28

¿Por qué carajos pensó que sería una buena idea ir a pié hasta el Bosque Avidya?

En estos momentos, eso es lo que frustraba a Calisto. Llevaban caminando por al menos unos 30 minutos y ya sentía que todas sus fuerzas se habían ido por completo, subestimo el desierto y a su propio cuerpo.

El mayor sufrimiento se lo llevaban sus pies, debido a la alta temperatura del desierto y al estar expuestos al Sol, tenía que soportar el dolor que le causaba al caminar, aparte de que se le metía la arena a los pies, los cordones de sus sandalias se llenaban de arena y se calentaban demasiado, así que cuando rozaban el empeine tenía que soportar el daño que le causaba.

Calisto envidiaba a Lumine, a diferencia de ella que parecía estar bien y no se veía nada cansada, en comparación con él, el guión trataba mejor a Lumine y no le importaba verlo sufrir, claro, es diferente cuando se trata del juego original. El guión trata a los protagonistas de la mejor forma, los pone a prueba en muchas ocasiones, hasta el punto de ponerlos contra la espada y la pared.

En realidad, el asunto de las sandalias era su culpa, olvidó que la arena del desierto no era como la arena del mar. La arena del mar llegaba a ser fresca gracias al mar cercano, una persona podía remojar sus pies y refrescarse, pero en el desierto todo era diferente, no había mar cercano para refrescarse.

Calisto simplemente no se preparó bien, aunque si existe a alguien a quien puede culpar, es al mismo rey que reina sobre las arenas escarlatas.

¡No lo dejo ni siquiera prepararse!

Jura en su corazón tomar venganza más tarde, solo así se sentirá menos enojado consigo mismo por sus malas decisiones.

No nací para ser aventurero, ¿ok?.

Suelta un suspiro con el que expulsa toda la frustración que hay en su cuerpo. Lumine lo observa por encima de su hombro, ella va unos pasos adelante, Calisto iba tan concentrado dándose ánimos así mismo para lograr llegar a Caravasar Ribat que no se dio cuenta que se retraso.

Lumine detuvo sus pasos y espero a que se acercara para poder caminar de nuevo juntos, lo miraba murmurar para él mismo desde la distancia, sus ojos estaban atentos a cada movimiento del príncipe heredero y no paso mucho tiempo para darse cuenta de su dificultad para caminar.

— ¿Te sucede algo, Calisto? — le habló en el momento que el príncipe heredero llegó a su lado. El albino de iris dorados, levanto su mirada para observarla, una expresión debil pudo observarse en su rostro, el entrecejo de la rubia se frunció —. ¿Te duele algo?

Al escuchar su pregunta de Lumine, su cuerpo se tenso y el calor subió a sus mejillas pintando su piel morena de un tono carmesí.

— Oh... No, no. Estoy bien.

Calisto sacudió su cabeza en un gesto negativo, desvío su rostro a la izquierda para evitar que su compañera viera su rostro avergonzado. No quería dejar visible su dolor y agotamiento para no verse mal frente a la rubia, sin embargo, Calisto se olvidaba que Lumine no era tonta por lo que al ver cómo dudaba al momento de responder, ella sabía que iba a mentirle.

— Mentiroso — con una expresión molesta, la rubia se cruzó de brazos. La tensión no abandono el cuerpo del chico, tampoco tuvo el valor suficiente de mirarla a los ojos —. Aether solía mentir como tú cuando se enfermaba y escondía su debilidad.

Calisto está vez sí la miró cuando ella habló sobre su hermano, esto también le hizo recordar como su hermana mayor solía esconderse cuando estaba enferma, fingía encontrarse bien pero en el momento que sus síntomas llegaban empeorar es cuando le decía a su madre sobre su estado de salud.

Soltó una risa al recordar aquellos momentos, Lumine lo miró con una expresión confusa, pensó que se reía de ella y estaba por quejarse pero Calisto hablo antes.

Ágata, mi hermana mayor, también hacia lo mismo pero cuando ya no podía aguantar sus enfermedades, le contaba a nuestra madre y madre la terminaba regañando.

Lumine arqueó una de sus cejas, luego pareció recordar algo.

— Recuerdo que una vez me contaste que fuiste criado por tu hermana mayor — dijo haciendo recordar a Calisto cuando le contó la razón de llamarla 'princesa' —. ¿Ella también vino a este mundo?

Una sonrisa triste se dibujo en los labios del chico y negó con un gesto de cabeza, si Ágata hubiese venido a Teyvat, él estaba seguro que ella sería la más feliz y que no dudaría en buscar millones de maneras para enamorar al Patrono de los Contratos ya que este personaje es uno de sus favoritos.

— En realidad cuando yo tenía siete años ella desapareció, a pesar de buscarla durante años, nunca logramos encontrarla — respondió observando las pocas estrellas que comenzaban aparecer, el dolor de sus pies había reducido un poco —. Ella fue quien me mostró Teyvat y me contó sobre su historia, fue por ella que seguí la historia hasta el final ya que quería tener un tema para conversar cuando regresará.

Lumine llevo sus brazos detrás de su espalda, no dijo nada al ver la expresión triste de Calisto, no tenía palabras ya que ella nunca había pasado por una perdida tan grande.

— Al escucharte hablar de ella, me doy cuenta que la querías demasiado.

Calisto no negó esas palabras, sus hermanas lo son todo para él, así que si en el futuro hubiera algo que pudiera hacer por ellas, es darles un final feliz al lado de las personas que aman.

— Sí, Ágata es un tesoro para mí y Adara ,mi hermanita menor, es el oro en ese tesoro.

Lumine soltó una risita al escuchar las palabras de Calisto, sonaba romántico y al mismo tiempo, empalagoso. Se da cuenta que Calisto nació en un nido lleno de amor, entonces piensa en que le hubiera gustado conocer al Calisto de ese tiempo, quizás su hermano se hubiera llevado bien con las hermanas de su compañero.

— Entonces supongo que tú eres el guardián que protege el tesoro lleno de oro — dice de broma pero Calisto le guiña un ojo de modo que le sigue el juego.

— Sí, jamás dejaría que las dañarán.

Viendo sus ojos decididos, Lumine envidia a las hermanas de Calisto por la protección que él tiene sobre ellas pero recuerda que Aether es igual, también lamenta que su compañero ya no pueda ver a ninguna de ellas.

Espero que un día se vuelvan a encontrar.

— Antes, debes aprender a cuidarte a ti mismo — lo reprende la rubia, recordándole de el dolor que escondía.

Calisto de nuevo rie, ahora avergonzado, sus mejillas se tiñen de carmesí y decide no llevarle la contraria a su compañera ya que sabe que terminaría perdido con cualquier excusa que diera para defenderse.

Lumine y Calisto caminan de nuevo juntos para llegar a su destino, está vez el moreno no parece luchar tanto contra el dolor de sus pies, la rubia se hace una nota mental para comprar plantas medicinales que ayuden a Calisto.

Cuando ambos llegan a Caravasar Ribat, son las bulliciosas calles llenas de comerciantes que venden variedad de objetos y frutas extranjeras, para sorpresa de Calisto hay incluso unos pocos que vienen de Natlan a quienes no imaginó ver por Sumeru.

Ambos se adentraron y miraron las tiendas, Lumine busco con la mirada alguna tienda de pociones curativas o hiervas medicinales, una pequeña sonrisa se dibujo en sus labios al encontrar las tiendas que buscaba.

— Espera, iré a comprar algunas cosas.

Sin esperar la respuesta de su compañero, Lumine se separó de él y camino hacia las tiendas, Calisto la siguió con la mirada, al ver qué estaría bien siguió observando los alrededores. Había muchos extranjeros de otras naciones, entre ellos habían de Fontaine, Snezhnaya y Natlan, estos últimos eran de los pocos que habían.

Pensando en ello, el que hubieran pocos comerciantes de Natlan podía ser por los actuales problemas que pasaban en la nación ya que hasta la fecha, ellos estaban en guerra y si salían de comercio puede que sea para buscar recursos. En realidad, no está seguro, sabe que la guerra que está teniendo Natlan en estos momentos es dura pero él no tienen en sus planes a la nación de la Guerra y no puede darle prioridad.

Suelta un suspiro hondo y espera a Lumine pacientemente hasta que ella regrese. Ella no tarda mucho en hacer sus compras, en los próximos cinco minutos ella ya está de regreso con una bolsa llena de plantas y pomadas medicinales. A pesar de tener curiosidad sobre ello, no pregunto al respecto, siguió en silencio a la rubia hasta un restaurante.

La chica saco las pomadas y se arrodilló frente a él, Calisto siguió cada uno de sus movimientos con curiosidad y asombro pero al ver qué tomaba su pie con la intención de aplicarle medicina, evitó que las bonitas manos de la rubia lo tocaran.

— ¡Yo puedo hacerlo! — gritó nervioso.

El entrecejo de la rubia se frunció.

— Quiero ayudarte.

Él se negó y fue lo bastante cuidadoso para no arrebatarle la pomada de las manos.

— No te preocupes, yo puedo.

Lumine se cruzó de brazos, sin decir nada se levantó y se sentó en uno de los asientos, pidió la comida para ambos e ignoró a su compañero. Calisto suspiro sin recordar la cuenta de los suspiros que llevaba, se sentó en una de las sillas y quitó sus sandalias, sus pobres pies tenían unas pequeñas ampollas y su empeine estaba colorado de color rojo, se aseguro de aplicar la pomada en esa zona y reventó con cuidado las ampollas para que la pus saliera, aplicó la pomada en las zonas donde estaban y coloco una gasa para proteger sus pies.

Por ahora, el desierto se terminó así como el infierno caluroso, ya no más sufrimiento o al menos ya no sería tan duro.

— Aquí están sus comidas.

Calisto observó los platos con la comida recién hecha, su estómago gruñó. Se levantó para lavarse las manos en un pequeño lavabo que se encontraba en el restaurante y volvió para sentarse a comer junto a su silenciosa compañera.

— Buen provecho — susurró para su compañera antes de ponerse a comer.

•••

¡Hola! Desde el año pasado que no nos vemos jaja.

Gracias a todos por esperar por este nuevo capítulo. Espero que les haya gustado y lo hayan disfrutado.

Nos vemos en la siguiente actualización.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top