Luis.

—¿¡Cómo es eso posible!? —grite asustado y enojado.

—Dejaste dos de las rocas allá junto a al diario de Dianne, con esas cosas cualquier cosa es posible.

—...— quedé en silencio.

—¿Adrián?

—... ¿Cómo supiste del diario y las rocas que deje allá, si yo no te había dicho nada? No estabas allá cuando eso pasó.

—¿¡Que insinúas Adrián!? —exclamo indignado— ¡Soy el único que puede ayudarte! ¿¡Y tienes el descaro de dudar de mí!?

—¡NO!, no, solo era emm... nada, no te preocupes, olvídalo.

—¡Ash! —gruñe y respira profundamente— ¡Ok!, Ahora escúchame, agarra la linterna y siéntate frente a la puerta.

—ok voy, Listo.

—Ahora apunta a la puerta, y si algo trata de entrar, ¡encandílalo con el flash!

—Ok, listo, ya estoy.

—tendrás que resistir hasta el amanecer, después de eso estarás a salvo, pero ojo, pase lo que pase no habrás la puerta.

—¿Ni siquiera puedo salir para encender las luces de la casa? —pregunte.

—¡NO!, no enciendas ninguna, usa solo la luz de la linterna en modo normal, ¡pero recuerda, no salgas!

—Ok —dije en voz baja.

—hey Adrián, tengo que colgar un momento, te llamo en un rato, recuerda lo que te dije.

—sisi ok, adiós.

—Adiós.

Colgue el teléfono y me quedé allí sentado en el suelo, sujetando la linterna con mis temblorosas manos. Solo me quedé allí vigilando la puerta, esperando que nada cruzara por allí, pero en ese proceso, el sonido del viento por mi ventana, la tenue luz de la luna que iluminaba mi habitación, el frío y las altas horas de la noche, lograron ganarme la batalla, y me quede dormido. Perdí toda noción del tiempo, hasta que un golpeteo en la puerta me despertó de golpe. Me levante rápidamente y al hacerlo se escuchó el golpeteo de nuevo, eran pequeños golpes rápidos repentinos que venían del otro lado de la puerta, no me atreví a acercarme, solo me quedé allí petrificado viendo la puerta poco iluminada con ese ligero tono azulado que solo la luna podía brindar. Entonces, de repente los golpeteos cesan por un rato y veo el reloj.

2:34 am

¿Por qué Rafael no volvió a llamar?, Me preguntaba mientras iba a buscar el teléfono. Pero cuando fui a buscarlo donde lo había dejado, este ya no estaba allí. Sorprendido y algo asustado, empiezo a buscarlo, y lo encuentro en el suelo, frente a la puerta, ¿Que hacia allí?. Temeroso, me acerco lentamente y con un movimiento rápido, lo tomo y me devuelvo para atrás rápidamente, enciendo la pantalla y veo en ella.

(0 llamadas perdidas)

Eso me enojo un poco y a la vez me asusto, ¿Por qué no volvió a llamar?, ¿Se abra quedado dormido?, o ¿Algo le ha pasado?. Todos estos pensamientos de preocupación y enojo invadían mi cabeza, haciéndome pensar e imaginar escenarios tétricos sobre que habría pasado con Rafael, tal vez sonaría muy dramático, pero a estas alturas ya nada me sorprenderia, y menos después de todas las cosas que he experimentaron y sufrido. Y en medio de todo eso, de repente un golpe muy fuerte y contundente, suena dentro de mi casa. Alarmado por ese sonido, bajo el teléfono y vuelvo a escuchar ese golpe, pero más cerca que antes.

Entonces, junto todo mi valor y me acerco a la puerta colocando mis manos sobre ella, al igual que mi cabeza y mi oído para tratar de escuchar de donde venía el sonido. Pero a penas mi oído entra en contacto con la puerta, un golpe contundente en ella me hace saltar, dando un brinco hacia atrás asustado después de escuchar ese golpe, me doy la vuelta rápidamente y busco entre la oscuridad el teléfono que había dejado en la mesa, y después de tantear finalmente logro conseguirlo y trato de llamar a Rafael.

(Llamando...)

—¿hola? ¿Qué paso Adrián?

—¿¡COMO QUE QUE PASA!? ¿¡POR QUE NO LLAMASTE!? —reclame molesto y asustado.

—¿De qué hablas Adrián? ¿Ahorita estábamos ablando?

—¿Qué? ¿¡De que hablas!? —pregunté confundido— Si yo me quede dormido y no hay ninguna llamada perdida y yo no he hablado contigo, ¡Yo no he sido!

—¿¡Cómo es eso posible!? ¡Si yo ahorita estaba ablando contigo! —dijo un poco histérico.

—¿Y qué te dije o que te dijo? ¡¡No see!!

—Nada, solo ablando, aunque... eso explica lo que me decía.

—¿¡Qu... qué cosa te dijo!?

—hablaba normal, pero no sé, sonaba raro, como sin alma, oscuro y sobrio, dijo que no me volvería a llamar y me dijo adiós, pensé que eras tú y por eso no volví a llamar hasta que tú llamaste, incluso.

—¿Qué? —pregunté temeroso.

—Dijo algo que me heló la piel, lo dijo muy bajo y después colgó.

—¿Qué dijo? —pregunte tartamudeando y con miedo

El respiro profundi y dijo.

—dijo, Detras de tí.

Cuando dijo eso un escalofrío recorrido toda mi espalda, mi corazón descontrolado empezó a palpitar como loco mientras sentía una brisa helada correr por mi cuello, obligándome a voltear hacia atrás a donde estaba la puerta de mi habitación, tan solo un poco iluminada por la luz de las horas más oscuras de la noche, y veo como por la orilla de debajo de la puerta, algo parece asomarse. Unas delgadas, largas y oscuras extremidades empiezan a pasar por debajo de esta, mientras yo allí quede paralizado del panico mientras escuchaba la voz de Rafael por el teléfono, llamándome, pero no podía moverme del terror que sentía mientras eso, sea lo que sea, entraba poco a poco. Pero de repente, ese corto pero largo trance, se interrumpe por un pensamiento que me decía "usa el flash". rápidamente agarro la linterna y apuntando hacia la puerta, le lanzó un intenso flash con esta. Al hacerlo, esta desapareció, como una sombra tenebrosa que desaparece al encender una luz, lentamente entro, y rápidamente desapareció, pero el susto y el terror que me hizo sentir ese si se quedó por un largo rato.

3:35 am

Aún tenía esa imagen de terror en mi mente, y aún me era imposible conciliar el sueño. Cuando eso pasó, me quede ablando otro rato con Rafael, quien tuvo que colgar de nuevo, pero esta vez sería yo quien lo llamara. Me quedé allí sentado, recostado a la pared, con algunas almohadas para intentar descansar, pero sin perder de vista la puerta en ningún momento. El sueño al fin me estaba alcanzando y mis ojos poco a poco se iban serrando, ya sentía su dulce arropo llegando a mí para darme descanso de esta pesadilla que me atormentaba despierto, pero no... no me dejarían descansar aun. De repente suena mi teléfono y veo la pantalla, era Rafael, ¿No habíamos cuadrado que yo sería quien lo llamaría? ¿Qué abra pasado?, Y sin pensar mucho, atendí la llamada y dije.

—¿Hola? —pregunté.

—...— silencio en la linea.

—¿hola? ¿Rafael? ¿¡Hpla!?

—¡¡¡Abre la puertaaaaaaa!!!

¡ESE GRITO RETUMBO EN TODO MI SER!, era como miles de gritos con la voz de Rafael pero distorcionada, y no tuve otra reacción más que lanzar el teléfono lejos, ¡aunque ese sonido aún seguía atormentándome en mi mente!

¡¡¡Ya bastaaa!!!

Ese sonido... ¡No poía más!, me senté en el suelo sujetando fuertemente mi cabeza y mis oídos tratando de callar ese sonido ¡Pero no lo hacia!, Hasta que, De repente seso. Seque las lágrimas que esa situación había hecho que corrieran por mi rostro y me levante del suelo y grite con todas mis fuerzas ¡¡YA BASTAAA!! Y sin esperar recibir contestación, una risa sádica se manifiesta... era la risa de Luis. ¿Si era él? ¿¡como es posible!?. Rápidamente, volví a llamar a Rafael, y esta vez si me contesto él.

—¿hola? ¿Adrián estás bien?

—¡Rafa!... —dije tartamudeando— creo que descubrí algo.

—¿a si? —preguntó extrañado— ¿Qué descubriste?

—Es Luis, Luis está detrás de esto, escuche su risa hace un momento.

—¿Estás seguro? —pregunto.

—¡SI! Es su risa, ¡su horrible risa! Sádica y perversa.

—¡¿Pero cómo!?, alto, ¿Dónde tienes la roca que trajiste?

—em, en la mochila aun —conteste extrañado—  ¿por qué?

—¡Tal vez a través de la roca que tienes, él está logrando atormentarte! —exclamó.

—Creo, creo que tiene lógica, leí algo así en el diario de Dianne, algo sobre ese poder, no lo sé, es como mandar alguna entidad y atormentar a alguien de lejos, ¡Es lo que quiere hacer Luis con todas las personas de aquí! Pero sin el ritual no puede llegar tan lejos.

—Adrián, ¡desastre de esa roca! —dijo agitado— ¡¡sácala de allí donde la tienes!!

—¡No puedo aún!, Recuerda que hay algo allí afuera enviado por él, tengo que aguantar hasta el amanecer.

—¡Rayos!, tienes razón, aguanta hermano, veré como puedo ayudarte.

—Ok, lo intentare.

—Tengo que colgar, veré que puedo hacer ¿ok?

—Ok —dije en voz baja.

—Adiós.

Al colgar el teléfono, trate de calmar los nervios un poco, camine un rato por la habitación y revise el reloj.

3:57 am

¡Ya no falta mucho! ¿Lo lograré?, Me recosté de nuevo en mi rincón, vigilando la puerta hasta quedarme nuevamente dormido, pero no sé cómo ni por qué, ¡Pero de repente me desperté de golpe y muy agitado!, Me levanté de inmediato agarrándome la cabeza, algo histérico y sin saber qué me pasaba. Camine alrededor de la habitación mientras trataba de calmarme, hasta lograrlo. Cuando me calme pensé en ir a la ventana, ¿tal vez no vendría mal algo de aire, no?, me acerqué a la ventana y me quede allí un rato para respirar el aire frío y pesado de la noche, cuando veo la hora.

5:04 am

Y pienso "¡YA FALTA MUY POCO! ¡Voy a lograrlo!", pero mientras estaba allí recostado en la ventana, de repente, un tocar en la puerta llama mi atención, ¿Llamaban a mi puerta otra vez? ¡¿ES EN SERIO!?, pero esta vez fue distinto, me acerqué a la puerta y cuando estuve cerca de ella, escuché.

—¿Adrián?

¿Qué fue eso? ¿¡Quién era!? pensaba mientras esa voz decia.

—Soy yo Adrián, abre la puerta.

—.¿¡Rafael!?

No lo podía creer, simplemente no podía... no era él.

—¡Vete de aquí! —grite— ¡esto arto de esto! ¡Pronto amanecerá y ceras historia!

Pero en ese momento la puerta empieza a sacudirse con violencia mientras un grito horrible y distorsionado grita ¡¡Noooo!!, ¡Y ese grito vino acompañado de más sacudidas violentas de la puerta hasta que de repente!, seso abruptamente.

Confundido por lo que acababa de pasar, me acerqué lentamente a la puerta y temeroso pregunté.

—¿Hola?

Y entonces, la puerta se habre bruscamente, La impresión hace que de un brinco hacia atrás cayendo sobre mi espalda en el suelo.

O no, ¡Se abrió la puerta!

En seguida, después de eso un aire muy frío entro en la habitación inundándola de un ambiente pesado y turbio. Me levanté del suelo y estando de pie pude contemplar, la inmensa oscuridad que se encontraba fuera de mi habitación, Absorbiendo la luz de la luna en su fría penumbra. No sabía qué hacer, ¿Qué podía hacer?, Mi lugar seguro había sido invadido... Y solo pude pensar en una cosa.

(Llamando...)

—¿Adrián? ¿Que paso? ¿todo bien?

—¡¡¡La puerta se habrio!!!

—¿¡Que!? —exclamo—¿¡Como!?

—¡No lo se! No lo sé, no lo sé, no lo sé, No lo sé, No lo sé, ¡¡NO LO SEE!!

—¡Adrián! ¡Calmate! —gritó.

—Eso intento —respondi.

—Ok, es hora de deshacerse de esa roca, o al menos sacarla de tu casa, ¡Entiérrala!

—¿Seguro que eso funcionara?

—¡No lo se! ¿¡Pero hay que intentar algo no!?

—Ok em, veré que puedo hacer.

—¿Tienes algo para cavar?

—No lo sé Rafa, tal vez sí —respondi tartamudeando— e-e en el depósito.

—¿puedes llegar a él?

—¡No lo se!, está muy oscuro, ¡no puedo ver casi nada allí afuera! Y se escuchan cosas raras, como susurros y pasos.

—Tienes que intentarlo, ¡mira la hora!, ¡Ya falta poco! ¡Pero si no te desases de ella, todo empeorará pronto!

—Ok, lo intentaré.

—Dale, estaré acá cualquier cosa, no cuelgues.

Tratando de controlar el latido acelerado de mi corazón, respiro hondo, y me doy a la tarea de poner bajo tierra esa roca.

¿A caso funcionará?

Me asomé por un lado de la puerta sigilosamente y caminando muy despacio salgo de la habitación. Todo ahí afuera se sentía más frío y una sensación extraña recorría mi cuerpo, estaba muy oscuro y aunque entraba un poco de luz de afuera, el lugar estaba en completas penumbras. Logre llegar al interruptor del pasillo y encender la luz de este, logrando así alumbrar el pasillo que al final de sí, había mucha más oscuridad.

Al cruzarlo, vi como por una de las ventanas pasa algo muy rápido, una figura o una sombra con un andar muy acelerado, ¿Qué fue eso?, Trate de no prestarle mucha atención, y haciendo el intento de ignorarlo empecé a caminar más rápido hasta el depósito. ¡Era difícil Ignorar esos sonidos!, ignorar las cosas que se movían y caían a mi alrededor, esos susurros.... ¡Era difícil, pero no me quedaba de otra, Era la única forma de tratar de mantener intacta la poca cordura que me quedaba y me acompañaba en este recorrido.

—Ya estoy cerca de la puerta Rafael —dije al telefono.

—Ok, ¿Qué logras ver?

—Oscuridad, y un resplandor liguero por debajo de la puerta de afuera.

—¿Vas al depósito a buscar las herramientas?

—¿A dónde más? No me queda de otra.

—Ten cuidado Adrián.

—Se escuchan sonidos raros allí afuera...

—¿Qué sonidos? —pregunto.

—No sé, no sé cómo explicarlo, intentaré salir, deséame suerte.

Metí el teléfono en mi bolsillo de nuevo y apuntando con mi linterna, empiezo a caminar hacia la puerta, pero cuando estuve cerca, ¡Algo me halo hacia atrás de los tobillos!, Me halo con una fuerza tremenda y cayendo fuertemente al suelo, me arrastro por todo el pasillo, ¡tratada de sujetarme de algo, pero no podía! Era inútil seguir intentando.

De repente me soltó y rápidamente y sin pensarlo mucho empecé a correr hacia la puerta tratando de huir, pero llegando a la puerta, algo me empuja lanzándome un par de metros hacia atrás golpeándome contra el suelo. Mareado, trato de levantarme mientras que a mi alrededor se pinta un escenario de terror, quedándome allí impotente, viendo como la salida estaba tan cerca, pero tan lejos. Las cosas caían de sus lugares a mi alrededor y ese frío y ambiente pesado me llenaban de terror, y aun así, acumulando todo mi valor, lo intente una vez más, pero esta vez tenía una mejor idea.

Corrí a toda velocidad hacia esa puerta, y cuando estuve cerca, vi como la puerta se serraba sola.

No lo permitiría.

Entonces rápidamente, ¡extiendo mi mano y le lanzó un gran flash a la puerta! En eso la puerta deja de serrarse y un grito desgarrador se manifiesta, el grito de Luis. Finalmente, logro salir de esa prisión de terror a la cual llamaba casa, y me dirijo corriendo al depósito, lo abro y saco una pala, la cual pertenecía a mi padre, y cuando estoy a punto de clavar la pala en el suelo, Escucho una vos familiar.

—¡Detente! —dicta la voz.

A lo que yo volteo y veo, ¿¡A Rafael!?

—¿¡Rafael?! tú, ¿¡tú que haces aquí!?

—Esto no funcionará Adrián —decía en un tono extraño.

Sus palabras sonaban en un tono lúgubre y sin vida, su mirada perdida y su andar lento acercándose a mí, me decían a gritos al oído... Que ando andaba mal.

Qué paso contigo mi amigo.

—¿¡Que te paso Rafael!? —dije preocupado poniéndome de pie frente a él.

—Esto no funcionará Adrián. —repite mecánicamente.

—¿¡De que hablas amigo?! ¿Por qué dices que no funcionara?...

—...—queda en silencio.

—.¿Rafael? ¿Por qué lo dices?

—¡¡Por que nunca escaparas de miI!!

¡De repente cambio su cara a una totalmente siniestra! ¡¡y se arroja sobre mí!! Colocando sus manos sobre mi cuello, asfixiándome.

Logro mover mi pierna debajo de él y con toda mi fuerza, lo pateo quitándomelo de encima, él cae al suelo mientras yo me levanto y me digo a mí mismo...

Es hora que salgas.

En ese momento empiezo a sentir ese escalofrío contra el que tanto luchaba, pero en ocasiones necesitaba, empiezo a sentir una fuerza tremenda y la ira, la ira se apoderaba de mí, mientras veía que él se levantaba poco a poco del suelo, pero mientras lo hacía, esa figura de mi amigo se transformaba, era otra persona, y esa figura se transformó poco a poco en la figura de Luis, pero sus facciones eran distintas, un rostro siniestro donde antes se encontraba el de alguien quien alguna vez llame... mi amigo. Me puse en guardia mientras él se levantaba del suelo y cuando estuvo frente a mí de pie, ¡me arrojo sobre él para atacarlo!, ¡Pero este repentinamente desaparece! Como una sombra... o una ilusión. Me quedé anonadado allí, parado casi inmóvil por esto que acababa de presenciar.

Co.. ¿¡Como es posible!?

Segundos después, pude presenciar como los primeros rayos del sol de la mañana salían de las colinas, ya todo estaba terminando, ¡Pero eso no era cierto!

De repente de una de las esquinas una figura completamente negra salta sobre mí tumbándome al suelo, luego desaparece mientras aún se escuchaban sus gritos. Aún faltaba algo por hacer, ¡y acabaría con esto!. Doy un par de paladas rápidas al suelo haciendo un hoyo lo suficientemente grande, me agacho para colocar el tubo con la roca dentro, pero no podía, ¡algo alaba mi brazo hacia atrás! Una mano fría, intensamente fría y tiesa detenía mi brazo mientras gritaban ¡Nooo!

Con la otra mano saco la linterna de mi bolso y me lanzó un flash a mí mismo. Después de lanzarlo, esta entidad seguida de un grito se aparta de mí, y yo aún segado por el flash, lanzó el tubo con la roca dentro del agujero y con las manos la tapo con tierra. Cuando hice eso... todo paro, ese ambiente frío, esos escalofríos tétricos y ese escenario lúgubre paro, todo volvió a la normalidad, o a mi extraño concepto de normalidad... la que yo vivía día tras día, y cuando veo el reloj.

5:58 am

Me dije a mí mismo, Se terminó, finalmente termino.

3 horas después

—¿Adrián? ¿Adrian donde estas? —decía Rafael mientras caminaba por la casa— ya termino todo Adrián, sal por favor, ¿Dónde estás?,¿¡Adrian!?

Caminaba y gritaba mi nombre por toda la casa para lograr encontrarme, hasta llegar a mi habitación.

—¡Ash, aquí estabas! Me tenías preocupado, ¡por qué no respondes?

—...— no decía nada.

—¿hey? ¿estás bien? —dijo mientras se acercaba al rincón donde yo estaba sentado frente a la puerta.

—...— aun seguía en silencio.

—¿A-Adrián? —se agachó y extendió su mano hacia mí.

—¡¡AAAAA!! ¡¡Alejatee!!

—¡WOW! —exclamó— ¿¡Que pasa Adrián!?

—¿¡Eres tú!? ¿¡Realmente eres tu!?

—Heee sí, eso eso creo, no sé, ¿de qué hablas?

—No nada —dije bajando la mirada.

—¿Que paso anoche? ¿¡Estás bien!?

—sisi, no te preocupes.

—¿Qué paso con la roca?

—...— no respondí.

—¿Adrián?

—Me deshice de ella

—¿dónde está? —pregunto.

—¡Ya te dije que me deshice de ella!

—¿Dónde está exactamente?

—¿¡Por qué tanto interés ahora por saber donde está!? ¿¡mmmm!? —pregunte histerico.

—Olvídalo...

—¿¡Sabes qué!? Capas también tú eres parte de todo esto ¿¡mm!? —dije presuntuoso poniéndome de pie frente a él.

—¿De qué hablas? ¿¡Soy el unico que te ha ayudado y aun asi me sales con esto!? ¿¡y en serio me vas a venir con esto!?

—Lo siento, estoy enloqueciendo, Estoy enloqueciendo, ¡¡Estoy enloqueciendo!! —dije sujetándome bruscamente la cabeza.

—¡Alto! ¡Detente! ¡No estás enloqueciendo!, No estás enloqueciendo... —dice mientras se acerca y me abrasa.

—Gracias, —dije entre lágrimas.

—¿Por que lo dices Adrián?

—Porque eres el único que no me ha traicionado y me ha dejado.

—¿Para eso somos amigos no? Mejor dicho... para eso somos familia.

—Gracias —dije riendome un poco, secándome las lágrimas— ¿ahora que vamos a hacer?, Luis tal vez nos siga acechando desde las sombras, esas rocas... lo volvieron más poderoso, ¿te imaginas lo que haría si tuviera la tercera roca? ¿como podremos huir de él?

—hey recuerda, dentro de una semana saldremos del colegio y nos graduaremos, iremos a la universidad y nos olvidaremos ¡de todo esto! ¡Al fin seremos libres! Finalmente.

—Nunca seré libre,  esto lo cree yo, ¡ESTA ES MI CREACIÓN! Cree ese grupo, sus armas, por mi idea loca, ahora Luis está siendo controlado por esas entidades y no se detendrán... nunca lo harán, solo podremos huir, pero nunca escaparé de lo que he hecho, de los actos crueles que hice, ¡Y que ni siquiera recuerdo!, Vivo con algo raro dentro de mí, pensamientos, instintos, ¡Es como tener a otra persona dentro de mí!, tan similar... pero tan diferente, como si fuera el lado siniestro que ni yo sabía que tenía... nunca poder escapar de todo esto.

—Lo intentaremos, ¡Juntos!, Como siempre lo hemos hecho, ¡seremos libres! Ya lo verás.

—Ok —dije riendo un poco bajando la cabeza— abra que intentarlo ¿no? Por ti.

—Por nosotros, ¿promesa? —dijo extendiendo su mano en señal de compromiso.

—Promesa —extendí mi mano también sellando nuestra promesa.

—todo mejorará, ya lo verás Adrián.

Ay Rafael
ojalá hubieras tenido razón.

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