Capítulo 11
— Tks, Tks, debí traer algo para grabar este momento.
Anémona golpeó su frente con la palma de su mano al escuchar las palabras de su amado padre.
Barbatos y Anémona observaban a los dos dragones desde lo alto de uno de los árboles que se encontraban en la zona. Padre e hija fueron testigos de la conversación ajena, por influencia de su amado padre, Anémona no se resistió en escuchar la conversación. Sabía que estaba mal hacerlo y si su padre Zhongli se enteba a ella puede irle muy mal, sobre todo porqué el mayor le ha prohibido hacerlo. Con ayuda del viento, les fue fácil para ambos dioses escuchar lo que hablaban, no importaba que tan distanciados estaban, el viento se encargaba de traerle información.
Venti tenía en sus manos un tarro de cerveza que con anterioridad seguía bebiendo. No lo había soltado para nada, incluso si este se vaciaba, él se encargaba de llenarlo de nuevo, ni idea de cómo lo hacía. A veces, Anémona le sorprendía el hecho de que su padre no se emborrachara por tanto alcohol, desde que tiene uso de razón, jamás en su vida lo ha visto borracho, ¿será que los dioses no tienen esa cualidad? ella ha bebido muchas veces en su vida, pero no en exceso como Venti lo hace.
— Oh...
Anémona miró a su padre al escuchar el sonido de su voz, luego miró a ambos dragones, la energía que salía de sus manos le hizo saber a Anémona que aquello se trataba de una firma para un contrato importante. Los contratos no suelen ser firmados, cuando su padre hace tales contratos lo que usa es la sinceridad de la persona, sin embargo, cuando son contratos muy importantes entonces hay una firma.
Para que su papá Zhongli firmara un contrato a base de su poder y de la persona, eso quería decir que tal contrato es importante y que él debe cumplir. Al verlos separar sus manos, notaron como volvieron a sentarse en sus lugares para beber de su té, hasta que en ese instante su papá Venti fue arrastrado por el poder Geo de su papá Zhongli. Anémona abrió sus ojos, miró a Venti llegar al lado de Zhongli quién tenía una mirada seria y al mismo tiempo fría, no le quedó de otra que bajar del árbol.
Anémona sabía que su papá Zhongli se había dado cuenta de su presencia, bastaba con ver la mirada que le dedicaba al Dios del Viento. En poco tiempo apareció al lado del Dragón de Agua, él la miró y ella le sonrió antes de poner su atención en sus padres.
— ¿Qué tienes que decir en tu defensa, Barbatos?
Venti sudo frío, había una sonrisa nerviosa pintada en sus labios. Él miraba en dirección a su hija para que lo salvara, más Zhongli bloqueo su vista para impedirlo.
— Ehe...
Fue el único sonido que se escuchó salir de Venti, antes de que Zhongli lo tomara del cuello de su ropa para arrastrarlo de vuelta a la morada de Preservadora de Nubes. Anémona los vio irse en silencio, sabiendo que después de Venti, era su turno de ser castigada.
— Hm, creo que debemos regresar, Sr. Neuvillette.
El dragón de agua que en ningún momento dejo de mirar a la chica, asintió en silencio y la siguió sin separarse un solo centímetro de ella. Era un cómodo silencio, Neuvillette podía sentir a su dragón interior brincando de felicidad, a Anémona le sucedía lo mismo con el viento, este era juguetón como un niño pequeño, movía las montañas de hojas que se encontraban a su caminar, creaba figuras de animalitos y se movía de forma graciosa para imitarlos.
Neuvillette y Anémona que eran testigos de este espectáculo admiraban con sorpresa y diversión, la chica soltó una suave risa que se convirtió en el mejor deleite para el dragón durante un largo rato, hasta que esa risa se apagó y la chica lo miró con preocupación.
— Sr. Neuvillette, uh...
Neuvillette no pudo evitar sentir un mal sabor en su boca al escuchar la formalidad que utilizaba con él, pero recordó que él también lo hace, entonces decidió cambiar eso.
— Puedes decirme solo Neuvillette, señorita.
Anémona sonrió de oreja a oreja y no dudo en asentir, luego regreso a su seriedad inicial.
— En ese caso, puedes decirme Leyna.
El semblante del dragón cambio a uno confuso y no dudo en preguntar sobre el origen de ese nombre.
— ¿Leyna?
El corazón de la joven Diosa latió al escuchar su nombre de nacimiento, evitó lo más que pudo la intensa mirada del dragón sobre ella, pues no quería que su mejillas tornarse rojizas fuese notable.
— Oh, sí. Es mi nombre real de nacimiento, Anémona es solo mi título como Diosa.
El dragón abrió los ojos con sorpresa, movió su cabeza para asentí de nuevo. El nombre real se grabó en su mente, incluso su dragón pareció sentirse más feliz que de costumbre al escuchar ese hermoso nombre que radicaba la luz como significado. Él la contemplo durante el tiempo, luego recordó que debía decirle sobre sus sentimientos, al menos quería que ella lo supiera, si era rechazado entonces debía aceptarlo. Ante este pensamiento, su cabeza y antenas bajaron con tristeza, no quería ser rechazado.
Quiso levantar la mirada para verla a los ojos pero una mano curiosa que acariciaba sus antenas con cariño lo hizo quedarse quieto. Anémona había dejado guiar por su instinto al notar las atentas del dragón de agua, la curiosidad le ganó. Con rapidez, Neuvillette la tomó de la muñeca para evitar que continuará tocando.
— ¡No toques!
Anémona sólo abrió sus ojos ante la sorpresa del grito y se quedó en silencio observando el sonrojo que cubría el rostro del dragón, este respiraba de forma agitada, sus ojos brillaban y sus colmillos que hasta ahora no había visto, eran visibles.
— L-lo siento....
Neuvillette se impresionó consigo mismo y la soltó a ver qué comenzaba a lastimarla aunque ella no parecía quejarse del dolor, llevo una mano a su rostro para cubrir su sonrojo en cuanto la soltó.
— Lo siento por lastimarte, Leyna. Es solo que... las antenas de un dragón son sensibles.
En ese momento, un recuerdo llegó a su mente. Fue una ocasión en la que Zhongli le había mostrado su forma como dragón, sus manos también habían sido curiosas esa vez e intento tocar las antenas doradas de su padre, pero él la regaño y le dijo que no lo hiciera. Al crecer, fueron los Yaksha quienes le explicaron ese detalle.
"¿Las antenas de los dragones? Bueno, son sensibles debido a que les causa excitación, aunque solo las parejas predestinadas pueden causarlo, de todos modos, no les gusta que les toquen las antenas. Hay muchos libros que lo explican pero nosotros lo sabemos porque Bonanus una vez tocó por accidente las antenas de Rex Lapis, fue una sorpresa para todos "
Para ella también fue una sorpresa al enterarse que su papá Zhongli si tenía pareja predestinada.
— Sí... lo siento, lo olvide. Sabía sobre eso, mi padre me advirtió una vez que no debo tocarlas — esto llamo la atención del dragón, quién miró con el deseo de saber más sobre esa historia. Anémona suspiro sabiendo que era mejor explicarle y no dejarlo con curiosidad —: Bueno, una vez quise tocar las antenas de mi papá Zhongli pero me regañó, los Yaksha me explicaron que...eh... que tocar las antenas los excitaba aunque solo las parejas predestinadas causaban esa reacción, aunque aún así no les gustaba. Solo habían tres personas que podían tocar las antenas de un dragón: la madre que lo engendro, el mismo dragón y su pareja predestinada.
Neuvillette asintió, él aprendió sobre esto hace mucho tiempo, aunque hasta ahora nadie las había tocado, agradece que haya sido Anémona la que las tocó y no otra persona.
— Si las toca otra persona ajena a estas tres opciones, nuestro instinto nos hace agredir a esa persona, sin embargo, como dragones también podemos dar el permiso de que cierta persona los toque y así evitar dañarlos.
La boca de Anémona se abrió un poco y soltó un suave sonido de comprensión, ahora podía entender un poco más sobre el linaje de su padre y Neuvillette. Entonces el dragón pensó en algo más que le llamo la atención de esta historia, debido a que la curiosidad le ganaba quería saber un poco más de otros dragones.
— ¿El Sr. Zhongli tiene pareja predestinada?
Anémona río ante su pregunta y el segundo recuerdo en el día que llegó a ella, aunque en realidad está información era un secreto para todos los humanos. Pues incluso al mismo Morax le había sorprendido descubrir a su pareja predestinada, alguien que creyó que no existía, no era extraño que se pensara que su tía Guizhong fuese la pareja predestinada ya que ella fue pareja de su padre hace algún tiempo antes de la Guerra de Arcontes.
Neuvillette sonrió un poco al verla sonreír.
— Sí, son pareja predestinada pero no están juntos.
El dragón notó la mirada triste en el rostro de la chica, se dio cuenta que tal historia era difícil de contar por esa razón abrió su boca para detenerla, sin embargo, fue interrumpido por otra voz.
Ni siquiera notaron que habían llegado.
— ¡Oigan, vengan!
Ambos levantaron la vista, eran llamados por una chica de cabello rojo como el color de las flamas del fuego, su sonrisa era enorme y brillaban como el sol, a su lado estaban cuatro personas más que al igual que ella, sus cinturas eran decoradas por mascaras Yaksha.
— La de azul es la pareja predestinada de papá Zhongli.
Neuvillette llevo su vista a quién Anémona señaló. La chica comía alegremente un panecillo de Luna, sus mejillas estaban teñidas de un color rojizo debido a su felicidad al comer. El dragón no tardó en notar que Zhongli llegaba a su lado para limpiar los restos de galleta con sus guantes.
¿Por qué no estaban juntos? fue la pregunta que se hizo.
— Papá Zhongli es demasiado cobarde, no le digas que te dije eso.
Ambos conectaron miradas unos segundos hasta que no pudieron aguantar más y rieron juntos. Neuvillette desde luego que no diría nada, eso sería un secreto entre ellos dos, cuando su risa se detuvo el dragón decidió contarle sobre lo que le ocurría cada vez que estaba cerca de ella y sus sentimientos.
— Leyna — la llamó para llamar su atención, ella lo miró a los ojos cuando su risa se detuvo, aunque la sonrisa en sus labios no se borró.
— ¿Si, Neuvillette?
El dragón suspiro para calmar sus nervios, Leyna levanto una de sus cejas con curiosidad.
— La verdad es que al llegar a Liyue, esperaba solo venir por negocios. Sin embargo, al conocerte comencé a sentir emociones de una forma que para mí era extraña, mi instinto como dragón también me provocaba querer marcarte con mi olor. No lograba entender que era lo que sucedía, hasta que hable con el Sr. Zhongli y entendí, que eres mi pareja predestinada — ambos se miraron a los ojos, ella siendo la más sorprendida ante la información —: Yo, bueno yo... no soy bueno demostrando emociones y no se lo que significa tener una familia, pero me gustaría descubrir cada uno de ellos a tu lado... si tú quieres, claro.
El dragón bajo la mirada para que ella no viera su rostro triste o cualquier mirada que haya puesto.
— Cuando te declaras a alguien, siempre debes verla a los ojos — escuchó decir a Anémona, así que de inmediato como si fuese una orden, él obedeció. La chica estaba cruzada de brazos y tenía el ceño fruncido el cual, poco a poco se borró para ser remplazado por un semblante más alegre —: No me serás infiel, ¿verdad?. Yo tampoco sé que es tener una pareja, pero escuché que es doloroso cuando te son infieles y no quiero sentir eso.
Neuvillette abrió los ojos con asombro, negó de inmediato.
— Jamás lo haría, hice un contrato y aceptaré mi castigo si te hago daño, sea por ti o por el Sr. Zhongli.
Anémona asintió y tomo la mano del dragón con una sonrisa en sus labios, Neuvillette observó como sus manos se entrelazaban.
— Entonces, estoy a tu cuidado desde ahora, Neuvillette.
El Juez Supremo asintió con un gesto de cabeza y sin soltar sus manos, se acercaron al grupo, nadie dijo nada al verlos agarrados de las manos, pero Anémona sabía que los discursos largos llegarían pronto.
•••
Primero que nada, hola a todos gracias por estar aquí de nuevo. Ha sido un capítulo emocionante y también un poco difícil, por poco me entraba el bloqueo creativo waa, lo bueno es que si salió y me gustó el resultado.
Ahora sí, aclaraciones. No me quería inventar otro personaje para la pareja predestinada de Zhongli por lo que hice use un personaje ya existente, como habrán leído sí Zhongli y Guizhong fueron pareja pero debido a la muerte de la Diosa del Polvo su relación ya no se continúo claramente. La historia de Bonanus y Zhongli es muy triste en esta historia, así que prefiero no contar que hasta yo lloro.
Y si, decidí dejar que Bonanus sea esa "Bonanus" (Agatha) para quienes han leído la otra historia.
¿Que hubiera pasado si Guizhong no moría? La relación igual se hubiera roto, ellos se veían más como amigos que como pareja, se querían pero no amaban. De todos modos, está y la otra historia son diferentes, no están relacionadas solo he tomado a Bonanus (Agatha). No es necesario leer la historia de Agatha ya que son diferentes.
Ahora, sobre las antenas. Eso es otro invento mío, así que no es nada canon dentro de la historia original. Para explicar mejor este tema: las antenas no pueden ser tocadas por otra persona que no sea la mamá del dragón, el mismo dragón o su pareja predestinada.
Hay tres tipos de reacción, cuando la madre del dragón la toca lo hace para tranquilizarlo y no tema de algo, por el contrario, la pareja predestinada activa el instinto de marcar y los excita, si los toca una persona ajena es como declararle la guerra al dragón porque está entrando en su territorio y tocando algo que no le pertenece.
En todo caso, el dragón puede dar el permiso para que los toquen pero no hay reacción, también puede quitarle el permiso a quienes si pueden tocarlos.
El tema de la cola pues eso deja obvio que no puede ser tocadas ya que son una parte sensible como a los perros y gatos.
Y eso es todo, ¿se entendió?.
Jaja, igual es un tema que no se usará seguido pero se tendrá en cuenta.
Les doy las gracias a todos y a todas por leer, nos vemos en la próxima actualización.
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