Capítulo 15: EL DEPOSITO
Capítulo XV
El depósito
=Junio/2014=
Después de varias semanas de trabajo, logramos acomodar el lugar, Incluso, ya parecía un lugar presentable.
Perfecto para lo que planeaba.
Pero, ahora había un problema, tenía que pensar bien una cosa.¿Cómo lograríamos imponer el respeto y la autoridad que queríamos?, éramos solo unos chicos, delgados y no muy fuertes, no éramos de gran fuerza, pero si de un gran intelecto, pero, ¿Cómo lograría que el intelecto ganara contra la fuerza de aquellos quienes nos lastimaban?, aún no lo sabía. pero fingía que sí, para no desmotivar a los chicos. Solo sabía que tenía que ser algo fuerte, algo imponente, que lograra estremecer los corazones insensibles de esas malas personas, pero aún seguía pensando ¿Qué podría ser?, Que sería ese golpe de gracia, ese estoque al corazón, ese algo que sería nuestra salvación. Me quedé sentado en la silla de la recepción mientras reflexionaba todo esto.
Cuando una figura inesperada cruzo la puerta.
Se escuchó la puerta crujir y alguien entrar por ella, me di la vuelta junto a la silla para ver quien era, y una agradable sorpresa fue. la de ver a mi amigo abatido entrar por la puerta.¡Era Luis!, había vuelto de su recuperación por el golpe en su cabeza, aun con su vendaje en ella y con cara de muerto en vida, con una leve sonrisa me saludó mientras se acercaba.
—¡¡Luiiiiiis!! —Me levanté de mi silla para recibirlo, pero él no estaba muy contento.
—¿Qué es todo esto Adrián? ¿¡Que hacen!?.
—¡Ya lo tengo! —dije sujetando sus hombros— Ya sé cómo vencer a esos monstruos abusadores que nos molestan en el colegio y en todas partes.
—¿a sí?, ¿cómo? —pregunto no muy entusiasmado.
—Bueno —respondí apenado y con algunas dudas— sé que quiero hacer, pero no sé cómo, tenía la idea de crear algo poderoso que les hiciera frente, pero no sé qué, ¿Qué podría ser?, no tengo ideas.
—¿¡Entonces!? Me contaron que estás acondicionando estas instalaciones para materializar una idea, una idea ¿¡Que no tienes!?.
—¡¡No es eso!! ¡Sé que quiero crear algo que los obligue a respetarnos, que nos tengan temor y ¡sé que puedo crearlo!, pero ¡aún no sé qué podría ser!
Me miró con algo de decepción y me dijo.
—Pues, Empieza a pensar, tienes a esos chicos con la ilusión de libertad, de al fin tener paz y enfrentarse en contra de sus agresores, no los engañes ni los decepciones, ¿ok?
—Ok —respondí bajando la mirada.
Esa noche me costó dormir, solo pensaba en eso que me había dicho Luis, no podía decepcionarlos.
¿Qué es lo que haría?
Finalmente, logrando conciliar el sueño, me quedé dormido. En sueños mi cabeza empezó a dibujar planos, proyectos y a trazar ideas en mi mente, y al despertar, lo primero que hice fue buscar unas hojas de cuaderno y un lápiz para rápidamente dibujar aquello que mi mente subconsciente trazo. Dure aproximadamente una hora en eso, y luego al ver todo lo que había hecho me dije a mí mismo.
Lo Tengo.
Llegue a las instalaciones que habíamos acondicionado, y encontrando a Luis sentado en la recepción, camine hacia él y con una sonrisa pícara y los humos hasta el cielo, me paré frente a él y lanzando sobre la mesa recortes de páginas de cuaderno con los dibujos le dije.
—¡Lo tengo!, yo nunca decepciono y esta vez no sería la excepción! —le grité altivamente, sonriendo y riendo— ¡chequea esto!, Nuestra salvación.
Luis tomó los recortes y al verlos, sus ojos quedaron abiertos como platos y el asombro y temor era evidente en su rostro al ver.
—Esto, ¿Qué es esto Adrián? —pregunto tartamudeando.
—Esto, amigo mío, es lo que estábamos esperando —dije colocando las dos manos en la mesa y acercándome hacia él por encima de esta le dije en tono pícaro y confiado— ¿te interesa hacerlo realidad?
—Adrián, esto, esto es increíble —dijo con temor, pero con ojos de asombro.
—Y hay mucho más, esto es solo una probadita del poder que podríamos alcanzar —exclame sonriendo de lado.
—¿Qué necesitas? —pregunto Luis.
—Materiales, mano de obra y financiamiento.
A lo que Luis respondió con un.
—Si, cuenta conmigo.
Les mostramos los planos a nuestros demás colegas, y llenos de asombro y esperanza dijeron que ayudarían con la realización de dichos proyectos. Ya teníamos la mano de obra, del financiamiento se encargaría Luis, ya que venía de una familia adinerada, solo faltaban los materiales, No todo lo podía cubrir Luis, así que teníamos que buscar algunos materiales de otras fuentes. Fue entonces cuando recordé «Conozco un lugar no muy lejos de aquí» Era un depósito de chatarra o mejor dicho, materiales muy útiles y necesarios gratis, entonces, nos quedamos en las instalaciones a prepararnos para ir a ver que podíamos conseguir allí. Fue entonces cuando otra persona inesperada cruza la puerta de entrada buscándome, era Rafael...
—¡Adrián! Con que aquí es donde has estado metido —dijo riendo— ¿qué haces loco? —me dijo con una sonrisa y bastante curiosidad.
Me acerqué a él y le expliqué todo, en eso la sonrisa y su buen ánimo cambio a disgusto.
—¡Adrian! —Exclamo enojado— ¿¡En serio quieres hacer todo eso!?, ¿En serio estás creando una especie de grupo?, quieres crear un montón de armas y ¿Qué? ¿Ir y atacar a la gente?, ¿¡ESTÁS LOCO!? ¿Matarás una mosca con un misil?, no te entiendo.
—¡Tu no entiendes nuestra ira!, ¡¡tú siempre con amigos y popular en el colegio!!, sin problemas, la vida perfecta, ¿¡no!?, ¡yo solo quiero darles un buen susto y que nos dejen en PAZ de una vez por todas!, ¿¡Es mucho pedir eso!?.
—¿Pero no crees que es demasiado Adrián?, no quiero que te hagas daño hermano, eres mi amigo y no quie...
—Si realmente fueras mi amigo —lo interrumpí— me ayudarías y no tratarías de evitar que intente pelear por nuestra paz.
—Está bien Adrián —exclamo— no interferiré en tus planes, solo ten cuidado con lo que hagas ¿ok? Y recuerda que siempre contaras conmigo.
—Pues, hoy necesito tu ayuda, vamos a ir a revisar un depósito de chatarra a ver que podemos usar, pero me sentiría mucho mejor y más a gusto, si mi mejor amigo me acompaña.
—Claro hermano, contigo de acá a la Luna —dijo sonriendo y en un tono más calmado.
—Vamos a la luna la próxima semana entonces —dije riendo.
—No se puede, tengo práctica de béisbol, otro día si ¿va? —dijo aguantando la risa.
—Va va va.
Después que Rafael accediera a ayudarnos y después de alistarnos, fuimos a hacer reconocimiento en el depósito aquel.
6:54pm
Llegamos a unas grandes puertas oxidadas y pesadas, las cuales nos recibieron en la entrada del lugar, entre varios intentamos abrirlas, pero, no pudimos. Nos quedamos frente a ellas viéndolas con impotencia, cuando Rafael nos llamó diciendo
—¡heeeeeey Encontré algo!.
Todos corrimos a donde él estaba, estaba parado allí, señalando a un agüero en uno de los muros. Es entonces cuando pensamos que uno de nosotros entrara e intentara abrir la puerta desde adentro si es que estaba cerrada desde allí, así que mandamos a uno de los chicos que andaban con nosotros. Entonces él, escabulléndose por el agujero, entro por la pared, perdiéndose de nuestra vista, y solo pudimos quedarnos allí a esperar.
20 minutos después.
Ya había tardado mucho y aunque el agujero estaba algo lejos de la puerta principal, tampoco era para que durase tanto.
—Tal vez se perdió de camino a la entrada —dijo Luis tratando de justificar el tiempo que tardaba.
Pero yo ya comenzaba a dudar.
32 minutos después.
Ya nos veíamos las caras unos a los otros preocupados por el tiempo que había pasado. Alarmados, pensábamos que haríamos, yo me levanté cerca del agujero y escuche algo extraño, escuche como unos crujidos extraños, como un crujido de huesos. Al escuchar eso, supe que algo no estaba bien, y al ver la hora.
7:47pm
Me empecé a meter rápidamente por el agujero.
—¿Qué haces Adrián? ¿¡Adrián detente, que haces!? ¡No entres!
—¡Algo anda mal aquí, Rafael! ¡Intentaré ayudar a nuestro compañero!
—¡¡No, no entres!! —grito Rafael.
Pero hice caso omiso a lo que él decía y entre rápidamente por allí. Ellos se quedaron afuera tratando de que volviera, pero, estaba decidido a buscar a nuestro compañero perdido. Como ya era de noche y estaba oscuro, encendí una linterna que cargaba en mi bolso y empecé a caminar por el sitio. Era un lugar muy desordenado, con pilas de cosas acumuladas, y nubes de polvo por todos lados que cubrían el lugar como niebla espesa, parecía un escenario post-apocalíptico abandonado y sin vida. Mientras caminaba por el sitio, escuchaba sonidos extraños, goteos, crujidos y como si algo se arrastrara por el suelo. Camine como por 20 minutos, hasta que escuche un quejido tembloroso dentro del maletero de un auto viejo y desmantelado, me acerqué con cuidado y algo temeroso, sin saber que conseguirá, coloqué mis manos debajo de la puerta del maletero para levantarla. Coloque una mano, luego la otra, la levanté muy lentamente, pero cuando la tenía algo levantada.
¡Algo dentro la cerró de golpe!
Mi corazón saltó en ese momento y fue cuando escuche un susurro tembloroso que desde adentro que decía.
—Escóndete... o t-te atrapará.
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