8
El tan ansiado día llegó, y tan pronto como lo hizo, variedad de sirvientes invadieron la habitación de Calisto por órdenes del Rey Irmin, de modo que el pobre forastero no fue capaz de dormir su jornada completa.
Cada sirviente se ocupaba de una cosa diferente; un grupo limpiaba y recogía la habitación, otro grupo preparaba las ropas y joyas que el forastero usaría durante el día y el último grupo, se encargaba de asearlo. A Calisto ni siquiera se le pregunto el tipo de fragancia que quería para su baño, los sirvientes se ocuparon de todo.
Ser atendido como si fuese un niño de cinco años, era lo más extraño para Calisto. Pues su madre se había encargado de enseñarle a lavar sus propias ropas antes de cumplir los 10 años. Según ella, esto le ayudaría en el futuro cuando ni ella ni su hermana estuvieran a su lado, es decir cuando tuviera que vivir solo o se casará. Hasta el día de hoy, le agradece a su madre por todos aquellos conocimientos que le entrego, pues gracias a eso, vivió sin complicaciones.
— ¿Es necesario todo eso?
La pregunta sale de sus labios cuando ve como una de las sirvientas encargadas de vestirlo le coloca la estrella representativa de Khaenri'ah en el bolsillo izquierdo.
— Maestro Calisto, es importante que luzca formal. Su majestad, el Rey Irmin, dio esa orden — responde la mujer sin mirarlo, sus ojos solo estaban concentrados en las joyas que colocaba sobre el traje tipo militar.
En sus pocos años de vida que lleva hasta ahora, jamás llegó a pensar que usaria las mejores ropas que un rey pudiera utilizar. En realidad no le agradaba para nada, sentía que moriría afixiado con tanta prenda sobre su cuerpo. Es cierto que el traje es hermoso, la combinación de colores iban acordé a su tono de piel, cabello y ojos, incluso al verse en el espejo, no podía evitar preguntarse si es él esa persona.
Calisto viste un traje militar oficial de color negro con algunos detalles dorados, no es secreto que incluso tiene detalles representativos de la Dinastía del Eclipse. El traje de Calisto los porta, pero él no se nota orgulloso de usarlos, sabe que solo es por formalidad más es inevitable no sentirse incómodo de usarlos. La última prenda es una gabardina larga militar, al igual que el resto de su ropa, es negra con detalles dorados, está cuelga sobre su hombro derecho.
Todos aplauden por el éxito de su misión. Calisto está listo y ahora solo falta que la reunión de su comienzo.
La reunión o mejor dicho el Banquete no tarda en llegar en menos de pocas horas, el forastero permanece en su habitación durante los próximos minutos hasta el sonido de la puerta le informa que ya es la hora.
— Adelante.
La persona detrás de la puerta la abre y se asoma para buscar con la mirada al forastero.
— Maestro Calisto, es hora.
Informa cuando lo ve sentado sobre la esquina del escritorio. El joven forastero parece mirar las estrellas que comienzan a iluminar el cielo, este suelta un suspiro.
— ¿En serio debo bajar?
No es necesario ver la expresión que tiene en su rostro, basta con escuchar el tono de su voz para darse cuenta que no tiene ganas de ir al banquete. El secretario lo comprende, más no puede darle el gusto de quedarse.
— Lamentablemente tiene que bajar, la señorita Lumine se encuentra abajo.
El nombre de la viajera que sale de los labios ajenos provoca que su atención sea más atenta. Calisto luce sorprendido, sus ojos son el claro reflejo de eso, él no esperaba que Lumine despertara tan pronto, sólo han pasado dos días desde que la conoció o bueno, atrapó porque ella ni siquiera lo conoce.
— ¿Ella ha dicho algo? — pregunta con nerviosismo.
El secretario solo lo mira.
— Ella preguntó por usted.
— ¿Por mi?
Se apuntó así mismo con una ceja arqueada. Era raro, ella no lo conocía, ¿porque habría de preguntar por él?.
— ¿No es usted su hermano?
Ah.
Eso ya estaba más claro, ellos pensaban que Lumine y él son hermanos. No los juzga, él hubiera pensado lo mismo si estuviera en su lugar.
— Entiendo, ¿que le dijeron?
— Se le ha informado que usted se encuentra en buen estado, ella parecía preocupada — respondió el secretario mirando algún punto de la habitación como si tratara de recordar algo más —: también, mencionó que le gustaría hablar con usted.
Calisto trago la saliva atorada en su garganta. La hora de enfrentarse a la viajera ya comenzaba a sentirse en sus huesos, no estaba seguro como reaccionaria ella después de que se de cuenta que él no es su hermano. Claro que Calisto ya tenía previsto que debe explicar todo y cada uno de los sucesos, sin embargo, que fuese Lumine a quién se lo debe explicar, le causaba nerviosismo.
La personalidad de Lumine y su hermano son distintas, ella es más seria y silenciosa, no es tan habladora como Aether, aunque eso no quiere decir que todo el tiempo este callada, tiene sus momentos en los que se abre con las personas, a diferencia de Aether, ella es más precavida y no confía en las personas con facilidad. En el juego original, estás personalidades no son notables ya que sin importar el viajero que el usuario elija, este siempre tendrá la misma personalidad.
De hecho, cuando Calisto se dio cuenta del tipo de distintas personalidades que tenían los gemelos, fue en la segunda misión que se hizo en compañía de Dainslef; Aether parecía ser más fácil de engañar y controlar lo que llevaría a verse como el típico enemigo con final trágico. Por lo contrario, Lumine lucia como alguien que lo hace por decisión propia y no por que sea controlada.
Lo cierto es que Calisto no se equivoca, Aether es más ingenuo de lo que parece, ahora entiende por qué su hermana mayor le gustaba tanto el viajero; lástima que la muy boba eligió a Lumine en sus inicios en el juego.
— Está bien, vamos entonces.
Pronto, el secretario y Calisto abandonaron la habitación. Ambos caminaron por los largos pasillos del tercer palacio para dirigirse al palacio principal. Según los informes que había recibido de su confiable mayordomo, Afrontas tiene en la mira el Irminsul que conecta los tres mundos, si esto es cierto, entonces Calisto necesita averiguar más acerca del Irminsul y quién podía darle dicha información es el Rey Irmin.
Pero antes, tenía que sacar las pruebas necesarias para hacerle saber a Irmin del futuro que tendrá a manos del Alberich. Pierrot es su carta maestra, así que necesitará hablar con el mago y ganarse su confianza. Ahora que muchas piezas de su juego de ajedrez han comenzado a moverse él tiene que pensar en una estrategia rápida para ganar el jaque mate.
Tal vez deba dejar sus planes con Rhinedottir para más tarde.
— Su majestad, lo he traído.
Heimdall, el secretario, hace el anuncio sobre la llegada de Calisto. El público presente no tarda mucho en llevar su mirada hacia el joven forastero que viste con las mejores ropas de un noble. Calisto traga en seco, muchos pares de ojos lo juzgan y es inevitable no sentirse un poco intimidado por aquellas miradas.
Sus preciosos iris dorados pasean por el salón, primero mira a Irmin. El hombre le hace la señal para que se acerque, pero Calisto luce más concentrado en tratar de memorizar los nuevos rostros que ve. Un hombre alto similar al Rey Irmin, viste con preciosas telas de alta calidad, su cuerpo es un tanto robusto como el de un soldado. El cabello del hombre es negro como el azabache y sus ojos, son azules, un poco más oscuros que los de Irmin, de la misma forma que todos los lugareños de Khaenri'ah, sus pupilas tiene la forma de una estrella.
Cuando las miradas de ambos se encuentran, Calisto se esfuerza por mantener la barbilla en alto y deja que el noble Alberiche lo juzge hasta que se cansa. Luego su mirada se dirige hacia la mesa, es ahí cuando nota la presencia de Pierrot y Lumine, ambos sumidos en una conversación de un tema desconocido para él, pero imagina que puede ser interesante.
— Afrontas, déjame presentarte a esta persona — Irmin sonríe como un niño feliz al presumir su juguete nuevo —: Él es Calisto, mi heredero.
El silencio reina entre ellos, nadie parece tener ganas de decir algo, todos lucen impresionados, hasta el mismo Calisto parece que deja de escuchar la orquesta que toca en el banquete.
— ¿Su heredero, majestad?
Irmin luce confunso cuando Afrontas lo llama con formalidad, aún así asiente y vuelve a repetir sus palabras.
— Si, el próximo Rey de Khaenri'ah.
[ Logro completado: " Como payaso quedé..." ]
[ Nueva misión: ¡Gana el favor del Mago de Khaenri'ah!.
Recompensa: 5,000.00 Mora
Puntos de Amistad + 5.
No hay castigos si la misión fracasa. ]
[Tiempo restante: 7 días ]
•••
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top